Partida Rol por web

El Camino del Héroe

27. El Tañer del Arpa en la Oscuridad.

Cargando editor
27/09/2012, 11:02
Director

Rina no había escatimado en detalles: los manjares que os sirvieron estaban exquisitos, y el vino, delicioso. Sin embargo, no pudisteis disfrutar plácidamente de ella. Todos teníais en mente la reunión con el misterioso agente Arpista, la amenaza de los espías Sharinos rondando en cada sombra y la expedición al ominoso Castillo de Halvan.

Por eso cuando disteis cuenta de la cena y salisteis al exterior y os separásteis, os anduvisteis con mil ojos. Os cruzasteis con varios transeuntes de camino al puerto, preguntándoos si quizá alguno de ellos sería un secuaz de la Iglesia de Shar. No obstante, llegasteis sin incidentes hasta un almacén del puerto, donde Rina os dijo que os reuniríais con vuestro contacto.

Cargando editor
27/09/2012, 11:06
Agente Arpista

El Agente de los Arpistas resultó ser un hombre de aspecto vulgar: cabellos castaños, ojos negros y barba de varios días. Vestía con sencillez, y sólo las marcas de las quemaduras delataban que era más de lo que aparentaba. Cuando os recibió y se aseguró de vuestra identidad dejó la ballesta encima de una mesa y os indicó cómo esquivar las dos trampas que había montado en el viejo almacén.

A la luz de un farolillo de aceite os preguntó sin rodeos:

—¿Qué queréis de mi, exactamente?

Cargando editor
27/09/2012, 12:28
Rina

Marina, acostumbrada a esos manjares, comió casi sin apetito y perdida en sus pensamientos. La hora de ir al puerto se acercaba y la joven semielfa sentía un nudo en el estómago. Mientras comía, iba estudiando con disimulo a sus invitados. Los rasgos de Galatea eran suaves, como los de todos los elfos, pero aunque sus ojos eran salvajes, parecía tener una armonía y una paz que los contrarrestaba. Rengar se veía honorable. Tenía el estigma de tener parte de orco y seguro que había sufrido con la incomprensión de los demás, pero parecía haber encontrado el equilibrio dentro de si mismo. Era respetuoso e incluso algo inocente. Rina sonrió, ella nunca conseguiría encontrar la paz en su interior... Aidé parecía estar de malhumor todo el tiempo, aunque se veía fiel a sus compañeros y eso era algo que a la semielfa le chocaba y le gustaba a la par. Continuó comiendo mientras intentaba hacerse una idea del resto del grupo.

Finalmente, tras el postre, Marina se levantó de la mesa.

- Señores, mejor pongámonos en marcha... - 

Caminaron por las calles en penumbras. Cuando se alejaron de la zona de la burguesía, Marina se metió en un callejón. - Esperad un momento... - Murmuró, mirando a cada lado de la calle para comprobar que no había nadie por la zona. Salió enseguida, ya no llevaba aquel vestido elegante de color verde oscuro, ahora vestía unos pantalones de cuero rojizo ceñidos, unas botas de caña alta y una camisa blanca. Sobre el cabello pelirrojo llevaba un sombrero con una pluma y en el cinto colgaba un estoque. 

- Ahora estoy mejor para ir al puerto... - Comentó con un guiño de ojos y siguió caminando guiando a sus acompañantes.

Llegaron al lugar donde habían quedado con el arpista. Por el camino la joven les comentó de quién se trataba, o lo poco que sabía. Rina caminó con cuidado, esquivando las trampas que les había indicado y se acercó a donde se encontraba el hombre. 

- Queremos saber todo lo posible sobre el Castillo de Halvan... - Comentó la pelirroja. - Sabemos que estabas investigando los alrededores cuando fuiste atacado por fuego mágico. Explícanos qué has descubierto. Queremos encontrar a los sharinos antes de que hayan más muertes... - 

Cargando editor
27/09/2012, 15:54
Agente Arpista

—El Castillo es la antigua fortaleza de Halvan el Oscuro... —empezó el Agente Arpista—, que se ganó ese apodo no sólo por las atrocidades que cometió contra esta tierra y sus gentes, sino también por la fuente de su poder. En aquel tiempo la Urdimbre Sombría era el secreto mejor guardado de la Iglesia de Shar, y nadie sabía cómo lanzaba sus encantamientos. Pero ahora sabemos la verdad.

El Agente os dirigió una mirada grave.

—Los sharinos regresan al Castillo de Halvan y de pronto, magias antiguas y oscuras regresan para extenderse por el Valle. Licántropos oscuros, el Fuego Negro, la corrupción de la Urdimbre... —meneó la cabeza con amargura, como si no lo creyera—. ¿Sabéis que de un tiempo a esta parte los hechizos de los clérigos de Mystra simplemente... fallan sin explicación? La Simbul está perpleja.

Os dió un tiempo para que analizárais la información.

—La Rastra no es el único lugar de Faerûn en el que están sucediendo cosas como estas. Hay algo grande, muy grande detrás de todo esto. Y debemos ponerle fin por el bien de todos.

Cargando editor
27/09/2012, 19:33
Galatea

Por el camino, hubo alguna ocasión en la que Galatea echaba la mano a su lado y, justo después de hacerlo, gruñía o chasqueaba la lengua. Sin embargo al rato lo repetía y volvía a pasar lo mismo, cosa que parecía frustrarla. La fuerza de la costumbre hacía que de vez en cuando buscara el lomo de Áscalon para acariciarlo, cuando su lobo no estaba con ella era como si le faltase algo. Lo echaba de menos cada vez que visitaba una ciudad.

Llegaron hacia donde el Arpista se encontraba sin incidentes, lo cual, teniendo en cuenta la estela que llevaba aquél grupo... era toda una hazaña. El problema es que cuando el humano comenzó a hablar, hubo un momento en que le congeló la sangre en las venas.

No puede ser...

En un principio el primer gesto que le salió del alma fue taparse los ojos con las manos. Parecía una broma de pésimo gusto. ¡Licántropos oscuros! Shar se llevaba casi tan bien con Mystra como con Selûne, es decir, a matar. Aquello no era casualidad.

¿Has dicho que se han visto licántropos oscuros en MÁS sitios?—repitió volviendo a destaparse la cara con las cejas arqueadas. Al darse cuenta de que se estaba yendo directa sólo a por un tema manoteó el aire como quien borra la pregunta—. E-Espera, por partes... Lo primero: ¿Puedes contarnos algo de ese Halvan?

Hizo una pequeña pausa de duda antes de añadir:

¿Y... qué es eso de que ahora los hechizos de los clérigos de Mystra fallan? Los hechizos de la dueña y señora de la Urdimbre... ¡fallan!—hizo un gesto apotropaico con los brazos como si le costara concebir tal cosa—. Sin Mystra no hay magia, sin Urdimbre no hay magia. Sólo queda la Urdimbre Oscura de Shar.

No le gustaba lo que podría significar eso, aquello parecía ir mucho más allá de limitarse a romper el Pacto de los Valles. Pensó de nuevo en lo que le había dicho Olavia en su momento y sintió un escalofrío. Tenía la sensación de que algo invisible la estuviese empujando hacia alguna parte.

"¿Qué demonios está pasando... ?".

Cargando editor
27/09/2012, 19:40
Agente Arpista

Asintió sobre los avistamientos de los licántropos negros en otras partes de Faerûn, pero no comentó nada más.

—¿De Halvan? Que está muerto —suspiró—. Pero tengo entendido que la Urdimbre sombría es especialmente poderosa para tejer hechizos de nigromancia. Una explicación de que los sharinos estén allí es porque quieran devolverlo de entre los muertos. Otra opción es que estén utilizando el trabajo de Halvan para algo. Ninguna de las dos cosas es buena.

El Agente Arpista se asomó a una de las ventanas para vigilar la calle.

—Sobre la Urdimbre... es más de lo que nosotros podamos ocuparnos —se encogió de hombros—. Esa es la tarea de Los Elegidos. Aunque me temo que eso deja fuera de juego a nuestros aliados más poderosos.

Cargando editor
28/09/2012, 00:47
Rengar

Rengar escuchó lo que el agente decía con una expresión más que indescifrable. Decía muchas cosas que desconocía, por lo que le costaba procesar la información e iba más despacio que el resto. La mención de la Urdimbre, cuando la magia le resultaba del todo incognoscible, le costó especialmente. Cuando Galatea lo expresó en palabras más sencillas, Rengar parpadeó con perplejidad.

-¿Que Mystra ya no es la dueña de la magia? ¿Cómo puede ser eso posible? -A Rengar le parecía algo tan increíble como que Laira y Sune se convirtieran en los nuevas diosas de la guerra-. ¿Estáis... estáis seguros de lo que decís? No me lo puedo creer.

La idea de que los sharinos estuviesen en el castillo de Halvan le puso los pelos de punta. Joxer estaba allí.

-¡Joxer está allí! -exclamó el paladín, agitado-. ¡Está con los seguidores de Shar y ellos van a... a hacer cosas horribles! Galatea, tenemos que ir cuanto antes. No quiero que le pase nada.

Joxer había ido al castillo por él. Había perdido el tiempo y había conseguido que lo arrestaran. Ahora acababa de descubrir que lo que se cocía en el castillo era mucho peor que una plaga de trasgos. La idea de la nigromancia le resultaba especialmente repugnante. Si le hacían algo a su hermano... si le hacían algo, sería tan solo culpa suya.

Cargando editor
28/09/2012, 01:03
Galatea

No, no ha dejado de ser la dueña. Digamos que la Urdimbre "es" Mystra—le aclaró Galatea al semiorco—. Sin ella simplemente no hay magia.

Carraspeó.

Pero si los conjuros de sus clérigos fallan... es que algo raro está ocurriendo. Algo están haciendo esos sharinos. Shar se lleva tan mal con Mystra como con Selûne.

No le gustaba ver a Rengar tan angustiado pero tenían que tener cuidado. No podían simplemente salir corriendo hacia el castillo sin tener ni idea de lo que se podían encontrar. En aquel momento, la única persona que podía desvelarles al menos algunas de las mil incógnitas que no paraban de surgir era aquel Arpista.

Iremos, Rengar—le aseguró posando la palma sobre uno de los antebrazos del paladín en un gesto que pretendía ser tranquilizador—. Pero quien se mete en las sombras sin luz... termina cayéndose. Antes de nada, escuchemos lo que este hombre pueda decirnos.

Espero un instante, seguramente Rina o Aidé también tendrían algo que decir.

Cargando editor
28/09/2012, 10:06
Agente Arpista

—Si los sharinos tienen a tu hermano y descubren quién es lo utilizarán en tu contra —señaló el Arpista—. Pero sé que harás lo correcto, paladín. Si no lo saben...

Dejó la frase en el aire y meneó la cabeza con expresión lúgubre. El agente debía opinar que a estas alturas estaría muerto si los sharinos no podían encontrarle alguna utilidad. Vuestro contacto se cambió de ventana para observar el exterior. Era como si esperase que en cualquier momento os fueran a atacar.

—Si queréis saber más cosas sobre la Urdimbre id al Templo de Mystra. Dirigíos a una acólita llamada Hanna. Ella es de fiar, pero no habléis de esto con nadie más.

Cargando editor
28/09/2012, 12:29
Rina

Rina se había quedado en silencio, perpleja ante la información facilitada por el Agente Arpista. No entendía mucho de magia ni de temas de dioses, pero por lo que allí estaban hablando se encontraban ante una situación que se les venía muy grande. Al menos a ella, que cuando decidió embarcarse en aquella "aventura" había pensado que sería algo mucho más sencillo. Por lo menos no tener que lidiar con temas de magia y dioses... 

Rina... ¿Dónde te estás metiendo? Se preguntó, aunque algo sí sabía seguro, iba a continuar con aquellos aventureros y no se echaría atrás. Deseaba la emoción, la aventura y aquel era el momento... Aunque algo más sencillo hubiera estado mejor.

La joven escuchaba lo que hablaban, mientras pensaba en todas aquellas cosas. Se golpeó el labio con el índice mientras intentaba ordenar sus ideas.

Normalmente los castillos tenían entradas secretas, conductos que podían llevar a su interior sin ser detectados. No podemos entrar por la puerta principal... Deberíamos utilizar... Ummhhh... Rina, piensa... 

- ¿Conoces alguna entrada secreta al castillo? - Preguntó finalmente, porque la otra opción que le había pasado por la cabeza era cuanto menos asquerosa. Y aparecer ante los sharinos oliendo a heces no era precisamente lo que más le apeteciera.

Cargando editor
28/09/2012, 20:35
Agente Arpista

—Eso creía. Pero lo cierto es que no llevaba a ninguna parte —renegó el Agente—. Probé otra entrada lateral, y cuando me di cuenta, estaba dando vueltas en círculo. Fue entonces cuando me atacaron y tuve que huir. Me temo que lo único en lo que puedo ser de ayuda es que es un maldito laberinto en el que nada es lo que parece.

Cargando editor
29/09/2012, 15:28
Galatea

"Gracias" gruñó Galatea para sus adentros cuando el Arpista fue tan condenadamente franco con el tema del hermano de Rengar.

No es que hubiera dicho una mentira pero tampoco ayudaba soltar en voz alta lo que todo el mundos e temía y no se atrevía a decir.

O no llevaba a ninguna parte, o estaba escondida—se rascó la cabeza recordando que no era la primera vez que se topaba por ahí con puertas secretas o abjuraciones—. Aunque ahora mismo no hay forma de saberlo.

Torció el gesto, estando en frente ella sí podía saberlo, el problema era que ahora que los sharinos sabían que se les estaba espiando. Pero sí era verdad que aquél hombre era el único "guía" que podía orientarles sobre los pasos que había seguido.

Quizá deberíamos hablar también con esa acólita de Mystra—propuso mirando a todo el mundo alternativamente—. Cuantos más detalles tengamos sobre qué rayos le puede estar ocurriendo a la Urdimbre, menos sorpresas desagradables nos podremos llevar.

Y más teniendo lanzadores de conjuros en el grupo.

Cargando editor
02/10/2012, 10:12
Rina

Rina frunció ligeramente el ceño cuando el Arpista habló de la entrada lateral. Seguro que tiene que tener alguna entrada secreta y se le debió pasar por alto... Pensó cuando Galatea pronunció la misma sospecha, pero sus palabras fueron más suaves que si las hubiera dicho ella. 

Observó como el hombre cambiaba de ventana y vigilaba el exterior mientras hablaba. Ella se dirigió con cuidado a otra de las ventanas y también empezó a espiar por ella. Estaban allí, hablando tranquilamente, cuando podían estar corriendo peligro. Asintió con un gesto de cabeza a las palabras de Galatea.

- Yo no conozco mucho sobre la Urdimbre, pero imagino que sí, cuanta más información dispongamos mejor para nuestra investigación... - Comentó sin apartar la mirada de la penumbra del exterior.

Cargando editor
02/10/2012, 16:36
Rengar

Hacer lo correcto. Rengar dudaba ya de ser capaz de tomar las decisiones correctas. Cuando creía que algo era lo que se esperaba de él o actuaba con el corazón en la mano, fallaba. A veces fallaba sin darse cuenta, como haciendo que Joxer tomase las armas para parecerse a él. ¿Cómo iba a hacer lo correcto si no entendía ni la mitad de lo que habían dicho sobre la Urdimbre?

Lo único que Rengar había comprendido era que Joxer estaba en peligro grave. Los sharinos lo matarían si lo encontraban. En cambio, si descubrían su relación, lo manipularían o usarían en su contra. Así pues, el paladín estaba perdido. Y siendo un semiorco torpe y cabezota, todo lo que sabía hacer era cargar con el hacha y el escudo. ¿Cómo encontraría el camino correcto?

Buscó con la mirada a sus amigas. Si ellas decían que había que hablar con una acólita de Mystra, entonces era lo que debía hacerse. El tiempo pasaba y el destino de Joxer se oscurecía...

-Vamos a por esa acólita.

Cargando editor
04/10/2012, 11:05
Rina

Rina enarcó una de sus finas cejas al escuchar el apremio de Rengar. Se volvió, apartando por un momento la mirada de la ventana y clavó sus ojos cobrizos en los del paladín...

- ¿Ahora? - Preguntó con un tono de voz suave. - Tendremos que esperar a mañana, es muy tarde y no creo que a la acólita le guste que la despierten pasada la medianoche. - Comentó y volvió a mirar hacia el exterior. Ella estaba acostumbrada a trasnochar casi cada noche. Aunque después solían pegársele las sábanas y dormía hasta bien avanzada la mañana. Por ello no le importaba continuar investigando... Pero era consciente de que la gente solía dormir a aquellas horas. 

Cargando editor
04/10/2012, 19:45
Galatea

Apuesto a que no le importará acostarse hoy un poco más tarde si con eso puede ayudar a evitar que dejen de pasar cosas raras con la Urdimbre—comentó Galatea ladeando la cabeza mientras cambiaba el peso del cuerpo de pierna. Inconscientemente había salido en "defensa" de Rengar al igual que el paladín había hecho con ella en el tema de la ropa—. Y a que la némesis de su diosa consiga lo que quiere... sea lo que sea.

"Aunque yo me inclino por «catástrofe para todos»... "