Partida Rol por web

-Lo habrá. En cuanto Bates se recupere -replicó Troy, retándole con la voz a llevarle la contraria-. Y si no hay más remedio supongo que os queda el chico. Vale. Empiezan a dejar de temblarme las piernas. Voy a ponerme en marcha.

Le llevó unos cuantos intentos, pero logró adoptar una posición erguida y no demasiado inestable. Se aseguró de que las rodilas, los tobillos, las caderas, todo funcionaba. Bien, no había quedado impedido. Sólo se encontraba en un infierno de dolor.

Era un consuelo.

Con un paso más seguro de lo que hubiera esperado Troy Sanders reanudó la búsqueda de Goldfield.

Spencer suspiró mientras Troy continuaba su camino por el almacén. El resto de aquella planta parecía estar libre y desierto, ya que dejó atrás aquellos dos cajones que tapaban su visión y no ocurrió nada más.

Al otro lado había algo parecido a lo del principio: un almacén desierto de no ser por la sala de control que se encontraba al final. Allí había unas escaleras para subir al piso de arriba, la puerta a la propia sala y una trampilla un poco más alejada, en el suelo.

- Creo que ahi está tu entrada. - comentó Control 1

Después de mirar desconfiadamente en todas las direcciones Troy se aproximó a la trampilla. Más valía que Goldfield estuviera ahí abajo.

Troy decidió finalmente abrir la trampilla con las manos y sólo le acompañó el sonido del metal chirriando mientras observaba el agujero que le llevaría a las entrañas de aquel sitio. Número 8 comenzó a bajar con cuidado, temiendo que la escalera cediera, pero tocó el suelo sin mayor preocupación.

No veía nada otra vez, así que activó la visión nocturna del traje y se encontró a si mismo en lo que parecía una enorme tubería de piedra. Como si de un acueducto subterraneo se tratase, el camino continuaba de frente unos metros más para luego bifurcar hacia izquierda y derecha, en forma de T.

-Control. Necesito que empieces a usar esos filtros sonoros. Busca sonido de personas. Respiración, voz, esas cosas. Y quiero que vayas haciendo un mapa de este sitio, pónmelo en la pantalla.

Dadas las instrucciones, y esperando que aquello no fuera un laberinto pero preparado para lo peor, Troy tomó el camino hacia la derecha. Solía preguntarse, cada vez con más amargura, cómo hacían los villanos para construirse esas bases y esas mazmorras tan impresionantes sin que nadie se diera cuenta.

- De acuerdo. Parece haber algún tipo de reverberación bastantes metros más allá, pero aún no te puedo decir el origen. En cuanto haya algo identificativo te lo notificaré. - comentó Control 1 mientras 2 parecía decirle algo al lado, pero no tenía activado su micrófono y no lo pudo entender - Si es el único camino dudo que pueda derrumbarse, además, de ocurrir el propio almacén podría venirse abajo, Control 2. Dudo que vaya a ocurrir algo así. -

- Por cierto, Número 8. Si ves algún tipo de salida de agua, de un par de palmos de diámetro, avisa. -

Pronto llegó a algo diferente al pasillo habitual: había un camino que avanzaba de frente girando un poco a la izquierda y una escalerilla que bajaba hacia abajo directamente. Operaciones tomó la palabra.

- Esa escalerilla podría no aguantar tu peso... ten cuidado si quieres ir por ahi. -

Troy se asomó por encima de la escalerilla y volvió a pasar por los filtros visuales del casco. Sacó el gancho y se aseguró de engancharlo al saliente en vez de la escalerilla. Activó el mecanismo y empezó el descenso.

-¿Para qué quieres saber lo de la salida de agua?

Al otro lado y por primera vez en horas, Fedora se rió un poco. - Sólo considero la posibilidad de que intenten ahogarte. - comentó Control 1 mientras empezaba a dibujar el mapa y lo hacía aparecer en la pantalla del visor, de mano de Cable.

Al tocar suelo pudo notar que había agua por el sonido que hizo, sin embargo ésta llegaba sólo a la altura de sus tobillos. El camino estaba más oscuro que antes y aunque podía ver gracias al traje la disposición de aquel pasillo era realmente incómodo.

- Parece que vas por buen camino, Número 8. El sonido se intensifica por ahí, manten los ojos bien abiertos. - le recomendó Spencer

-También habría que ponerle una reserva de oxígeno a esto -observó Troy-. Después de instalar los calmantes.

Lo primero que hizo fue arremangarse un poco la gabardina, casi sin darse cuenta. Dejó colgado el garfio por si lo necesitaba más tarde y puso un recambio en la pistola antes de continuar. Encendió los LED y escrutó la oscuridad del túnel antes de avanzar.

-Pero aseguraos de que no suena a bomba. Ya he tenido bastantes para una vida.

Troy continuó hacia adelante en aquel pasillo que parecía no tener fin cuando de repente una conexión apareció en su comunicador. Era de una radiofrecuencia de corto alcance, por lo cual ni Fedora la detectaba ni nadie más que él podía oírla. Ya la había vivido un par de veces más, así que no le pilló por sorpresa.

No tanto como la voz que escuchó al otro lado.

La voz de James Goldfield se materializó en su oído como venida del inframundo. - ¡Número 8! ¡Número 8, me oyes! ¡Al habla Operaciones! ¡Número 8, confirma que puedes oírme, por favor! - la voz sonaba cansada pero enérgica, buscando llamar su atención... y lo había conseguido con creces

Troy se quedó clavado en el sitio. Se llevó la mano al oído, como para trapar la voz de James antes de que se escapara, y por supuesto sólo consiguió rascarse el casco.

-¡Operaciones! ¡Operaciones, responde! ¡Aquí número 8!

Sabía que debería preguntarle por su estado y su situación, pero se había quedado bloqueado.

Goldfield suspiró al otro lado de la conexión y tomó aire un par de segundos. - Escucha, hijo. - James no llamaba así a Troy desde que dejó de ser su tutor en la Fundación Wayland - No sé dónde estás, pero no deberías continuar. Estos túneles son un suicidio y si entras corres el riesgo de no poder salir de aquí. - dijo el hombre, apesumbrado. Troy pudo escuchar una silla arrastrarse levemente así que Troy supuso que estaba hablando a través de un micrófono convencional

- Aquí se encuentra un panel de control de emergencia de algo muy serio, Número 8. Wayland me pidió que viniera aquí y evitara una catástrofe, pero no puedo salir. Y aunque lo hiciera, me arriesgo a que se desate en Betlam un caos que no estoy dispuesto a permitir. - James carraspeó un poco y comenzó a toser pesadamente - Mayhem... Mayhem me interceptó cuando me dirigía aquí. Me siguió y estuvo a punto de cogerme, pero ahora estoy encerrado. Quizás esté tras de ti ahora: sabía de la existencia de este lugar mucho antes que yo. -

-El Protocolo Terminus -suspiró-. Instrumentación está en ello. Mira, esto es muy sencillo. Hay un Control provisional en activo, pero no me inspira ningún respeto. De modo que a la hora de la verdad, ahora mismo yo soy Control. Así que ayúdame a encontrarte.

Goldfield pareció pensarse aquellas palabras de Troy, pero finalmente tomó la palabra.

- De acuerdo. Dime dónde te encuentras, Número 8. - dijo con el tono que siempre había usado desde la base

-Desde el sótano he girado a la derecha y he bajado una escalerilla. Delante de mí lo único que veo es túnel.

Se sentía muy tenso por la posibilidad de que Mayhem hubiera provocado todo aquello para que le guiaran hasta el Protocolo Terminus, por la emoción de haber encontrado a Goldfield, y muy a su pesar, por encontrarse otra vez bajo sus órdenes.

- Entiendo. Continúa de frente hasta que no puedas más. Verás a tus pies una escotilla que se abre como si fuera giratoria. Ábrela, pero no entres por ella. Da la vuelta y vuelve a la entrada, pero coge la salida de la izquierda. Encontrarás al rato una sala grande y vacía. Avísame cuando estés en ella, ¿de acuerdo? -

¿Quién habría construido un laberinto tan absurdo? Es más, ¿por qué sentía la gente la necesidad de hacer aquellas construcciones sin sentido? Se esforzó por no resoplar y volvió a dolerle todo.

-Recibido. -Empezó a caminar-. Te advierto que no quiero heroicidades. Como me estés engañando para hacer un sacrifico heroico pienso partirte la cara. Y como seas Mayhem mintiéndome pienso matarte.

Troy continuó el camino hasta donde James le dijo, sin entender muy bien a dónde iba todo aquello. Una vez llegó hasta donde James le había mandado, comprobó que se trataba de alguna especie de foso y que él se encontraba en el fondo.

- ¿Ves esa palanca? Acciónala. La estancia se llenará de agua... y tendrás que arreglártelas para llegar a la parte superior, donde está la salida. Deberás esperar a que el agua llegue arriba del todo para poder usar la salida. De no haber abierto la escotilla del otro lado esa salida no se abriría y te quedarías encerrado. -

Decidió no plantearse muy bien lo que estaba haciendo, porque si se ponía a pensar la posibilidad de ahogarse le asustaría. Siempre había funcionado así: hacer algo peligroso lo más rápido posible para que no le diera tiempo a pensar por qué era peligroso.

Se permitió, sin embargo, mirar hacia arriba en busca de aquella salida de la que hablaba Goldfield mientras accionaba la palanca.

-Control, es posible que me ahogue en un rato. Espero que no hayas apostado por mí.