Bah, sois todos unos humanos cobardes... Enemigos, ¡venid a mí! XD
Sus acciones de observar y permanecer atento pronto se vieron recompensadas. Aunque sólo fuese a medias. Leves sonidos rompían el silencio en la distancia o quizá en las cercanías, sin embargo, Brenus era incapaz de localizar el origen de dichos ruidos.
Se rascó la cabeza, intentando focalizar la pequeña sonoridad para tratar de vislumbrar el lugar de ¿la pelea? Aunque fue en vano.
El tremendo vozarrón del enano no sólo terminó con el silencio que rodeaba al grupo, y por tanto con la ventaja estratégica, sino que también hizo que Chia casi se abalanzase sobre él.
"Adiós al factor sorpresa" pensó al mismo tiempo que dejaba escapar un leve suspiro.
Se llevó la mano a su espalda, aferrando su guadaña. Estaba claro que el enano había escuchado algo y si ese "ser o criatura" había escuchado las palabras de Gunnar podría acercarse con intenciones peligrosas. Más le valía estar preparado y no llevarse sorpresas desagradables.
Os acercáis a los matorrales tras los que se desarrolla la acción. El grito del enano parece no haber atraído demasiado la atención de los contendientes, demasiado preocupados en no ser apuñalados por la nuca como para centrarse en nadie más.
Sí, no cabía duda, había peligro, pero bastante menor del que os habíais imaginado. O eso era lo que la primera impresión os había causado. No era una horda de engendros aquello a lo que vuestros compañeros de fatigas se enfrentaban.
Y aún así, la escena era harto desagradable. Un enano herido no cesaba de proferir amenazas e insultos, desde "Escupenugs, machacanugs, chupanugs" y todo vocablo acabado en nug que creyeras que un enano podía emplear. Iba bastante bien vestido. Posiblemente se tratase de un rico comerciante de la superficie.
Un engendro tenebroso, un hurlock solitario y aparentemente ileso, lo había estado arrastrando por el suelo, como queriendo llevárselo en dirección sur, como si pretendiera llevarse la comida hacia su "hogar", quizás hacia la Espesura de Korkari o alguna fisura del terreno por el camino desde donde pudiera regresar a las profundidades de las que, evidentemente, había salido buscando alimento. Pero, afortunadamente para el enano, Garret y Tásar se habían cruzado en su camino. Ahora los tres combatían contra el engendro, quien desde luego se estaba llevando la peor parte en el reparto de tortazos.
Os paso a la escena en donde están los dos combatientes.