Partida Rol por web

En un punto dado del viaje, la princesa cambió su turno por Gauche, o más bien Frederick para ella, ante la cual pudo decansar su cuerpo sentada de otra forma en el interior del carro. Con un suspiro agarró la lanza y se sentó junto a su hermano

La espadachina en ese momento descansa tranquilamente en el interior del carro, con la cabeza apoyada en la tela, contaba algunas cosas al joven príncipe, como el hecho de haberse criado en un templo de Icycla, aunque no le puso nombre al mismo, y al llegar la princesa, adquiere un aire ligeramente pensativo. Llevan ya más o menos un día de viaje, y hay algo que la escama un poco.

- Disculpad que os incomode con una pregunta, pero... Princesa, ¿tenéis la capacidad de vencer a todos los mercenarios aquí presentes a la vez? -pregunta con curiosidad por saber cuánto de fuerte podía ser Maxine, pero antes de que responda a la extraña pregunta, aclara- Me sorprende que gente de vuestro linaje venga sin escolta con un grupo de mercenarios que no conozcan a la perfección... Es más, incluso conociéndolos mucho. -plantea con una tranquilidad absoluta- Entiendo que, en este caso, que nos hayan conocido junto a Naysse y mi Maestro hacen que tengamos ciertas... credenciales. Pero pensé que vendría una escolta o algo, para evitar que si fuésemos menos honrados tratásemos de secuestraros para pedir rescate o semejante. -sugiere.

Tan tranquila se mantiene al decir estas palabras que resulta impensable que en verdad se le pasase por la cabeza hacerle algo así a los príncipes, pero en cualquier caso, coge su espada, enfundada y apoyada a su lado, y la tiende delante de ella, aún enfundada, de tal manera que cualquiera de los dos hijos del monarca puede cogerla sin ninguna reacción por su parte, delatando que de esa forma no tienen que estar alerta a sus movimientos en ese momento.

Al principio la princesa hizo un poco de caso omiso a Anya, al menos hasta que se refirió a esta por su titulo. Entonces fue que abrió sus ojos los cuales descansaba y empezó a escucharla siendo que enarcó una ceja en el proceso, incluso después de la aclaración antes de mirar a Helga y ya luego volver con la espachina para responder. - Podría con los adeptos de Terrano y Mimali y con uno más... No obstante no soy una guerrera sin cabeza y observandoos iría uno a uno, evitando al resto. Además, odio los escoltas. Yo misma he conseguido mis propios logros como para tener que aguantar a un grupo de soldados rasos a mi alrededor protegiendome - Sin duda la personalidad de la princesa era fuerte, siendo que demostraba en su lugar lo independiente que era.

-Aún así, hay una justificación ante la falta de escolta más allá de mis meros caprichos - señaló entonces a Helga con una mano - Helga viene referida por la sacerdotisa Arani, la sabia, una sacerdotisa en alta estima en Trayerta, Maxener y Laforana. Mi padre confía tanto en ella como en Arani y por ello solo le dió lo que solicitó, además de la condición de llevarme a mi tanto de vigía como de acceso a las ruinas. Si un simple grupo de mercenarios se atreviera a romper la confianza de mi padre, desde luego no deberían haber sido contratados desde un principio. Pero el rey ha visto que la pequeña Uromaki no es precisamente corta de inteligencia. - viendo entonces el gesto final de la espadachina, Maxine la miró de reojo, aunque ella seguía agarrando su lanza, aunque no fuera por desconfianza - Agradezco tu gesto aun así.

Helga permanecia en silencio ante la conversacion que se estaba dando entre las dos guerreras. Realmente no entendia muy bien la forma de pensar de esa clase de personas. Pero por lo que entendio aquello parecia una "prueba de confianza" o algo asi. Al escuchar a la princesa hacer referencia a ella y a sus "credenciales" sonrio levemente para añadir:

Bueno, no es para tanto, ademas todos queremos que todo se solucione de la mejor forma posible, ninguno queremos que el mundo se acabe ¿verdad?

Se hecha para atras apoyandose en la madera de la carreta ya que su altura no daba para mucho mas y añade:

Ademas dicen que la gente que es afin termina juntandose ¿no?

Pese a la respuesta de Helga, la princesa miró hacia fuera como si buscara no decir lo que escapó de sus labios - Lo facil sería eliminar a los elementos sellados de los dioses... - No dijo más, tampoco esperaba que nadie la hubiera oido, pero eso distaba mucho de ser real.

La espadachina escucha con tranquilidad la respuesta y, después de que la guerrera rechace su espada, la apoya sin premura en el mismo lugar donde estaba. Se le nota cierto mimo hacia su arma, como en la mayoría de los guerreros que han aprendido a confiar en una en concreta. No es que no pueda manejar otra, es que esta es la suya.

- Entiendo. Y sí, nuestra compañera Helga no carece de inteligencia, en eso concuerdo. -responde con tranquilidad- Simplemente pensaba. -concluye.

La espadachina vuelve a mirar el paisaje, aunque cuando Maxine suelta esa frase por lo bajini, la espadachina se le queda mirando un momento, como meditando algo que decir, y finalmente responde a su susurro demasiado audible.

- Mi anterior maestro me dijo una vez... que cuando una solución a un problema extremadamente complejo parece evidente, es que no se la está mirando desde los suficientes ángulos. Que suele tener muchos más problemas de los que parece. -plantea tranquilamente- Aunque quizás dado su linaje conoce historias más concretas sobre los que se supone que destruirán el mundo que una humilde espadachina, en cuyo caso me encantaría oír las historias de sus labios y de los de Max, que aún en su juventud parece realmente leído. -menciona, dedicándole una mirada amigable al chiquillo.

Al chico lo trata de una manera amable, mientras que a ella la trata de una manera más marcial, seria y respetuosa.

La princesa miró de reojo en esa posición a Anya y soltó el aire que retenía cual suspiro por los orificios de la nariz. - Aunque tu anterior maestro es un sabio... Hay veces que la solución más sencilla es la que se antoja como correcta, sobre todo cuando se va a la desesperada. - Hablaba con sabiduría pues bien sabiais los presentes, que teniais una cuenta atrás encima. - Por desgracia no. No conocemos otras historias que las que cuentan las profecías, o dicho de otra manera las que se las enseñan a todo el mundo para evitar posibles descuidos. - hablando como descuido, el hecho de reavivar los elementos.