Tras el incidente de la armadura y las debidas presentaciones, cuando miraste y dijiste aquello de aquel mago, este bufó en señal de hastio - Toda magia es aterradora si no sabes controlarla - alzó entonces una mano hacia un lateral y de esta formó una pequeña flor eterea que desapareció a los pocos segundos - No se quien os habrá dicho eso, pero soy un gran mago, no uno aterrador. - Intentó pues quitarse ese estigma que de repente apareció sobre el.
Huelga decir que Demian desvió la mirada, pero aún así siguió en su posición.
Ya entonces Saray hablaba con el rey mientras mirabas el casco, el cual no era nada más allá de un simple casco normal cuya dureza se asemejaba mucho a un mineral que solías encontrarte muchas veces mientras excavabas. Lo bueno es que eran minerales pequeños o faciles de sortear. En la superficie lo conocían como hierro, y como tal si era taladrable, pero tardabais un poco en romperlo.
Al final toda la conversación terminó y ocurrió aquello que os alertó a ti y a tu compañera. El rey al oir lo que decías se quedó pensativo - ¿El norte? Allí hay unas ruinas, a unos días de camino. Unos exploradores fueron a verla junto a mis hijos. Si es aquel lugar - y por lo que podías denotar más o menos lo era - os ruego que vayais cuanto antes y les ayudeis. - Demian tras oir tu pedido y el del rey asintió llevandose una mano al pecho. - Siganme - y con una simple palabra el soldado empezó a correr... solo que Saray se quedó quieta
-Ha-hans... Y-yo no sirvo para combatir... Ve tu, se que podrás solucionarlo y... mientras yo hablaré con su majestad de lo que hemos venido a hablar - menos loca y más temblada, Saray parecía haber dicho algo lógico y es que realmente nunca la has visto a ella en acción y ahora estaba temiendo por su vida al ver que la decias de actuar... Igual no le gustaban las batallas. Sea como fuere, al final Demian acabaría llevandote al patio trasero donde todo era tierra - Aquí tiene señor Hans ¿es suficiente?
Tu decisión
Hans vio con asombro como el mago hacía aquella flor hecha con lo que parecía un sorprendente control sobre la magia. El pequeño topo solía podía imaginarse que otra cosas, más temibles y amenazantes podría hacer con sus talentos. Convendría hablarlo con el mago en algún momento sino fuera por la situación que llegaba a interrumpir cualquier tren de pensamiento, en la forma de un movimiento sísmico.
-Unas ruinas -dijo Hans penando en voz alta-. Si de alguna manera se conectan con túneles bajo tierra podría ser muy peligroso -El topo puso sus patas en movimiento hasta que notó que Saray no le seguía, así que puso instantáneo freno a su marcha.
Al escuchar a la armadillo rosada, Hans hizo una ligera mueca. Con filosas garras y fuertes pieles, la sangre de los Geomali ardía con el calor de la batalla, o al menos es lo que pasaba por la cabeza del topo, así que con la determinación en la mirada de alguien que ya había tomado una decisión, miró de frente a Saray. -Lo que sea que ocurrió, puede estar relacionado con las ruinas. De las cuales estoy seguro que podrías sacar mucha información. Sin mencionar que incluso podría estar relacionado con "La calma." Así que debes estar ahí. Eso es un hecho -Dio unos pasos hacia la temerosa armadillo-. Y por eso me encargaré de solucionar todo lo que pase ahí para que puedas investigar el lugar cuanto antes -dijo Hans esbozando una media sonrisa, aunque luego volteó a ver al rey con una actitud más seria-. Rey Magno, por la alianza que habrá entre nuestros pueblos, tengo un favor que pedirle. Me dijeron que es de los más, sino el más fuerte hombre en todo el Trayerta, así que la única forma en que pueda partir tranquilo de aquí es si me promete que mantendrá a Saray a salvo. El Geomali más confiable en el UTO me encargó su bienestar, así que agradecería si pudiera protegerla mientras reviso qué es lo que sucede allí.
Independientemente de la respuesta del rey, Hans seguirá a Demian al patio trasero. Un sitio lleno de tierra, que hacía sentir las garras del topo mucho mejor que el aislado y estéril suelo del castillo. -Suficiente. Gracias, Demian. Sé que el rey dijo que son días de camino, pero aún así recomendaría que mandaran gente a la zona como refuerzo. Si ocurren más de esos movimientos en la tierra, puede que la vida de esos exploradores y los hijos del rey corran peligro -dicha esa última advertencia, el topo dio un pequeño salto en el aire y cayó con las garras al frente como si se echara un chapuzón en la tierra, para después dejar que sus talentos Geomali e hicieran cargo de trazar una ruta a medida que avanzaba excavando en dirección de donde había sentido vino tan preocupante evento sísmico, hacia esas ruinas.
Me dirijo hacia las ruinas mientras Saray se queda en el castillo.
Saray al oirte decir aquellas palabras empequeñeció sobre si misma... Realmente no quería allí, no quería meterse en batalla si es que la hubiera, de hecho apartaba la mirada como si de alguna forma supiera que lo que hubiera allí no sería bueno para ella... Y en parte es que así lo era. No obstante al permitirle quedarse, la armadillo rosa te miró sorprendida antes de mirar al rey al que te dirigiste.
Este se acercó de nuevo a ti y se agachó hincando una rodilla en el suelo - Desde luego, no soy el hombre más fuerte del mundo, y si alguno estuviera en Trayerta, no sería el hombre más fuerte de esta ciudad. Más os puedo jurar, valiente Hans, que mientras Saray permanezca dentro de las murallas de Trayerta, no permitiré que le hagan daño alguno. Lo juro por mi condición de Rey. - Dio pues entonces su palabra de manera tan majestuosa, que parecía imposible que no pudiera cumplir tu pedido. - Gracias su Majestad... Gracias Hans. - dijo Saray a ambos allí aún presentes.
Por otro lado, en el patio Demian asintió a tu petición. - Lo más probable es que pueda contar contigo para que resuelvas lo que allí suceda, pero hablaré con los soldados y enviaremos allí una guardia para actuar o reforzar las ruinas, depende de lo que sea necesario tras llegar. Por eso no os preocupeis Hans, eso si, tened cuidado. Quien sabe que puede estar pasando. Espero vuestra vuelta - Y nada más empezaras a excavar Demian se iría de allí, siendo que el agujero se cerraría solo tras de ti...
La velocidad de los Geomali sin duda resaltaba a la hora de excavar y la tuya no se quedaba atrás de entre ninguno de los Geomali. Más teniendo en cuenta de que la urgencia apremiaba cuanto más. Sin duda si algo había allí y tenía que ver con la "Calma" había que resolverlo...
Solo que de nuevo, aquella calma, o algo similar, vino de golpe mientras excarvabas. En un picar la tierra todo se volvió un espacio vacio, inerte, la tierra a tu alrededor se volvió oscuridad y no podias ver nada más a lo lejos... Ahora flotabas en un lugar inmenso que no era la tierra, ni siquiera podias sentirla ni verla...
No había nada... hasta que de pronto un fulgor marrón te rodeó sin más gobernando todo a tu alrededor, y según mirabas más y más, a tu alrededor, solo había arena, un desierto inmenso que se extendía más allá incluso de donde alcanzaba tu vista. Una vista paralizada en cuanto rotación, pues tu cuerpo se encontraba siendo tragado por las mismas arenas que creías pisar y que realmente te estaban ahogando por la misma situación que ocurría fuera de este mundo...
El camino que recorres es arduo y peligroso
Dijo una voz gruesa y enorme que resonó por todas partes, casi como si el lugar en el que te encontraras fuera una cueva o la misma tierra que excavabas antes, pero sin embargo a tu alrededor todo era un sitio en el exterior ¿No? Para colmo toda la arena a tu alrededor se movía al unisono de las palabras que la mentada voz hacía alarde siendo que te removían más y más en tu sitio.
Pero el destino es caprichoso y las oportunidades únicas...
Poco a poco y como si de un terremoto se tratase, un hueco se abrió entre todo aquel lugar iluminado de marrón, dejandote ver la negrura que antes veías, y enfocando directamente a unas cuevas donde había nueve personas, entre ellos uno estaba brillando con un aura similar al color que no parabas de ver.
La vida de los que ves está en peligro,
y la llama de uno de ellos a punto de extinguirse.
Pero la tuya parece arder con ansias de salvarlos,
aunque no puedas hacerlo. Esta vez.
Si lo que decía dicha voz era cierto, entonces lo que estaba ocurriendo era algo mucho peor que la calma, era mucho peor que una simple batalla, era algo peor, pero no para ti. Era algo que solo le afectaría a unos pocos y si ello llegase a extenderse por todo el mundo sería sin duda una debacle a punto de ser invocada, a punto de ser llamada y evocada a la destrucción de los demás, de aquellos que podías ver, de aquel que brillaba con dicho fulgor... Y puede que en un futuro también afectara a los tuyos y eso significa que Saray y Ozzy podrían estar entre ellos pronto...
Pero lo peor de todo es que no estaba a punto de ser invocada, sino que ya había sido invocada, sino las palabras de la voz hubieran tomado un cariz distinto, un tiempo distinto, una importancia distinta... No ibas a poder detener lo que estaba por suceder, pero si que el confiaba en que tu mismo pudieras proteger a los que están por sufrirlo, a los que fueran más cercanos para ti. Esa voz estaba segura de que tu te volverías fuerte y protegerías a todos, y por ello...
Tu que anhelas ser más fuerte
Tu que ansias vencer hasta el más fuerte rival
Tu que buscas las formas de mejorar a cada paso, a cada garra
Tu que puedes obtener mi poder, acéptalo y ayuda a proteger al mundo
Mi poder es ahora tuyo Hans
Hans, el Topo Geomali.
Tuya es la oportunidad a partir de ahora de convocar la tierra calma
Tierra que construirán nuevos caminos
Tierra que repararan viejas heridas allá donde vayas
Y que aportarán protección a tus aliados así como armas contra tus enemigos.
Proclama ahora el nombre que desde el primer momento de oirme tienes en tu mente
Proclama ahora que mi poder venga hasta ti
Y protege al mundo entero
En tu mente se dibujó entonces una palabra que designaba el nombre de aquel ser que te había hablado...
Terrano, dios de la tierra.
Disfruta ;3
Hans se vio un tanto curioso por la regia conducta del rey Magno, pero también había un destello de alegría al escuchar aquella promesa, además del hecho de que aún en su posición, se mostraba humilde en su cargo como en su fuerza. Y en su experiencia, a menudo los humildes eran quienes ocultaban una fuerza tremenda, así que vio un potencial contendiente en batalla en un futuro. -Solo eso quería escuchar, gracias Rey Magno.
Antes de partir vio a Saray con una sonrisa y asintió amablemente... o tan amable como podía ser el brusco topo. De igual forma, ya en el jardín, se mostró positivo con la respuesta de Demian. -Muy bien, te lo encargo entonces. Y Demian... gracias por todo -Expresó su gratitud en una especie de reverencia parecida a la que había hecho al rey. Después de todo, ese caballero había sido un gran apoyo y se había ganado su respeto. Hecho eso, se propuso a excavar con celeridad.
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El cuerpo del pequeño topo se estremeció en cuanto una sensación lo invadió y de pronto, la garra que sentía la tierra paso a palpar solo vacío y que el resto de sus alrededores se convirtió en un vasta oscuridad que no podía sentir. Era como la "Calma" pero peor.
Hans movió sus garras con desesperación, tratando de hacer contacto con algo, con lo que fuera, pero la inmensidad solo le negaba cualquier clase de toque.
Y aunque se sobresaltó con la repentina aparición del fulgor que lo rodeó, todo su cuerpo dejo de estar tenso cuando tuvo visión de arena. Pudo haber sido no más que un estéril e interminable desierto, pero al menos veía tierra de nuevo. Por supuesto, esa breve calma estaba destinada a terminar, justo en el momento en que empezó a hundirse en la arena.
Hans intentó con todas sus fuerzas combatir la arena, aún a pesar de saber lo inútil que era, pues muy en el fondo, estaba entendiendo que esto no era una situación que por la que solo pasaba él, solo parando brevemente cuando escuchó aquella voz haciendo un ominoso eco que no correspondía al lugar donde estaba en ese momento, pero que el movimiento de la arena sugería que se relacionaba con todo esto. Más aún porque se hundía más cuando la voz sonaba.
-¡¿Es esta una ilusión?! ¡¿Un truco?! -gritó al aire, pues no sabía exactamente de donde provenía la voz. Si era un oponente que trataba de atacarlo, tenía que hacerle frente, no importando que tan enorme e imponente se escuchara.
El topo estaba en alerta, por eso cuando sintió el espacio abrirse levantó su garra como si fuera a atacar, pero su agresividad se tornó en curiosidad al ver como la visión se enfocaba en o que parecían ser unas cuevas, y más extraño aún, alguien que tenía un especial brillo, como abarcaba la extensión de ese lugar. Y por asombroso y distractor que fuera esa imagen frente a sus ojos, la pronunciación de que todos los que veía podrían morir especialmente uno de ellos, hizo que Hans empezara a moverse como antes buscando zafarse de la arena, el espacio flotante o cualquier cosa en su camino. Simplemente no podía quedarse ahí y verlos morir. Solo un segundo más tarde se dio cuenta de la verdadera gravedad del asunto. Una amenaza pero de lo que pudo haber imaginado, aún peor de lo que los Geomali esperaban, estaba ocurriendo en ese instante. Así como se sintió ahogar antes, la catástrofe podía extenderse, no, era un hecho que lo haría, y el recordatorio de que no pudo haberlo evitado abrumó al pequeño topo, nunca sintió antes tanto temor, e impotencia ante una situación. Sentía que luchaba con un oponente que no podía ver ni tocar, y que que estaba a punto de derrotarlo. Ese oponente acechaba a Ozzy y a Saray, y él solo podía ver como llegaba su inevitable fin, justo como los nueve en la imagen. Y sin embargo, la voz le transmitía que no todo estaba perdido. Que si bien la "tormenta" llegaría, todavía había algo que se podía hacer proteger a quienes sufrirían, brindarles resguardo de la tempestad. -Ozzy, Saray, Aqua... todavía puedo proteger su llama para que la tormenta no la extinga -Se dijo a sí mismo, con una poca esperanza que empezaba a surgir en él gracias a la voz.
Escuchaba la voz con fuerza, y sus palabras le inspiraban cada vez más. Hans no era ni de cerca un héroe, pero sí podía proteger, la catástrofe llevaba la delantera, pero de él dependía ganar el último asalto, ¡no podía haber batalla más grande! Fue entonces que una palabra se formó en su mente, una que le hizo repensar todo lo que había escuchado, todo de repente parecía más significado. Si se trataba de el, era una señal. Los Geomali temían que sería de su conexión con el mundo, y ahora le hablaba la fuente de esta.
-Reclamo tu poder, Terrano, dios de la tierra, patrón de los Geomali -dijo Hans extramente solemne, solo para después sonreír ampliamente-. La pelea por Sansóläis todavía no termina, y aún podemos ganar. Dime que es lo que tengo que hacer y lo haré.
Fuertes como ninguna, tus palabras resonaron por todo el lugar, removiendo el cielo y poco a poco la arena a tu alrededor e incluso agrietando la tierra. Todo a tu alrededor parecía ahora temblar en son a ti mismo, pareciendo querer dejarte salir de aquella prisión que de arena se había formado para entonces… Hundirte más en ella y tragarse hasta tu cabeza, dejándote así en una gran negrura…
Negrura que poco a poco cambió de nuevo. La tierra se volvió piedra y tú alrededor aire para respirar. Había algo que te agarraba allí, que te sostenía en aquella enorme negrura, una figura fusionada con la piedra y arena de alrededor, dejandose ver pues como una figura alejada por la extensión de su brazo
Enorme e imponente en su máximo esplendor, se hallaba ante ti acercándote pues poco a poco con sus gigantescas manos hacia su rostro para poder verte mejor, mientras que la arena de su cuerpo caía y te cubría más y más
Tu que aceptas pues mi poder
Protege ahora a todo ser que ames y aprecies
Pues ellos serán los que guién el camino que tus pies anden y tus garras caven.
Dichas palabras temblaron en todo su ser removiéndote incluso tu interior antes que finalmente y por la diferencia de tamaños, el ser enorme de tierra te acercara a tus labios en un intento de beso que casi parecío que te comía, inundando en el momento del contacto todo con una enorme luz que primero cubrió la tierra y luego el resto
Lo último que viste en aquel lugar era un mero símbolo que resistía a toda luz y que poco a poco se fundía con tu cuerpo
Desde la parte más profunda de la tierra que comprendía aquel lugar, empezaste a ver a aquellas personas, notar la tierra alrededor de la negrura y oir aquellas terribles y criaturas extrañas.
Estabas aún en ese vacio en donde apenas podías ver si quiera la tierra que escarbabas en ella, pero a tu alrededor había un sin fin de criaturas que hacían a tu pelaje ponerse tenso. Unas criaturas imposibles y nunca vistas ni por ti, ni por ningún ser viviente en todo el planeta
Aquellas criaturas te rodearon evitandote y lanzandose hacia adelante en dirección a aquella caverna en la cual podias ver a esos nueve sujetos y aún el más grande de ellos brillaba... Sabias que esos seres a tu alrededor se mostrarían hostiles pero además el hecho de parecer criaturas imposibles te hacía sentir que jamás podrias destruirlas... Solo te quedaba una opción, tratar de salvarlos... Sobre todo ahora que cuando comenzaron a correr esos nueve sujetos, las criaturas comenzaron a salir de las paredes de aquella caverna buscando perseguir a aquellos sujetos.
Era ahora o nunca... la prueba de que podrías salvarlos
El sello lo tienes en alguna parte de tu cuerpo bajo el pelaje. Tu decides donde :3
Hans se sintió fuerte y poderoso cuando su voz parecía resonar incluso con la tierra misma, y como hasta la arena se había detenido... pero solo fue por ese momento, porque inevitablemente la arena terminó por cubrirlo del todo.
Al pequeño topo le costaba creer la sucesión tan abrupta de un nuevo panorama, uno de piedra y aire, sin mencionar a la enorme figura sosteniéndolo. A pesar de su tamaño, Hans nunca se había sentido pequeño, porque consideraba que un oponente nunca se puede juzgar por su estatura, pero en este momento, se sentía el más humilde ante la figura que lo acercaba en medio de tanta piedra y arena.
Las fuertes palabra dichas resonaron en el interior del topo, en esta ocasión de forma también literal. Hans abrió su pequeño hocico, como si quisiera decir algo, sin embargo, el mensaje recibido había sido bastante claro, y hablar en un momento de tanta magnitud como ameritaba este, parecía que solo podría quitar majestuosidad a este evento. Por eso fue que justo en momento antes que los gigantescos labios de tierra lo tocaran, Hans se inclinó como lo había hecho ante el rey de Trayerta, y a Demian después que este, eso era la grandiosidad del momento que incluso el orgullos Geomali se vio movido a hacer tal reverencia.
Después de una experiencia tan increíble e iluminadora, ahora el topo volvía a las profundidades más oscuras. Echó un vistazo a esas temibles criaturas. Y aunque en definitiva ponían su pelo de puntas, era innegable que una parte de él se emocionaba por batirse con una de estas en combate... por inútil que fuera la tarea, porque se veían sobradas en resistencia y virtualmente indestructibles... por ahora. Aunque menos le agradó la dirección de esas criaturas, directamente hacia los nueve ahí reunidos.
Si Terrano le había permitido llegar hasta ahí, eso es que era su oportunidad de demostrar que podría resguardar y proteger a los demás así como podría hacerlo en un futuro con sus seres más cercanos. Especialmente tomando en cuenta que antes vio a uno de ellos brillar con luz similar a la que antes lo envolvió.
"¿Será también un elegido de los dioses?"... solo ese pensamiento hizo su pelaje se erizara, pues por fin había caído en cuenta de la gravedad de su situación. Ahora era un elegido. Trayerta, no, los reinos humanos, y los no-humanos, incluso su propia gente le estaban dando caza. No se podía confiar en nadie, aunque, Saray ante había expresado su interés por no matar a los elegidos. Eso es, tenía que asegurarse de hablar con ella sobre eso, pero fuera de ella, no había muchas opciones. Aunque confiaba en Ozzy, él también era responsable por todo el resto de los Geomali, y si tenía que elegir entre él o su gente... esa era una posición en la que no quería ponerlo. De igual forma, ¿Aqua lo entendería? Ella y Hans habían ya discutido antes sobre las ataduras de su posición, pero esto, no sabía como podría reaccionar si se enteraba, todo era muy confuso, pero tendrían que ser cavilaciones para otro momento, donde no hubiera gente en peligro mortal.
Vio como trataban de escapar los nueve aunque uno de ellos no lo iba a lograr. Puso una expresión seria, pero tenía que hacer lo que salvara a quien pudiera salvarse.
El pequeño topo vio a los nueve huyendo y enseguida se puso en acción. Puso sus garras sobre la tierra y fue cuestión de segundos lo que pasó entre que se hundía en un túnel y se encontraba saliendo de un pozo justo en la salida del lugar.
-Implacables, indestructibles, y tal vez hasta invertebrados. Los rivales perfectos -dijo topo recién salido del hoyo, aunque misteriosamente el agujero en la tierra parecía haber desaparecido-. Es una pena que de enfrentarlos estaría muerto en dos segundos -Se preparó tratando de sentir la tierra, usando su conexión Sansóläis, y estaba listo. En cuanto viera a los que iban a lograr atravesar la salida. Usaría la tierra para cubrir la única salida del lugar y dejar selladas a esas criaturas para que así los presentes pudieran estar a salvo.
Pues, Hans es un topo, así que casi siempre va a cuatro patas, así que el lugar más ideal para símbolo es donde no se vea a simple vista, en el estómago. Así que sí, en la barriga de topo :D
Aquella revelación, aquella ilusión, aquel lugar, te reveló una gran verdad... Ahora eras uno de los elegidos de los dioses, uno de los hijos de los dioses, uno de los tocados por los dioses uno de los Herederos de los dioses... Depende de en que cultura se viera, pues cada cual la llamaba de una forma. Tu ahora formabas parte de algo mayor, algo que podía ser o bien muy bueno o bien un error por completo. Una destrucción a punto de ocurrir ¿Pero entonces por qué Terrano te ofreció su poder para que protegieras?
Igual la realidad no era como la pintaban, igual había otra realidad o igual tu realidad era la posible en lugar de la que el resto pensaría con respecto al resto... Pero una cosa era clara, había ahora gente que dependería de ti y entre ellos esas personas de las ruinas.
Veloz como solo un Geomali puede ser, saliste lo más rápido que podías de aquel tunel, pero entonces la realidad te asaltó, una realidad que tu no deberías de poder oir, una realidad que atravesó incluso la tierra para hacerte no solo ver, sino oir aquello que por unos segundos estaba conectado a ti.
Nargu... Ya es hora - Todos pudisteis escuchar la misma voz que le llegó a los oidos del individuo con aquel aura, una voz fina y pequeña, una voz que casi recordaría a las Mimali de flor - No tienes por qué hacerlo, pero estaré contigo hasta el final si es tu deseo - Nargu fue frenando poco a poco sonriendo si es que alguien podía verle bajo la máscara y sin saber como, tu podias ver aquel rostro pedregoso - Tienes razón Angus... Este es mi destino... Por mi, por Nemea... Por mi hermano... Por todos los máscaras... Por vosotros chicos - dijo alzando entonces su cabeza para empezar a quitarse la máscara y dejar ver su rostro - Por ti, Angus... - Y bajando la mano hasta dejar caer la máscara Nargu sonrió
-Salvaos, yo los detendré todo lo que pueda. Y no me detengáis, por que no podréis. Esta es mi última voluntad... Este es mi destino - Y con dichas últimas palabras Nargu invocó un muro de tierra delante suya que separó a el y los monstruos, del resto. Pero tu podias verle aún así... y ver su voluntad brillar de un gran color marron que hizo resplandecer incluso tu simbolo ahora grabado tras tu pelaje - No matareis a mis compañeros. Por Terrano... No, por mis camaradas... No, por mi... ¡¡¡NO, POR ANGUS!!!
Y escuchaste aquellas palabras que en tu mente se condensaron formando una palabra real en el aire con signos como el tuyo
El poder de Terrano: Seismo
Lo siguiente, solo fueron sonidos de tierra moviéndose... Y aún así, pese a haber dado su vida Nargu, su poder no fue suficiente para detener a las criaturas... Casi parecían reirse de su sacrificio mirando a los demás.
Pero no podías dejar que su sacrificio no hubiera valido la pena. y eso te otorgó incluso más fuerza
Tras salir del hoyo te paraste lo suficiente, esperando incluso hasta el más lento de aquellos individuos, fortaleciendote más y más y concentrandote en quien dió la vida por tratar de salvar a los suyos y poco a poco ahí los veias. Saliendo a toda prisa de las ruinas, una humana con una Uromaki agarrada y su robot salieron juntas las primeras. Una guerrera y un niño mago fueron los siguientes. Un kazibara cansado llegó a continuación seguida de una chica que parecía ser humana y una especie sacerdote con una Mimali en sus manos. Y en tu cerebro solo una frase
Ahora
La entrada se cerró, gracias a tu poder, con un fuerte sonido de moverse la tierra, el don de Sansóläis como lo llamaban algunos y el control de la tierra como lo llamaban otros... O la conexión con Sansóläis como lo sabías tu
Y nada salió de las ruinas... Nada salvo una máscara, una pequeña estatua en forma del idolo de Terrano y...
Cuidalos... por mi...
La última voluntad real, de aquel que se sacrificó