Partida Rol por web

El enemigo era muy numeroso e Ivalic volvió a cargar la ballesta y disparó, pero esta vez cambió de objetivo al ver que Hurrn se parapetaba tras un árbol. Tenía que matar más cuervos que Firan o quedaría en ridículo.

- Parriwimple bueno. Parriwimple no hacer daño a la gente salvo que lo merezcan- guardó un momento de silencio. No terminaba de entender lo que había pasado, y tampoco tenía muy claro lo que quería decir con hacer un nuevo cuerpo para él- ¿Guiseppe puede hacer cuerpos nuevos para gente buena que muere? ¿poder salvar amigos muertos entonces también? Parriwimple quiere poder ayudar a sus amigos... pero Parriwimple ser muy tonto. Cuando Parriwimple ser burgomaestre- le había costado, pero a fuerza de repetirlo, había llegado a decir bien la palabreja- pasar cosas muy malas. ¿Seguro ser bueno Parriwimple volver? 

- "Ese es el valor impredecible de la clemencia, querido Hack." - Digo mientras consigo finalmente trepar fuera del carro y salir, avanzando hacia la posición de Hurrn al tiempo que desenvaino la poderosa Espada Solar.

- "Unas veces resulta en una buena acción. Otras resulta ser pura insensatez." -

Hay muchas personas buenas que al morir no están preparadas para volver a la vida. Que cuando resucitan, se desvían del camino correcto. Por eso no voy a dar un cuerpo nuevo a alguien en el que no confío. Y en ti, Parriwimple, confío ciegamente.

Presta atención. Voy a contarte lo necesario para liberar el alma de tu hijo, ¿de acuerdo, Parriwimple?

El espíritu de tu hijo reposa en la cripta número doce de las catacumbas del castillo de Strahd. Necesitarás una llave, que se monta al encajar otras dos. Una de las llaves está en el fondo de un caldero, en el laboratorio de alquimia del castillo. La otra está en un cofre, en los alojamientos de la guardia. Reúne las llaves, encuentra la cripta doce y salva a tu hijo. ¿Lo has entendido, Parriwimple?

Hack revoloteó en torno a Hurrn, haciendo que la poción que pretendía tomar cayese al suelo, el frasco de cristal se rompiese y su contenido se vaciase sobre la tierra.

Hurrn dió un manotazo al aire, derribando a Hack, y a continuación se transformó en cuervo.

¡Craaack! ¿El gallo vuelve a reclamar su dominio del gallinero, no es cierto, Urik? No puedes picotear lo que está fuera del alcance de tu pico.

Hurrn echó a volar, sobrevolando el camino y aterrizando junto a sus compinches de la ladera de la derecha, mientras esquivaba el virote de Helene. Ivalic también falló, por los pelos. Un segundo conjuro de proyectil mágico bastó para que Firan hiciese caer a otro enemigo. Nadija y Jeff se cargaron a otros dos.

Los restantes kenkus dispararon sus flechas contra ellos. Una pasó silbando junto a la oreja de Helene, y las plumas de su ástil laceraron la piel de la mejilla de la sacerdotisa en un pequeño corte superficial. Dos flechas se hundieron en el blanco más lento, Vjelkus, que después de haber subido hasta el puerto de montaña no le quedaba aliento ni para gritar de dolor.

Las flechas que iban en dirección a Urik y a Nadija chocaban entre sí durante sus trayectorias, y gracias a eso ambos se salvaron de recibir un impacto.

Mientras, en el interior del carruaje, Laurie Weathermay-Foxgrove trataba de imitar sin éxito la salida triunfal del Caballero del Cuervo.

Ivalic vio como Hurrn escapaba volando y se alejaba de la espada solar de Herr Urik que lo hubiera hecho trizas.

-¡Maldito cuervo! ¡No escaparás fácilmente!

Pero en su lado aún tenían muchos enemigos, las flechas volaban en todas direcciones y su último ataque no había alcanzado ningún blanco. Volvió a disparar sobre otro kenku del lado izquierdo esperando tener más puntería ahora.

Un hilo de sangre corría por la mejilla de Helene que alzó su ballesta una vez más para disparar contra el Hurrn. En el último instante vio cómo herían a su hijo y su disparo salió desviado. 

Inicio mi ataque contra los kenkus más cercanos a mi posición, esperando cercenar al menos a uno.

- "¡Hurrn, criatura cobarde y despreciable!" -

Hurrn se volvió a transformar, y un nuevo virote de Helene pasó de largo sobre su cabeza.

¡Aaaaack! Malnacida. Buitre. Siempre cebándose con el más débil-se quejó, agachándose un poco para ofrecer menor blanco.

Nadija y Urik mataron a otros dos enemigos, uno en cada flanco. E Ivalic hirió a otro. Si hubiese disparado a la otra colina, podría haber acabado con alguno de los kenkus heridos. Firan se había cansado de lanzar proyectiles mágicos, así que aquella vez usó su hechizo de la vomitona. Uno de los cuervos regurgitó empapando su arco en grumos y papilla, haciéndolo resbaladizo. A pesar de ello, el hombre cuervo siguió disparando como si nada.

Mientras tanto, una chica salió del carruaje volcado...

U... ¡Una chica!-exclamó el primogénito de Helene.

La primera chica ayudó a salir a la segunda.

¡Wah! ¡Gemelas!

Una de las flechas alcanzó a una de las gemelas en el brazo. La otra gemela lanzó un grito y se llevó la mano a su propio brazo. No fue la única herida. Más flechas alcanzaron a Helene, Ivalic y Vjelkus. Por lo general eran heridas someras, pero una enésima flecha logró alcanzar a Nadija en el estómago.

¡Hermana!

Cargo contra otro de los kenkus de Hurrn, antes o después sus compinches se acabarán y el cuervo traidor tendrá que dar la cara.

La situación lejos de mejorar empeoraba, las flechas les herían cada vez más y solo era cuestión de tiempo que alguna de ellas resultara mortal para alguien del grupo.

Tengo que hacer algo o nos matarán aquí.

Su lado estaba lleno de enemigos y era el más peligroso, además no eran capaces de reducirlos con facilidad. no se lo pensó dos veces y tiró la ballesta al suelo. Ivalic comenzó a acercarse a la zona de los kenkus, necesitaba estar más próximo pero le preocupaba Herr Urik, podía caer bajo los efectos del hechizo.

-¡Herr Urik, tápese los oídos y aléjese! ¡Que nadie se acerque!

Mientras corría colina arriba fue lo único que le dio tiempo a gritar. Cuando pensó que estaba lo suficientemente cerca sacó la armónica que había pertenecido al Señor Pit y comenzó a tocarla. Si todo salía como había pensado podría anular a todos los kenkus de la colina de un solo plumazo para que sus compañeros pudieran rematarlos.

- ¿Parriwimple ser buena persona? Parriwimple creer que si, pero hacer también cosas mal. Y cuando Parriwimple ser burgomaestre pasar muchas cosas malas. Parriwimple quiere hacer cosas bien, pero...

El parloteo del amable gigantón se detiene bruscamente. Ha escuchado las palabras de Guiseppe, y las entiende. Debe recordarlas, pero sabe lo tonto que es. Sólo hay una forma de acordarse de ellas.

- Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo. Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo. Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo- como un mantra había empezado a repetir la misma frase, una y otra vez, y luego señaló abajo- Parriwimple recordar. Querer ayudar amigos. Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo. 

Estás preparado. Ve, Parriwimple. Ve.

Las dos gemelas metieron las manos por la portezuela del carro y ayudaron a salir a otro pasajero. Uno que no veían desde hace dos años: el elfo Merquo Iluminador.

Los virotes de Nadija y Jeff derribaron a otros dos kenkus arqueros en el flanco derecho. Ivalic se aproximó al lado izquierdo y empezó a tocar la armónica del señor Pip. Los cuervos se miraron los unos a los otros, sin saber a qué venía aquello tan fuera de lugar. Estaban anodadados y confusos. Dos de ellos empezaron a cacarear. Otros dos kenkus se transformaron en cuervo y salieron volando. Otro se acercó a un compañero, y le dió un pico. Luego otro. Luego, directamente, morreo con lengua. Otros tres cuervos de la colina dispararon sus arcos, y una de las flechas alcanzó a Helene en el brazo.

Firan, viendo que la situación estaba controlada, guardó su magia y recogió una ballesta del suelo, pero era tan tirillas que no fue capaz de tirar de la cuerda hasta el tope para cargar el virote.

Y entonces, en la ladera derecha se hizo la luz...

Y de ella surgió Parriwimple, muy próximo a Hurrn, que se giró asustado.

¡No! ¡Se supone que tu estabas muerto! ¡ESTABAS MUERTO!

Parriwimple tenía a mano una rama baja de un árbol, que podía arrancar y usar como si fuese un garrote. Por lo demás, estaba completamente desnudo...

El gesto de Parriwimple es serio. No hay sonrisa alguna en su cara, y al mirar a Hurn, niega con la cabeza. Aunque las primeras palabras que salen de su boca son extrañas.

- Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo. Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo. Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo- inmediatamente después, niega con la cabeza- Hurn malo. Parriwimple perdonar, Urik perdonar, y Hurn querer hacer daño. Parriwimple no perdonar dos veces. - pero tras las palabras volvió a repetir- Cripta doce. Alma hijo. Dos llaves unir. Caldero laboratorio de alquimia, cofre alojamientos guardia. Parriwimple salvar alma de su hijo.

Justo al terminar estas palabras, el ¿fallecido? Parriwimple, se las arregló para golpear con esa rama del árbol a Hurn, con todas sus fuerzas. Fue un golpe tremendo, que hizo salir volando numerosas de las plumas del hombre cuervo.

Echo a correr monte arriba.

Mientras Ivalic tocaba comprobó como su música iba haciendo efecto en los kenkus, un par de ellos se transformaron en cuervos y salieron volando, otros comenzaron a cacarear y otros... bueno hacían cosas de cuervos. Parecía que su jugada había resultado exitosa y al menos había conseguido anular a unos cuantos, por desgracia no a todos.

¡Oh no! ¡Herr Urik parece también poseído por la magia de la música!

Aquello era un revés, pero le pareció que el beneficio era mayor para el grupo que ahora solo tendría que enfrentarse a un solo kenku en aquel lado, solo esperaba que sus compañeros fueran matando a distancia al resto.
También desde allí arriba vio como las dos ocupantes del carro que acompañaban a Herr Urik ayudaban a salir a otro.

¡Es Merquo Iluminador y esta vez no es una visión!

Herr Urik había venido muy bien acompañado, como siempre su amigo había cumplido con la promesa de ayudarlos y luchar contra el mal que suponía el Conde.
Una luz en el otro lado de la colina llamó su atención, entrecerró un poco los ojos para que no le cegara y de repente vislumbró una gran figura materializarse.

¡Parriwimple!

Tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para no dejar de tocar y que su plan se fuera al garete, pero no podía dejar de mirar al grandullón que había aparecido no sabía como para ayudarlos, arrancando una rama y golpeando violentamente al cuervo Hurn. Hasta su posición apenas llegaban las palabras que el grandullón pronunciaba, pero Ivalic no podía dejar de mirarlo, como si aún no creyera lo que estaba viendo. ¿Como era posible? ¿Que clase de magia había por medio? Tenía muchas preguntas que hacer, pero antes debía esperar a que terminara el combate, que esta vez si parecía poder hacerlo a su favor.

La aparición de Parriwimple, nacido de un haz de luz, no podía dejar indiferente a nadie. Helene parpadeó sorprendida primero, y después, para que las lagrimas cayeran libres por sus mejillas. La congoja enterrada en su pecho pareció disolverse y el valor, regresar con una fuerza inusitada. Alzó la ballesta para disparar, pero una flecha la hirió y su disparo fue fallido. Gritó llena de frustración mientras miraba en torno, a los heridos. Era hora de dejar la lucha para los guerreros y sanar a los presentes. 

Tiro saber por si las palabras de Parriwmple pueden tener sentido para Helene.