Partida Rol por web

La imponente Torre Aim, majestuosa como siempre, se alzaba orgullosamente en el horizonte. Sus altas paredes de acero y cristal reflejaban la luz del sol, creando un resplandor deslumbrante a medida que los invitados se acercaban.

Los guardias, ataviados con uniformes impecables, recibían a cada uno de los visitantes con una cortesía impecable, abriendo las puertas de la torre para permitirles el acceso. Cada paso que daban hacia el interior estaba acompañado por un ambiente de distinción y solemnidad.

Guiados por los guardias, los invitados ascendían por los niveles de la torre hasta llegar al último piso, donde se encontraba la sala de reuniones. Las puertas se abrían revelando un espacio amplio y elegante, dominado por una imponente mesa de obsidiana labrada con exquisitos detalles. La habitación estaba equipada con todo lo necesario para una reunión de alto nivel.

En el centro de la sala, Catherine, Hodur y Alexandra esperaban, emanando una presencia imponente y poderosa. Catherine, con su porte regio y mirada penetrante, irradiaba autoridad y dominio. Hodur, de gesto serio y mirada intensa, parecía estar siempre un paso adelante en el ajedrez del poder. Alexandra, con su elegancia y astucia, desplegaba una presencia enigmática que dejaba a todos intrigados.

La sala de reuniones en la cúspide de la Torre Aim era el escenario perfecto para los encuentros de estos personajes, un lugar donde los secretos se revelarían y los destinos se forjarían en un ambiente de intensidad y desafío.

No he tenido una mala vida a lo largo de mi existencia, pero era notable que me encontraba abrumado ante el exceso de lujo y elegancia que la torre Aim podía ofrecer. Sus comodidades eran otra cosa, difícilmente tienen algo que no puedan complacer aquí. Después de aquella misión en donde todos salimos heridos y logramos acabar con la vida de aquellos que amenazan el futuro, me había mantenido distante a mis compañeros, reflexionando sobre lo que sucedió. 

Al momento de entrar al centro de reunión, las tres emblemáticas personalidades estaban allí esperando por nosotros. Levante la mirada mientras metía mis manos a los bolsillos y me acercaba a ellos de manera tranquila, casi que despreocupada. — Hola. — fue lo único que dije con un rostro inexpresivo. Mire a mi alrededor y enarque una ceja en señal de confusión. — Saben, honestamente no sé cómo debería de tratarlos. ¿Debería de tratarlos con respeto, o no les molesta que les hable con confianza? — observe a Catherine y Alexandra en particular, pues, claramente, ellas son las señoritas que mandan. A Hodur pues, es Hodur. Le tengo confianza como hombres que nos gusta pelear. Espere pacientemente la respuesta de ellos mientras esperaba a los demas.

Llegué un poco a los apurones, quizás imaginando que había llegado tarde. Para mí sorpresa no fue así ya que parecía estar en preparativos la reunión. Con una dulce sonrisa en mi rostro, saludé a los presentes sin entrar en demasiado contacto físico, más allá de algún que otro gesto habitual. Impaciente como estaba, también les dediqué un saludo a los demás, que eran mis compañeros al parecer. 

Una vez allí escuché la pregunta del chico y atiné a responder bastante rápido. 

—Puedes tratarme como a un igual, soy Kat. 

Tras esto aguardé silencio, no quise importunar en nada y no sabía si faltaba gente por aparecer. No quise imaginar la misión que teníamos por delante. Esto de llevar una doble vida, era extremo, pero también gratificante. Así que tocaba esperar. 

¿Cuánto? Esa era la pregunta que resonaba en la cabeza de Alex mientras era escoltado por los guardias, mientras ascienda por el ascensor que la depositaria en el último piso de aquella maravillosa torre. ¿Cuánto tiempo habían invertido en esta “guerra”? ¿Cuánto dinero le costaba todo aquello? ¿Cuántos soldados están a disposición de Catherine? Y ¿Cuántos más como Alex y los otros tres chicos pretendía reclutar?

Sin duda se había metido en un gran lio, pero al menos él podría escribir su propio destino y lo que pasara con la vida de los que le importan y eso no es algo que te ofrezcan en todos los trabajos.

Cuando las puertas se abrieron noto, por encima de todo las tres personalidades que gobernaban el aura de la habitación, Catherine, Hodur y Alexandra eran el centro de todo, incluso aquella majestuosa mesa de piedra negra o la presencia de sus compañeros quedaba eclipsada, y solo pudo virarse hacia sus compañeros cuando sintió que estos tres le dejaron.

  – Lo miso digo, creo que aquí todos somos iguales – le dijo al chico rubio extendiendo mi mano para saludarlo – Mi nombre es Alex.

Repitió la acción, esta vez hacia la chica. Kat

 – Un gusto Kat –

Tras las formalidades Alex guardo silencio y cruzo las manos tras su espalda esperando a que sus jefes hablaran.

Catherine asintió con una sonrisa a medida que cada uno de los presentes iba entrando al salón de reuniones. Vestida de negro, con un estilo formal y confortable, saludó a todos al entrar al recinto. Hasta el momento, solo habían llegado Ren, Katherine y Alexander. Con una sonrisa amable y un brillo en los ojos que denotaba autoridad y confianza, les dio la bienvenida:

-Bienvenidos, todos. Agradezco vuestra presencia en esta reunión crucial para nuestro clan - comentó, acariciándose el cabello con su mano enguantada antes de proseguir. Su voz era firme y calmada, como un faro en medio de una tormenta - Creo que ha pasado suficiente tiempo como para que nos veamos no solo como miembros de un mismo clan, sino como una familia, ¿no es así? Desde marzo, hemos trabajado unidos, habéis dejado atrás vuestra humanidad para transformaros en demonios. Habéis llevado a cabo tareas que ninguna persona normal podría hacer, y habéis adquirido un poder que ninguna persona normal poseería - comentó, mirándolos con una mezcla de diversión y orgullo. Se sentía a gusto con este grupo, les tenía respeto y aprecio. Así que, con un gesto, les invitó a sentarse en la mesa, indicando que la reunión formal había comenzado.

La risa de Hodur llenó la sala, retumbando como un estruendo y arrancando el peso del silencio. Su diversión era palpable al ver sus rostros tensos, y sobre todo, al verlos presentándose entre ellos de nuevo. Al fin y al cabo, ya habían luchado y sangrado juntos en el campo de batalla. El golpe de su mano sobre la mesa resonó, un llamado a la camaradería, mientras les dirigía unas palabras;

-¡Qué alegría volver a verlos, amigos míos! Desháganse de esas caras sombrías, demonios. Somos inmortales ahora, y quién sabe cuántos siglos compartiremos juntos. Ya conocen las complejidades de nuestra sociedad y entienden lo que significa ser parte de un clan, de una familia. Y deben saber que siempre contarán con nuestro apoyo. Pero, recuerden siempre el motivo por el que están aquí. Nuestro principal objetivo es evitar el holocausto. Tengan eso bien claro, y que cada acción que emprendamos esté determinada por esa motivación.-

El tono de Hodur era sereno, pero sus palabras llevaban peso. A pesar de ser el esposo de Catherine, ustedes siempre se habían sentido más cercanos a él. Hodur irradiaba un calor y una alegría incontenibles, y tenía una habilidad única para abordar temas oscuros y presentarlos como un juego de niños. Seguramente, era un producto de sus innumerables años de vida. Pero su tranquilidad no restaba importancia a sus palabras, al contrario, hacía que su mensaje fuera aún más claro.

Con la misma cordialidad que su madre, Alexandra los saludó uno por uno a medida que ingresaban. No había una sonrisa plena en su rostro, pero sus ojos, verdes y penetrantes, destilaban una serenidad innegable. Al ver que ustedes volvían a presentarse, una confusión fugaz cruzó sus facciones, sustituida rápidamente por una risa silenciosa ante las palabras de su padre. Cubriéndose la sonrisa con un gesto delicado, suspiró y tomó la palabra.

-Por favor, siéntanse en casa -comenzó, cada palabra calculada y precisa-. No solamente hemos ofrecido a cada uno de ustedes un penthouse equipado con todo lo necesario por simple capacidad para hacerlo. Es porque deseamos que se sientan parte integral de esta familia. Mi padre tiene razón, nos une un propósito común y una misión noble, pero eso no es todo lo que conforma un clan demoníaco.-

Tomó una pausa, como buscando las palabras justas para continuar, pero su semblante no perdía la calma en ningún momento.

-Existen cientos de demonios, pero los clanes representan la unión más fuerte entre la nobleza demoníaca. Esta posición que ustedes tienen ahora no es solo un privilegio, sino una responsabilidad que los eleva al nivel de un miembro de pleno derecho de la familia. Por lo tanto, les insto a ver esto no sólo como una misión o deber, sino como un compromiso para el bien de la familia, y por extensión, de la humanidad.-

Sus palabras, cargadas de una sabiduría que trascendía su edad, resonaban en el aire. Al pasar su mirada por cada uno de ustedes, parecía como si intentara imprimir en sus corazones la seriedad de su mensaje, pero siempre con la dulzura y cercanía de una hermana mayor. Justo cuando se estaban diciendo estas últimas palabras, Alexius entró apresurado a la sala de reuniones.

Alex dio un paso adelante con respecto a sus compañeros, era impresiónate la presencia de aquellas tres entidades, incluso Alexandra que era en teoría la que de los tres tendría menor edad trasmitía un aura avasalladora, ya ni hablar de sus padres.

Creo que es entendible que aún no nos familiaricemos entre nosotros, ni con ustedes. No puedo hablar por los demás pero yo recibí una formación católica, lo mínimo – dice el joven mientras se encoje de hombros – pero aun así me choca un poco el pensar que ahora soy un demonio. Y me choca un poco más el hecho de que nuestra misión sea evitar el holocausto

Alex toma una pausa y mira a sus compañeros, para luego volver a ver a la familia Aim y en un tono socarrón decirles:

Porque yo no preste mucha atención en el catecismo, pero ¿no se supone que esa es precisamente la misión de los Demonios? ¿Traer el holocausto a la tierra?

Cuando se nos mencionó que nos debíamos de tratar de familia, rasque un poco mi cabeza en señal de leve descontento o inconformidad. Aunque es cierto que todos nosotros estuvimos en una misión que casi no la vivimos para contarla, aún no los conozco muy en profundidad para considerarlos mi familia. Di un leve suspiro resignado, sabiendo que pensara lo que fuese tendría que aceptar ese hecho, y mientras más pronto, mejor. – Bueno. No esperen que los llame mamá o papá. – intente decir como un chiste, sin mayor tono de energía o gracia. 

Entre las palabras de todos se hallaba un gran peso. La decisión de convertirme en demonio quizás fue muy a la ligera para explorar más límites, pero no puedo olvidar las palabras de Catherine Aim. Un holocausto, peleando contra el, con nuestra compañía. Un destino que no podemos cambiar quizás, y que puede ser más oscuro de lo que pensamos. – No es tan simple, amigo. – voltee a ver a Alex mientras buscaba algo en donde apoyar mi espalda. – La cosa es que ellos no son demonios "normales". Se supone que los más viejos son aquellos más malévolos, pero esta "nueva generación" es distinta. Si no mira a Hodur, así como nosotros, él fue un humano hace mucho tiempo, cosa entiendo, es algo bochornoso para un demonio en teoría, ¿No es así? – le pregunte a Hodur directamente. – Aunque a mi también me choca ser un demonio. Créeme, no intentes rezar ni nada por el estilo. – y lo volteé a ver de reojo. – en serio, no te gustará. 

Mientras estaba alli entre aquellas personas observaba a los chicos y, de alguna manera, me eran familiares y, de repente, un flash acudio a mi memoria; el recuerdo de una cruenta batalla, el como habia cruzado mi mirada con Ren y tan solo con un gesto le habia indicado que lo hiciera y despues... el suelo desvaneciendose de nuestros pies y la caida, no tenia miedo pues era como si volara, aquella sensacion de ingravidez resulto en parte excitante y despues la vuelta a la normalidad.

De aquello habian pasado cuanto?? diez años?? y ahora nos volviamos a reencontrar y era como si hubieran pasado cien, pues ninguno de nosotros se acordaba de los demas y, era normal, puesto que ninguno habia hecho el mas minimo gesto para mantener el contacto con los otros.

les agradezco lo del penthouse dije reconociendo lo evidente pero la vida normal va mas conmigo y luego, no puedo dejar a mi padre, ni a mis amigos...; entiendo que nos consideren parte de su familia y les agradezco todo lo que estan haciendo por mi, y por eso estoy aqui pero aun me unen lazos con mi familia mortal que no puedo olvidar.

Sabia que ellos querias mas de nosotros y despues de todo, en algun momento, deberiamos renunciar a nuestra vida cotidiana para formar parte de aquello puesto que nosotros eramos, ahora, inmortales, pero se me hacia dificil.

Alexandra fue posando la mirada en cada en cada uno de ustedes, y comenzó a responder sus dudas con tranquilidad. Alexander fue la primera persona a la que explico, y, con quién explico la situación con lujo de detalles;

-Entiendo tus dudas, Alexander. Podemos pensar que todo esto es más fácil de asimilar porque somos más viejos y ancianos, por lo que sé que hay que ser pacientes. Solamente esperamos que, poco a poco, ustedes puedan confiar en nosotros, así como nosotros hemos depositado la fe en ustedes. –Dice, con tranquilidad, para continuar- También entiendo que tengas la confusión de que la crianza usual os deja, pero pasa, que la Inquisición hizo un gran trabajo durante la edad media, y esos pensamientos se arrastran hasta ahora. La desinformación que crearon ángeles a modo de guerra fría contra los demonios es algo que se sostiene hasta nuestros días. Los demonios no podemos caer en la maldad como ustedes llaman, somos criaturas simplemente creadas de una forma distinta por ángeles, porque sí, fuimos creados a partir de ellos, y nos crearon con poderes más…oscuros, pero después de la gran guerra angelical, quedamos con la maldición de que, si cualquiera de nosotros cae en los pecados y emociones más bajas de la humanidad, se transformarán en terribles monstruos. Si tuviera un mapa se los mostraría…pero de forma simple, todos aquellos que pierden este control sobre si mismos vive más allá de los confines de la civilización demoniaca en el infierno, ellos viven en un lugar al que llaman tierras salvajes, donde estos demonios se matan entre sí, sin ninguna razón ni mente. Espero que eso te tranquilice, Alexander. –Dice, mirándolo con tranquilidad, para luego posar su mirada en Ren.

-Sí, tienes razón. Pero tiene una explicación y solamente los demonios que viven en el propio infierno, o son de la clase más alta, poseen esta vista. Los que han sido reencarnados a través de piezas demoniacas fueron, en principio, hecho para tener los mejores guerreros de todos en nuestras filas. Por eso son capaces de transformar en demonio cualquier raza, desde hombres lobo hasta vampiros. Hay demonios que persiguen esos objetivos y buscan a los seres más fuertes para añadir a sus filas, y esa demostración de poder y astucia les permite incrementar en rangos a través de la sociedad demoniaca. Nosotros nos alejamos del mundo demoniaco, y por eso no nos regimos por esos aspectos, si no que buscamos a los que, en las profecías de mi madre, salvan al mundo. –Dice, con tranquilidad. Finalmente miró a Katherine. Ella quería mantener lo más posible su cercanía con el mundo humano, y Alexandra lo entendía. Suspiró y le dijo;

-El tener tu humanidad no te hace ser menos, Katherine. Solamente debes ser capaz de decidir cuál es el futuro que quieres. Si estás dispuesta a sacrificar tu tiempo, energías y esfuerzo para luchar con nosotros y evitar el holocausto, o si podrás tener la fuerza para dividir tu vida en dos. Nosotros no les hemos dicho que se alejen de sus familias, para nada, pero sepan que eventualmente, ellos comenzarán a envejecer…y ustedes no. –Dijo, haciendo finalmente un silencio, esperando ver las reacciones de todos a sus palabras.

Escuche a Alexandra con atencion, dejando mi comentaria para el final pues antes tanto Alexander como Alexius habian comentado sus inquietudes; la verdad es que no era creyente, aunque si creia que habia un mas alla al que todos ibamos cuando moriamos pero todo aquellos de los angeles y los demonios aun me sobrepasaba un poco.

Mi vida intentaba ser normal o todo lo normal que pudiera ser con aquella doble vida, pero solo queria tranquilidad y por lo que explicaba Alexandra cada vez me iba a ser mas dificil llevarla a cabo y dedicarme a lo que tanto me apasionaba, la musica.

Entiendo lo que dices le comente algo seria, y aunque este aqui y, por supuesto, lo dare todo para ayudaros, tengo que pensar en que hacer con mi vida.

La verdad se que se me hacia dificil pensar que algun dia tendria que separarme de todas aquellas personas que queria, significaban mucho en mi vida y hacian que mi vida fuera feliz pero el mundo se encontraba en peligro y con ello, ellos por lo que debia defenderlos y, despues ya disfrutaria de cada segundo que pasara con ellos. Tan solo cuando llegara el momento me preocuparia de como separarme de ellos pero ahora ellos eran mi vida y no podia renunciar tan facilmente a ella.

¿Entonces, esto es los que nos quedara?– dijo Alex mientras miraba a Alexandra – ¿luchar por los siglos de los siglos para evitar el apocalipsis?

Y tras aquello el semblante del joven se oscureció, y bajando la mirada tuvo que intentar procesar el hecho de que ahora era un ser inmortal, de que viviría lo suficiente como para ver morir a todos los que ama y quizás hasta el punto en el que ya no exista nadie que comparta un lazo familiar con él

¿y qué es lo que sigue? Para nosotros me refiero – dijo señalando a sus compañeros – seguiremos en nuestra vida “normal” hasta que nos llamen para alguna misión?

Dejaremos nuestros trabajos actuales y dedicaremos todo nuestro tiempo a misiones y ese tipo de cosas?

 No había más que dudas en la cabeza de Alex, sabía que aquella causa era lo correcto y por extraño que pareciera confiaba en las palabras de Alexandra con respecto a los demonios, pero no podía evitar que dudara de si había hecho lo correcto en dar su vida o su existencia en aquella causa

Alexandra asintió pensativamente mientras escuchaba las palabras de Katherine y Alexander, consciente de la seriedad de sus preguntas y de las inquietudes que reflejaban. También notó que Ren y Alexius permanecían en silencio, sus ojos fijos y sus mentes claramente absortas en la conversación.

Dirigiéndose primero a Katherine, Alexandra habló con suavidad;

-Katherine, tu amor por la música y tu vida con quienes amas no deben ser sacrificados. Es un desafío encontrar un equilibrio, pero no estás sola en esto. Podemos trabajar juntos para hallar una manera de que persigas tus pasiones y mantengas tus conexiones, mientras cumplimos con nuestra misión. Tu humanidad no es una debilidad; es una fortaleza.-

Luego, Alexandra volvió su mirada hacia Alexander, sus ojos verdes llenos de empatía;

-Alexander, sé que esto puede parecer una carga eterna y asfixiante. Pero no estás destinado a luchar sin cesar ni a abandonar todo lo que te importa. Tu vida 'normal' aún puede existir, aunque será diferente. No estamos aquí para quitarte tu vida, sino para enriquecerla y protegerla. No te dejaremos enfrentar esto solo, y juntos encontraremos una forma en que puedas vivir una vida plena, con significado y propósito.-

La mirada de Alexandra luego barrió la sala, encontrando los ojos de Ren y Alexius, asegurándose de que sus palabras resonaran también con ellos.

-Esta es una nueva vida, y no pretendo que sea fácil. Pero creemos en cada uno de ustedes, y estamos aquí para apoyarnos mutuamente. Tenemos la fortaleza, la sabiduría y la compasión para enfrentar lo que viene. Juntos, podemos hacerlo.-

Alexandra se mantuvo en silencio, dando espacio para que sus palabras fueran absorbidas y ofreciendo una presencia tranquilizadora y comprensiva.

La conversación fue suavizada por la voz profunda y calmada de Hodur, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, observando desde su lugar la conversación. Su estatura imponente y su mirada llena de experiencia resonaron en la sala mientras hablaba.

-Veo caras pensativas y preocupadas aquí. No olvidemos que, a pesar de los desafíos, también estamos unidos por una causa común y por la amistad. Esto no es una maldición, es una oportunidad, una que nos da la posibilidad de hacer algo verdaderamente significativo con nuestras vidas.-

Se levantó y acercó a su hija, colocando una mano reconfortante en su hombro.

-Estoy orgulloso de ti, Alexandra. Y estoy orgulloso de todos ustedes - dijo, dirigiendo su mirada a Katherine, Alexander, Ren y Alexius. - Estamos juntos en esto, y nunca estarán solos. Y recuerden, la vida no está hecha solo de batallas y conflictos. También hay tiempo para la alegría, la música y el amor. Así que, ¿por qué no aligeramos el ambiente con algo de comida y bebida? Hay mucho más por discutir, pero también hay tiempo para disfrutar la compañía del otro.-

La atmósfera de la habitación cambió notablemente con las palabras alentadoras de Hodur. La tensión anterior se alivió, y una sensación de camaradería y esperanza comenzó a florecer. La perspectiva de Hodur, forjada a través de siglos de experiencia, ofreció una visión equilibrada y alentadora de su nueva realidad, recordándoles que, a pesar de las dificultades, aún había lugar para la alegría y la conexión humana.

Catherine eligió ese momento para intervenir, levantándose con una dignidad y gracia que solo los siglos de experiencia y sabiduría pueden conferir. Su melena negra azabache fluyó elegantemente detrás de ella mientras sus ojos penetrantes examinaban la sala. Con una voz que combinaba autoridad y calidez, habló a todos los presentes;

-Sé que estas revelaciones son abrumadoras y que la incertidumbre del futuro puede inquietar a muchos de vosotros. Pero quiero que sepáis que, en nuestro clan, cada miembro es precioso y valorado. No os hemos traído aquí para arrojaros a un mundo desconocido sin guía ni apoyo.-Se detuvo, permitiendo que sus palabras calaran profundamente. - Vuestra vida no tiene que cambiar drásticamente. Aún podéis seguir vuestras pasiones y vuestros sueños, aunque también estéis comprometidos con nuestra causa. Nos aseguraremos de que tengáis el tiempo y los recursos necesarios para continuar con vuestras vidas normales mientras trabajáis junto a nosotros.-

Sus ojos se posaron en Katherine, reconociendo sus preocupaciones: -Tu música, querida, es algo hermoso que debe ser preservado. No te pediremos que renuncies a ello. De hecho, celebramos lo que cada uno de vosotros aporta a este mundo, y haremos todo lo posible por apoyaros.-

Catherine luego dirigió su mirada hacia Alexander, reconociendo también sus inquietudes: -Y tú, Alexander, tus preguntas son válidas y naturales. Pero confía en nosotros. Te guiaremos en este camino y encontrarás un propósito y una satisfacción que jamás imaginaste.-

Finalizando su discurso, su mirada abarcó a todos en la sala. -Estamos juntos en esto, como una familia. Y como familia, cuidamos los unos de los otros. No estáis solos.-

Escuche las palabras de la matriarca del clan e intente interiorizarlas, no querian que abandonaramos nuestro mundo, aquellos estaba claro o, al menos, era lo que parecia pero tarde o temprano debiamos dejarlo pues quedaria raro que hubiera una cantante que fuera eterna,no??

Solte una leve risa al pensar en aquello y al instante la apague algo avergonzada, les agradezco sus palabras y aunque ahora me sienta extraña, me alegrare de no estar sola y de formar parte de esta familia. De momento no quiero pensar en lo que me deparara el futuro, ahora solo quiero concentrarme y ayudaros en todo lo que me sea posible.

Ha parte de Alex el resto de mis compañeros permanecian en silencio, suponia que las palabras de nuestros anfitriones habian calado demasiado profundo en sus pensamientos y aunque era verdad que todo aquello era abrumador nuestra mision corria prisa y no nos podiamos permitir seguir perdiendo el tiempo en aquello.

Bueno y por donde empezamos?? pregunte intentando sacar a mis compañeros de sus ensoñaciones, tal vez un poco de accion les ayudaria a volver a la realidad y a acabar de digerir todo lo que nos habian contando

Después de asegurarse de que todas las dudas de la asamblea fueran atendidas, el semblante de Catherine adquirió un tono grave. "Debo compartir con ustedes una visión alarmante que me ha sido revelada" comenzó con seriedad.

Un pesado silencio se cernió sobre la sala, y tras recoger sus pensamientos por unos instantes, Catherine prosiguió. "En mi premonición, vi a un asesino despiadado, un ser envuelto en sombras, con una obsesión que trasciende la comprensión humana. No contento con segar vidas, este ente tiene el poder, o la astucia, para despojar a sus víctimas de sus Sacred Gears, corrompiéndolos y convirtiéndolos en armas de destrucción sin par."

El aire en la sala se espesó, la tensión palpable en cada mirada intercambiada.

"Estos Sacred Gears son un legado divino. Que sean profanados de esta forma no solo es un ultraje a nuestra herencia, sino una señal de un peligro que se cierne. Si no intervenimos, no solo estará en peligro nuestro clan, sino toda la comunidad sobrenatural."

Con sus ojos, que habitualmente destilaban confianza y serenidad, brillando ahora de preocupación, añadió: "La visión me llevó a un escenario urbano desolado: interiores fríos con refrigeradores abandonados, oficinas despojadas y un sonido estridente de un refrigerador agonizando. Creo firmemente que este es el escenario de los crímenes."

"Debemos actuar sin demora" declaró con firmeza Catherine. "Hemos de aprovechar cada recurso, cada talento en nuestras filas para desentrañar este misterio. Es crucial localizar a este asesino y detener sus maquinaciones. Todos debemos estar alerta y unidos, como la familia que somos, para enfrentar este desafío. Alexius, Alexander, confío en sus habilidades investigativas para liderar esta indagación. Sin embargo, enfrentar a este enemigo demandará la fuerza y astucia de todos nosotros. Debemos actuar con precaución."

Catherine por fin tomo la palabra y nos dijo que habia tenido una vision, comenzando a detallarnosla y a explicarnos las repercusiones de la misma.

Mientras Alexius y Alexander investigan cual sera mi papel?? pregunte curiosa, parecia que ambos investigarian para localizar el lugar que nos habia descrito Catherine y asi conseguir evitar todo aquello, pero y yo??

Catherine hablaba de que eramos una familia pero yo me sentia excluida y aquello no me gustaba, yo tambien podia aportar mucho a aquella familia y sino, porque me habian convertido?? Cada vez las dudas se agolpaban mas en mi mente a la espera de tener una mision o saber como ayudar en aquella.

Catherine, con su mirada serena y determinada, se dirigió a Ren y Katherine, percibiendo claramente su inquietud y el fuerte deseo de contribuir, tan típico en los nuevos miembros del clan. "Ren, Katherine," comenzó con voz suave pero firme, "vuestra dedicación es vital para nosotros. Mientras Alexius y Alexander avanzan en la investigación, vosotros os uniréis a Hodur y Alexandra para un entrenamiento intensivo."

Con una sonrisa alentadora, concluyó: "Sois esenciales para nuestro clan. Confío en vuestra capacidad y compromiso. Vuestra contribución nos hará más fuertes y unidos."

Mientras Alexius y Alexander intercambiaban teorías, Hodur y Alexandra se levantaron, dirigiéndose hacia Ren y Katherine. Alexandra, con su presencia imponente y una sonrisa segura, los guió hacia el piso de prácticas de combate, un espacio donde la tecnología y la magia se fusionaban para crear un entorno perfecto para el entrenamiento.

El piso de prácticas de combate era un espectáculo impresionante, un testimonio de la fusión entre tecnología avanzada y magia potente. Al entrar, Ren y Katherine pudieron sentir inmediatamente una energía palpable en el aire, una mezcla de poder mágico y la precisión de la tecnología de vanguardia.

El espacio era amplio y versátil, con áreas claramente designadas para diferentes tipos de entrenamiento. En un lado, se extendía una serie de campos de combate holográficos, cada uno programado para simular diversos entornos y situaciones de batalla. Estos campos podían replicar desde un denso bosque hasta un campo de batalla urbano, permitiendo a los combatientes experimentar y adaptarse a una variedad de escenarios.

En otro sector, se alineaban racks meticulosamente organizados con una impresionante variedad de armas. Había espadas, lanzas y hachas de diseños y épocas variadas, cada una imbuida con magia o mejorada tecnológicamente para proporcionar una experiencia de entrenamiento única. Junto a ellas, una serie de estaciones de tiro ofrecían armas de fuego de diferentes calibres, desde pistolas hasta rifles de asalto, todas modificadas para ser utilizadas de forma segura en el entrenamiento.

El techo y las paredes estaban equipados con sistemas de proyección y control ambiental. Estos sistemas podían crear efectos atmosféricos realistas, como viento, lluvia o niebla, añadiendo otra capa de realismo al entrenamiento. Las superficies eran resistentes y adaptables, capaces de absorber impactos significativos sin sufrir daños, lo que permitía a los combatientes emplear toda su fuerza sin restricciones.

En el centro del piso, un área estaba reservada para el combate cuerpo a cuerpo y el entrenamiento mágico. Aquí, los suelos eran ligeramente elásticos, diseñados para amortiguar caídas y proporcionar un equilibrio óptimo entre agarre y movilidad. Runas mágicas y símbolos tecnológicos se entrelazaban en un intrincado patrón a lo largo de las paredes, emanando una sutil pero constante corriente de energía que los combatientes podían utilizar para potenciar sus habilidades.

Alexandra y Hodur llevaron a Katherine y Ren a través de este impresionante espacio, mostrando las diversas instalaciones y explicando cómo cada área estaba diseñada para mejorar específicamente ciertos aspectos del entrenamiento. La atmósfera del lugar era electrizante, un espacio donde el límite entre lo mágico y lo tecnológico se desvanecía, creando un ambiente perfecto para que los guerreros del clan Aim perfeccionaran sus habilidades.

Al llegar, Alexandra, cuyo estilo reflejaba una fusión de fuerza y gracia, se dirigió a Katherine. "Ren y Hodur, que comparten un enfoque en las artes marciales, entrenarán juntos. Tú, Katherine, entrenarás conmigo." Su voz tenía un tono de autoridad, pero también de entusiasmo. Mientras buscaba un lugar para entrenar aparte de los demás, sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y respeto.

"Hasta ahora, has mostrado habilidades impresionantes con tu Sacred Gear, Katherine, principalmente en combate," dijo Alexandra, deteniéndose y enfrentándola directamente. "Se que tu combates con tu sacred gear y lo empleas principalmente para todo el uso de sus habilidades, yo, en cambio, combino la magia con el combate físico en mi estilo de lucha. ¿Qué te parece si probamos tus habilidades en un combate de entrenamiento?" La mirada de Alexandra era intensa, llena de curiosidad y expectativa, desafiando a Katherine a dar lo mejor de sí en lo que prometía ser un entrenamiento riguroso y revelador.

Esta interacción entre Alexandra y Katherine no solo establecía un tono de mentoría y desafío, sino que también ofrecía una oportunidad para que Katherine demostrara y perfeccionara sus habilidades en un ambiente controlado pero exigente.