Maybelle contempló la diferencia entre el recibimiento de uno y de otro hacia el coronel y después asintió a las palabras del muchacho. - Claro. - Dijo, mientras le lanzaba un mechero.
Luego volvió a dar una calada larga y volvió a hablar al soltar el humo. - Vuestros cuerpos están haciendo de las suyas de nuevo. Pero por suerte no han entrado aún en el Saloon, aporrean las puertas desde fuera.
-Si el mio esta allí, creo que prefiere el licor a vuestra carne, no te olvides de lanzarle una botella o dos.-Sonriente el viejo irlandés siempre buscaba una buena sonrisa, de quien fuera y una copa más, con suerte.
Jefa, no me queda claro si debemos actuar como zombies, tal cual hicimos la noche pasada, o si es un evento completamente ajeno a nosotros.
Lila observa al Coronel llegar y simplemente le hace un gesto de cabeza.
Cuando Maybelle les informa que sus cuerpos se levantaron nuevamente, dice - Espero que hagan el menor daño posible - sonríe y ríe ante el comentario del borracho.
¿En serio un cuerpo andante podía preferir el licor a la carne? Además, ¿Qué posibilidades había de que eso fuera cierto?
Extrañaré a la Rosalind que canta rancheras en gruñidos u.u.
Extrañaré a la Rosalind que canta rancheras en gruñidos u.u.
Yo también, me reí taaaaaaaaaanto con eso... u.u
¡Queremos un zombie mariachi! T.T
Gracias... dice el chico, tomando el encendedor que vuela hacia él por los aires.
Mientras se dispone a encenderlo - cof, cof,cof... coooooooof. ¡¡¡como es que les gusta esto?¡¡ ... exclama, apenas a medio respirar, mientras tira el cigarro que ha liado y devuelve el mechero a la vaquera con ropa de hombre.
Hola coronel, algo que decir? posiblemente aquí pueda caminar, aunque no podría decir lo mismo de su cuerpo ya en estado de descomposición inicial. Cof, cof...
Muerto.
Tampoco estaba tan mal se decía de manera continua al ver a Red allí. No echaba de nada de menos al oligofrénico de Prescott, pero su amigo estaba allí.
—Tardaba en llegar después de todo lo que ha pasado allá arriba— se encogió de hombros, algo compungido—. Bueno, ¿quién es el cabrón que falta? ¿Quién es el que ha estado asesinando por las noches, y he caído yo en su lugar?— preguntó, frunciendo el ceño—. La señorita Maybelle nos dijo que sabíais— miró tanto a Red como a la india— quién era el último. ¿Quién es? ¿Quién camina por el mundo de los vivos, y debería estar aquí pudriéndose como un perro?
Lila miró a Maybelle con algo de confusión ante la pregunta del coronel y luego dijo - Nosotros ya respondimos esa pregunta - mira a Red con una clara duda en su voz.
Por un momento, observó cómo Giesie trataba de fumar un cigarro y se ahogaba con él, lo cual le generó una pequeña risita y se volvió nuevamente hacia el coronel.
- ¿Acaso ella no les hizo llegar la información? -.
El ceño del coronel se acrecentó. Miró a Maybelle y la ira lo invadió.
—¡Maldita zorra rubia, te lo has callado como una puta!— espetó el exmilitar, señalándola—. Tan solo nos dijo que queríais decirnos el nombre— se volvió para mirar a Red y a la india—, pero que había una condición: que tú pudieras tener la seguridad de que tus tierras iban a ser respetadas— dijo, señalando con el mentón a Lila—, y tú, Red, de que te cobrarías personalmente la venganza de tu asesino.
Hizo una pausa, y volvió a encararse a Maybelle.
—¿A quién proteges, eh?— preguntó, asqueado—. ¿Se trata del reverendo, de Strong? Ha cambiado mucho desde el día de ayer. Nunca creí que me señalaría como culpable, aun sabiendo que no lo era. ¿Qué tienes con él, rubia? ¿Quién es el que falta?
Jefa, no me queda claro si debemos actuar como zombies, tal cual hicimos la noche pasada, o si es un evento completamente ajeno a nosotros.
Permitidme responder públicamente:
Disculpad la tardanza pero he tenido mucho lío este finde.
Sí, cada noche atacáis como zombies, es vuestra oportunidad para infectar a los habitantes y zombificarlos. Cuando alguno empiece a manifestar infección os avisaré.
De momento tenéis a uno de ellos infectado y cuando acabe la noche ya cuenta como punto para vuestro bando.
Maybelle enarcó una ceja ante los insultos del coronel y dio una calada de su cigarro sin inmutarse, para después soltar el humo lentamente. Cuando el hombre terminó, lo miró fijamente y respondió.
- Primero de todo. - Dijo, señalándolo con el cigarro. - Deje de decir que es usted inocente. Usted nos quería a todos muertos igual que los que se manchaban las manos. Deje de decir que no tenía contacto con ellos porque ha estado tramando nuestras muertes, igual que ellos. Y deje de aparentar ser un santo cuando es usted un demonio. Se merece estar aquí. Y lo sabe. Así que deje de fingir. Ya no merece la pena, coronel.
- En segundo lugar -continuó, tras dar una breve calada-, en el Saloon les conté la oferta que Lila y Red me habían pedido que transmitiese. ¿Alguno de los vivos me respondió entonces? ¿Alguien mostró interés por la propuesta?- Preguntó de forma retórica antes de poner los ojos en blanco y responderse a sí misma.
- No. Nadie respondió. Así que esa negociación se perdió sin llegar a nacer. Pero como dije entonces, los asesinos no son de fiar. Aquí algunos de nuestros amigos han acusado a la señorita Watson, otros han acusado a Susie y otros al reverendo Strong. Incluso algunos dicen que Susie y el reverendo trabajan juntos. Sin embargo, yo sé que Susie y el fotógrafo tienen una... relación. ¿Qué quiere que transmita a los vivos? ¿Que los muertos no se ponen de acuerdo ni entre ellos? Esto está lleno de asesinos que tratan de engañarme. Si hubiera tenido algo firme y consistente, lo habría dicho. Igual que lo hice con usted, que resultó ser tan culpable como el irlandés decía. - Hizo un gesto hacia el borracho, con el pulgar hacia arriba.
Se encogió de hombros. - En cualquier caso... ¿A mí qué me explica? Usted está aquí por sus propios pecados. No por los de otros.
Lila suspiró e intervino - Red y yo fuimos claros en que era Ella la última de nuestros miembros, además de que fue Rosalind quien dio a conocer su identidad antes que nosotros. Por otra parte, te agradezco que hayas tratado de asegurar que se cumplieran nuestras peticiones - una sonrisa amable surca su rostro.
- Además, fuimos informados que usted confesó ser aliado de los asesinos, Coronel. No es que alguien hubiera mentido para perjudicarlo a usted -.
¿Quién está infectado? :o.
En realidad eso sólo lo dijisteis Rosalind y tú, Lila. - Recordó Maybelle tras hacer memoria un instante. - Y tenía bastante pinta de que Rosalind sólo lo decía por rencor después de perder la cabeza con esa pala. El señor Hardigan primero señaló a Susie y después me dio la impresión de que apoyaba la teoría de Giesie sobre Susie y el reverendo. - La mujer se encogió de hombros. - Él nunca corroboró vuestras palabras.
Sus ojos se posaron sobre Red, como esperando que aportase algo a la conversación.
Asentí a las palabras de la Caza-recompensas. Me saqué el cigarro de la boca. - Nunca las corroboré. Ni pienso dar más pistas de por donde van los tiros a menos que se atienda mi petición. - Volví a colocar el cigarro donde estaba y observé al personal.