Partida Rol por web

Cuando Rosalind comenzó a gruñir la canción preferida de Spades, este empezó a seguir el ritmo dando palmadas.

Ggrrñña!! Ggrrñña!! BjsssAAeeeEEEgrhSSpña!

A mitad de canción y debido a una de las palmadas, se le cae el brazoizquierdo, así que Spades, sorprendido, recoge el brazo del suelo con la mano derecha e intenta colocárselo de nuevo. El brazo no se pega en su sitio, así que al final opta por coger el brazo con la mano derecha y seguir el grupo en dirección a Susie intentando alcanzarla con la mano izquierda sujetando firmemente su brazo izquierdo estirado con su mano derecha.

BBbbrrAAAHHGGffff!. ZZcccEEEEeeeEERrrrrrEEEEBbbbbppTTOOOJ! - Un escupitajo sale de su boca al intentar pronunciar bien la palabra clave.

Los pocos habitantes que quedaban en Bala Dorada se atrincheraron en el piso superior del Saloon, consistente en un palco o balcón interior que rodeaba la sala y permitía ver las mesas desordenadas y a los zombies desorientados correteando por el ensangrentado Saloon de Susie.

La principal funcionalidad de ese palco había sido ampliar el aforo para ver las actuaciones, aunque realmente jamás había sido utilizado más que como pasillo para acceder a las seis habitaciones vacías que un día se construyeron para albergar a los forasteros que hicieran paso en Bala Dorada y a otras cuatro que habían encontrado su uso.

Os mirasteis unos a otros como si quisierais hacer recuento de los que aun estabais, y, especialmente, comprobar que no hubiera de más. Y como si os leyera la mente el Sheriff hizo notar su presencia: lanzó al piso inferior una botella, en un principio pareció un acto desesperado, de un loco que se descarta de todo lo que tiene a mano sin más estrategia que calmar su pavor con el hacer algo; sin embargo, al estallar en mil cristales en el suelo del Saloon liberó esparció el liquido que contenía, un liquido aceitoso con un fuerte olor, casi insoportable a pesar de no ser per ser desagradable.

Los zombies, rehuyendo de aquella fragancia y perdiendo el rastro de los cerebros empezaron a abandonar el Saloon para dispersarse por Bala Dorada y poco a poco regresar al cementario hasta que el sol volviera a desaparecer.

Al empezar un nuevo día, el único rastro de realidad de aquello que sabían haber vivido aunque no podían creer era el brazo de Lila intentando escalar la barra y el cuerpo de Torthon con un inmenso agujero en el centro del torso.