Maullo y me acerco a George pegando un salto para llegar a la altura de su costado contra el cual me aprieto.
- El alma existe. Eso es algo de lo que no dudo ni dudaré jamás. Una máquina como usted no puede comprender la grandeza de las creaciones de Dios, y no puede entender el concepto de tener alma, símplemente porque no la tiene.
Quiso añadir más, pero se detuvo al escuchar hablar al muchacho, síntiéndose algo azorado finalmente, al verle romper a llorar.
El sacerdote mira a George, afligido, y se acerca a él, pasándole un brazo por los hombros- No te preocupes George. Haremos lo posible para que puedas volver a casa, con tus padres. Entre todos, velaremos por ti.