Después de hablar sobre lo que hacer, os quedáis todos mirando el cadáver calcinado del Alien, esperando que todo haya terminado, lo cierto es que hay algo que todos sabéis que no anda bien, no puede haber terminado todo ya, no puede ser que el infierno haya llegado a su fin...
Estáis todos mirándoos los unos a los otros hasta que oís un ruido agudo, una especie de chillido, y os giráis para ver como una de esas criaturas pequeñas, como la que se agarró a la cabeza del señor Benth, avanza rápido por el suelo y salta hacia la teniente Ripley directa a su cara.
Nikolai reacciona por puro instinto y se gira hacia el Alien lanzando un tajo con su machete. La hoja pasa por la mitad de la criatura partiendola en dos mitades, haciendo que caiga una gran cantidad de sangre verdosa sobre el suelo y que esta se empiece a comer el suelo de la nave, derritiendolo.
La alerta se hace presente en toda la tripulación, pero no hay nada que se pueda hacer, de modo que la idea de registrar la nave se hace cada vez más viable.
Tras casi tres horas de revisión por toda la nave, todos llegan a la conclusión de que todo ha terminado, de modo que regresan al puente de mando para que Akira ponga rumbo a casa.
Sentir la nave girando para regresar a un lugar seguro hace que todos saquen una sonrisa, todo ha terminado... estáis vivos, y podéis regresar.
Todos os abrazáis, festejando que todo haya terminado, hasta regresáis todos unidos a la sala de criogenie.
Una vez llegáis ahí, os quedáis mirando las cápsulas... no contáis con un experto en hibernación, de modo que intentar dejar a George que lo hiciese... es muy peligroso.
Tras una leve discusión, llegáis a la conclusión de que es más seguro regresar despiertos, serán meses, pero regresareis vivos.
Todo ha terminado...