Partida Rol por web

En cuanto todo sucede, alterno la mirada entre el cuerpo, el sacerdote y Claude, sorprendido. No oigo prácticamente nada por el ruido del disparo, pero aún así los gestos de la doctora están claros. ¿De verdad vamos a llevar a Bailey con nosotros a la enfermería?

Miro a Claude durante unos instantes, tratando de buscar en sus ojos por qué lo ha hecho, cuando la mano ensangrentada del sacerdote comienza a mancharla de sangre. No puedo evitar mirarlo con una mezcla de incredulidad y asco cuando hace eso, y más con lo que va diciendo.

Cuando la veo alejarse así, despacio, voy tras ella. Me acerco intentando no asustarla, y la agarro por la muñeca. En la otra mano, la pistola agarrada por el cañón, listo para devolvérsela.

En cuanto quedamos cara a cara la abrazo de inmediato con fuerza.

- Gracias. - le digo, antes de devolverle el arma.

Observa caer a Harper, antes de dirigirse a George. Se acerca unos pasos a él, con los muy abiertos.

- Escucha, George, no me gusta que me llamen con sobrenombres, menos un mocos malcriado como tu. Yo no tengo el instinto maternal que muchos tienen acá, no te veo como un niño, para mi eres uno más en esta nave, y tu muerte no me afectaría más que la muerte del cyborg, o la de los malos, así que haz el ejercicio de callar tus puta voz si solo vas a decir lo que ya todos saben, o juro que te usare de cebo para la criatura, ¿esta claro? - Su tono de voz sonó más duro de lo normal, y luego volvió al resto.

- Ahora, antes de que me digan que soy un monstruo y me señalen de malo por tratar al niño así, quiero decirles una cosa. Esta cosa, el xenomorfo, es un perfecto organismo. Su obvia superioridad estructural solo es igualada por su hostilidad. Es un superviviente al que no le afecta la conciencia, los remordimientos, ni las fantasías de moralidad.- Miro los conductos de ventilación, antes de volver a ellos.- Y si queremos acabar con ella, tenemos que ponernos al mismo nivel. Para asegurar el éxito de la misión debemos acabar primero que nada con los infiltrados. Encierrenlos, matenlos, o hagan con ellos lo que quieran. Yo mismo estoy dispuesto a sacrificarme con tal de que eliminemos a este monstruo.

Mientras está toda la confusión por el Alien, sientes como algo te impacta contra el pecho, lo miras... el chaleco acaba de salvarte la vida, pues tienes un bisturí clavado en él... pero no tienes ni idea de quién ha sido.
 

Antes de irte de la sala, cogiste un bisturí y aprovechando la confusión te has acercado a Peter y clavado un cuchillo en el pecho, pero al hacerlo, algo te ha frenado. El maldito hijo de puta tenía un chaleco protector... Te retiras rápidamente antes de que se percate de que has sido tú.

Claude se abraza con fuerza a William cuando este la detiene, y cuando se separan y le devuelve la pistola, se esfuerza por dedicarle una pequeña sonrisa, que parece más una mueca. - Gracias a ti. Llevaba horas buscando las fuerzas para hacerlo yo misma, y me lo has ahorrado. 

En cuanto escucha a Nikolai hablar a George en ese tono se aparta de William, y se gira hacia él para mirarlo entrecerrando los ojos. - No vuelvas a amenazar a George. - Le dice como respuesta en un tono siseante. - No es un niño, pero se merece un respeto. Yo también pienso que tenemos que acabar con los infiltrados, pero eso no te  da ningún puto derecho a amenazar a nadie. 

Después, sale con el resto al pasillo, en dirección a la enfermería, intentando no separarse de William ni de George. Cuando el primero empieza a retroceder, como si algo le sucediese, la  joven se acerca a él, pero entonces el sacerdote empieza a gritar mientras corre, intentando atraer al alien y Claude duda, levantando el arma. Pero no confía en su puntería y su mano está temblorosa después de los últimos sucesos y teme darle al sacerdote, así que finalmente la baja sin llegar a disparar. 

En cuanto ve salir el alien del pecho de William empieza a gritar desesperadamente y finalmente, en cuanto el bicho se aleja corriendo, se deja caer de rodillas junto a él. - No... William, otra vez no... - No es capaz de soportar más la presión de todo lo que ocurre a su alrededor y empieza a sollozar, agarrando la mano del hombre y escondiendo su rostro en ella. 

Tarda varios segundos en reaccionar y entonces empieza a hablar con la voz tomada por las lágrimas. - Tenemos que llevarlos a la enfermería... Tenemos que acabar con el infiltrado, pero antes llevémoslos a la enfermería...