Partida Rol por web

George se acerca a Francesco y se coloca delante de él para hacerle una seña y que se separe un poco del resto.

El resto de tripulantes no se fijan en vosotros.

- Oye, Fran... - Pregunto, en voz baja. - ¿Por qué quieres defender tanto a Harper si es malo? Primero decías que se había arrepentido, pero ahora dices que es porque matar es malo sea lo que sea. ¿Por qué no defendiste igual a Manfred, a Isabela ni al cenutrio? Es que... - Se me humedecen los ojos. - Harper es malo. ¡Yo lo dije y nadie me hizo caso! ¡Me dijisteis todos que me callara y al final sí!

- Harper se portó mal contigo, por eso le convencí para que se arrepintiera, George-dijo, esbozando una tenue sonrisa-Y no, matar no está bien. Es algo muy malo, es un pecado muy grande. Antes estaba muy asustado... Y muy preocupado por ti, pero uno debe luchar por sus ideales. Y yo no creo que matar a nadie, sea buena o mala la persona, sea correcto. Eso es ser un asesino, George, sean cuales sean los motivos. 

Me muerdo el labio y froto mis manos.

- Pero... quería matarme, Fran. Y además, es solo para evitar que sigan matando a más gente. ¿No has visto que Claude y William han vuelto? O no sé... meterlos en las cabinas de hiberación. Pero no podemos dejarlos sueltos. ¡No sabemos si te ha mentido con el arrepentimiento! Además, parece de todo menos arrepentido. No ha pedido perdón ni nada.

- Yo tampoco quiero dejarlos sueltos. Veo bien otras medidas. Pero matarlos me parece excesivo. Imagina... Imagina que tu padre hubiera hecho algo así. ¿Querrías que lo mataran, George? Matar no es una opción. ¿Lo comprendes?-Se agachó a su altura, para mirarlo a la cara, y tras titubear unos instantes, decidió que no posaría las manos sobre sus hombros. No quería asustarlo- Matar está muy mal. Tanto para esos infiltrados, como para los demás. No hay excusas que valgan para eso- suspiró- Apartar a los sospechosos de nosotros, o hibernarlos, me parece una muy buena opción. Pero no quiero que se derrame más sangre. No está bien. 

Me encojo de hombros. 

- No lo sé. Pero odio a Harper. Me zarandeó, y me habló fatal, me quiso dejar mal delante de todos cuando yo estaba diciendo la verdad. - Cruzo los brazos. - Y encima dijo Sam que querían matarme, Fran. Y si son capaces de matar a un chico como yo solo porque no les gusta lo que digo, ¿qué no serían capaces de hacer? ¡Querían llevar el alien a la Tierra! ¿Te lo imaginas? ¡El fin del mundo! Eso es cosa del demonio... - No soy muy religioso, pero al recordar las pelis de miedo que me ha enseñado mi primo Rett tengo un escalofrío. - ¿No?

- Sólo Satanás podría haberle dado a alguien una idea como la de llevar esa criatura a la Tierra, eso es cierto.-suspiró- Pero yo no dejaré que ese monstruo te haga nada... ¿Vale? Ignora a Harper, yo no voy a obligarte a perdonarlo, porque si realmente no lo sientes así, no tiene sentido que lo hagas. Pero no caigas en lo mismo que los demás, George. Sé que es muy fácil odiar a alguien y desear su muerte cuando ha hecho algo horrible, pero eso no significa que sea lo que debemos hacer. 

Le miró, pensativo, antes de continuar- Yo también he odiado a algunas personas, en determinados momentos. Aunque sea un sacerdote, hay momentos en los que no me comporto bien, ¿sabes? Yo también odié a Harper cuando le vi hablarte de esa manera, y a los tipos de esa empresa que nos mandó aquí a sabiendas de lo que podía ocurrir. Pero sé que odiar no sirve para nada positivo. Por eso intento no dejarme llevar por ello-dijo, observándole-Nadie puede evitar... Tener sentimientos. No te culpo, y te comprendo. Pero el odio no debe ser lo que nos guíe a la hora de decidir qué hacer- no sabía si George comprendería sus palabras, pero al menos, debía intentar transmitirle aquel mensaje.

- ¡Pero es que vas a conseguir que te odie todo el mundo defendiéndolo tanto! Todos pensamos que hay que ponerlo a buen recaudo, y el Valhalla no es tan malo. ¡Que yo lo sé! Él mandó a Akira allí sin preocuparse. Si al menos tiene la opción de volver atrás aunque sea en un cuerpo de cyborg como Julian, ¿no te parece poco? Y no deberías preocuparte por su alma, yo creo que no tiene. Y si la tiene, es feísima. - Me lanzo a abrazarlo. - ¡Jo, Fran! ¡Que no quiero que luego te voten a ti y te pase algo! ¡O peor, que te maten directamente! ¡Deja de defender a Harper! O si no... seguro que te harán daño porque pensarán que eres tan malo como él.

Rodeó al niño con sus brazos, estrechándolo contra su cuerpo- Mientras tú no me odies, lo demás no me importa. Tú confías en mí, ¿no es así? Con eso me basta, George. Yo estaré bien, me ocurra lo que me ocurra. Al fin y al cabo tengo a Dios conmigo, y si me ocurre algo muy malo, mi familia me espera, en el Cielo-le acarició el cabello, y volvió a sonreir- Además, no tenemos por qué matar a nadie, si como dice Julian, podemos poner a los sospechosos en hibernación, evitando que haya que ser tan radicales. Tú mismo deberías comprender que eso puede ser la solución, siendo un chico tan listo como eres. Seguro que entiendes más o menos cómo funcionan esas máquinas de soporte vital, ¿a que sí?- rió, tras haber usado aquella muletilla infantil. 

Asiento entre sus brazos, asustado al pensar que pueden hacerle daño.

- Sí. Mi padre me dijo alguna cosa... - Contesto. - Pero yo no quiero que te mueras... te voy a echar mucho de menos si te mueres... Pero si mueres, voy a hacer que te saquen del Valhalla cuanto antes, ¿vale?

- Está bien, George-suspiró- Pero aunque ese programa del que todos hablan me almacene, me gustaría... Me gustaría que si me ocurriese algo, rezases por mí. No importa si no sabes ninguna oración en concreto. Puedes improvisar una tú mismo. Las palabras no importan, lo que importa es la intención. Si lo haces de corazón, servirá- posó las manos sobre sus hombros, para mirar directamente a su rostro- ¿Lo harás por mí?

Lo miro con los ojos llorosos y asiento, sin decir nada.

- Espero que Dios no se ría de mí por no saber rezar...

- No se va a reir. Te lo prometo- dijo, con una sonrisa, secándole las lágrimas con el dorso de la mano.

- Vas a estar bien. Te lo prometo. No dejaré que Harper te mate. Y no hará falta rezar ni sacarte de ningún lado... - Digo, con toda la seriedad del mundo, mirando a sus ojos antes de alejarme.