El Aula de Adivinación es el aula donde se imparten las clases de Adivinación en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Está ubicada en la Torre Norte en el séptimo piso. Se puede acceder a ella a través de una trampilla circular y es descrita como una mezcla entre un ático y un salón de té antiguo. La Escalera de Adivinación conduce a esta clase. Es el hogar de la profesora Trelawney, la cual actualmente no está en el castillo.
Desde que acabasen las clases e iniciase el periodo vacacional, los alumnos que habían quedado en el castillo solían aprovechar el Aula de Adivinación como un lugar donde conversar distendidamente, tomar el té y dormitar en los cómodos sillones o sobre las mesas. Madame Pince era la única que en ocasiones se acercaba al lugar para verificar el estado del aula, momento en que los alumnos presentes disimulaban haciendo ver que estaba practicando la más difícil de las artes mágicas, arte que la mayoría consideraba inexacta y fraudulenta, pero que unos pocos, incluida la profesora Trelawney consideraban que solo los bendecidos y poseedores del don de la Vista podían explorar y adentrarse.
En efecto, Phineas Payton era uno de los pocos alumnos allí presentes, y aunque con los ojos enrojecidos de tanto llorar, al menos trataba de mostrarse animoso junto a un par de sus amigos de Ravenclaw.
- N-o estamos h-aciendo nada malo... - mencionó uno de los alumnos que había estado literalmente roncando plácidamente hasta ese instante, al ver llegar a varios alumnos de último curso y acercarse hacia ellos - ¿N-o vendréis a p-racticar el noble arte de la A-divinación, no? Si es el c-aso... podemos irnos a-hora mismo... - sugirió a sus compañeros visiblemente nervioso, dándole un codazo a Phineas Payton en el proceso, por si quizá era conveniente largarse del lugar a toda prisa...
Olympe subió las escaleras casi a la carrera y cuando llegó su rostro todavía estaba congestionado por las lágrimas y sus ojos, enrojecidos. De esta guisa entró en el Aula de Adivinación, para encontrar allí al joven Phineas en un estado de ánimo no mucho mejor.
- Tranquilos – les dijo mientras recuperaba el resuello. - No hay problema – oh sí, todo eran problemas y tenían poca pinta de mejorar, pero había que intentarlo. Solo quería hablar contigo, eres Phineas, verdad?
Se acercó y se sentó a su lado. - Siento mucho lo ocurrido, pero cualquier cosa que puedas contarnos puede ser de gran ayuda. Hogwarts, nuestra Casa... todo está en peligro, lo entendéis? No he venido a leer la bola, pero sí podríamos recuperar algún recuerdo interesante entre todos. ¿Qué me dices?
El jovencito de la casa Ravenclaw se sintió inicialmente un tanto preocupado de que varios alumnos de séptimo curso se acercasen a realizarle preguntas, pero al escuchar las palabras calmadas y amables de Olympe, respiró más aliviado y asintió con la cabeza. Intuía que se estaban refiriendo a lo sucedido con su novia Miranda Preston, pero aún con todo quiso confirmarlo para estar seguro...
- Sí, soy Phineas Payton... ¿Con contaros cualquier cosa que sepa a qué estáis refiriendo exactamente? ¿A hablar de mi novia Miranda y de cuando fue la última vez que la vi...? - rezolló amenazando con volver a echarse a llorar una vez más - ¿... con vida?
Phineas trató de contener las emociones que trataban de escapar como un torrente incontrolable, vislumbrándose como sus ojos amenazaban con verter lágrimas de un momento a otro, pero al fin logró recomponerse y hablar.
- La última vez que la vi fue antes de que marchase con sus compañeras al campo de Quidditch, poco después de que comiésemos juntos en el Gran Comedor. - explicó con claridad y sin observarse ningún atisbo de duda en sus afirmaciones - Acordamos que después de su entrenamiento, una vez ya estuviese vestida y arreglada para la fiesta, la recibiría bajando las Gran Escalera de la Torre Gryffindor, y que de allí ya iríamos juntos a la cena de Navidad en el Gran Comedor. Vi a sus compañeras de casa pero ninguna parecía haberla visto recientemente en la sala común ni en los dormitorios, lo cual me extrañó pero seguí esperando allí por si se había retrasado en su dormitorio. - apretó los puños, dolido al recordar todo aquello, ¿y si hubiese dado aviso de que algo andaba mal a los profesores, en vez de buscarla por todos lados como un zopenco y sin rumbo fijo? - Estuve esperándola largo y tendido, incluso habiendo ya empezado la cena todavía seguía allí de pie esperándola. Después corrí hasta el Gran comedor y traté de ver si ella ya estaba allí y por algún motivo no nos habíamos visto o no se había acordado de que habíamos quedado allí. ¡Nada! ¡Desaparecida! Juro por mi vida que estuve dando vueltas por todo el castillo, preguntando por todos lados si alguien la había visto... sin si quiera tomar bocado y yéndome a dormir francamente preocupado. - se le notaba irritado consigo mismo por no haber ido a hablar con los profesores, dolido consigo mismo - ¡Solo a la mañana siguiente me enteré de que habían encontrado su...!
Y empezó a llorar desconsoladamente. No podía pronunciar aquella palabra. ¿Cadáver? ¿Estaba Miranda muerta No quería afrontar aquello...
El llanto de Phineas amenazaba con provocar que las lagrimas brotaran de nuevo de los ojos de Olympe. Tuvo que tragar con fuerza, morderse los carrillos y clavar las uñas en sus palmas para ahuyentar la angustia. Algo la había llevado allí y tiempo tendría después para llorar. No pensaba hacerlo delante de aquellos mocosos de quinto curso!
- Phin, escucha. Vosotros también - les dijo a los tres muchachos. - Desde la hora de comer no supisteis nada más? ¿No pudiste localizar a nadie que la viera? Ni sus compañeras de entrenamiento? Entrenó con ellas al menos? La buscaste en la zona donde... - miró al chico, apenada. No quería dañarle, pero debía preguntárselo. - Donde después apareció?
Al entrar solo vió a Olympe, la misma a la que antes en la sala principal le intentó explicar sus ideas sobre esos números en el dibujo de Félix. No era un Ravenclaw así que no se metió en ello por mucho que fuese un mayor de los jovenes ahí o senpai como en sus animés japoneses, alguien de curso mayor. Se puso en la mesa pero a distancia notable, ya que la Ravenclaw estaba manejándolo impecablemente. Sentía pena por el joven y recordó las palabras de las chicas que eran amigas de Miranda, y entonces pensó en algo, y su ira fue canalizado en el peor esquema o dibujo de toda la historia, mágica o muggle.
Y sin embargo uno que pretendía agregar algo a esta charla.
Al terminarlo, notando lo pésimo que era, trató de reír, pero no pudo. Ojeras, cansancio, Silencio literal y quizá silencio de su alma, pero últimamente, algo. Sería mal visto, Olympe lo subiría y bajaría, fijo que sí, pero... A este punto ya nada importaba, excepto que sí.
No tenía lápices geniales de colores como Félix, lo cual era puntualmente un problema, pero aquí el esquema señalaba la Torre del Reloj, lo que encontró en las mismas y luego la caseta, con esos árboles que parecían lanzas en donde encontraron el Omniscopio.
Pensó en omitir un detalle, pero no, basta de eso. Agregó otro dibujo cagón para agregar, editando sobre el que ya hizo:
Encuadró el intento de decir que en la bufanda estaban las iniciales "M.P." tejidas en lana, algo que solo él vió en ese momento en ese lugar, queriendo decir todo lo que vió ahí y entonces.
Olympe observó a Julius acercarse, aunque no se unió a ella sino que se sentó al borde de la mesa. Mientras Phineas y sus compañeros intentaban responder a su retahíla de preguntas, la Ravenclaw se acercó a Julius.
- Julius... antes has intentado explicarme el dibujo de Félix – no pudo evitar sonreír al recordar sus gestos, lo confusa que le había dejado su mímica, aunque ahora creía al fin comprenderla... más o menos. - ¿Erais vosotros, verdad? Y fue un castigo por sus palabras sobre las otras casas, que no le importaría ver muertos a... esos números de cada casa. ¿Vosotros también estábais allí? ¿O cómo lo supísteis? - tenían que estarlo, cuando lo dijo o después, para lanzarle el hechizo. La Torre Ravenclaw parecía más insegura a cada momento.
Observó el nuevo dibujo que Julius se afanaba en perpetrar. Lo miró una y otra vez, reconociendo lugares, la bufanda... sí, ya no recordaba cuándo ni quién, pero tenía el recuerdo de la lista de objetos que habían hallado junto a la chica, y aquel omniscopio estropeado...
- Una bufanda... ¿no dijo Effie – sí, ella fue quien contó la historia – que habían hallado su gorro con las iniciales bordadas? - Gorro o bufanda, ¿tenía alguna importancia? Suspiró frustrada, pero no podía dejarse llevar por la tensión. Entonces levantó la vista hacia Phineas, y pidiendo permiso a Julius con una mirada, le mostró también el dibujo, intentando explicarle lo que allí se veía, por si veía algo que llamara su atención.
Todo resultaba un tanto extraño y confuso, como si el joven Phienas hubiese perdido la memoria o las pruebas que habíais hallado se contradijesen con las explicaciones dadas por el joven Ravenclaw. ¿Cómo era posible que hubiesen acordado al mediodía verse después del entrenamiento de Quidditch de Miranda bajo la Gran Escalera de la Torre Gryffndor, y sin embargo la muchacha llegar al patio de la Torre del Reloj mediante una nota escrita por su novio? algo en todo aquello no encajaba, pero no obstante tanto Phineas como sus compañeros de casa mantenían no haber visto a Miranda desde el mediodía.
- Estuvimos los dos comiendo en el Gran comedor a mediodía, mis compañeros pueden dar fe de ello. Después de comer ella se fue junto a sus compañeras de Quidditch hacia el campo de entrenamiento, y yo estuve toda la tarde en la Biblioteca y después en la sala común de Ravenclaw hasta poco antes de la hora acordada con Miranda, yendo directamente bajo la Gran Escalera, donde estuve esperándola como os acabo de decir. - expresó un tanto confundido por lo que decía Olympe, no entendiendo por qué dudaba de que no la hubiese visto más - ¿por qué lo dices? ¿Hay algo que deba saber?
Al ver el dibujo de Julius y escuchar mencionar iniciales bordadas en el gorro y bufanda, aseguró que eran de Miranda.
- Toda la ropa de Miranda siempre tiene sus iniciales grabadas. Su madre todos los años tiene la costumbre bordar en todos sus atuendos las iniciales, por miedo a que las pierda... es bastante olvidadiza - sonrió ante aquel detalle característico que la hacía bastante especial - Por cierto, desde hace dos días he perdido unos omniculares... ¿Alguno de vosotros los ha visto?
Bruce, Julius, Félix, Malena, valentina y Olympe se quedarían allí extrañados... ¿Qué se es estaba escapando de todo aquello?
Olympe, la chica de ojos y pelo bonito de Ravenclaw se acercó, al parecer su esquema-dibujo de algo sirvió, apenas, pero ella también consultó sobre las variadas expresiones que hizo antes. Algo de vergüenza fluyó por su ser pero decidió escuchar y responder como pudiese. Ciertamente era un excelente ejercicio mental, y también social, físico incluso.
Asintió a lo primero, sí, eran ellos dos según Félix y su arte, los dos super-narigones, y el nos culpaba de haberles metido el Osclausi en toda la... La boca... Ok, suficientes malas bromas, era bueno que no pudiese decirlas en voz alta a la joven frente a él. Además el Ravenclaw con esencia de Picasso suponía o afirmaba que Jeremy fue afectado por un Imperio, pero eso era harina de otro costal.
Negó luego, no sabía a qué se refería de si estaban ahí, él al menos estuvo solo en tres lugares regularmente durante la noche: La Sala Común de Hufflepuf, los baños de Hogwarts y el comedor principal de Hogwarts donde solían ocurrir las rencillas idiotas de cada día, con excepción de ayer en la mañana-tarde, que fue en la nieve afuera. Fue así como apareció con la cara lavada o mojada y tiró esa rabieta y cabronada anoche, mismo momento en que le metieron el Silencio antes de ir a dormir y hasta el momento.
Intentaría dibujar eso. Oh no, ahí vamos de nuevo.
Se ensimismó un poco y terminó dibujando en un espacio pequeño. ¿Y por qué hizo al Hechicero desconocido que le metió el Silencio cihquito? Quizá era para compensar su propia estatura y como Jeremy lo molestaba por eso siempre. De todos modos, el esquema muestra que esa "S" reflejaba negarle a Julius la chance de ejecutar acción oral (...Vocal, eso) y negándole el uso de su varita o en general de usar hechizos. No podía escribir palabras porque terminaban siendo garabatos pero sí usar letras, como las que le mimetizó a la joven antes con poco éxito, imaginaba, lo suponía.
Luego dejó que Olympe tomara el papel o papeles sin problemas y luego escuchó las palabras del joven Ravenclaw, de Phineas. Sobre eso, era un tema que él mismo tocó antes y fue negado por el mismo asociado al tema. Apuntó hacia el Omnicular que dibujó antes que parecía una fucking nave alienígena y luego escribió una "W" en el papel.
No lo tenía. ¿Quién lo tenía? ¿El mismo "W"? Julius insistía en que podía ser la clave para resolver el misterio, asumiendo que fuese el mismo omnicular que encontraron en la cabineta, o fuese otro.
Ante aquel dibujo, Félix decidió volver a enseñar el anterior en donde se mostraba lo que este creía que había pasado, casi con total seguridad. Algo que, claramente, contradecía con lo que, al parecer, Julius parecía implicar.
-¿Era tuyo chico? -Se acerco a Phineas, dejando a los que hacían dibujitos para la gente lista que entendiera criptogramas.
-Lo encontramos en una caseta cercana al patio de la torre del reloj, donde estaba tu chica. Y por ellos se ve que la estaban espiando por ellos, esperando a que llegara al sitio donde la... -Quería ser duro, como le enseño su padre para hacer cantar rápidamente a los culpables, pero no tenia los años de desgaste que el viejo. -Donde termino y acabamos encontrarla. Y también se ve una sombra que la ataca antes de dejar de mostrar algo. -Miro al chico y sus amigos. -¿Algo que decir al respecto?
¡¡Dejad los jodidos dibujos, por favor!!
Dije, casi gritando, obviando a todos los que estaban allí, cansada, muy cansada de romperme la sesera tratando de descifrar ese continuo garabateo tanto de Felix como de Julius. Ese superponer trazos, ese... ese... ese espasmódico gesticular. Era agotador.
Y estaba agotada.
Al próximo que haga un dibujito le arreo. Palabra.
Tú - dije ahora, seca, volviéndome hacia el joven Phineas - se que es un momento duro, que estás jodido y todo eso, en realidad todos lo estamos. Si no hacemos algo, y pronto, muchos se unirán a tu amiguita. Así que, si gusta, responda aquí al amigo, Bruce.
Notó que mucho no lograba aportar realmente incapaz de comunicarse ni con Olympe ni con el chico, ni siquiera decir unas palabras para él por todo lo que sucedía. Aunque pensó en lo que dijo de la niña, Miranda, "era muy olvidadiza"... ¿Habrá habido algo más en eso? Hizo un gesto de fruncir el ceño y arrogar la nariz pensativo, y quizá cómico, como todo, porque era un chiste andante, malo o bueno, pero pensó en ello.
Ante el dibujo, y ya habiendo dicho antes a Olympe al menos que "W" tenía o habló del Omniscular aquel, podría dejar eso para que supieran de tal o buscaran, mientras que por su parte seguía sin entender, aún con los otros dibujos que hizo antes por qué mencionaba a los Ravenclaw caídos. ¿Era por él mismo, por Holly y por... Quién más? No hacía sentido. ¿O tenía que ver con lo que dijo Jeremy de que Feliz no le impotaba si "caían dos Hufflepuff" además? ¿Eso era? Apuntó entonces hacia la lunita en cuestión, entendió que signiifcaba, apuntó al cielo igual. "Noche", lo miró a los ojos, despreciaba al tipo pero últimamente admiraba su poder artístico como admiraba la audacia de Erika, la personalidad de Miaddora o el corazón noble de Effie y la grandilocuencia de Jeremy así como la calma de Constance, y tal. Suspiró entonces y ladeó la cabeza, apuntano a la corona, el supuesto Imperio que le metieron a Jeremy, miró a Félix con un gesto de: "¿Y qué hay con esto, eh?" pero no podía expresar más, le daba curiosidad. Si a él le tiraron, no, si a él Victoria le tiró el Silencio como dijo Annabelle, entonces alguien más le metió Imperio según Félix o alguien de Ravenclaw que le haya dicho u otra amistad para hacer el Osclausi ya sea a él, a Holly o a ambos.
Suficiente. Y al escuchar a Malena, pensó en burlarse e invitarla a hacerlo pero luego notó su mala actitud y le puso una cara bastante desagradable, como de que al menos podía tener un poco de puta cordialidad, que hasta Bruce que es un cabrón algo tosco y descuidado supo ser considerado, si bien entendía la necesidad de motivar al pobre chico, algo de decencia. Chasqueó la lengua, un sonido que podía hacer al no ser verbal ni encantamiento y se levantó. Hizo un gesto a Olympe y sonrió, agradeciéndole el momento, y le dejó su dibujo previo por si acaso.
Se dirigió a algunas de las esferas de adivinación. Las rozó suavemente con cuidado. Su abuelo era un experto en estas artes, posiblemente incluso amigo y asociado directo de la profesora Trelawney. Suspiró pensando que echaba de menos su casa. Pensó que quizá podría... ¿Intentar mirar en la esfera? Le superaba el misterio de momento, no era muy inteligente o al menos deductivo, a ver si los otros aportaban algo.
Él por su cuenta no lo hacía, de todos modos.
Aquel día no había comprendido del todo cual era el motivo de aquellos ataques que silenciaban a su Prefecta y otros compañeros. Conforme el día avanzaba, Olympe entendió que privar de la voz a sus compañeros, aislándolos de los demás, debía ser no solo parte del plan de los Caballeros de Walpurgis sino también una muestra más de su crueldad. Era muy frustrante tratar de desentrañar toda la información a través de gestos y dibujos, y para ellos debía ser desesperante tener que usar un sistema tan ineficaz y que tantos detalles podía pasar por alto.
Esperaba la respuesta de Phineas, y Bruce había centrado el asunto del omnicular en los datos que ya conocíamos. Pero el chico dijo haberlo perdido dos días atrás... pensativa, miró de nuevo el dibujo de Julius y el de Félix también, sin ver nada nuevo que le despejara las ideas. El sol... habían sido Holly y él silenciados aquella misma mañana? Tenía alguna importancia, de todas formas? Qué habían mencionado de Ícaro y el sol? Ya ni siquiera era capaz de recordarlo.
Julius parecía despedirse, así que Olympe se retiró un mechón de cabellos que le caía sobre la cara, inclinada tanto tiempo sobre los dibujos y le sonrió. Luego cayó en la cuenta de que ella sí era capaz de hablar con él y le dedicó una sonrisa distraida. - Gracias Julius. Cuídate.
Lo vio mirando las bolas de cristal y supuso que compartían el pensamiento. ¡Si pudieran ver lo sucedido! Se volvió hacia Phineas e intentó aclarar al menos algún detalle. - ¿Conocéis a William Hawkings, verdad? Es de Ravenclaw también. - O lo era - Fue él quien encontró el Omnicular.
El joven Ravenclaw estaba totalmente confundido, no entendiendo nada de lo que Bruce y los otros trataban de hacerle entender, pero si insinuaban que él podía haber tenido algo que ver con la muerte de Miranda estaban completamente equivocados.
- No se si serán míos o no os omniculares hasta que los vea, pero en efecto he perdido unos recientemente. Y en cuanto a tu pregunta, no he estado en la caseta del Patio de la Torre del Reloj desde que en tercero Rudeus Hagrid nos hizo ayudarle a recoger leña como castigo, después de que liberásemos sin querer unos diablillos de Cornualles en una de sus clases... ¿Cómo podrían estar allí mis omniculares si realmente fuesen los míos?
No había mentira en los ojos de Phineas Payton, si no que todo lo contrario, se mostraba del todo colaborativo para ayudar a resolver las dudas y cuestiones que le planteaban los alumnos de último curso.
- ¿William Hawkings? ¿De vuestro mismo curso? - trató de hacer memoria ante la mención de Olympe de que era el chico Ravenclaw quién los tenía en esos momentos - No tengo mucha relación con e´l, salvo de verlo de vista. Pero sí, se de quién hablas... Le pediré que me los enseñe para verificar si son los míos... Y si recuerdo algo más os lo haré saber...