Aunque estaba acostumbrada a tener cerca a los hufflepuffs, notar de repente un beso en la mejilla sobresaltó momentaneamente a Constance.
-¿Por qué... estás tan pegado a mi? -Murmuró, nerviosa, sin saber bien como reaccionar -Si digo quienes son pueden matarlos a todos esta noche... además, he visto a gente convertirse en otras personas, ¿cómo sé que...? -Y... de la nada, Julius se puso a cantar lo que dejó a Constance sin palabras.
-Yo... -Suspiró, estaba claro que no servía de nada esconderlo si todos estaban ahí delante escuchando -, sobre el caballero de Ravenclaw... -Lo miró a los ojos fijamente -, opino como tú -Dijo, pasando la mirada por entre los que seguían en el gran comedor, temiendo que fuera la última vez que los vería, si no a todos, a alguno. No era seguro que fuera a pasarle a ella, pero ya que varios de sus sospechosos estaban delante y lo había dicho frente a sus narices, Constance estaba preocupada.
—Give me that ¡SHIT!
PSSUU PSS PSSUU PSS
HEY, Juli, Juli, aquí me tienes
Ya que con mangas y revistas poPIII te entretienes
estuve siempre aquí
nunca me moví
Confío tanto en ella, como en él como en ti
PSSUU PSS PSSUUU PSS
Tus ojos grandes aaaaabre
te lo decía tu maaaaadre
Que si miras hacia abajo no te enterarás
tus amigos siempre te defenderán
PSSUU PSS PSSUU PSS
Y sí, me desvié, ¿qué quieres? Soy humano
Pero a ti de lo peor te han acusado
¿y yo que he hecho, hermano?
¡Defenderte hasta el final, porque te amo!
PSSUU PSS PSSUU PSS
Aquí se habla de secretos
Algo que todos tenemos
Lo admito, yo también
Pero aprende a leer
Los mensajes del revés
Y verás que ya te he dicho lo que hago
Pero para bien, tú lo sabes ya, hermano!
PSSUU PSS PSSUU
YOH MADAFAKA ANDESTAN?
Génesis sonreía y aplaudía mientras disfrutaba de la gran y sorprendente interpretación que estaba realizando Julius, sin duda nunca imagino que el joven supiera rimar tan bien, incluso ese beatbox, risas y aplausos de parte de Genesi Monahan.
-GRACIAS! GRACIAS! Julius, wow my boy, you rocks! la pregunta era algo tonto, pero se debía intentar.
y asi Genesis continuo entre risas y aplausos, para ponerse un poco más seria justo antes de que el cáliz dijese quien sería el expulsado.
Se separó de Constance, al ver que se sentía incómoda. En realidad, parecía asustada. Normal, con lo que estaban viviendo.
—Constance. No te voy a obligar a contar lo que sabes y respetaré tu decisión, de modo que si quieres guardar silencio, no seré yo quien lo traicione. —Bajó su mirada, y luego volvió a ella—. Otros aquí, incluidos Valentina, han arriesgado sus vidas exponiendo su información. Han recibido protección a cambio. Estamos a día 3 y siguen ahí. No es para nada normal... Pero si... —suspiró, temiéndose lo que ocurriría—. Si esta noche, van a por ti, esa información se perderá para siempre.
Fue algo surrealista. Allí sentada, en lo alto de una mesa, la abertura de la túnica convenientemente modificada para que mostrase mis piernas, bien torneadas y acabadas en unos preciosos zapatos de tacón negros con reflejos verde jade. Los colores de mi casa.
Y... sonriendo.
Si, me sentía felíz... y desilusionada a la vez. Era impresionante ver como las lealtades iban cambiando. Como quien hablaba con seguridad comenzaba a balbucear excusas una vez se le acusaba de algo. Que difícil era que alguien mantuviera la entereza necesaria para librar esta guerra. Éramos demasiados. Necesitábamos extraer el grano de la paja para poder enfrentarnos a esos caballeros de Walpurgis que tan inteligentes estaban resultando ser.
Lo diría una y mil veces. No me importaban sacrificar a quien no estuviera a la altura. Ellos... ellos, "valientes" hipócritas se habían puesto el disfraz, decían una cosa y por abajo realizaban otra.
Así que si. Me mantuve en silencio. Lo que tenía que decir en este día ya lo había dicho. Dejé que se contradijesen entre ellos. Que gritaran mil y una teorías distintas, a cual más descabellada. Ya habría tiempo de filtrarla en la tranquilidad del jergón.
Pese a que mi nombre salió a la palestra en más de una ocasión, me mantuve firme y serena, y callada.
Una y otra vez...
Y otra...
Y otra vez más...
Hasta que saltó sobre una mesa el jovencito (solo por tamaño, no por edad... eran tan monos Julius y Felix... tan parejos... tan... patéticos) y se puso a cantar, o a rapear... o como quiera que se llame la mierda esa que hacen.
Pero, me puso de mejor humor. Si, sin duda.
Bajé de la mesa y me aproximé al centro de la sala, consciente de la hora, el sol rozaba ya el horizonte y pronto, muy pronto, sería de noche, y el cáliz de fuego arrojaría un nombre.
Era el momento. Ahora que no había tiempo de replica. De alteración. Ahora que no... no... ahora no podrían decir, de ningún modo, que lo hice para salvar el culo. Era mi regalo hacia esos... ya no se ni como llamarlos. Y ese regalo pesaría en sus corazones. Solo esperaba que la culpa los abrumara tanto que no volviesen a sonreír en la vida. En la puta vida.
Ejem... ejem...
Si... una cosa, ahora que no podréis decir que lo hago para salvar el pellejo. Ethan es inocente. Es ciento por ciento leal a Hogwarts.
Fui al gran salón a probar una cosa. Si. Tal y como dije el primer día, realizar un expecto patronus no significa, per se, que se tenga un corazón puro. Eso dice el manual y, aunque no dudo de ti, Holly, no podía obviar esa posibilidad. Así que, bajo esa premisa, desafié lo que dice mi propia habilidad y accedí buscando a Anne Lovelace. Es pura de sangre, en teoría, no puedo probar si su corazón es puro también o no pero... pero. Pero, ¿y si sí? ¿Y si hago una ejecución perfecta del hechizo? ¿Y si es tan perfecta como el perfecto prefecto al que matasteis? Tal vez... tal vez me diga algo.
Por desgracia la ejecución no fue perfecta, lo siento - realmente no lo sentía, pues tuve la sensación de perder un hechizo y mi tiempo de descanso - así que no. No pude obtener información. Miré a ambos lados y vi a Ethan, otro puro de sangre, al menos de diez generaciones, ¿tengo razón? - dije, mirando al señorito Price - y volví a desafiar las normas. Esta vez si. Lo noté en la varita. Lo noté en cada célula de mi cuerpo. Lo note... joder, fue como un chute de adrenalina. Pude realizar el hechizo sobre un puro de corazón, no sobre un mestizo. Joder... fue alucinante.
Y ese es mi regalo. Realmente, es mi regalo para él. Que no se dude de su lealtad.
Ese tío es puro de corazón. Tan puro al menos como lo puede ser un griffyndor.
Que pasen buena noche.
Lo siento máster. He esperado al final por ser coherente con el sentido de mi post.