Partida Rol por web

Esta sala anexa al Gran Comedor, cercana a la mesa de profesores, tiene una gran chimenea opuesta a la puerta y retratos de magos y brujas en las paredes. Generalmente siempre fue usada por los profesores de Hogwarts en casa de tener que deliberar sobre alguna cuestión de relativa importancia a expensas de los alumnos que esperaban en el Gran Comedor, como resultó el caso en el que se interrogó a Harry Potter por la razón por la que su nombre apareció en el Cáliz de Fuego cuando se celebraba en Hogwarts el Torneo de los Tres Magos o se les dieron a los participantes al torneo las instrucciones de la competencia.

Actualmente se está usando como sala mortuoria o depósito de cadáveres, en donde se han ido colocando los cuerpos de los fallecidos en los últimos días, a espera de noticias del Ministerio de Magia en cuanto a como obrar con los cuerpos para regresarlos a sus familiares. Un armario evanescente está reposando contra una de las paredes. 

Se distinguen dos accesos al lugar, uno principal por el que se llega desde el Gran Comedor y uno secundario que conecta con con el exterior camino a la lechucería.

Peter creía tener claro que venía a buscar aquí. Un traje de Hufflepuff abandonado. Un vial de poción multijugos. Y si faltaba alguno de los cuerpos de sus antiguos compañeros, en concreto el de Bruce u otro Hufflepuff. Además de analizar para qué habían llevado un armario evanescente allí.

Para entrar, hizo de tripas corazón. Las almas de sus compañeros le observaban. Un sudor frío recorrió su nuca.

Julius, no me has contestado a qué saliste anoche. Ha respondido Constance por tí. Peter le miró serio, pero no tan duro como ayer. ¿Ya no estaba tan seguro de la culpabilidad de Sinclair?

Su alma encontraba el ocaso aquí. Le era muy difícil tener a todos sus compañeros como un salón del acabose. ¿Aquí era donde Nick regularmente pasaba? No, no era aquí, pero aún así el tipo debía tener un temple de acero porque Sinclair al menos se estaba desarmando, paso por paso, pero el contenedor pequeño poseía gran voluntad, aún hasta el crudo final. Si sería matado, si sería manipulado, si sería expulsado o vaya a saber el mal de la vida misma.

Se fijó en esa cosa. Un gesto torcido en su boca apareció que ocurrió producto de su complicación ante ver lo que fuese que fuese ese... ¿Cristal? ¿Armatoste? ¿Espejo maligno? Y las palabras de Hollman.

- Ya lo dije antes, salí a lavarme la cara y las manos de esa jodida cerveza que tanto le gustaba a Gonzo. -No quería ni mirar en donde estuviese Jeremy, si se enfocaba en eso estallaría en llanto, o peor, rabia sin ninguna dirección. Siguió.- Intenté fumar, no pude, y tuve la brillante... -Notable sarcasmo en su tono.- Idea de intentar clonarle la Piedra de Resurrección a Spencer cuando dormía pensando que haría más fácil o eficiente mi hechio de Gémino. Me enseñaron que las soluciones fáciles llevan a cagadas, claro queda.

Recordó las palabras de su familia. ¿Debería contarle? No, no le importaría un carajo, pero sí que había algo que comentarle tan pronto como observara esta... Cosa. "Armario Evanescente" le llamó la maestra Pomfrey. ¿Eso no significa...? No tenía idea si la palabra se asociaba con el significado de lo que podría ser algo como la Capa de Invisibilidad o algún otro tipo de desaparición. Por lo que a él respecta, podría incluso tener que ver con lo que pasó y vió la niña Slytherin antes.

- Te mostaré algo pero primero, déjame ojear acá.

Se fijó en el alrededor y los detalles, en todo, sintiendo el pesadumbroso y a la vez extrañamente místico ambiente en el que estaba, cual siniestra luz guiándolo entre espejismos.

Effie entró en la sala anexa. Estaba muy contrariada. Ella estaba haciendo todo lo que estaba en su mano por mantenerles a todos bien, pero era imposible avanzar mientras aquella losa siguiese ahí. Ya no podía pensar porque todo le hacía volver a Annabella.

En silencio, rebuscó en el lugar.

Peter miró con incredulidad a Julius. ¿Había intentado clonar la Piedra de Resurrección de Amelia? Si Amelia le dijo que no.

Tú y tus flipadas, Julius. Muéstrame luego lo que quieras, mientras no sea un cuchillo.

Le dió la espalda y siguió buscando.

Effie... ¿Que haya un Armario Evanescente significa que pueden entrar y sacar objetos de Hogwarts?... ¿O personas? 

De poder ser así, no detecté a nadie nuevo en el Gran Comedor ayer. Sólo a los ocho que quedamos. Peter se acercó al armario. Estaba tentado de probar a meter dentro algún objeto, a ver qué pasaba o si se iba. Pero no, Flitwick iba a inutilizarlo a la noche, supuso.

Investigar aquella sala anexa al gran comedor no hubiese sido una labor complicada, de no ser porque algunos cadáveres empezaban a manifestar signos de descomposición y a desprender un hedor nauseabundo e irrespirable. Los tres alumnos que se habían aventurado a analizar el lugar, incluyendo los cadáveres de los presentes y el armario evanescente, no tardaron en percatarse de que todos los cuerpos estaban intactos desde que habían sido depositados, no faltando ningún cuerpo o habiendo sido suplantadoa posteridad.

Solo los cadáveres de Nicholas McKellen y Rachel Martin que aparecían en el registro habían "regresado" a la vida de entre los muertos, aunque al parecer presumiblemente por métodos o formas completamente distintas. Madame Pomfrey había dejado registrado en un informe que la causa de la muerte de Nicholas McKellen había sido por el impacto directo de un Adava Kedavra conjurado en su rostro, siendo reportada su desaparición de aquella sala la misma noche en que Faye Fudge desapareció por última vez de Hogwarts. Tanto profesores como algunos de los alumnos daban por algo seguro que la joven Gryffindor se habría colado en la estancia, arrastrado el cadáver por el acceso secundario y saliendo al exterior, buscar el acceso a las catacumbas bajo las mazmorras de Slytherin. ¿Por cuál razón? Teóricamente para realizar un ritual alquímico de Intercambio Equivalente, aunque tampoco es que hubiese pruebas de ello salvo el testimonio de varios de los alumnos presentes...

En cuanto al cadáver de Rachel Martin su retorno a la vida todavía era mucho más extraño y confuso, no habiendo nada concluyente en la posterior autopsia que realizó la medimaga de Hohwarts. Técnicamente podría haber restos de algún brebaje o poción que se le hubiese administrado post mortem, sanando sus heridas internas y permitiendo su retorno unos ciclos después, pero no había evidencia que permitiese concluir que le habían subministrado, quién se lo había subministrado ni por qué precisamente a ella. En su caso no había dudas de que su cadáver no había sido movido por nadie a otro lugar, por lo que su "despertar" había sido en esta misma sala anexa. ¿En qué momento de la noche se habría producido el retorno? ¿Le daría tiempo a la rubia Slytherin a desplazarse esa misma mañana en dirección a la lechucería antes de presentarse al Gran Comedor? ¿Habría hecho uso del armario evanescente del cual la bibliotecaria Madame Pince reportó que anteriormente había estado roto y no funcional? ¿Cuándo lo habrían reparado y donde estaba el otro par que permitía el intercambio?

Ya no quedaba tiempo, ahora sí que se acabó.

- Esta cosa podría funcionar como no, hay que destruírla, y yo hoy... No alcanzaré a clonarla para ponerla a prueba.

Para mejor. Sonrió de modo contrariado, ¿era un cabrón valiente o un cobarde descarado? Apreciaba que Hollman lo detestara, hacía más fácil todo, la verdad. Tosió y les habló a ambos.

- No falta un Walpurgo, faltan dos, si existe la Walpurga Infecta original y el supuesto Walpurgo Traidor que me he sacado yo, que llevo pensando que existe como "Tercer Bando" de las anotaciones de Jeremy y las observaciones de Effie, Dwenrigar y muchos otros que han caído.

Tomó aire entonces y miró a ambos. Ya nada aquí importaba mucho, solamente la presencia de esos caídos. Félix, William, Erika, Miaddora... Todos ellos. No serían en vano sus caídas.

- Acaben con quién falta después de hoy, ya sabrán. Peter, deja de caer en manipulaciones, bastardo. ¿Tengo que pegarte yo ahora para que entiendas? Te han mentido en la cara y has sido un imbécil, usa tu Sentido Arácnido, my man.

Sí, eso fue a posta, pero no pretendía golpearlo.

- Effie, tú estás... Tú estás ahí. Haz lo que ya has pretendido hacer, confía en tus propios instintos.

Le sonrió y agradeció, pero había un tinte de pena y algo más en sus ojos al mirarla.

- Con permiso. Hay que decirle al sensei Flitzwick que aniquile este trozo de maldad tranposicionadora o lo que sea, o que no se le olvide. Gracias a ambos, ha sido un placer, un honor también.

Al final eso que intentó mostrar no existía, se deshizo al mirarlo en su mochila. Ah, su jodida Maldición era tan caprichosa, muy como su destino.

Tronó su cuello y a votar al Cáliz.