James sonríe.
- Para nada, será porque tú también me pones nervioso a mí. - te dice, aunque no da la impresión de estar para nada nervioso, ni ahora ni nunca a decir verdad.
- ¿Qué piensas de mi hermana, Zoe? ¿De los Lancaster? ¿De mí? - pregunta con una nueva sonrisa y un guiño.
Los exámenes me preocupaban más de lo que creía. De hecho, ya me imaginaba yendo hacia mi Sala Común, y rogando a Snape o a Black que me dieran algún consejo para hacerles frente. No sabía cómo eran los exámenes de aquí, y me daba algo de miedo descubrir que el nivel era mucho más alto que en el otro lado del Atlántico.
Fue por ello que casi ni me di cuenta de que Aelia me arrastraba hacia mi propia Mesa mientras yo permanecía obnubilada pensando en los exámenes y en cómo serían.
Cuando escuché la dulce voz de Aelia preguntando si se podía sentar, pestañeé varias veces, y volví a la realidad que me rodeaba.
Sonreí de manera estúpida, negando con la cabeza, y miré a Charlotte, tomando yo también asiento.
Escuché el intercambio de agradecimientos que se fueron dando, y las miré de manera intermitente, pensando que tenían muy buena amistad.
Al ver cómo se daban un beso, aparté la mirada, algo azorada, pues pensaba que estaba metida en mitad de algo íntimo, y fue cuando me di cuenta de que, tal vez, y sólo tal vez, ellas dos eran algo más que…
Fue entonces cuando me ruboricé más aún que Aelia, y me llevé las manos a la frente, pensando que estaba usándome de carabina para poder estar con Charlotte.
Me estaba montando yo sola ya la idea entera, y noté que se me quedaba la boca seca, mientras las escuchaba hablar, las veía sonreír, y sentía lo bien que estaban ellas dos.
Pensé de manea algo desesperada hacer alguna cosa para evitar estar pendiente de algo que no me concernía, por lo que cogí un trozo de pastel de chocolate, y me limité a comérmelo mientras seguía poniendo la oreja, sin poder evitarlo, y culpándome por ello.
Ale, más o menos arreglado XDXDXD
- Gracias. - dice Charlotte ante el cumplido de Aelia. Sus compañeros en esos momentos (Duncan Lowell, Evelyn LaMarque-Wolf y un par de alumnas de quinto calladas pero muy arregladas) miran la escena curiosos. London se ha sentado al lado de la premio anual. Charlotte permanece de pie aún, pero hay sitio a su lado. - ¿Teníais planes para hoy?
¿Lo que queremos y lo que puede ser no pueden ir siempre de la mano? Quizás... quizás él también crea en lo mismo que yo, ¿pero entonces por qué se mostró tan cortante cuando le hablé sobre eso la última vez? Decidí dejar pasar su comentario, no era algo que me importase saber ahora.
Río siguiendo con la broma de los admiradores y los regalos, hasta que entonces siento como me golpean con un cojín en la cara. Es rápido el condenado. Cuando quiero darme cuenta, estoy tumbada en el sofá, con las muñecas atrapadas y con él encima.
- Eres un bruto-le digo, sin parar de reír. Intento zafarme del agarre (aunque no pongo mucha resistencia a decir verdad)-. ¿Qué? Yo no he dicho que no quiera tus besos, solo digo que no cuentan como regalo-muevo la cabeza y le doy un beso rápido en los labios-, ¿ves? Si contasen, ya me deberías por lo menos un regalo. Va, no seas tacaño-le digo con una sonrisa que baila entre lo divertido y lo pícaro.
Cuando dijo que yo también le pongo nervoso, no me lo tragué. No se le notaba para nada nervioso. Pero me daba igual,a lo mejor lo dijo para que yo no me sienta diferente o algo. No lo sabía, pero no le di importánci -Bueno, pues tu hermana es la mejor amiga que tengo en hogwarts, y en cuanto a ti, pues pienso que eres muy seguro de ti mismo, y eso me gusta. Tampoco sé demasiado sobre tí, así que tú también podrías contarme algo tuyo. - dije sonriendo también.
Esbocé una leve sonrisa, perdida otra vez, hasta que me di cuenta que Charlotte, con toda naturalidad, me había preguntado algo. Poco a poco, y en un modo gradual, perdí mi obnubilación y centré mis esfuerzos mentales sobre la chica del pelo de oro blanco. Me encogí de hombros, tan lentamente como cuando uno se acaba de despertar y todavía tiene sus músculos y articulaciones adormecidas. —La verdad, Charlotte, es que no tenía gran cosa a hacer hoy. El día de Navidad lo suelo pasar de una forma bastante ostracista, alejada de todos. Sin embargo, hay un hechizo que me gustaría poner en práctica, pero no me gustaría liarme con cosas de la escuela. Creo, simplemente, que hoy es un mal día para eso. Menos aún después de lo que pasó ayer. Todavía estoy preocupada, me siento un poco impotente ante lo que sucedió, la verdad. Me gustaría saber qué pasó con Sofia, quién pudo hacerle daño... —dije, atenuando mi voz para que los demás, a parte de las dos chicas, no pudieran oírme, echándome un poco atrás con una sonrisa de resignación en mi tez respecto a lo sucedido—. ¿Y vosotras, London, Charlotte? ¿Tenéis planes para hoy? —pregunté, alzando la voz nuevamente.
Me quedé pensando en mis tonterías durante un rato más. Y sentí que estaba invadiendo una zona de gran intimidad, y que debía de irme. No era justo que una foránea metiera las narices en algo que, para mí, era privado.
Sin embargo, tenía la mente preparada, y quería oírlo todo, sobre todo, cuando se mencionó lo del día anterior, y lo que le ocurrió a la pobre Sofía. Me estremecí un poco por dentro, sintiendo cierta impotencia, como decía Aelia que tenía. Había sido un suceso extraño, y del cual poco podíamos hacer para ayudar.
Miré a Charlotte, esperando que ella supiera alguna cosa. Me la imaginaba como una especie de dame fatale que sabía todo lo que ocurría en el castillo, y manejaba ciertos hilos a su antojo, por lo que la clavé la mirada hasta que terminara respondiendo, de pura ansia.
—No suelo hacer nada en especial— contesté a Aelia, mientras seguía mirando a Charlotte, como si tuviera la clave de todo lo que había pasado en el baile—. En mi casa es como otro día cualquiera, aunque haya regalos. Pero, la vida continúa, y ya está. Así que, hoy será igual. Nada nuevo bajo el sol.
No quería dar lástima ni nada de eso. Simplemente, relataba un hecho. Me gustaba pensar que había otras formas de celebrar la Navidad, pero que, desafortunadamente, a mí no me había tocado disfrutarlas. Por ello, no podía echar de menos algo que nunca había disfrutado.
—¿Y qué hechizo es ese, Aelia?— pregunté, despegando la mirada de Charlotte, finalmente, y mirando con curiosidad a la alumna de Ravenclaw—. ¿De qué se trata?
Charlotte torna su expresión a una realmente seria, igual que ayer noche, cuando Aelia habla de Sofía, pero no dice nada. Charlotte no es de las que haban cuándo no debe y sacar el tema ahora no es el momento. Es por ello que espera a que London termine de ctestar la pregunta de Aelia para contestarla ella también.
- Los prefectos no tenemos un día realmente libre. - dice encogiéndose de hombros - Pero sería interesante ver ese nuevo hechizo.
James se ríe.
- Uy, sobre mí, sbre mí... No sé Zoe. Me gusta el orden, disfruto aprendiendo estudiando aunque suena idiota. Pero quiero estr preparado para cuándo mi padre quiera retirarse. Tengo que demostrar a mi padre que puedo ser el heredero que los Lancaster se merece. Me gusta seguir las noticias de politica...Y hacer cosas más normales, cómo pasar el rato con mis amigos, claro. - añade riendo de nuevo.
No estaba segura de hasta qué punto podía ser bueno enseñarle a London y a Charlotte un hechizo en construcción. Si bien se trataba de algo personal, algo de lo que posiblemente pudiera enorgullecerme podía dar resultados catastróficos. —Es un secreto —comenté, con una voz cargada de malicia, guiñando un ojo. Hubiera estado más segura con Charlotte y/o incluso con alguno de los profesores, pero era preferible que nadie más supiera nada. Me levanté del banco de Slytherin, echando una rápida mirada a London y a Charlotte que trataba de decir “más bien en otro lugar”, y me encaminé hacia la puerta que daba salida al vestíbulo, echando una sola mirada atrás para asegurarme de que me seguían. Una vez estábamos en un aula vacía con el suficiente espacio, me dirigí a las dos. —Asumo que habréis traído las varitas. Vale. Quiero que me lancéis un hechizo. Uno que no haga mucho daño, porque puede ser que alguna de nosotras reciba el impacto de los hechizos. Bueno, alguna de nosotras posiblemente recibirá el hechizo. Así que nada de maldiciones imperdonables, ¿eh? —comenté, con una sonrisa. —Vale. Quiero que me lancéis un hechizo las dos a la vez. Nada excesivamente potente, para empezar —y preparé mi varita para recibir los hechizos de las dos.
Falta la actu
Joni no apreta demasiado, pues no quiere hacerte daño, pero simplemente el peso de su cuerpo sobre el tuyo te tiene bastante atrapada.
- ¿Tacaño? Te acabo de regalar el trabajo de mi vida y me llamas tacaño. Qué grosera. - dice negando con la cabeza. - Debería retirar mi próximo regalo de la mesa. Y con ese beso tan mísero no te debería nada, casi que me deberías tú algo a mí.
Joni sonríe y se acerca poco a poco de nuevo hacia ti... cuándo se escucha la puerta y salta cómo un resorte. Saana y Kristoff entran charlando en Noruego -deduces- y al principio no parecen percatarse de vuestra prensencia, o al menos de la tuya.
Kristoff: - Ey Joni... -empieza a saludar Kristoff hasta que te ve en el sofá. - Oh, creo que interrumpimos. - dice divertido.
-Bueno, está muy bien que disfrutes aprendiendo James. Todo lo que has dicho me parece correcto - dije riéndome también. No me resultaba gracioso ni nada por el estilo, pero pensé en que me estaba quedando sin temas de conversar y me sentía un poco incómoda, eso hizo que al no saber cómo reaccionar, me entrara la risa. -Bueno... - "¿qué más le digo yo ahora?" - ... ¿Qué quieres hacer ahora? - dije un poco incómoda, pues no sabía de qué más hablar-Ya hemos hablado... Supongo...¿no?- esta situación me hacía sentir con un poco de verguenza, pero esta vez no me puse roja- ¿Qué más quieres que te cuente? - dije volviéndome a reír bajito, sin que se note mucho.
Lo miro a los ojos con la misma expresión divertida. Ya no forcejeo, ni siquiera flojo, dejo las manos donde Joni las tiene agarradas. Me acomodo un poco en el sofá, hundiéndome ligeramente en este y flexionando una de mis piernas para rodear su muslo.
- Vamos, vamos, ¿a cuántas chicas le has venido con lo mismo?-bromeo sacando la lengua. Después me hago la ofendida, abriendo mucho la boca con una exclamación-¿Cómo OSAS decir que mis besos son míseros? ¡No te mereces ni medio!-me hago la digna y me río con él.
Levanto algo la cabeza para acortar el espacio entre nuestros labios, cuando la puerta se abre entonces y Joni salta, dejándome a mí tirada en el sofá, ¡el muy traidor!
Entran entonces los otros dos alumnos de Durmstrang y yo, dado que no me da tiempo a incorporarme, coloco una mano sobre mi cabeza y me pongo de lado.
- ... Y así es como posan las chicas en Francia*. Ea, ya lo sabes-suelto, sabiendo perfectamente que no colaría (ni lo pretendía de hecho)-. Hola, chicos, pasad, pasad, solo le estaba demostrando los diferentes tipos de modelaje para pintores, el chico se nos ha vuelto artista y buscaba una musa para inspirarse-sigo bromeando guiñándoles un ojo. Me río entonces y me incoporo para levantarme y coger el regalo que me ha dado y mi bolsa con los demás regalos-. Pero me temo que vamos a tener que dejar la sesión de dibujo para otro momento, Joni, tengo que seguir siendo Mia Claus durante un rato más. Nos vemos luego, ¿vale, Da Vinci?-sonrío y le doy un beso en la comisura de los labios, le guiño un ojo y me separo de él para dirigirme a los demás-. Hasta luego, chicos.
Y dicho esto, salgo de la sala y me dirijo a las cocinas.
*"Dibújame como a una de tus chicas francesas" xDDD
Sentía curiosidad por ese nuevo hechizo que decía Aelia que quería probar. Y mi aquélla iba en aumento cuando la Ravenclaw nos dijo de ir a otro lugar para practicar.
Compartí una mirada de perplejidad con Charlotte, pero sonreí inmediatamente ante el nuevo día que nos esperaba, y me levanté como si tuviera un resorte en el trasero. Tenía muchas ganas de hacer algo en especial, y aunque no dejaban de ser cosas de la escuela, como había dicho la misma Aelia hacía unos instantes, podía distraerme viendo un hechizo nuevo.
—Venga, vamos— dije, animada, tomando el último trago de leche, y limpiándome la boca con el dorso de la mano.
Durante el trayecto al aula vacía, estuve pensando en las palabras que nos había dicho Charlotte, y no podía evitar pensar que, efectivamente, la Slytherin no sabía nada. Mordiéndome el labio inferior con algo de pesimismo, llegué a pensar que nunca sabríamos lo que de verdad había pasado con el asunto de Wolf, y que a los autores no los pillarían jamás.
Sin embargo, de mi mente pronto desaparecieron tales pensamientos cuando llegamos al aula, y entramos.
Miré a Aelia con expectación esperando ver un nuevo rayo de luz salir de la punta de su varita, pero ladeé la cabeza en cuanto vi que nosotras también íbamos a participar.
—¿Sí?— dije ante su indicación de sacar nuestras varitas, y cogí la mía, mirándola como su fuera a hacer algo extraordinario—. Vale, ¿y ahora?
El hechizo. Nos tocaba atacarla. Y no me gustaba, ciertamente. No quería hacerla daño, y que tuviéramos que pasar el día de Navidad en la enfermería, pero tampoco podía hacer nada para negarme. Se la veía confiada, y eso era importante.
—De acuerdo— dije, finalmente, suspirando.
Alcé la varita, y exclamé:
—¡Expelliarmus!
Motivo: Expelliarmus
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+19)=37
Hago la tirada usando la tabla para el combate ^^U Espero que esté bien.
Charlotte, curiosa por lo que vaya a ocurrir, lanza el mismo hechizo que London.
Motivo: Expe
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+24)=27
Está bien ^^
Preparé mi varita, y asentí cuando me lanzaron los hechizos. Tanto para Charlotte como para London estaba realizando algo nuevo, que no habían visto en ningún momento. -Cupola- dije, tratando de realizar el hechizo con la mayor concentración posible y con los movimientos realizados lo mejor posible. No obstante, quizá los nervios me habían traicionado, o quizá era mi impresión, pero no parecía haber realizado el hechizo lo correctamente que quería. Una mueca extraña surgió de mis labios, al ver cómo el hechizo se formaba de una forma débil y tenue a mi alrededor. ¿Había conseguido lo que quería?
Motivo: Cupola
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+26)=30
No estoy en casa, pero posteo rápido por si se tienen que detallar los efectos.
Una cúpula se forma al rededor de Aelia, pero ambos hechizos la traspasan y la varita de la Ravenclaw sale disparada. Charlotte enarca una ceja, no sabiendo muy bien qué decir.
- Esto...¿Tenemos que hacer algo más?
Estuve a la expectativa de qué era lo que debía pasar. Quería ver ese nuevo hechizo que Aelia decía hacer, y ver cuál era su poder.
Tras lanzar el expelliarmus, no sin sentirme un poco mal por lanzar un hechizo así contra una amiga sin ninguna justificación, esperé con los ojos como platos a ver qué pasaba.
-Cupola- murmuré para mis adentros, divertida, pensando en que era un buen nombre para el hechizo.
Cuando comenzó a distorsionarse la visión alrededor de ella, me incliné hacia delante para ver mejor el efecto del hechizo.
-Oh- dije, admirada, ante lo que veía por primera vez-. Uala.
Aunque no sabía si el hechizo era pleno, y si había salido de manera completa, no pude evitar felicitar a Aelia, alzando un pulgar, como había visto hacer a algún muggle del Colegio.
-Eh, Aelia- dije, acercándome a ella, sonriente-. Está guay el hechizo. Sólo queda practicar algo, pero mola- hice una pausa para escuchar las palabras de Charlotte, y asentí-. Sí, si necesitas algo más, dínoslo.
Mantuve su mirada ilusionada. Si podía ayudarla, no quería perder la oportunidad.
-Es un hechizo defensivo, ¿no?- pregunté, curiosa-. Se crea como una pared entre tú y el hechizo, ¿verdad? Pero, ¿después rebota, o el hechizo es consumido por la especie de cúpula?
Móvil, sorry u.u
En principio esta escena se ha cerrado. SI querùeis terminar la conversación adelante, pero lo suyo sería concentrarse en la nueva escena :)