Partida Rol por web

La calma tras la tormenta

4.1 Rumores inoportunos

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08/09/2010, 20:15
Director (Arclite)

Los sectarios abrevan los caballos, recogen sus pertrechos y disponen todo para continuar la marcha que se inició ayer noche en la taberna de El cazador de Altdorf. Deciden dar un rodea con elfinde evitar a los refugiados, sus súplicas y sus actos de desesperación, seis personas a caballo son un suculento manjar para bandidos y gente desesperada, elementos complementarios en estos tiempos inciertos que corren. El lamentable espectáculo de tiendas y carros queda atrás, a una distancia prudencial en la que retoman la carretera. No han podido evitar que un grupo de rezagados les viese, pero no corren peligro alguno de ser identificados. La distancia juega en su favor. El camino en esto punto presenta marcas de ruedas, pesados carros han pasado por aquí no hace mucho tiempo. Pueden ser los que interesan a los Hijos de la Putrefacción, o pueden ser los de los refugiados. todo es posible pero ellos mantienen la esperanza.

Conforme el bosque se aleja del camino y un pequeño riachuelo discurre en paralelo empiezan a darse cuenta de lo que ha ucedido no muchas horas antes del amanecer. Una columna de huma se alza a unos treinta kilómetros de donde están, podría decirse que es otro incendio como el que se presenciaba desde Altdorf. Pero la presencia de los refugiados les indica que lo que arden son los restos de un poblado.

Pobre gente, -comenta Klubet- todo por no someterse a los Verdaderos Dioses. Su ignorancia y las mentiras de la Iglesia de Sigmar han causado ese desastre. Muchos se unieron a nuestra causa con la Tormenta, pero por desgracia hubo traidores entre nuestras filas y faltó el valor en algunos casos. Sólo quedan algunas bestias aisladas en los bosques, son de poco fiar y sólo se dedican a la matanza, no pregonan la palabra de Nurgle.

Parece que su causa para con la secta es auténtica, no sólo un capricho de la juventud. Parece firmemene convencido de lo que dice, un leal servidor de los Hijos de la Putrefacción.

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10/09/2010, 09:47
Klins

- El imperio está sumido en el Caos por lo que estamos viendo, tendremos que andarnos con cuidado si no queremos tener problemas en nuestro viaje, cualquier grupo de personas en estos días puede confundirse con simples maleantes.

Deberíamos ir por caminos secundarios pero eso nos retrasaría demasiado, esta misión que estamos haciendo vagando sin rumbo fijo no me está gustando nada, creía que Maximillian era un hombre mucho más concienzudo en su trabajo y nos está llevando dando palos de ciego de aquí para allá.

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10/09/2010, 15:20
Marcus Bolt

-¿Y ahora que?.Esto pinta mal...

Comenta observando aquel paisaje un tanto caótico.

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14/09/2010, 16:29
Director (Arclite)

Espoleando las monturas se alejaron del bosque de Mittelberg y de los refugiados, pese a su discección se toparon de frente con varios rezagados del grupo principal, y es que el camino estaba salpicado de montículos y rocas que cada pocos metros ocultaban el camino. Pero en genreal había suerte, todos eran enfermos, heridos y gente cansada; carros a rebosar de gente moribunda y algunos muertos. Dos sacerdotes acompñaban al triste cortejo cantando salmos a Sigmar con las túnicas desechas. En general todos iban armados, pero de un variado abanico de horcas, espadas, medias, hachas, lanzas, garrotes, cuchillos y demás utensilios. Nada que debiera preocupar a seis jinetes pertrechados. La velocidad de las monturas impedía a los aldeanos acercarse a los jinetes.

A unos dos kilómetros del pueblo se encontraron con un triple desvío, el primero giraba al norte, hacia una imponente cortina de humo negro que se alzaba varios kilómetros más allá, la presencia de un cadáver en el camino les hizo suponer que los refugiados provenían de allí. No era aconsejabla adentrarse en terreno peligroso, bestias del Caos u otros monstruos, ni siquiera los hijos de Nurgle están a salvo de semenjantes bestias. El segundo desvío cruzaba un ridículo puente sobre un riachuelo, era la dirección correcta pues Delberz estaba en esa dirección, el río que estaban cruzando, el Mit, ea un afluente menor del Delb, el tercer desvío carecía de importancia, conducía a un pueblo que distaba casi cuarenta kilómetros de allí, un lugar irrelevante. Siguieron cabalgando por el ahora pedregoso ahora polvoriento camino; y al doblar la curva se encontraron con el escenario de un desastre.

Notas de juego

Nueva escena.