Methgar... Resulta ser también una elfa. ¡Cuántos hermanos encontrados de repente! Nunca está mal sentirme rodeada de los míos aunque no pertenezcan a mi Comunidad, pienso al observar las picudas orejas de la mujer a la que he ayudado para liberar al otro elfo.
Una vez visto que no soy una enemiga se muestra más amable conmigo y eso me alegra.
Una vez me comenta que vuelven al pueblo me acerco al caballo para desatarlo a la vez que veo cómo Methgar cachea a la prisionera y le arrebata lo que parece un libro de conjuros. No puedo evitar sentir una inmensa curiosidad por saber qué les ha hecho exactamente esa hechicera humana.
Me acerco, tirando con suavidad del caballo, de nuevo a ambso elfos y ayudo como puedo con el brazo y mano desocupados a andar al herido.
- ¿Qué os ha hecho esa mujer? ¿Es una hechicera de magia negra? Silvanus no lo quiera... - le pregunto curiosa a la elfa.- ¿Sois acaso habitantes de Aguas Fuertes?
Hechicera o no, lo cierto es que por culpa de esta mujer y sus compinches los pocos días que llevamos en el pueblo han resultado bastante... intensos, por decirlo de algún modo. Entre otras cosas es la causante de todo el jaleo que se ha montado aquí fuera... y probablemente de otro asunto por el que tendremos que partir en cuanto nos sea posible. Es por ello que debemos llevarle lo más rápidamente posible a una celda e interrogarle
mientras habla, se ata la cuerda que sujeta a la Dama al cinto y así poder tener ambas manos libres para manejar el arco, en caso de ser necesario
Cómo lo llevas Hima? pregunta algo preocupada por el mal aspecto de su pierna aguanta un poco más, que enseguida llegaremos junto a Grifo
duda: al final se la curaste o no? por si meti la pata :P
creo recordar que estaba bastante tocado
Antes de que todo empiece y algún hombre respetable de la ciudad comience a decir soberanas tonterías al pueblo, a modo de palabras tranquilizadoras, Gárret se aferra a los barrotes de las ventanas de una casa próxima y comienza a trepar por ella hasta llegar a los tejados, desde donde pueda tener una vista de pájaro de la zona.
Con velocidad inusitada, el mediano comienza a subir por la fachada de la casa, apoyándose en sus ventanas, teniendo que dar un gran salto en el último tramo para llegar a los tejados. Allí arriba la luz de las antorchas no le ilumina, sin embargo las siluetas de las calles bajo sus pies y la luz de la luna que alumbra tenuemente su camino, el permite volver hacia las cercanías del templo de Silvanus, y allí, una vez tumbado y oculto entre las tejas, esperó a que la gente se agrupara en torno a quien sea el que les informara de lo acontecido.
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: trepar
Resultado: 14(+5)=19
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Saltar (de un tejado a otro cercano)
Resultado: 19(+5)=24
Tirada: 1d20(+13)
Motivo: Esconderse
Resultado: 4(+13)=17
En realidad creo que tengo cobertura 3/4 por que sólo asomo parte de la cabeza, no se si eso mejorará mi esconderse.
La mujer no pone ningún tipo de resistencia, se deja llevar atada y no posee ningún libro de magia ya que es hechicera y todos sus componentes mágicos han sido utilizados. De todos modos, es mejor prevenir que llevarse un buen susto inesperado.
De vez en cuando agudiza el oído para ver que dicen las dos mujeres entre si, pero resta total importancia.
De camino a las puertas os cruzáis con varios aldeanos que ayudan a los guardias a recoger los cadáveres, tan solo tenéis que sortearlos para llegar a la entrada del pueblo. Una vez allí, un guardia con una armadura completa y brillante os ordena que entreguéis a la Dama de Fuego.
Hima supera con algunos apuros el dolor que siente al notar como los dientes de la trampa se separan de su carne. La herida es muy fea, pero por suerte acaba de caer en buenas manos y además a escasos metros se encuentra el Templo de Grifo.
Con algunas dificultades también consigue ponerse en pie para darle las gracias a los dos mujeres, y seguidamente ponerse a andar a duras penas por el campo de batalla hasta las puertas del pueblo.
Cita:
-Bien, ahora que puedo sentir la pierna- Bromea un poco por su estado.
Todo indica a que va a presentarse a la mujer de cabellos rojos cuando os encontráis con un guardia de brillante armadura. Hima lo conoce, y se susurran algo entre sí. -No os preocupéis. La pondrán en buenas manos. Con un gesto de cabeza señala a Methgar para que suelte la cuerda y entregue a la mujer. Sigamos, busca algún apoyo y decide que lo mejor será apoyarse sobre el hombro de Methgar para poder proseguir la marcha por el interior del pueblo. El Capitán tiene algo que contar por el propio Curuvar, el cual aún sigue muy enfermo-
Le conseguistéis sacarle la trampa. Así que, con una tirada de sanar es suficiente, tal y como están las cosas no es necesario gastar un hechizo mas cuanto la ciudad tiene un Templo de clérigos. Pero eso lo que tú quieras Miya. depende lo que te apetezca rolear en su momento =p
Pero para hacer sanar mejor estar en una cama, así es mejor realizarle la cura.
Al poco tiempo todo parece transcurrir con normalidad. Methgar, acompañada de un nuevo personaje femenino* mantienen presa a la propia Dama de Fuego, con ellas también se encuentra el oficial Hima que parece haberse recuperado de la terrible trampa que le mantenía arañando la pierna constantemente.
Querelar y Gárret ayudan, junto con el resto de aldeanos y clérigos a levantar los cuerpos de los caídos. Con un guardia herido a hombros, el místico conduce la marcha hacia el Templo mientras trata de responder a las dudas del pequeño Gárret. El mediano deja con muchos interrogantes a Querelar cuando este decide partir el solo por las estrechas calles de Aguas Fuertes.
En las misma puerta principal, Querelar se cruza con Methgar, una nueva elfa de altura media y cuerpo delgado que sujeta las riendas de un corcel oscuro y por último con Hima que tambíen está al lado de las mujeres. En el umbral de la misma puerta, Methgar hace entrega de la Dama de Fuego a un guardia de armadura completa y metalizada.
Cita:
Es lo último que se le escucha a Hima antes de que empiece a andar, con el brazo abarcado por detrás del cuello de Methgar.
Caesar mientras tanto... Bueno, lo que él es esté haciendo es asunto suyo. Y Racalín la última vez que fué visto fue a manos de un misterioso personaje, al cual no se le ve por ninguna parte.
Methgar, Miya. y Querelar no marquéis al resto de momento. Como ya dije ahora vendrá una charla, el que quiera puede irse a dormir, a descansar o lo que le plazca -ya sabíe que dejo total libertad-. Si no roleáis o me decis lo contrario vosotros tres os dirigís hacia el Templo. Podéis asearos, bebed algo y preparaos para la asamblea en el propio Templo. También puede ser un buen momento para practicar con la herida, Miya. Por último, haced vosotros mismos como que llegáis al destino porque ya os conoceís bien el pueblo y ya lo he descrito varias veces, por lo que no es necesario que vuelva a hacerlo. Excepto a Miya, que es la primera vez que lo visita.
Caesar Gárret y Racalín, lo mismo pero por caminos separados. Ah, no espera, a que a vosotros os he mandando un dragón negro para que os liquide, chan, chan, chan ;p
De momento, todo parece normal puedes servirte a tu antojo por los múltiples cadaveres.
¿Gastas algún tipo de hechizo o...?. Será mas facil localizar objetos mágicos en caso de que los haya.
Haz una tirada de buscar también.
Cita:
Bien, en ese caso vayamos al templo. El efecto de la adrenalina que le había permitido actuar como si nada le sucediese durante la batalla comienza a disiparse y las heridas recibidas mellan sus fuerzas Además así Grifo podrá remendarnos a ambos, que buena falta nos hace bromea mientras avanzan lentamente hacia el templo.
Querelar, que seguía por el mismo camino que las damas élficas asiente escuetamente.
- No me vendrían mal unos dias de descanso, de hecho estaba a punto de retirarme para acostarme cuando salto la alarma. Creo que tengo un merecido descanso...
Ahora que Garret se había fugado, Querelar llevaba a caballito al herido guardia, pero a decir verdad el valletano no mostraba un aspecto mucho más saludable. De vez e ncuando una mueca de dolor cruzaba el rostro te dez oscura del guerrero. Pronto me podré tomar el tiempo necesario para descansar, estoy tan cansado...
Mis sentidos se alarmaron al escuchar, en la puerta de la aldea y de boca del elfo herido, el nombre de Curuvar. Entonces sabía que estaba allí pero... ¿muy enfermo? No debía perder tiempo en encontrarle y parecía que el elfo, llamado Hima, sabía dónde localizarle así que me convenía quedarme con él y la mujer elfa que le cuidaba.
En la misma puerta se nos unió un hombre que siguió nuestra pequeña comitiva hasta el Templo.
Era momento de descansar para quienes se habían vuelto envueltos en tal batalla y desde luego también de sanar las heridas de los soldados. Yo, por mi parte, esperé a estar dentro del Templo para procurarle una cama a Hima y poder curar su herida con lo que tuve más a mano.
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Sanar a Hima
Resultado: 12(+7)=19
Tirada: 1d20
Motivo: buscar
Resultado: 1
Jojo, lo rolee pero no lo especifique. XD
Aníchnefsi mageía - Detectar Magia. XD
Justo en el momento en el que le quitas el anillo a la Bandida, un par de aldeanos se disponen a cargar con el cuerpo para llevarlo hasta una carreta. Uno de ellos dice que aquí ya no tienes nada que hacer, que mejor que vayas a descansar.
-Vamos, aquí ya no hay nada que hacer. Van reunir a todos los guerreros en el Templo, deberías darte prisa. Recogen el cuerpo de la mujer, y el que le acompaña le dice entre risas. Vaya, menudo desperdicio, por lo visto parece que es mejor estar aquí que en ese aburrido Concilio.. jejejeje-
Me lo imaginé xD.
Pues lo que encuentras es un anillo mágico en los dedos de la Bandida y un hacha, la del Orco Jefe. Por último una tirada de cono. de conjuros., cuando quieras realizarla claro.
¿Tienes pensado de ir hacia el Templo o..?
Hima se alegra al ver el rostro del hombro que le comunicó el escondite de los trasgos; Querelar. Solo tiene tiempo de darle la bienvenida con un gesto de cabeza, seguidamente indica tanto al propio místico como a Methgar, como a la mujer que va sujetando las riendas de un corcel negro, la cual desconoce por completo su nombre. Pero no es momento de presentaciones.
Sin perder tiempo, los pasos de Hima os conducen hasta el ya conocido Templo por las calles del pueblo.
El pícaro hechicero se encoge de hombros y se limita a tomar lo encontrado y retirarse del lugar. Después de todo voy a ensuciar mis ropas y la armadura si sigo metiéndome en tanto lodo... Preocupado por su sucia apariencia el hechicero no cree que lo correcto sea aparecerse así en tal estado frente a las personas más importantes del pueblo. Por mucho que ahora yo sea un héroe... Por lo que antes de dirigirse al centro de reunión prefiere hacer un alto en la posada para darse un rápido baño y acicalarse un tanto...
Si voy pero luego de un rato. XD