Partida Rol por web

No te preocupes por tu hermano, debería estar a salvo ya. le sonríe mientras espera ver su cara sorprendida Llegué tarde a rescatarte bromea pero a cambio dejé a tu hermano en buenas manos... cuando nos separamos iba con Aslan para reunirse con los demás.

Baja las escaleras con su mano en la de él pero al llegar a la planta inferior le suelta y coloca bien su mochila y la espada preparándose para hace frente al dragón. Por último tensa un momento el arco confirmando así su buen estado.

Lista, si el dragón se atreve a dejarse ver se llevará una sorpresita... aunque, lo mejor sería que lográsemos pasar inadvertidos mira disimuladamente a los goblins antes de susurrarle ¿confías en ellos?

Aunque a duras penas logré sobreponerme al tremendo dolor que el aguijonazo me había provocado, en cuanto Querelar lanzó otro rayo al draco aproveché para colocar una nueva flecha en mi arco, flecha que lancé con más rabia que nunca tras lo sucedido, pero sobre todo porque me acababa de dar cuenta de que el moribundo cuerpo de Lhaeo había desaparecido de la zona misteriosamente durante la peliaguda pelea.

A pesar de que matar a estos monstruos sea lo primordial... debo ayudar a mis compañeros, están sufriendo graves heridas, pensé decidiendo mi próxima acción a menos que el draco de nuevo se lanzase hacia mi.

La lluvia de balas de la honda del mediano tampoco mengua. Sabe que hace poco daño, pero sus métodos eran de apoyo furtivo, no de hechizos y cargas salvajes.

Tus palabras llegaron a conmover a Hima. Sabía que su hermano era un simple mensajero de la ciudad, y desde la última vez que se vieron su manejo con las armas era rídiculo, por lo que sus posibilidades de escapar por su propio pie se reducían prácticamente a ninguna. Sonrío, y asintío. No había cabida para más ternura.

Ya en la planta inferior, Hima volvió a ocultar su rostro en una capucha y desenfundó un par de espadas cortas que probablemente hurtó a alguno de los guardias. Se limitó a esperarte y a vigilar con la mirada a la pareja de goblins. Éstos dijeron que se iban, que allí ya no tenían nada que hacer. Con unas carcajadas un tanto fantasmágoricas se alejaron del lugar, ocultándose entre la espesura mientras daban ágiles saltos.

-No lo sé. Al menos parece que por alguna razón querían ayudarnos. Dejemosles ir...

Al instante un rugido de aquella criatura se escuchaba a cierta distancia. Sin embargo el rugido parecía más bien de haber recibido un dolor intenso. En cierto modo las esperanzas de ver al resto con vida aumentaban. Hima colocó una mano entre tu nunca y tu hombro y te preguntó si estabas preparada. Tus heridas reflejaban tu cansancio y tu esfuerzo.

¿Lista? No te separes de mí, ¿de acuerdo?-

En cuanto salísteis del edificio, el resultado de la batalla quedaba plasmado en los crueles cuerpo mutilados sobre el campo de combate. Justo en la parte trasera del barracón, se percibía el contorno de un engendro luchando contra varios aventureros a varios metros de distancia. El cielo parecía estar libre de amenazas. Junto a Hima fuiste corriendo hacia allí, cruzando toda la zona del campamento hasta llegar al punto de encuentro, aquel en el que te separaste con Aslan.

La criatura os quedaba a pocos metros de distancia en aquel instante. La suficiente para alcanzarle con un buena flecha, o incluso que Hima cargara contra la criatura. Frente a la criatura, quedaba un mal herido Querelar pero con postura firme y segura para hacerla frente.

Parece que hemos llegado justo a tiempo... le comenta a Hima cuando ve a Querelar enfrentándose al dragón** No podrá contra todos juntos... pero ten cuidado ehhh dicho lo cual centra toda su atención en el combate que tiene por delante. Saca otra de las flechas buenas del carcaj y se acerca a la criatura hasta que encuentra un buen ángulo de tiro*.

Tras apuntar cuidadosamente durante un par de segundos, libera el proyectil el cual termina por clavarse profundamente en el cuerpo del peligroso dragón Aguanta Querelar, te cubrimos desde este lado! le dice en voz lo suficientemente alta para que le escuche pero sin gritar demasiado

El dragón estaba herido, casi agonizante. La herida provocada por el arma de Querelar fué profunda, causándole tempestades y giros agresivos que sólo indicaban lo que estaba temiendo por su vida la bestia. Los proyectiles de Miyanuviel, Gárret y por último la aparición soprendente de Methgar terminaron con la última gota de vida del reptil. Un grito agudo y agonizante resonó hasta que su cuerpo quedó encogido sin vida.

Los cuerpos de Querelar y Methgar era los más perjudicados, por suerte para la fantástica magia divina que poseía Miyanuviel no sería ningún problema grave. Gárret, un gran y valiente guerrero obervaba el cuerpo ensangrentado del reptil, preguntándose si encontraría alguna respuesta de su hermana.

Pero no todo eran buenas noticias bajo aquel cielo oscuro. El mediano Racalín se fué deshaciendo de su apariencia de draconiano al percibir que el peligro había terminado mientras se acercaba a sus agotados compañeros. Con él iba Leia, que sostenía en brazos a una inconsciente Marpilla. Y un poco más escorados se encontraba un joven elfo arrastrando el cuerpo de Aslan y, gritando constantemente ayuda.

Miya corre! grita al ver a Aslan en tan mal estado, al tiempo que corre a ayudar el veneno... habeis logrado neutralizarlo?? hace ya bastante rato... debe estar extendiéndose En este momento no tenía tiempo para preocuparse por el dolor que recorría todo su cuerpo ni para reencuentros felices, no mientras Aslan no se recuperase..

Maldita sea, iban a venir directamente.. debí asegurarme de que estarían bien...

Puedes hacer algo Miya?...

 Querelar vivió de forma muy próxima el fallecimiento de la criatura, entre los dos tajos había abierto una apertura enorme en el vientre de la criatura por la que habían empezado a desparramarse las víceras de esta, salpicando y manchando al valletano de sangre oscura, mientras recibía los últimos golpes que se llevarían su vida.

 La angusta que había sentido el joven había sido muy alta, había estado muy cerca de terminar todo muy mal. Jadeando se gira hacia Miyanuviel con una tenue sonrisa en los labios.

 - Gracias, sigo aquí gracias a tu valiente proceder. Gracias.

 Es entonces cuando se percata de la aparición del resto de los miembros del grupo, el joven miró a los presentes, buscando especialmente heridas causadas por el aguijón de uno de estas bestias.

 Viendo el lamentable estado de Aslan, y sabiendo que la sacerdotisa había recibido, como él mismo, un ataque causado por aquella cola terminada en aguijón, el joven se acercó y puso una mano en el hombro del joven Aslan. Tras pronunciar unas palabras le insufla una porción menor de vigor. Luego repite la operación con la sacerdotisa.

Asiente a Methgar y no duda en quedarse cercano a ella por si la criatura tuviera la remota idea de mover su cuerpo hacia la elfa. Se mantiene en tensión, rozando las empuñaduras de sus espadas gemelas esperando la ocasión precisa para usarlas mientras examina al lagarto. Entonces es cuando un estruendo electrico, acompañado de proyectiles y armas arrojadizas terminan con la vida de la bestia.

Unos escasos segundos de respiro y una voz que le es muy familiar flota en el ambiente. Tras girarse detecta a su hermano arrastrando un cuerpo que también le es conocido.

-¡Heian!

Sin pensarlo corrió hacia allí para ayudar a con el cuerpo.

 Querelar se sentía desfallecer, pero ya no le resultaba una sensación nueva... en los últimos días ya habían sido demasiadas las ocasiones que había estado a punto de reunirse con sus ancestros. Pero el momento no había llegado aún.

 Con cierto esfuerzo limpió la hoja de su cimitarra de la pegajosa sangre de las criaturas reptilianas que habían derribado, contra todo pronóstico, sin tener que lamentar baja alguna.

 - ¿Dónde está Leia, donde está la Dama de Fuego? y qué ha sido de Lhadeo, lo tuve a mi lado durante parte del combate, pero cuando parecía muerto ya, desapareció de mi vista.

 Comentaba mientras se acercaba a la malherida Methgar a quien, con una mirada pidiendo permiso, le puso la mano encima a la vez que murmuraba las palabras que había repetido en Aslan y Miyanubiel.

- ¡Marpilla! - mis ojos se abrieron al ver el estado inconsciente de mi pequeña amiga y con la rapidez que mis largas piernas me daban me acerqué hasta ella para utilizar uno de mis hechizos de curación más fuertes con ella, que era la que a simple vista parecía estar más perjudicada. Posé ambas manos sobre su pecho y recité unas palabras en élfico.
A mis espaldas escuchaba cómo el valletano utilizaba el mismo hechizo que acababa de usar conmigo pero esta vez en la elfa Methgar. Sonreí pensando, tonta de mí, que aquello puede que no estuviese destinado a tener un mal final.

Sin embargo seguía llegando gente a nuestro lugar de batalla contra ese par de dracos, y la mayoría eran caras conocidas... pero al ver el cuerpo de Aslan siendo arrastrado me temo lo peor y dejo a Marpilla para correr desesperada, mientras las lágrimas que ahora cubren gran parte de mi rostro apenas me dejan ver con claridad, pero no dejo de correr hasta llegar al cuerpo del siempre encapuchado que tanto nos ha ayudado.

Leia está ahi, con Marpilla... le señala el lugar parece encontrarse bien, tranquilo. contesta al valletano tras agradecerle su ayuda.

Con vigor renovado gracias al conjuro de Querelar, Methgar emplea sus restantes fuerzas en ayudar a Heian a mover a Aslan hasta un sitio cómodo donde pueda ser atendido por Miya

De ese hombre no sé nada... sigue hablando con Querelar mientras ayuda pero lo importante ahora es recuperarnos lo suficiente para salir de aquí antes de que más problemas se nos echen encima...

Gárret ayuda silenciosamente a Heian a cargar a Aslan, los cortos pero fuertes brazos del mediano ayudan a cargar el peso del explorador y llevarlo a la zona de sanación donde está Miyanuviel. Sus ojos se abren como platos ante la situación de Marpilla y piensa para ss adentros. Tonta, te advertí que no te separases de mi, como a Alana...

Sin enterarse, dos grandes lágrimas caen sobre la cara de la pequeña gnoma.

Intenté ayudarla,pero los gnolls son demasiado testarudos como para hacerles entrar en razón,aunque casi lo consigo...digo y me quedo observando los cuerpos inertes de las bestias,...pero justo aterrizaron estas bestias y hulleron.

Antes de decir nada más,espero a ver si los hechizod de sanación funcionan con Marpilla...espero que no esté muerta.

A punto de amanecer, cuando el sol comenzaba a acariciar la oscuridad, un grupo de valientes guerreros se encontraban en mitad de un lugar llamado El Valle de la Sombra, se habian oido millones de historias acerca de aquel lugar, se decía que todo aquel que pisaba esas tierras no salia con vida de alli. El grupo de guerreros estaba formado por cinco miembros: Dos guerreros hábiles con diferentes armas de tipo cuerpo a cuerpo, una arquera de excelente punteria, un druida habil con la magia de curación y un mediano hechicero que mataba a sus victimas sin que ellas se dieran cuenta de que alguien rondaba por alli. A estos aventureros les acompañaban una peculiar Gnoma, la preciosa Leia, Hima y el encapuchado y misterioso Aslan.

Este grupo de valientes guerreros se dirigía hacia una supuesta cueva dónde quedaban escondidas cenizas mágicas que tenían el poder de devolver la vida. En su trayectoria se interpusieron peligrosas criaturas aladas conocidas como Draco; hermanos pequeños de los dragones.

Nadie dudaba de la valentía de estos guerreros. A partir de aquel momento el camino les resultaría agotador si no reponían fuerzas y el Sol, el Sol comenzaba a desprender un calor agradable.

La Dama de Fuego, también conocida como Leia sostenía el cuerpo inconsciente de Marpilla. Su estado era muy débil, y aunque lo intentaron la mágia de Miyanuviel le sirvió de poco aquella vez. El pequeño cuerpo de la gnoma debió de morir en brazos de Leia. Heian, el hermano de Hima comunicó que Lhaeo era un hombre temido por todos sus enemigos, se asustaban cuando oian pronunciar su nombre. Se decía que era el mismísimo demonio y que la hoja de su espada había cortado mas de mil cabezas. Aslan, por su parte si tuvo la fortuna de sobreponerse al veneno gracias a Miyanuviel y al hechizo previo de Querelar.

¿Qué les depararía el destino ahora? ¿Cada uno tomaría caminos diferentes, o seguirán hacia delante? Una cosa quedaba clara. Les resultaría fácil encontrar cualquier otro lugar adyecente, pero no tan fácil salir de la espesura de aquel misteorioso Valle.