Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Ataque a Faer. con dos zarcillos
Resultado: 4(+4)=8
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Ataque a Faer. con dos zarcillos
Resultado: 3(+4)=7
Tirada: 3d20
Motivo: Ataque a Planta completo (mordisco y dos garras respectivamente)
Resultados: 16, 15, 13
Tirada: 2d4
Motivo: Daño 1 y 2
Resultado: 5
Tirada: 1d4
Motivo: A NO, DAÑO1 SOLO (xD)
Resultado: 2
Tirada: 2d3
Motivo: AHORA, DAÑO 2 Y 3
Resultado: 5
*asalto entre faer. y la planta*
En el estrecho lugar en el que te econtrabas se escuchaban sonidos semejantes a pasos largos y secos que proyectan ecos infinitos, algo dificil de explicar y que solo los puedes creer hasta que lo escuchas con tus propios oidos. Por los costados había una especie de objetos infigurables que levitaban al tiempo que burbujeaban pequeñas partículas de un azul mágico. El corazón conectaba con tres articulaciones: dos de ellas estaban hermanadas y la otra parecía mantener la mayor parte del líquido que le mantiene con vida. Después de mutilar al solitario órgano, la muchacha vigila sus pasos esquivando esas pequeñas "cosas" que flotan por el aire hasta que se arrodilla frente a ese bulto biscoso y gelatinoso.
Jadeabas y sigilosamente mirabas por detrás de tu hombro por si alguien te seguía, cosa extraña.
Sin dejar de hacer tu trabajo, clavaste la brillante daga sobre el bulto e hiciste una profunda raja que te liberó de las dudas de quien podría ser el cuerpo oculto entre esa manta de babas y saliva. En los ojos de la muchacha algo brilló como dos brasas encendidas en el fondo de sus pupilas.
Estabas exhausta, casi sin aliento al no mantener una respiración constante. Aún así, supiste enfrentarte a este nuevo desafío. Observaste al cuerpo de Roca que permanecía con los dos ojos cerrados y sin respirar aún entre ese biscoso bulto similar a la envoltura de un gusano. Aquello era una carrera por el tiempo. Una carrera que no parecía terminar. Una carrera que quizá pronto se libraría, y así fué.. tan pronto como descubriste al cuerpo de Roca la luz del interior del corazón de la criatura estalló con tanta fuerza que obligaría a cerrar los ojos a culquiera que no estuviera ciego.
Pero no todo iban a ser buenas noticias. Muchas veces, y en cierto modo resulta mucho más fácil entrar que salir de las cosas, y esto no iba a ser una excepción.
Toda cosa que había en el interior de este ser viviente iba a ser succionado por ese "orificio" que pretendía tragarse al bulto en el que se encontraba Roca. Al Hada se le vino el tiempo encima, y aunque tuvo una oportunidad de salir por si sola de aquí o de buscar alguna solución algo le dijo que no podía abandonar al Sr. Roca. Así que toda maleza, ramas, hierbas, los cuerpos de los guerreros del principio... todo se le vino encima y fué absorvida con fuerza por ese agujero junto al bulto.
....
...
Cuando abriste los ojos de nuevo te encontrabas en la sala central tal y como la abandonaste no sabiendo a ciencia cierta cuando tiempo había pasado. Cuando recobraste mas o menos el sentido te diste cuenta de que no todo estaba igual, esta vez la Planta Mutante estaba muerta sobre el suelo, el cuerpo de Roca sin moverse junto a ti, y no había rastro del pequeño dragón por los alrededores. La fuente ya no emitía ese resplandor verdoso, si no una luz fija del mismo color que tan solo de verla ya se sabía que debía de ser muy poderosa: Es la luz y la magia que desprenden los portales mágicos...*
* Por si no se entiende, lo que ves es un portal puro y duro.
El miedo y el ambiente opresivo no dejaban de presionar mi cuerpo y mi mente, lo extraño de encontrarme en el interior de aquella criatura, los diversos descubrimientos que había llevado a cabo mientras inspeccionaba el camino hacia su centro neurológico del poder, todo brillaba con el halo de lo desconocido, de lo peligroso, pero de lo infinitamente atractivo. La pesadez del ambiente pútrido empezaba a causar mella rápidamente en mi, los pulmones reclamaban algo de aire puro, aunque solo fuese una brizna con la que purificarse, tal como había resuelto en un principio aquella criatura tenia poco que ver con las plantas, su aspecto era una burda imitación de lo que en realidad la naturaleza era capaz de engendrar.
Mi puño descendió rápido y certero, si ningún atisbo de duda, loo que quiera que esperase al otro lado de la superficie viscosa no podía esperar y a mi no me quedaba mucho más tiempo de recorrido interior. El simple hecho de aspirar me provocaba ligeras sensaciones de quemazón, algo tan sencillo como seguir con vida se estaba convirtiendo en una lucha contra el entorno y el tiempo que se movían en mi contra. A mi favor la determinación y la certeza de saber que estaba haciendo lo correcto. Cuando aparté con los dedos las babas y la película viscosa de lo que esperaba en el interior, los rasgos de Roca aparecieron claros ante mi. su rostro parecía indicar que estaba en reposo, pero un reposo agitado intranquilo y no voluntario. La luz se volvió más intensa y pude apreciar pequeñas arrugas en su entrecejo, ligeras sombras que marcaban el atormentado descanso al que le había sumido la planta. Su rostro refulgía con el brillo del corazón, ya no podía dirigir mis ojos hacia aquel centro de poder que alimentaba a la planta, me levanté e intenté lanzar una cuchillada potente, pero mi brazo surcó el aire en un semicirculo sin encontrar oposición alguna, acto seguido la explosión de luz volvió a lanzarme contra el cuerpo de Roca y permanecí en posición fetal mientras el resplandor se consumía a si mismo.
Podía abrir los ojos, lo sentía, la luz que se filtraba a través de la piel de mis parpados me indicaba que volvía a estar en un entorno sombrío. El aire que captaban mis pulmones no era ese puñal candente que se filtraba poco a poco en el intento de supervivencia en el interior de la criatura, era aire viejo, pero vivo. Aspiré una bocanada de aire llenando mi organismo con la fuerza viral de un entorno favorable. abrí los ojos de par en par y me sorprendí a mi misma junto a Roca, lejos ya del cadáver de lo que fue una criatura feroz y hambrienta. Mi cuello se movió rápido de un sector a otro en busca de algún rastro de Faerhart. impulsiva me levanté y busque por todos los rincones con avidez. Fa...er... mi voz sonaba entrecortada y dañada, el tiempo de permanencia en el interior del ser, aislada de la vida me había dejado unas pequeñas secuelas, la garganta me ardía mientras intentaba recuperarse poco a poco, sin importarme el dolor de la irritación grité su nombre. ¡¡Faerhart!!
Me doblé sobre mi misma y presioné con mis dedos la garganta para superar el latigazo posterior. Sabia que no había acabado en las fauces de lo que quiera que fuese el cadáver vegetal ya que no se había reunido conmigo en el interior de aquello, pero podía encontrarse malherido, escondido en cualquier rincón y temeroso de salir, delatando su posición. Regresé junto al cuerpo inerte de Roca para intentar reanimarlo, le necesitaba vivo para salir de allí, vivo para que pudiese sacarse a si mismo de aquel santuario. Me arrodillé a su lado y comencé a palpar su cara para medir su temperatura y comprobar si seguía lo suficientemente vivo, mientras mis ojos seguian atentos los movimientos ondulantes de ese pozo mágico que había absorbido todo lo que aquella plata guardaba en su interior. Vamos despierta...
Despertó empapado en sudor. No recordaba si a causa de una pesadilla, o del agobiante calor que formaba parte de esa prisión de babas blancas. Por la puerta, esta vez entreabierta no entraba más que la tenue luz de una luna llena más pequeña de lo habitual. Ni un simple soplo de brisa, ni una pizca de viento que presagiara alguna tormente cercana. Se incorporó levemente, encendió la luz de sus ojos y observó a Ivy Mhor. La recordó.
Lo sobresaltó el sonido de un inesperado y terrible trueno que hizo temblar los objetos más pequeños de esta habitación antes de que pudiera darle las gracias a Ivy o le preguntara que es lo que pasó aquí. A éste le siguieron otros, y multitud de rayos que iluminaban la oscura noche, cubierta la luna de negras nubes, un frío viento agitando las altas ramas de grandes olmos. Empezó a llover. La lluvia arreciaba, acompañada de pequeñas piedras que aumentaban poco a poco su tamaño, cuando le pareció ver a alguien tras la puerta entreabierta, en la parte principal de este Santuario. Una muchacha. Intentaba llegar corriendo a algún sitio donde refugiarse. -¡Luna!-
Empapada, las piedras la golpeaban, la oscuridad la envolvía. Creyó verla tropezar cuando un rayo volvía a caer cerca del lugar. Así era. Tumbada en el suelo, magullada. Sus miradas se cruzaron, la de ella pidiendo ayuda, la de él sintiendo lástima. Sin pensarlo, corrió hacia el exterior, cruzando las semillas desperdigadas por el suelo que laznó la misma Ivy. Debía ayudar a aquella pobre muchacha. Quería ayudar a aquella pobre muchacha, y él creía que era Luna.
Abrió la puerta y salió en dirección al lugar en el que la había visto caída por última vez. La luna, que se abrió paso en un claro entre las nubes, iluminó con un pequeño rayo el pantano maldito. Nadie había allí. Quizá había sido una ilusión.
Roca se dejo caer de rodillas sobre el fango mientras la lluvia golpeaba su rostro, intentando dar con una solución. Por fin abrió la boca, sin quitar la mirada del mismo punto en que vió a esa muchacha que juraría que había sido Luna. -¿T-t-t-tú la has visto igual que yo verdad?. Es el final, nos acabará atrapando a todos y seremos sus títeres. Parece que entró en un estado de bajón y de poca esperanza, muy poco habitual en él. Ivy.. voy a pedirte algo que jamás pensaba que.., no importa. Tienes que ir al lugar donde se encuentran las Hermanas, no sé si.. Creo que en algún lugar tienen escondido sus corazones, bajo vigilancia de una enorme Sierpe. Si consigues encontrarlo atraviesaló con la daga, ¿de acuerdo?, ¿¡de acuerdo!?. Gritó mientras la lluvia seguía golpeando su cuerpo. Se lamentaba de la herida de su abdomen, justo en la parte que en la que fué atravesado por el licántropo. A mi no me queda mucho tiempo.. y...y... Ha sido un placer conocerte Ivy Mhor..-
Sus últimas palabras cayeron sobre Ivy como una esperanza infinita, sin saberlo tenía la responsabilidad de salvar esta pequeña parte del continente Faerún. Aunque ella tenía la última palabra. Ella era la que tenía que decidir en decantarse en hacer el bien o hacer el mal.
No hay rastro de Faerhart.
Si que te lo tomas con calma ¿no?. Se que he sobreactuado en este último post con Roca, y a lo mejor te he "cerrado" el post y no encuentras la manera de postear. Si es así, esas cosas dimelas que no pasa nada de nada y hay confianza. Y.. bueno, lo hice para delantar y para que tu posteases algo y llevarte ya el primer capitulo de la aventura.
Bueno te llevo "por arte de magia" que ha pasado una semana ya y si no no avanzaremos. Te lo repito, y me pondré pesado las veces que haga falta: si no encuentras la manera de postear, hay algo que te resulta incomodo, algo que no te guste, algo que cambiarías.. no sé, dimeló sin problemas ¿oki?. Es que me da la sensación de que no te encuentras comoda..
Voy a ver si te pongo el capitulo I ...
Aquí te lo dejo. Dejo también la escena abierta, por si te apetece añadir algo más.
Josp! no se por qué te hago pensar que estoy incómoda, lo que pasa es que como ahora el ritmo es muy lento, y vamos dando saltos pues me cuesta un poco más ceñirme a la escena porque no estoy acostumbrada a dar grandes saltos de tiempo y de repente que los bichos aparezcan muertos cuando casi no he hecho nada... pero yo no me quejo que así ha sido mejor para el hada y ha salido con vida =p
Ahora hablado de verdad, no me importa nada el ritmo que ha tomado la coa ni el camino que va tomando, lo que pasa es que como es la única partida en la que estoy jugando a veces me da vagancia contestar y todo, soy lo peor menos mal que no tengo nada más, pero bueno a ver si empiezo ahora en un poco de tiempo otra y así una anima a la otra y no vuelve a pasar que no te respondo. De verdad que no estoy mal con la partida suelo ser muy sincera con los directores para eso...
En esta escena termino con un post corto que ya veo que me has conducido al nuevo capítulo ^^
Ryld:
Me hubiera gustado que durara más el combate de la planta y que no pareciera que lo has conseguido como si nada y rolear un poco más el reencuentro con Roca. Pero es que vamos de culo con el tiempo, y tenía que hacerlo así (y a mi no me gusta, pero tenía que hacerlo, que de todas formas estamos solo en la Intro =p). Y luego me da la sensación de que no te sientes comoda con la partida porque has estado una semana sin contestar y sin decir que te ibas de viaje... vamos que, como si pasaras de la partida.
A mi no me importa que tardes una semana en postear, pero si ya va lenta la partida de por si... pues imaginaté. Me conecto a umbría solo por esta partida y con toda la ilusion de postear en las escenas y me encuentro que tu escena está en blanco, pues yo creo que es normal que te pregunte si te sientes comoda con la partida o no. Por eso me daba esa sensación, en fin, rayadas mías.
Yo no te voy a decir nada, haz lo que quieras y postea cuando quieras. Si los demás han terminado con la partida y tú aún estás por aquí, pues así saldrá.
Un beso y cuidaté mucho.
Mientras mi mirada se perdía en el grisáceo de las paredes y esperaba encontrarse con el flagrante resplandor plateado del cuerpo del dragón el rostro de Roca reaccionó a mi insistente intento de reanimarlo. Mis dedos me avisaron del cambio que se había producido en su posición, actualmente en vez de palmear su mejilla palmeaba lo que seguramente por la forma sería más bien su oreja izquierda. Volviendo la mirada al caído comprobé que mis dudas no eran fundadas, sus ojos se habían abiertos y se encontraban perdidos y desorientados, como seguramente lo estaría su mente.
Las acciones precipitadas que le obligaron a levantare apoyándose en mi ayuda me sirvieran para darme cuanta de que su mente estaba siendo presa de algún tipo de hechizo. Sus brazos se movían despacio como los de un fantasma etéreo, sus piernas se sentían pesadas pero aun así le transportaban a gran velocidad fuera de la cámara en la que nos encontrábamos. No estaba dispuesta a seguirlo y dejar que Faer se sintiese solo si volvía tras mi llamada, no quería abandonar ese lugar y precipitar mi salida, podía suceder cualquier cosa. Quizás perdería la oportunidad de reencontrarme con mi pequeño perdido o quizás el portal se cerrase antes de que yo tuviese la certeza de que él ya estaba al otro lado. EL sonido de sus pies aplastando las semillas me hicieron estremecer, rechinaban contra la piedra y vaticinaba que Roca ya estaba cerca de la puerta esterior. Lamentando haberme retenido a mi misma en la sala batí las alas con prestza hasta situarme junto al hombre arrodillado del exterior.
Su voz era la de un desesperado. Se encontraba perdido y derrotado, ni siquiera habría llegado tan lejos de no encontrase conmigo en el camino. Apiadandome de su pobre mente engañada guardé silencio cuando sus balbuceantes palabras hablaron de ella. Debía seguir mi camino, nuestro tiempo juntos había terminado y posiblemente jamás volveríamos a cruzar los lazos del destino. Antes de retirarme hacia el interior del templo de nuevo para comenzar una agónica búsqueda apoyé una mano en su hombro y le ofrecí el único consuelo que yo conocía para alguien que se encontraba desgastado ¿Quieres que haga algo más por ti? era la única manera el la que se me ocurría que mi ayuda pudiese servirle de algo a esa mente perdida, sólo me refería al ofrecimiento de un final digno y libre.
Sin esperar su respuesta le di la espalda para cederle algo de intimidad y que no tuviese que mirarme a los ojos en el caso de que decidiese contar con mi mano. Mis pasos avanzaron lentos esperando el sonido de su voz dando algún tipo de respuesta.