Antes de que Ivy propinara el golpe de gracia sobre el licántropo, pudo apreciar un extraño brillo en sus ojos. Era un brillo de color violeta, como si varias particulas mágicas estuvieran rodeando el iris por una lucha por entrar en el.
Es como si por su interior corriera algún veneno.
Aferra fuerte el arma y deja caer el brazo con todas sus fuerzas con la única intencióm de dejar noqueado al jefe de la manada. El golpe es perfecto, justo en la zona vital para dejar fuera de combate a un oponente. Cuando observa el estado del licántropo, ve a un cuerpo desplomado sobre el terreno, sin embargo aún se puede apreciar y escuchar su fuerte respiración.
Tras dejar en ese estado al hombre-lobo, Ivy abre los brazos expectante para recibir a su cachorrillo.
Tirada oculta
Tirada: 1d20(+1)
Motivo: ¿Critico Daga?
Resultado: 3(+1)=4
Tirada oculta
Tirada: 1d3
Motivo: Daño
Resultado: 1
Menuda batalla entre licátropos se ha desatado sobre esta zona. Al principio he de reconocer que no me había sentido tan asustado en mi vida, excepto aquella vez en que mami intentó darme un susto por la espalda; ya me tomaré la revancha algún día. Quitando esos agradables pensamientos de mi cabeza, giré el cuello para ver como el último licántropo que queda en pie huye víctima del miedo a morir.
-Maldito cobarde..- Susurré quitando ya la mirada de esos grandes y altos ábrboles por donde escapó.
Una voz femenina a mi espalda hizo que me girara hacia allí. -¡Mami!, volando fuí hasta ella para dejarme caer con fuerza sobre sus brazos sin importarme si juntos caeríamos al suelo o no, lo sé. Pero es que, jooo... agaché la cabeza un poco, entonces ví como mi panza estaba manchada de sangre. ¿Me pondré bien mami?, ¿tú crees que es muy grave?..-
Mi herida mostraba tres gruesas líneas rojizas sobre el vientre. Lo que indicaba que esos licántropos mordían fuerte. Gracias a mi duras escamas pude soportar sin dificultades el mordisco y al sentirme cerca de mami todo dolor se esfumaba. No era nada.
El viento arrastra el sonido de un hombre agonizando mientras las dos criaturas aladas se abrazan con fuerza al saber que han sobrevivido a uno de los retos mas dificiles que se les habrá presentado.
Roca está con el rostro pegado al terreno y a la maleza del bosque. Desde vuestra posición se puede apreciar como intenta reincorporarse con la ayuda de sus dos brazos.
-Jjjjjjjjjjjjjjjj...-
Realmente tuve que reunir todas las fuerzas de las que podía disponer y acumularlas para propinarle el golpe al licántropo, por fortuna para su cabeza acerté a la primera en el lugar adecuado lo cual solo le granjearía un chichón y un molesto dolor en un lugar en concreto, no la serie de pruebas que hubiese necesitado en caso de fallar o de imprimirle poco entusiasmo al golpe. Más relajada al ver como sus ojos se apagaban me pregunté mentalmente si los ojos de un ser cambia formas como aquel siempre se apagaban de esa forma peculiar, un leve titileo, unas luciérnagas brillando en su interior y después el silencio de la inconsciencia.
Me había volcado decididamente en Faerhart, tras recibir su peso y el impulso que le había llevado hasta mis brazos trastabille hacia atrás unos pasos hasta que conseguí recuperar el equilibrio y poder respirar relajadamente al acomodarme el peso en los hombros y la cadera. Una sonrisa amplia iluminaba mi rostro al tenerle de nuevo conmigo, estábamos a salvo, al menos durante este momento y habíamos salido airosos de un combate singular. Preocupada escuché sus disculpas mientras examinaba su herida, mis cejas temblaron ligeramente al ver los tres surcos perfectos que las garras de los asaltantes habían imprimido en el vientre de mi cachorro, una de las partes más sensibles de toda su armadura. Creo que podré curarte las heridas, pero prométeme que tendrás más cuidado...no quiero tener que recoger tus escamas esparcidas aquí o allá.
Un sonido gorgojeante alertó mis sentidos, no sabía de donde provenía, pero con Faer tocado no quería tener que enfrentarme a nada nuevo en estos momentos. Miré a mi alrededor sin soltar al dragón, escrutando entre los árboles, pero no tenía que mirar tan lejos. La figura de Roca se movía lentamente en un intento por levantarse. Había apreciado con toda claridad el fuerte golpe que le había propinado el jefe de la banda antes de que cayese tendido y no podía encontrarse nada bien, al menos su estado era más halagüeño de lo que pensaba en un primer momento, me lo había imaginado en aquella posición para el resto de sus días. Crucé la mirada un segundo con mi compañero y me encaminé hacia él lo más rápido posible.
AL llegar a su altura deposité a la cría el el suelo con cariño y me incliné en un intento por ayudarle a recuperarse, no le dije nada ni esperé su invitación. Ya había notado que era un ser reacio a recibir ayuda y mucho menos a pedirla, así que sin su consentimiento intenté tirar de él lo mejor posible para llevarle hasta el pie de un árbol y apoyarle contra el tronco. Una vez acomodado contra la corteza le espeté una pregunta que no encajaba mucho con su situación personal en estos momentos. ¿Por casualidad llevas una cuerda o algo parecido que pueda utilizar? Mientras preguntaba mis ojos examinaban el torso del hombre con curiosidad morbosa y algo de rechazo al vislumbrar la carne abierta y desgarrada por las garras de la criatura que en estos momentos yacía inconsciente.
Otra pregunta! ^^ se que tengo una poción para curar heridas, pero no se si a Faer se la puedo dar, si puedo creo que la usaré con él si su herida lo requiere y sino se la ofreceré un poco más tarde a Roca... todo depende de lo que me diga =p
-¡Te lo prometo!..-
Si Ivy pudiera ver mis garras ocultas, podría divisar como dos de mis pezuñas están cruzadas entre sí. Aunque con los años que llevamos juntos seguro que no le es dificil adivinar lo que oculta mi rostro de picarón, pero ambos sabemos que no haré locuras si no la situación no lo requiere y que todo esto nos ha servido de experiencia para los dos.
De pronto, al igual que mami, busco con la mirada esos gemidos quedándo ya en el olvido la broma de las pezuñas y de gestos falsos y picarones. Ya en el suelo, olisqueo el cuerpo tendido del extraño, y sus alrededores. Mami se encarga de tranposrtar el cuerpo y yo la ayudo en la medida de lo posible con mi hocico. Aquí es cuando prefiero mantener el hocico cerrado, estas situaciones con seres extraños se le dan mejor a mami.
Así que, con curiosidad me acerquo de nuevo al cuerpo tendido sonbre el tronco de un árbol para exáminarle de arriba abajo, pero siempre hay algo que me impide mantener la boca chapada. -A, a.. mi también me han echo daño. Sin miedo señalo la terrible y fea herida que tiene Roca y después le enseño la mía. Por qué querían matarte, tú eres uno de los buenos ¿verdad?-
No la necesito :p
Todo intento por levantarse por su propias fuerzas era inútil, necesitaba ayuda y la necesitaba ya si es que no quería quedarse aquí y ser un cebo para esos licántropos o cualquier otra criatura salvaje que habite por estos bosques.
No puso opresión alguna cuando los dos heróes le ayudaron a trasladarse fuera de la senda que conducía a lo alto de una montaña. Apoyó su espalda contra el tronco y uno de sus brazos se quedó pegado a su fea herida para presionarla, su gesto era cabizbajo. Su esfuerzo por levantar el rostro y fijarse en el Hada indicaba el dolor que debía de sentir en estos momento. -Hay bejucos, lianas arriba en los árboles. Será mejor que os marchéis, es posible que esto se convierta en un hervidero de esos monstruos antes de que la Luna caiga..-
Vuelve sobresentirse de la herida y ahora tose y escupe sangre sin demasiadas fuerzas, por lo que la sangre cae vertida por su propio torso. Cuando vuelve a recuperar y sentir que está viviendo se le aperece esa simpática cría de dragón.
Roca le mira fijamente y por primera vez desde que habéis visto a Roca, se aprecia una débil sonrisa en sus labios. No llega a contestar al reptil.
Que orgullosa me sentía de mi pequeño dragón, había aprendido tan rápido la manera de sortear las promesas en la vida que parecía un verdadero familiar feerico. La verdad es que si sopesaba los cambio que se producirían en él a medida que fuese creciendo podía sentirme contenta de haberle enseñado a no ser un salvador de mundos, los dragones plateados ya eran lo suficientemente buenos como para que les fuesen prometiendo a todo el mundo que iban a cumplir sus absurdas promesas. Con un brillo alegre en los ojos levanté el vuelo para recoger unas lianas con las que poder atar a nuestro peludo compañero.
Mientras me mantenía a la altura de las ramas sin apenas esfuerzo saqué mi antigua daga y corte unas cuantas lianas que me parecieron lo suficientemente resistentes, un poco verdes, pero un poco secas, lo justo como para poder anudarlas con comodidad y asegurarme de que quedaban prietas. Con el cargamento en una mano descendí de nuevo a la tierra en la que me posé con gracia y cuidado. Voy a asegurarle la boca al chucho, de momento descansa ahi y piensa que es lo que vas a contarme cuando termine. Las inocentes palabras de Faer me habían enternecido el corazón, seguía siendo una pequeña cría que necesitaba de mi ayuda para entender el mundo. Con una mirada agradable hacía él antes de acercarme a lo que quedaba del licántropo le sonreí y le indiqué con un cabeceo que no perdiese de vista a nuestro invitado.
Roca había demostrado mucho interés en librarse de nosotros desde que nos topamos con él y le preguntamos que camino debíamos seguir. Después de lo ocurrido solo se me ocurrían pocas opciones, una de ellas que intentase protegernos a su manera y alejarnos de los enemigos que le perseguían y que también estaban al tanto de quien eramos. La otra posibilidad me gustaba aun menos, suponía que Roca conocía sus propias intenciones y sus futuras acciones e intentaba que nos alejásemos de él como si fuese la peste, en un intento de protegernos de sí mismo. Las dos opciones eran poco halagüeñas y prefería tener más tiempo para poder aclarar un poco sus enigmáticos comentarios. Había terminado de apretar las muñecas del cambiaformas lo mejor que había sabido. Con algo de cuerda que me sobraba le aseguré a un árbol cercano para que se fuese acostumbrando a la situación canina de su existencia. Satisfecha volví sobre mis pasos para continuar extrayendo algo de información.
Sabía que mis palabras no habían sido muy agradables desde que terminamos el encuentro con los asaltantes, pero Roca era una persona que no me había dejado otra alternativa, si lo único que conocía era el lenguaje áspero y directo sería lo único que recibiría de mi parte, muy a mi presar. Estas desarmado y herido de gravedad y pretendes que nos marchemos. La verdad te creía más inteligente. Hice una pequeña pausa esperando que se sintiese ligeramente ofendido y que la sonrisa ligera de sus labios se borrase. Por encontrarnos contigo nos hemos convertido en objetivos de esas criaturas y ahora tenemos que escapar de este bosque y borrar nuestras huellas cuando simplemente realizábamos un viaje tranquilo. Sin poder evitarlo resoplé ligeramente furiosa. Tu sabes donde están ellas y muchas cosas más a cerca de este lugar así que aunque tenga que arrastrarte por las copas de los árboles para que respondas y nos guíes ten por seguro que lo haré encantada, no necesito descansar. No había pronuncia sus nombres porque el temor de la duda a cerca de lo que les hubiese podido pasar me lo impedía, pero no pensaba renunciar a mi posición de ventaja.
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: uso de cuerdas
Resultado: 18(+9)=27
Tirada: 1d20(+19)
Motivo: uso de cuerdas 2nda
Resultado: 4(+19)=23
La primera parece que me ha salido decente muajajaja!!! ^^
y la segunda porque sumo mucho que sino... =p
Asiento a mami cuando esta aterriza al lado del licántropo que permanece fuera de combate. Entre sus brazos lleva varias lianas atadas entre sí para improvisar una cuerda. Tengo curiosidad por ver cuales son sus intenciones pero una curiosidad que se esfuma cuando me indique que no le quite ojo de encima.
Miro a Roca fijamente a los ojos.
Por unos momentos me siento más fuerte que nadie, al vigilar a un hombre tan robusto y tan intimidatorio. Pero algo hace que le brillen sus ojos y que me quede en posición defensiva, observando cual va a ser su siguiente movimiento. Aparto la vista de reojo para ver como lo tiene Ivy, e instintivamente después vuelvo a fijar la mirada en Roca. Quizá solo esté jugando.
Atas las lianas entre sí bien fuertes, lo haces en un tiempo récord lo que te puedes permitir hasta comprobar su firmeza para asegurarte de que estén bien atadas.
Empiezas por las muñecas del licántropo y terminas en el tronco de un árbol que está justo a tu espalda, allí terminas de aprisionar al animal. El hombre lobo sigue incosciente, con la lengua sacada por fuera, entre sus dientes. Cuando vuelva a despestar, si es que lo hace, no creo que se acuerde de lo ocurrido. Quizá se despierta siendo un humano, desnudo, entre una alfombra de hierba.
Vuelves sobre tus pasos, donde ves a Faerhat intrigado por algo que está haciendo Roca.. pero no sabes el qué. En cualquier caso no te importa demasiado y le enseñas lo afilada que pueden estar la lengua de un Hada.
De pronto la tortura concluyó. Su cabeza, embotada por la presión, dejó de latir y pudo comprobar con sus irritados ojos que su brazo estaba perfectamente... ¿o no?. Un escalofrío recorrió su piel erizada cuando atisbó en el antebrazo izquierdo un trozo de carne roja que palpitaba agónicamente. Finas líneas de cicatrices ensangrentadas se entrelazaban unas con otras hasta formar una histriónica figura. Agonizando por el nuevo dolor, Roca buscó un círculo mágico entre la hierba, pero tal era la oscuridad que predominaba en la estancia que no halló más que tierra, hierba húmeda y una cría de dragón que no le quitaba ojo de encima.
-Maud- gritó con todas sus fuerzas, y su voz se vio teñida por un tinte de histerismo que era incapaz de dominar. Sus dedos se encendieron al unísono como si fueran cinco velas, iluminando tenuémente a su alrededor con un resplandor fantasmagórico, casi tétrico.
La herida de su antebrazo empezó a cerrarse, pero aún se podía distinguir como tenía una herida aún mas fea; un agujero que perforaba desde la boca del estómago hasta la parte inferior de la espalda.
Habla tras sobreponerse al dolor acumulado.
-Eres incluso más cabezota que esas dos pequeñas criaturas aladas. Deduces que se refiere a Luna y Sylvia. Ves como intenta levantarse por su propio pie, pero no puede levantarse. Bueno, creo que eso nos deja en un empate ¿no?. Y ambos sabemos que nos necesitamos el uno al otro, así que ¿por qué perder el tiempo?- Te mira fijamente a los ojos, puedes apreciar un brillo muy parecido al que viste en el licántropo antes de dejarle noqueado. Ayúdame a salvarlas..- Te suplica.
Ese brillo de color púrpura desaparece, para dar pasa a unos ojos abrillantados por las lagrimas.
Intento mantener mi posición firme y distante mientras veo como su fuerza interior le ayuda a cerrar sus heridas poco a poco. Debe ser un hombre excepcional para poder mantenerse con vida después de un ataque como el que ha sufrido, conozco pocas criaturas que aguanten tan enteras con un agujero como ese en mitad del pecho. Pese a todo mis alas se estremecen ligeramente, mis ojos no pueden dejar de mirar el feo aspecto de su cuerpo y mi imaginación no ayuda para poder tranquilizarse.
La mención de las dos criaturas aladas, que era como él las había llamado, me despierta una sonrisa rápida y fugaz. Él sabe donde están y va a llevarme con ellas, o al menos pretende ayudarme a encontrarme con Luna y Sylvia de alguna forma. En un impulso incontrolable debido a mi animado estado no tardo en inclinarme hacía Roca para intentar levartarlo, no creo que sea una muy buena ayuda ya que nuestras alturas son muy diferentes, pero al menos puedo intentarlo. Me pregunto si le molestaría mucho que yo volase sobre su cabeza sujetándolo de alguna forma. Mientras mis brazos se estiran para rodearle y ayudarle sus ojos despiden un destello fugaz. Sin esperar respuesta ni orden mi cuerpo se paraliza un segundo sopesando su mirada. Finalmente tomo mi decisión.
Vamos, estas echo un asco. Sin darle más importancia al asunto comienzo a tirar de él hacia arriba para apoyarle contra el tronco y que se ayude en mi y en el árbol para levantar ese cuerpo tan largo y pesado. Ves Faer, no deberías seguir creciendo, porque si a ti te pasase algo así yo no podría levantarte sola y tendría que llevarte atado como al perrillo ese. La figura solitaria del jefe licántropo me perturba, desde la distancia puedo percibir que sigue inconsciente pero me preocupa lo que puede hacer al desperar. ¿Es buena idea que le dejemos ahi? No tengo a nadie más a quien consultar que a Roca así que le lanzo mis preguntas sin preocuparme demasiado en lo poco que le conozco y lo poco que confío en él.
Como si estuvieran compenetrados en los movimientos, Roca emprende toda las fuerzas casi al mismo tiempo que la criatura salvaje. Durante el trayecto por la corteza del tronco, mueve e imprime toda la velocidad de sus piernas de como es capaz, intentando no perder la estabilidad. La adrenalina comenzaba a agolparse en las sienes de Roca debido al esfuerzo. Sin embargo, aquéllo le gustaba cuando miró al hombre-lobo aprisionado por las lianas. Esbozó una sonrisa mezcla de furia y gozo. -Despertará-
Finalmente de pie, mira hacia la luna y confía en que el cuerpo del cambiaformas despierte siendo de día. Roca seguro que desea matarle con sus propias manos, pero lo que más le gustaría sería que su contricante lo viera con sus propios ojos, por eso quizá no decida matarle.
-Gracias por tu ayuda, Ivy Mhor, pero tengo que continuar..- Se quejó ligeramente de su herida y comenzó a andar, presionándola con una de sus manos.
Mis ojos vigilan el cruce por si aquel hombrelobo que escapó se atreviera a volver con la ayuda de algunos amigos suyos, pero por el momento seguro que prefiere no volver por aquí hasta que sus heridas se hayan cerrado. Al otro lado mami se encarga de ayudar a Roca, escucho lo que me dice lo que me hace apartar la mirada del terreno para reflejar una sonrisa radiante con decenas de pequeños dientes blancos y afilados. -¡Eso no es verdad!. A mi nunca me pasará algo así..- Adopto la postura de una gigantesca sierpe y me acerco volando hacia la posición de Ivy.
En ese instante Roca comienza a andar aunque se le ve en baja forma.
Miro preocupado a mami por el estado de él e instintivamente miro hacia Roca -No llegarás muy lejos sin nuestra ayuda. Advierte al herido que camina. ¿Podemos ir ha ayudarle mami?. Luna y Sylvia estarán en problemas..-
¡Seguimos! :)
La replica infantil y quejica de Faer me hacen sonreír mostrando que yo también estaba bromeando, es verdad a ti nunca te pasará eso, porque para evitarlo estoy yo aquí... Alargo una mano y acaricio las escamas de su cuello mientras permanece en vuelo, nuestro inocente viaje en busca de su madre, las pequeñas aventuras y salidas que habíamos emprendido desde que dejamos nuestro acogedor nido se habían complicado cada vez más. Quizás me había equivocado emprendiendo este viaje, Faerhart todavía era demasiado pequeño, sus escamas eran frágiles, podía sentirlo bajo mis dedos, pero ahora era demasiado tarde para volver. Habíamos despertado la curiosidad de demasiadas criaturas, entre ellas alguien poderoso con quien no me gustaría encontrarme pero a quien yo andaba buscando.
Observé los pasos tambaleantes de Roca mientras se alejaba lentamente de nosotros, su lamentable estado solo le permitía avanzar unos pocos centímetros cada vez, y dejaba un molesto rastro de pies arrastrándose. Realmente las criaturas que no pueden volar lo tienen difícil... tras apartar mis pensamientos respondí a las plegarias de Faer. Claro que vamos a ir con él, lo que pasa es que ha hecho un esfuerzo tan grande al levantarse que se le habrá subido la sangre a la cabeza y por eso no se acuerda de lo que nos ha pedido. Colocándome la capa en su sitio y el arco en la espalda para facilitarme la libertad de movimientos di tres rápidos pasos hasta alcanzarle. Se que has perdido mucha sangre, pero no puedes pedirme ayuda y a los dos minutos ignorar tus propias palabras. mis ojos se desviaron hacia el suelo y cuando se fijaron en lo que buscaban brillaron unos instantes, el objeto seleccionado era una piedra y mi pie se precipitó hacia ella para hacerla volar hacia la vegetación. Un poco más liberada de mis sentimientos de malestar al compartir mi tiempo con un ser humano alcé de nuevo el rostro para poder mirar sus ojos. Va a ser un viaje difícil.
Perfecto, vamos a cerrar esta escena y cambiamos a la Introducción Parte 2