Partida Rol por web

- Solo unos minutos - contestó el ex-policía - Depende de la persona - explicó demostrando que no podía dar un lapso exacto de tiempo.

- Y no, no es demasiado grande, pero no me gustaría que se despierte aquí dentro, mejor dejarlo y, con suerte, estará más preocupado por su cartera que por la tarjeta del hotel - le contestó a Frost - Aunque es cierto que no tendremos mucho tiempo -

Mientras hablaba, buscó unos dardos en la mochila y completó la carga de sus pistola. No le gustaba quedarse sin municiones en medio de una misión, y menos si solo contaría con sus tres pistolas. Además, buscó un par de cargadores adicionales para la pistola de dardos, con distintos tipos de proyectiles y los guardó en los bolsillos de sus pantalones.

Poniendo el vehículo en marcha, Brian se preparó para encaminarse al estacionamiento del hotel mientras comentaba - Espero que del mismo estacionamiento podamos ir al piso 180... y que no nos pidan más que esa tarjeta - Con todo, Spetock miró a su acompañante y le preguntó - O prefieres que dejemos el auto afuera y probemos por el lobby. quizás puedas conseguir un vehículo nuevo - bromeó no muy seriamente refiriéndose a las llaves que le había sacado al pobre desmayado - Aunque supongo que la seguridad será menor en el garage -

Tch... Mal asunto.

Frost cerro la mano y por un segundo pareció dispuesto a golpear la traquea del desgraciado. Miró al Sabueso y con una sonrisa descargó un golpe seco y preciso en la nuca del pobre hombre. Antes de subir al vehículo miró alrededor buscando el coche del buen samaritano que tan desinteresadamente.

Tio, cojamos el coche del pringao. No queremos que las camaras te pillen el coche y menos si no es robado y está a tu nombre. Ademas -añadió- Seguro que cabrá en su propio maletero.

- Espero no hayas exagerado - comentó Brian tratando de ocultar su malhumor - El pobre infeliz no hizo nada. Solo estaba allí - Había detectado el cambio de blanco, y podía reconocer que el daño podría haber sido peor, pero años en la fuerza lo habían obligado a discriminar entre un blanco legítimo y los "daños colaterales"... y estos nunca le habían gustado.

Meneando la cabeza no tuvo más opción que aceptar la situación mientras le contestaba - Con este auto no hay problema, no es mío, es de la corporación, pero la patente es... digamos que no existe - comentó sin ser muy específico, reacio a compartir información con quien no respetaba la salud de los inocentes.

West Hill, 11:10 (hotel Night-Marriot)

El tipo permancía más noqueado de lo que en un principio pensó Brian. Sin dunda su nuevo compañero, o para ser más precisos su primer compañero en una larga temporada, tenía una forma contundente de hacer las cosas. Sin saber dónde estaba el vehículo del hombre, pues sólo le visteis salir del hotel, las opciones eran evidentes: le dejabais tirado en la calle o metido dentro del coche de Brian.

Una vez resuelto aquel pequeño pero importante asunto cada cual se preparó como pudo, en especial el ex-policía siendo prudente con su munición y dejando aquello que le pudiera delatar.

Pero habían unos cuantos detalles que comentar antes de pisar el hotel.

- Escóndelo bien, si aseguras que no se despertará, prefiero que no lo tengamos que cargar si salimos apurados. Allí en el callejón, no creo que lo vea nadie. Y si alguien lo hace estará más preocupado por su cartera que por la tarjeta del hotel... o eso espero - mientras hablaba, Brian completaba la carga de su pistola de dardos, y descartaba, con pena, la posibilidad de llevar unas granadas

Tras esconder en sus bolsillos un par de cargadores adicionales para el arma de dardos, verificó que sus colts y sus cargadores adicionales estuvieran en su lugar, en las pistoleras que ocultaban su chaqueta blindada. Aunque no le gustaba la idea dejó también el casco, analizando que hacer con sus pantalones de combate.

Finalmente la idea de su seguridad le ganó a la prudencia. Mucha gente usaba esos pantalones para aparentar ser más de lo que eran, esperaba que lo confundieran con uno de esos falsos guerreros

- Cuando estés listo, vamos... supongo que entrando por el estacionamiento será lo mejor, con un poco de suerte habrá menos "ojos" que en el lobby - comentó dejando en claro su idea

 Con un gesto de desaprobación Frost escondió al desdichado lo mejor que pudo en el callejón. Se sentó en el asiento del copiloto dejándose caer.

Vale, por mi directos al aparcamiento. Dijo mientras vaciaba la cartera de dinero y documentación. Buscando  tanto los datos del tipo como las tarjetas de crédito y la llave y el nº de la habitación del buen samaritano que les permitiría -o eso esperaba- acceder al hotel. ¿Un momento... que talla crees que tiene el amigo?

West Hill, 11:20 (hotel Night-Marriot)

Realmente no resultó tan fácil dejar a aquel pobre desdichado allí tirado, pues por aquella zona no había contendores externos para esconderlos ¿A quién se le ocurriría dejar ese tipo de cosas a la vista de los acaudalados vecinos de la zona? No, aquella no era una posibilidad, pero sí lo fue dejarlo en un pequeño recoveco del edificio. Con suerte la gente pensaría que estaba "echando la mona", pero el tiempo estaba en vuestra contra porque las patrullas de la policía corporativa era estricta con el tipo de gente amante a la bebida tirada en la calle. Era una mala imagen para un lugar tan ideal como aquel.

Poco después Brian dirigió el coche hacia la entrada de los aparcamientos. El lector de tarjeta os dio paso al interior, mientras la mirada cansada del guardia se fijó en vosotros por encima. Estacionasteis en la primera planta subterránea y enseguida estabais dentro del ascensor (también usando la tarjeta). El piso que ponía en el pedazo de plástico era el 98, pero vosotros ibais mucho más arriba. La planta era la 180, habitación 20.

Los ascensores contaban con capacidad para unas seis u ocho personas, yendo bastante holgadas. Había una gran cantidad de ellos, pero con uno os bastaba para subir. Obviamente no viajabais solos, y mientras la música ambiental amenizaba el tiempo las miradas de los huéspedes se posaba en vosotros de vez en cuando. El Night Marriot era un hotel de lujo, donde la ropa de alta costura se lucía por doquier haciendo que la vuestra destacara.

Finalmente llegasteis. En aquel momento los pasillos estaban desiertos, aunque era evidente que las cámaras de vigilancia, incluida la del ascensor, intentarían captar vuestros rostros. Según el número de las habitaciones debíais ir hacia la izquierda sobre la moqueta de tonos verdes. Ahora sólo quedaba entrar en la habitación y evitar que los guardias de seguridad os pillaran en el intento.

Las cámaras no captan claramente su imagen.

Mientras intentaba evitar reaccionar a las curiosas miradas de los huéspedes del hotel, aparentando tener todo el derecho del mundo a estar en el lugar, BRian se preguntaba si había sido una buena idea dejar al desmayado en la calle Quizás el auto era mejor opción se planteaba a si mismo sin querer reconocer que quizás su compañero había tenido razón

Con todo, lo hecho hecho estaba y el ex-policía bajó la cabeza, intentando evitar que su rostro pudiera ser reconocido en cualquier cámara.

Finalmente llegaron al piso en cuestión y, al ver que no había nadie, Brian señaló la dirección donde suponía que estaría la habitación 20 - Será mejor que nos apuremos - comentó en voz baja - con suerte, dentro de la habitación estaremos a salvo de las cámaras -

Frost se mantuvo callado y sonriente a lo largo del periplo en el ascensor, era claro que no pertenecían al lugar y que el intento de entrada era una chapuza desde el principio. Mientras su compañero estaba hurgando el mecanismo, Frost permanecía apoyado contra la pared tarareando una canción infantil.

West Hill, 11:23 (Night-Marriot)

Para Spetock el tarareo de su compañero no era un handicap a la hora de intentar abrir la cerradura de la habitación. Estaba acostumbrado a los inconvenientes, y por ello no le fue extraño que no pudiera desbloquear la puerta sin unas herramientas adecuadas. A primera vista iba a resultar complicado entrar de forma "sutil" en el interior.

Una idea rondó la mente de Frost. Si aún permanecía el servicio de limpieza en la zona cabía la posibilidad de resolver el problema. Una rápida ojeada y visualizó al extremo de uno de los pasillos un carrito de la limpieza.

- Maldición... necesito herramientas, sino será complicado - el susurro surgió de la boca de Brian, mientras miraba a su compañero, algo mosqueado por los minutos que había perdido sin conseguir desbloquear la cerradura - Supongo que lo puedo volver a intentar... o incluso puedo abrirla por el método violento, pero seguro que llama la atención... tienes alguna otra idea además de seguir intentándolo? -

La sonrisa de Eithan creció aún más al ver el carrito. Se acercó a Spetock para detenerlo y colocó la mano en su hombro. Luego aproximó la cara hasta casi rozar la del sabueso. Mujer de la limpieza, tendrá targeta de acceso. Vamos.

Dicho aquello, sin mirar atras para comprobar si el ex-poli le seguía o no se dirigió sigilosamente hacia el carrito, la verdad era que no le importaba una mierda si le seguían o no. Al llegar junto al carro se detuvo para ver quien estaba limpiado las habitaciones de los ricachos del piso.

Brian asintió ante las palabras de su circunstancial compañero y observó en la dirección en qye este miraba - Interesante. Es una buena idea - llegó a murmurar antes de que Frost comenzara su acecho - Pero no la mates - atinó a decir mientras lo seguía intentando hacer tan poco ruido como el y buscando en el cinto, a su espalda, la pistola lanzadardos. No pensaba dejarla a la vista, aún, pero sería una buena manera de evitar un derramamiento de sangre innecesario

West Hill, 11:25 (hotel Night-Marriot)

Cualquiera se hubiera acercado sin mucho miramiento, pero la idea era hacer el trabajo rápido y sin ser vistos. Llegar al carro de la limpieza fue fácil, e incluso la puerta de la habitación estaba abierta gracias a algún sistema destinado a ello. Un rápido vistazo os dio tres deducciones: el carro era sólo para cambiar las toallas y sábanas, había ruido de una aspiradora y alguien canturreaba en el baño.

¿Se trataba de dos personas? No, pues en un momento visteis una pequeña aspiradora domótica que se ocupaba de agilizar trabajo así como eliminar puestos de empleo (así era la avanzada tecnología).

La voz pertenecía a un varón joven chapurreando horrorosamente la canción de moda. Los tiempos habían cambiado y empleos como aquellos ya no eran únicos para mujeres.

En silencio, Brian le mostró la pistola de dardos a su compañero. No pensaba hablar y así delatar su presencia, pero esperaba que este entendiera que dejar muertos a su paso no era la mejor alternativa para una investigación razonable.