Partida Rol por web

La Reina vió como iban saliendo los asistentes uno tras otro. Cuando quedasteis a solas, pudiste ver como se relajaba notablemente la tensión en su cuerpo.

- En fin, querida, las cosas no son tan fáciles como pensaba que serían, y eso que he sido Senescal de la ciudad durante décadas. Dime, ¿qué opinas tú? ¿Crees que estoy obrando bien? Necesito la opinión de alguien más cercano a los humanos, no quiero perder la perspectiva de la mitad de mi ciudad. - preguntó.

Y así la tensión se aliviaba considerablemente, lo que no hacía que ella se sintiese del todo cómoda al encontrarse sola ante la presencia de la reina sin alguien de los suyos acompañándolas.

- Con todo lo que ha pasado esta noche, creo que habéis sido más permisiva de lo que nadie se esperaba mi señora. Obviemos que también había demostrado quien mandaba con el numerito del sabbat. Por no decir que habéis demostrado no ser impulsiva y sacar posibles conclusiones equivocadas. Había tratado de encontrar las palabras más adecuadas para todo aquello, pero aun así esperaba que no fueran desagradables para sus oídos

Alzó una ceja, mirándote.

- ¿Permisiva? Ya... veremos a ver cuánto tardan en llegar a Europa las noticias de la Princesa violadora de Eliseos, la que declara proscritos a un clan entero por no aparecer a su ceremonia de coronación... - parecía cansada, y vulnerable, frágil - Lo cierto es que... Creo que me extralimité en algunas acciones, mientras en otras quedaba demasiado corta. Un desastre de noche... - te hablaba de tú a tú. Ya no parecía la semidiosa engreída y todopoderosa que había mostrado en el Eliseo, sino algo mucho más acorde a lo que considerabas humanidad.

- Bueno, a no ser que alguien de los que estuvieran presentes lo cuenten, esas noticias no tendrían porque llegar al resto del continente, ¿no? No tenia ni idea hasta que punto llegaban las redes de información del mundo vampírico por lo que era muy posible que sonase ingenua. En cuanto a lo del clan Nosferatu... siempre podéis escudaros en que es alguna clase de plan, al menos hasta que se haya solucionado todo. Sonrio un poco intentando transmitirle un poco de positivismo Ciertamente podria haber ido mejor, pero a veces los imprevistos son mayores de lo que esperamos. No deberia lamentarse por ello, seguro que todo se arreglara y las cosas volveran a la normalidad.

- Ya, bueno, la sombra de Mithras es alargada. Las cosas tardarán en ponerse feas, pero hay decisiones que me va a costar tomar. Y necesito embozar a los Tremeres antes de que piensen que pueden ir haciendo lo que quieran. Hay algo... en todo el asunto del Tremere muerto que no encaja. - movió el dedo sobre la mesa, en círculos - El Primogénito es un bastardo sin corazón, pero hay alguien con quien podrías hablar... ¿Recuerdas la muchacha que salió en auxilio del criado muerto? Creo que podrías sacar de ella algo más. Es... como tú, ¿sabes? Seres aferrados a vuestra humanidad, por encima de todo lo demás. No es que me disguste, sino que simplemente no logro comprenderlo. Y dado que no puedo comprenderlo, necesito a alguien que sí, que pueda conseguir las piezas que faltan para este puzzle. ¿Harías eso por tu Reina? - preguntó.

Mithras... apenas había oído el nombre un par de veces en esos dos años, pero a ella no le decía mucho.

- Claro que puedo hacerlo era una oportunidad para poder ser de ayuda así que no veía por qué no aceptar Seguro que le vendrá bien hablar con alguien sobre ello, parecía muy apegada al criado. Pero... no sé dónde puedo encontrarla. Suponía que en el Elíseo, pero no estaba segura de sí los de ese clan pasaban mucho tiempo allí. Puedo mirar a ver mañana en el Elíseo

- No, no se prodiga mucho por el Eliseo. Hay un par de lugares donde podrías encontrarla. El primero es la Capilla Tremere, pero preferiría que no te acercaras allí en la medida de lo posible. Mientras no tengamos más datos, podría ser peligroso. - parecía que realmente se preocupaba por sus chiquillos, aunque costaba creerlo - El segundo es una tetería que regenta desde hace unos años. Es posible que la encuentres allí, si tienes suerte. Pero ahora, háblame de ti. ¿Qué ambiciones tienes? ¿Qué esperas hacer en los próximos cien años además de servirme y tocar para mi? - Lo último no era una pregunta, sino una afirmación. Esperaba obediencia plena como quien espera que el agua fluya hacia abajo.

Mira lo de la teteria sonaba bien y todo, ese sería su destino para la noche siguiente entonces. Puede que no estuviera muy mal y la mujer con la que debía hablar tuviera gusto y el lugar fuera agradable. Se iban formulando más preguntas sobre aquel negocio, pero no pudo pensar mucho en ellas mientras la mujer le seguía hablando y... y por alguna razón acababa de sentirse como una mascota con la manera de decir aquellas palabras.

- Ahm... pues... No lo he pensado aun, pero... me gustaría llegar a ser la mejor violinista que se haya visto nunca ahora mismo no se le ocurría nada más que aquello, sin embargo no descartaba que en un futuro sus metas fuesen algunas más.

La Reina soltó una risilla.

- Bueno querida, a no ser que quieras que elimine a todo violinista con talento para ayudaros a ser la mejor, tendréis que conformaros con algo material... ¿Audiciones con la nueva Reina? El Rey Jorge está muy... débil de salud, así que no me extrañaría que un día de estos nos despertáramos y tuviéramos una nueva Reina Isabel. - sus ojos rezumaron codicia por un instante. No te cabe duda de que es posible que la "débil" salud del Rey Jorge pudiera tener que ver con alguna maquinación de Lady Anne - Seguro que sabe apreciar tu arte tanto como yo.

Dejó es capar una leve risa por el comentario aunque la idea no le agradaba demasiado, aquella sociedad era realmente sádica.

- No... Eso no será necesario, si no tuviese competencia, no podría saber lo buena que soy ¿no creéis? Ese tonillo... ese brillo en los ojos... aquella mujer aspiraba alto, muy alto. Bueno, los reinados vienen y van, y la vida de los humanos es finita, es solo cuestión de tiempo. La verdad es que no estaría nada mal tocar para cualquiera de los dos. Comento con un dedo apoyado en la barbilla pensándoselo muy seriamente. Para alguien como ella esa oportunidad no se podía desaprovechar pues tal vez fuese única en la vida.

La Reina asintió.

- Muy bien. Organizaré un festival de las artes en apoyo al Rey convaleciente para la próxima semana, y espero que actúes en él. Es deber de la Princesa Isabel acudir, así que será el momento perfecto para mostraros. Ni que decir tiene, que pienso ser muy escrupulosa con el tema de la Mascarada en ese lugar. Espero de ti un comportamiento en consonancia. - explicó. Parecía que tenía previsto ya lo del festival de las artes - Se hace tarde, puedes regresar a tu refugio, querida.

- Mantendré la mascarada tal y como se debe, majestad, y empezare a ensayar mañana mismo el repertorio a dar, a no ser que tengáis alguna sugerencia o tal vez lo que pueda gustarle tanto al rey como a la princesa... sonrió ampliamente Siempre estoy abierta a sugerencias. 

Pocos instantes después, y con el permiso que le había dado la reina, se levantó de su asiento e hizo una leve reverencia para terminar de despedirse - Que tengáis una buena noche, mi señora. Poco después salía del edificio para volver a casa.

- Te mandaré una lista de sugerencias y de temas prohibidos. Buenas noches. - se levantó para despedirte, y después se fue a su despacho.