Partida Rol por web

Habías subido las escaleras, y te aproximabas ya a la habitación en la que habían dejado a Rebecca, cuando un joven, que se movía apresuradamente, te golpeó en el hombro, haciéndote perder momentaneamente el equilibrio. El hombre, de aspecto gris y taciturno, ni siquiera se giró a ver cómo estabas, y prosiguió su carrera más rápido incluso que antes. A pesar de lo rudo de sus modales, no cabía duda de que el muchacho había salido de la sala a la que te dirigías.

Por un momento dudaste en seguirlo, pero pronto hubo desaparecido de tu vista. No había motivo en montar una escena en el Eliseo, corriendo tras él. Así que te giraste de nuevo hacia la estancia, y alcanzaste la puerta. Aún estaba abierta. Dentro, Rebecca se esforzaba en cerrar una ventana, sin demasiado éxito.

Toco con los nudillos en la puerta abierta para dejarse notar.

- Señorita Grey, buenas noches Saludo con una sonrisa cuando la mujer hubo vuelto para mirarla ¿Como se encuentra?

La Tremere pegó un respingo al oír tu voz, y se giró con rostro aterrado. Luego, tras un momento de silencio incómodo, recobró la compostura.

- ¡Ah! Es usted señorita Stuart. - comenzó, dando un manotazo vencido a la ventana que continuaba abierta - He estado mejor. Duele, y el hambre es lo peor de todo... ¿Y usted? ¿Qué ha pasado ahí fuera? Me pareció oír voces... - inquirió.

- Lo que cuenta es que este usted mejor dijo asintiendo con la cabeza y sonriendole 

Dio unos pasos adentrandose en la habitacion, y ayudando a cerrar la ventana que tanto le costaba. Considerando sus palabras normal que sucediera eso.

- Uy si usted supiera... Han estado aqui los cazadores, con ese loco que nos ataco la otra noche. Han apelado al acuerdo que hay entre ambas comunidades para investigar un caso. La cosa se ha puesto muy tensa y cuando se fueron no me quedo mas remedio que hacer uso de mi arte con el violin para que los animos se calmaran un poco. Muy estresante todo.

- Ca... ¿cazadores? - dijo, casi tartamudeando - Hace décadas que no tenemos problemas con cazadores. Y... ¿El hombre que quemó mi tienda de té estaba con ellos? Por favor señorita Stuart, cuénteme qué ha sucedido... - imploró.

Se sento cerca de ella y comenzo a narrarle lo que habia pasado hacia un rato y que pago habian requerido en tres dias.

- ¿Cree que podria permanecer en el Eliseo durante unos dias? Creo que estaria mas segura aqui que en cualquier otro lugar. Le preocupaba mucho el bienestar de la Tremere, la pobre mujer, habia sufrido la perdida de alguien a quien apreciaba y no deseaba mas que tranquilidad para ella.

Al principio el pánico corrió por el rostro de Rebeca como un caballo desbocado. Sin embargo, la mueca se desvaneció poco a poco en una mucho más triste.

- Entonces... ¿era él? ¿Lo viste bien? ¡Por qué!... por qué nosotros... no lo entiendo... Luke solo trataba de ayudar... - dijo, tratando de contener los sollozos.

- Era el, los tatuajes, la mirada de loco y esa horrible actitud suya. El mismo que nos ataco. Dejo escapar un suspiro y se acerco a ella pasando una mano por su espalda, tratando de consolar a la pobre mujer. No lo se Rebecca, yo tampoco lo entiendo y ojala pudiera, asi al menos podria ayudarla a entender el porque de su muerte o a que no haya sido en vano.

La muchacha parece debatirse internamente.

- Escucha, no... no puedo hablar de eso contigo. Pero si te puedo decir algo. Nosotros no hemos hecho daño a nadie, lo juro. Deberías hablar con Bainbridge, él es el único que puede hablarte con libertad de lo que ha pasado... - te explicó, casi temblorosa.

- Ya... Pues lo iba a tener bastante complicado, el hombre no habia sido nada cooperativo desde que todo aquel lio habia empezado. Sabia que no iba a conseguir nada mas de ella, al menos por ahora. No se preocupe, le dandole unas palmaditas en la rodilla llegaremos al fondo de todo este embrollo. Ya lo vera. 

- Es lo único que puedo hacer ahora mismo. Busque al ventrue sangre nueva, Morgan. Le he enviado tanto como podía sin incurrir en un delito con los de mi clan. - miró al suelo, apenada - Pero por favor, manténgalo en secreto, no quiero más problemas...