Partida Rol por web

Aleph decidió no perder más tiempo, y fue a buscar su Ram Dao. Para cuando bajara, con algo de suerte, ya habrían terminado de discutir y podrían marcharse para detener a Horas

-Si eso es lo que quieres... y si con ello evitamos que terminen... -Fiona suspiró y tomó a Celeste de la mano. Se concentró, cediéndole su energía durante largos segundos hasta que acabó exhausta y jadeante-. Ve. Vete ya. Y no falles...

Celeste cerró los ojos mientras sentía el poder arcano de la magia fluir hacia ella. Era como volver a respirar cuando has estado a punto de ahogarte. De hecho, también inspiró sonoramente mientras recibía la energía, hinchándose físicamente de aire, a la par que su alma se llenaba gracias a los poderes de Fiona.

Celeste no quería perderse el combate, sobre todo porque podría estar allí Lucian, y puede que no lo hubieran invocado aún. Quería verse cara a cara con ese malnacido, pero de esa manera había conseguido la energía mágica que necesitaba por si acaso.

Pero estaba lo que le contó Aleph anoche... eso le carcomía la conciencia. Tendría que pensar otra manera de abordar el problema, otra manera de usar sus conjuros, de modo menos devorador para su esencia, e igualmente efectivo. Una manera que, además, no manipulara tan bestialmente el cuerpo de su enamorado. Era muy complejo, pero por fortuna la mente de Celeste podía con ello.

Una vez el intercambio fue acabado, Celeste sonrió.

-Gracias Fiona, me has devuelto el aliento. Créeme que esto no es algo que olvidaré fácilmente. Muchas gracias.

Se sintió dispuesta, y útil de pronto. Y justo en ese momento, Aleph acabó de bajar las escaleras.

-Damien, por cierto. Me gustaría estudiar las cualidades de ese brazalete cuando tengamos un momento "un poco más tranquilo", si tengo suerte, quizá pueda trasformar sus habilidades en un conjuro, y obtengamos una ventaja más que útl contra la secta.

Respecto a Horas, si ha sido liberado... recordad. Es mejor intentar no matarlo, si no cae en batalla quizá Jorosh no pueda ser liberado.

Y... una última cosa... si Jules está colaborando con ellos... ¿Qué nos está permitido hacer?

-No le hagais daño -pidió Fiona-. Quiero hablar con él. Necesito que me explique algo sobre lo que está pasando...

La albina jadeó.

-Vamos... No perdamos tiempo.

La determinación y energía de Damien hicieron que los ojos de Junette brillaran momentaneamente. Pocas cosas se podían decir en aquel momento que dieran ganas de vivir, pero su primo se las había sabido transmitir.

- Eres el verdadero líder de este grupo. - dijo con una sonrisa más pronunciada - Gracias. Gracias por tirar del carro cuando lo necesitamos... - añadió con ternura - Enfrentándote al mal con el mondadientes ese que tienes.

Las ganas de meterse con Damien regresaron durante un segundo a Junette. Rió y se puso de puntillas y para abrazarse al cuello del muchacho, de forma impulsiva. Se habría quedado todo el día así, pero por desgracia no había tiempo.

Al escuchar la conversación Junette se asomó al dintel de la puerta.

- No te preocupes, Fiona. Jules tiene mucho que explicar. - dijo con tono sombrío - Nuestro objetivo principal será capturarlo vivo. Y... evitar que se haga daño, por si acaso. Vamos.

-Junette y Fiona tienen razón. Sin información no podremos hacer nada. Y necesitamos saber todo lo que sabe Jules. Si le encontramos hemos de conseguir que nos responda.

-Porque yo desde luego no le he visto matar a nadie. ¿Y si hace todo ésto por sellar definitivamente a Jorosh? ¿Por qué querría Jules provocar algo tan terrible?.