-He venido por la lectura del testamento, desde luego -dijo Fiona-. El señor Ackerman te envió una carta, ¿no, Jules? Es hora de proceder a la lectura y repartición de bienes.
Tomó la mano de Damien y le dio unas palmaditas.
-También he venido a visitarte. A visitaros a todos. Estar lejos no es fácil. Nunca sé si la familia está bien.
-La familia está bien, hermana. ¿Por qué no iba a estarlo? Te preocupas demasiado.
Jules pareció incómodo por un momento, pero supo esconderlo.
-El señor Ackerman me ha enviado la carta, sí, pero he estado demasiado ocupado como para poder fijar una fecha. Si tienes prisa, le mandaré una carta ya mismo. No voy a mantenerte lejos de tu casa.
Aleph cogió a Celeste de las manos, y la sonrió dulcemente
Claro que me dejaré. Confió en ti
Post cortito. Poco tiempo
Observó los intentos por parte de los dos hombres por aparentar absoluta tranquilidad. Aunque a ella le había costado en un principio ocultar la incomodidad que le creaba tener a Fiona en casa justo en ese momento, poco a poco fue adoptando una pose de normalidad y dejando de lado los sobreesfuerzos y el fingir una alegría que no sentía. Afortunadamente habían sacado el tema del testamento, cosa que le daba una excusa perfecta para volver a poner el rostro grave que había llevado los últimos días.
- Tal vez lo mejor sería abrir ya el testamento y dejar todo ese tema atrás. - sugirió con voz calmada y solemne. - No hay porqué alargarlo de forma innecesaria... hacerlo puede provocar situaciones incómodas, tanto en lo personal como en lo fiscal. - añadió con tono profesional, de contable incluso. Estaba segura de que Jules entendería perfectamente el mensaje que se ocultaba detrás de eso. Cuanto antes se lea el testamento, antes se irán, y menos posibles víctimas tendremos cerca.
Damien comprendió perfectamente las intenciones de Junette. De repente por su cabeza cruzó el pensamiento de que algo pudiera pasarle a Fiona y se encontro horrorizado ante tal posibilidad; hasta ahora los atacados eran seres agradables y queridos (aunque algo estúpidos en el caso de María), pero no eran parte de su familia cercana, gente que había conocido durante años y que consideraba parte de su vida. A Fiona la había conocido casi tanto como a su madre, y por su comportamiento había sido casi hasta una sustituta.
Tengo que hacer que se vaya, este sitio no es seguro. Al menos hasta que exterminemos a los miserables de los Siete Círculos. La violencia de su pensamiento le sorprendió, pero se encontró lleno de odio y capaz de matar a cualquiera que amenazara a su familia o seres queridos.
Adoptó una pose frívola, como correspondería a un caprichoso noble de provincias.-Sí, cuanto antes nos enteremos de las últimas voluntades de Lucas y repartamos la herencia antes nos quitaremos a todos esos gorrones y pesados que han venido únicamente por interés, no digo que no haya gente de valía entre ellos, pero hay uno o dos que no lamentaré perder de vista.-
Y puede que haya algo interesante en ese testamento. Como un cofre en algún banco o algo similar que arroje alguna pista.
-Perfecto cariño.
Celeste miró a ambos lados, y aunque no vio a nadie, prefirió la seguridad y la intimidad de su alcoba para realizar el encantamiento. No es que desconfiara de los demás inquilinos pero no les profesaba tanta confianza como a su querido musculitos. De hecho, los nuevos invitados no sabían que ella era una hechicera, o al menos eso creía y no estaba dispuesta a mostrárselo tan a la ligera.
Así que, cogiendo de la mano al chicarrón, le guió hasta la habitación. Era una escena quizá un tanto cómica, con Celeste, casi una niña pequeña al lado de Aleph tirando de un gigante, y el gigante dejándose guiar, de hecho Celeste, aunque ya estaba acostumbrada, no pudo evitar soltar una sonrisa.
Una vez dentro, sentó a Aleph sobre la cama, y sin pronunciar palabra y usando símplemente el canal que les unía le dijo:
Deja que la energía fluya hacia tu interior. No te resistas cariño. Es probable, que una vez que termine tú no sientas nada más extraño, pero yo...
Se paró un momento, casi se había emocionado.
Estaré mucho más dentro de tí.
Celeste puso la mano en la cabeza de Aleph, y cerró los ojos tratando de sentir la energía del universo, tratando de encontrarse a sí misma en el infinito y dirigir hacia ella los vientos de la magia. Allí estaba, esperando que el poder fluyera hacia ella. Poco a poco fue sintiéndose mucho más poderosa, a la par que la frente de Aleph comenzaba a brillar con fuerza. Y, en ella iba tomando forma una pequeña imagen.
De un color rojo intenso. Una runa mágica brilló en la frente del gigante, mientras a ambos los cubría una neblina del color de la esmeralda. El viento que les rodeaba hacía que los cabellos de Celeste ondearan, mecidos por el poder sobrenatural, e incluso algunos pequeños objetos de la habitación, tales como libros, tinteros o copas tiritaran en el sitio, evitando moverse gracias a su peso.
Pero, el poder del hechizo estaba siendo concentrado en el alma de Aleph, y tal y como pasó cuando se conectó por primera vez con Aleph, y cuando unió su mente con la de su "hermano" un ente perlado salió de su cuerpo, pero esta vez no era una simple bolita de luz, sino que era una figura similar a la propia hechicera que se movió hacia delante un segundo, sonrió a su compañero y se fundió en su cuerpo.
Aleph respiró aliviado, y de pronto todo el humo verde desapareció de la habitación. Tan solo quedaba la runa marcada en la frente del gigante, que... poco a poco iría desapareciendo hasta quedar reducido a la nada en poco más de un minuto.
Celeste volvió a abrir los ojos.
¿Qué tal te encuentras ahora, cariño?
Celeste usa marca de Detección sobre Aleph, nivel Avanzado.
140 de zeón,
Efecto:
Puedo conectar todos mis sentidos con él, y sentir lo que él siente, amen de saber dónde se encuentra en todo momento, siempre que no nos alejemos más de 1000 Km.
15 de zeón diario.
En teoría no funciona a la inversa, sólo es Celeste la que tiene el control... pero a juicio del master **Rafa pone ojitos monos** podría permitir que fuera en ambas direcciones ^^
-De acuerdo pues. Enviaré la carta hoy mismo -afirmó Jules-. Intentaré fijar la fecha de lectura para pasado mañana, si el señor Ackerman no tiene inconveniente. Voy a redactarla. Confío en que cuidéis de mi hermana mientras yo no estoy, Damien y Celeste.
El hombre giró sobre sus talones y se dirigió hacia su despacho.
Disculpad el retraso, mucho lío.
-¿Qué le pasa a Jules? -preguntó en tono confidencial-. Nunca es que haya sido excesivamente cariñoso, pero parece que tenga un trozo de hielo metido bajo la ropa.
Cada célula de su cuerpo vibró con la energía de una disciplina tan antigua como el tiempo, mientras sus cabellos ondulaban ante los sortilegios de Celeste. Aleph cerró los ojos, dejándose llevar por el torrente. Y entonces, vio algo
Una chica joven, tirada en una celda oscura y mohosa. Y una figura oscura, hablando sobre muerte, poder, y renacimiento
No dijo nada. Simplemente, esperó. Cuando Celeste habló, abrió los ojos al fin, lentamente. Y, de alguna manera, supo que no era el único que los abría
No siento nada extraño
Se levantó para sujetar a Celeste, que parecía algo extenuada tras el conjuro, si esta daba muestras de desfallecer
Tú... ¿Sientes algo distinto?
¿Eso implica que también puede "leerle la mente" o es solo relacionado a sus sentidos?
Por otra parte, por si te apetece relatar un poco las secuelas del hechizo en Celeste, la percepción de Aleph es un poco diferente a la del humano medio estándar. Primero, suele prestar atención a detalles poco importantes y normalmente obviados, como, por ejemplo, el canto de los pájaros afuera, en el jardín, la tenue luz solar que entra por la ventana, o la suave brisa que corre por la habitación. Otra cosa que quizás le llame bastante la atención a Celeste es la importancia que el gigante parece darla: Casi todo el rato, su vista se concentra en ella, e incluso cuando están con otras personas, sus movimientos, gestos, y, por tanto, sentidos, se centran en Celeste de una forma casi magnética, como si la chica se convirtiera en el centro del mundo, y el resto, aunque quizás importante, no fueran más que detalles secundarios. En la mayoría de las ocasiones, ni el propio Aleph se da cuenta de este hecho
-Cuidaré de Fiona como si la fortuna familiar me fuera en ello...- dijo Damien con total seriedad, aunque la sonrisa se le notaba en los ojos, resaltando con la broma la excelente gestión que hacía la hermana de Jules de las finanzas de su familia y lo buena administradora que es para su padre.
-Bueno, tiene mucho en la cabeza.-comentó amablemente para disculparle.-En primer lugar todo el jaleo que conoces y toda la gente... y la gentuza que ha venido, ejemplo de gente es María Aribeth, que vino y se fué y ejemplo de gentuza es la celosa chiflada de su guardaespaldas, de su ex-guardaespaldas mejor dicho, que se obsesionó con María hasta el punto de no dejarla ni cartearse con sus amigas, y hasta trató de hacer daño a nuestra pequeña Elisabeth... aquí presente- Durante unos segundos Damien sintió algo de furia, pero luego pensó que al menos ese tema está zanjado. -Y bueno, eso sólo es el principio... -adoptó un tono pensativo.-Fiona, nunca me contaste mucho de tu tío Mateo, ¿Sabes la razón de porqué viajaba tanto? ¿El motivo de su búsqueda?.-
Es lo malo del pj heredado, que no sé hasta que punto comentaría lo que está pasando con su madrastra, si fuera la madre... de todas maneras creo que si lo haría... siempre que la mami colabore :p
-¿Mi tío Mateo? -El rostro de Fiona se tornó en sorpresa-. ¿Por qué te interesas por él?
Por primera vez desde que había llegado parecían haberla cogido desprevenida. El encuentro con ellos, con su hermano... incluso con Celeste. Todo había sido resuelto sin problema para una mujer experta en situaciones sociales un poco tensas. Sin embargo, ahora, en su rostro, aparecía una sincera intriga.
- Es el estrés de estos días que... - empezó a decir Junette para encontrarse con que Damien había empezado a elaborar una excusa mucho más explícita de lo que a ella le gustaría.
Sonrió inocente, intentando quitar hierro al asunto sobre el tema de la agresión a Elisabeth, esperando que tanta palabrería distrayera a Fiona y no hiciera excesivas preguntas.
- E...es un exagerado, no toda esa gente es tan molesta. Celeste, sin ir más lejos, a pesar de ser excéntrica es una muchacha encantadora. - dijo con su voz más diplomática.
Pero no era necesario empezar ninguna distracción porque Damien parecía haber encontrado la ideal para llamar la atención de Fiona. Disimuló una sonrisa de alivio y dirigió una mirada hacia su primo con los ojos ligeramente entornados, que podía significar desde un "bravo" hasta un "te cortaré las orejas por haber sacado el tema". Tal vez cuando se decidiera le haría saber qué quería decir en realidad.
- Bueno, es que ya sabes cómo son las reuniones "familiares"... - hizo la señal de las comillas con los dedos y puso cara de mal trago - Todo son batallitas y anécdotas sobre gente que ni siquiera han conocido. Y la verdad es que Mateo es un personaje interesante... y Damien un crío al que le entusiasman las aventuras. - añadió con sorna, provocándolo. Estaba segura de que después tendría que aguantar sus quejas, pero al fin y al cabo era él quien había dado pie al tema. Se recostó y subió los pies al sillón, abrazándose las rodillas en una pose relajada e infantil, mirando a Fiona expectante. - Y a mi tampoco me importaría saber más... - pidió con tono inocente.
-Es curioso que lo digas Junette, pero Aleph y Celeste llevan aquí desde que llegué yo, así que no les considero parte de la gente que ha venido, supongo que los asocio con la vivienda. Y son muy agradables.-dijo más para Fiona, para que le no tuviera en cuenta la escena anterior a Celeste.-A pesar de que una no se entere en que mundo vive y el otro olvide ponerse ropa.-
-Y Mateo... últimamente nos ha llamado la atención, es una figura interesante de la familia, Fiona, y tanto nosotros como Elisabeth querríamos saber un poco más de él... he estado muy aislado en la Citadelle y me faltan reuniones familiares y batallitas.-dijo Damien.
-Y como aprecio tanto a Junette aceptaré que me interesa sólo porque -Damién imitó la voz de la joven.- "sólo soy un crío que le gustan las aventuras". Aunque querida Junette ¿No será a tí quien te gustan? ¿No habré visto algún folletín entre todos esos enormes tomos que lees?.- La sonrisa maliciosa de Damien demostró que sabía practicar la esgrima verbal tan bien como la física.
Fiona guardó silencio.
-¿Es cierto eso? ¿Es el único motivo por el que queréis saber más de él? -Frunció los labios con evidente intranquilidad-. Os lo contaré... pero no aquí. Y no ahora. Después de que hagamos lo que tenemos que hacer. Cuando Jules no esté presente... Y, además, tendré que haceros unas cuantas preguntas a vosotros...
Puso una mueca infantil ante el reproche de Damien, un gesto más en la charada en la que estaban convirtiendo aquel intento de sacar información a Fiona.
- Sí, te los robé. Estaban debajo de tu cama y, francamente, me los esperaba más picantes. - contestó con una sonrisa maliciosa.
Acto seguido se arrepintió de haber contestado a la provocación de Damien, aquello podía convertirse en un cruce de palabras afiladas y perder de vista su objetivo. Era divertido, después de tantos días serios, pero no era el momento. Carraspeó y se arregló el pelo para hacer una pausa y escuchar atentamente a Fiona. Al parecer ella sí que se había tomado en serio las preguntas sobre Mateo, tanto que las consideraba motivo de trueque. Se obligó a permanecer impasible y no retorcerse por el picor moral que le estaba entrando. Una cosa era mantener en la ignorancia a Jules (de forma temporal, al menos) y otra contestar según qué preguntas.
- ¿Qué otro motivo podría haber? - preguntó con tono inocente - Y, claro, ningún problema con eso, podemos esperar. - contestó de forma alegre, intentando ocultar su incomodidad - ¡Aunque no puedo imaginar qué sabemos nosotros que te pueda interesar! - ¿Querrá que le hable de Jules? No puede ser otra cosa... no sabe nada, ¿verdad?
¿Folletines debajo de mi cama? Yo no me averguenzo de nada de lo que hago, si leyera esos aburridos seriales los tendría en el armario y los leería en la mesa a plena luz para no dejarme los ojos. Lo que te voy a decir, rubia, es que busques encima de mi cama una noche de éstas, seguro que encuentras cosas mucho más interesantes...
Pero la réplica picante de Damien murió en sus labios cuando Fiona empezó a exhibir algunos nervios referentes a Mateo.
-Es el único motivo que te podemos decir de momento, no tenemos nada concreto sino cosas bastante etéreas, confía en mi, Fiona. Igual con lo que nos cuentes atamos cabos y podemos sacar algo en claro, y ya te lo contamos.-dijo Damién.-A fin de cuentas tú le conocías mucho más que nosotros.- Y... ¿Qué es eso que tenéis que hacer? ¿Quienes tenéis que hacerlo?-
Tiro persuasión si hace falta para que confíe en mi o me diga lo que "tiene que hacer" y con quién.
Fiona asintió a las palabras de Damien.
-Está bien. Pondremos todo en común y veremos. Pero como ya os he dicho, después de la lectura del testamento. Una vez desaparezcan las personas "extra" de la mansión... no lo digo por nada, pero no me gusta hablar de según qué cosas con según qué personas delante... os lo contaré. Me gustaría que no le comentárais esto con Jules. Ya os diré por qué.
Todo eran misterios y secretos, pero Fiona no parecía querer dar su brazo a torcer. Sin embargo, dio unas palmadas en las manos de Junette y Damien, como indicándoles que les tenía aprecio y que deseaba hacerles partícipes de lo que sabía.
-Ahora debo irme. Elías querrá verme, y Jules es evidente que está demasiado ocupado como para preocuparse de su hermana mayor.
Dio un beso a cada uno y se levantó.
-Nos veremos más tarde, a la hora de comer.
Una explosión de sentimientos.
Celeste estaba embargada por una cascada de nuevas sensaciones. Si bien es cierto que seguía viendo como si fuera ella, sintiendo el frescor de la mañana en su piel y los olores de aquella mansión en su propia nariz, había algo extraño, algo que ella misma había provocado, y que nunca antes había probado.
Entre esas sensaciones, había algunos que no recibía de ella misma, comprendía que llegaban de un cuerpo que no era el suyo, del cuerpo de su gigantón. Las sensaciones, la mirada, lo que el gigante oía llegaba a Celeste a través de ese canal mágico, y se sintió...
mareada.
Celeste se sentó en la cama, con la cabeza dando vueltas.
Será cuestión de acostumbrarse. Pensó.
Miró a Aleph, y sintió que a su vez, él la estaba mirando a ella, preocupado.
-Tranquilo cariño. Sí siento algo nuevo, y es realmente maravilloso. Tu... y yo... ahora somos uno. Veo lo que ves, siento lo que sientes, huelo lo que hueles y oigo lo que oyes... Y... ese mundo es... precioso.
De pronto, Celeste se dio cuenta de muchas más cosas de lo que nunca había reparado, el canto de los pájaros afuera, en el jardín, la tenue luz solar que entra por la ventana, o la suave brisa que corre por la habitación. Era mágico, era como si el mundo le hablara a través de Aleph.
Y sobre todo... estaba ella, parecía que no paraba de prestarla atención.
¿Volvemos con todos? Supongo que podré recuperarme pronto del Shock inicial. Ha sido maravilloso a la par que mareante.
Siento la tardanza, a partir de ahora estaré al pie del cañón ^^
Aleph asintió, aunque parecía poco convencido. Cuando Celeste se había dejado caer sobre la cama, se había apresurado a acercarse y a rodearla con su brazo, ofreciéndole algo de estabilidad. Se apartó un poco, dejándole algo de espacio, si bien su cuerpo parecía querer rebelarse contra esa idea
No tengo prisa. ¿Estás segura de que ya estás bien?
Lo de la atención por Celeste lo veo como algo más indirecto e intuitivo. La idea fuera que Celeste, que es más inteligente que Aleph, se fuera dando cuenta poco a poco. Ni el propio Aleph es consciente de la atención que parece prestarla
Por cierto... No has respondido a mi anterior pregunta ;)
Aleph se bajará con Celeste cuando esta lo decida. Dire, si ves que vamos muy retrasados, no dudes en cortarnos sin piedad
Estoy segura. Supongo que todo es acostumbrarse. Es mucha información, pero estoy segura de que mi mente sabrá como administrarla.
Dicho esto, se levantó y se dirigió de nuevo al salón, esperando encontrarse con el resto. Había sido una salida rápida, para poner en práctica su último descubrimiento. Si bien era cierto que era la primera vez que usaba ese conjuro, el efecto parecía ser dominado con facilidad... por ahora.
No, nada de la mente, solo sentidos físicos. Al menos así lo entiendo yo ^^
De todas formas, si el master se pronuncia nos sacará de dudas, no? ^^