Sientiendo los nervios de Aleph a flor de piel, Celeste procedió a tranquilizar a su compañero.
Tranquilo, he pensado que sería mejor que nos viera ahora hacer estas cosas, a que le sorprendamos en una posible batalla en la que la vida de la pequeña esté en juego. Al menos puede que ahora no nos vea como una amenaza, y podamos usar nuestros poderes delante de él. Y si se muestra reacio, siempre podemos comentarle a Jules el incidente, y que él tome medidas. Desde que salvamos en dos ocasiones a Eli, creo que valora nuestros poderes.
No sería la primera vez que alguien alza su espada al ver tu magia
Aún así, Celeste notó como el grandullón se relajaba un poco tras su comentario, e incluso sonreía levemente
Es irónico, si lo piensas: Yo desconfiando de los demás, y tú exponiéndote de forma directa... Si me lo hubieras dicho hace unos meses, me habría reído
Una ligera brisa pasó entre los reflejos verdes de aquel jardín, ondeando tímidamente los cabellos del grandullón, que sintió súbitamente una oleada de nostalgia sin razón aparente
Hemos cambiado
Se limitó a añadir. Luego guardó silencio. Sus palabras no estaban llenas de orgullo disimulado o agria aceptación resignada. No se refería a algo bueno, ni malo. Simplemente, eran la verdad
Todo esto suponiendo que Erik no haga nada. Porque para tener estas charletas se necesita más que un par de segundos... XD
El guardaespaldas parpadeó al ver el pequeño hechizo de Celeste, pero no dijo nada. Si Jules le había prevenido acerca de ello o si era un hombre de mente muy abierta no podían asegurarlo. Elisabeth, en cambio, abrió los ojos con gran sorpresa y sonrió.
-¡Qué bonito! Espera... -Rápidamente abrió su propia mano y se concentró, tratando de activar la magia de la que Celeste hablaba. No hubo ningún destello ni nada parecido a pesar de que le ponía mucho empeño. Roja por el esfuerzo y algo decepcionada, Elisabeth recuperó la compostura y negó con la cabeza-. Nada. Imposible. ¿Qué es eso que haces tú? Es... -Se volvió, tratando de dejar al margen a su guardaespaldas-. ¿Es magia? Jules me ha dicho que tú podías hacerla...
Aunque no hubo resultado mágico, Aleph percibió algo diferente. No era mucho, pero... ¿acaso Elisabeth estaba usando ki? Aún no era más que un leve flujo sin control, pero estaba ahí. Al concentrarse, un destello de energía vital la recorrió, como una chispa. Con el debido entrenamiento, Elisabeth podría llegar a utilizarlo a voluntad. Todavía no sabía que lo tenía, pero era tan suyo como el cabello rubio.
Jules... ¿le has comentado a Eli algo sobre nuestros poderes? ¿No era parte del trato mantenerlo en secreto?
Las palabras de Celeste sonaban un poco enfadadas. Parecía que Jules había violado el secretismo de sus poderes. En teoría había que mantenerlo en secreto. No es que le molestara el hecho de que Eli lo supiera. Era lógico, había estado en la iglesia... sino que más gente pudiera conocer el secreto.
La respuesta se hizo esperar.
-Elisabeth se alteró mucho al saber lo que había pasado en la iglesia. Tenía mucho miedo. Aún lo tiene. Pero le expliqué que vosotros la protegíais: Aleph con su fuerza y tú con tu poder. No dirá nada, te lo aseguro. Pero ahora se siente más tranquila. Espero que lo comprendas.
-Sí, es magia.
Dije Cleste con un cierto tono de resignación. Parecía que no iba a encontrar nada en Eli. Había supuesto que era "especial" y había fallado. Quizá, aún hubiera alguna esperanza, pero no quería perder más tiempo. Además, Eli ya conocía la "técnica" solo tendría que probar más.
-Es una facultad que tenemos algunas personas. Hemos sido bendecidos con esta habilidad, y podemos alterar levemente el mundo a nuestro alrededor. Es complicado dominar este arte, e imposible si no has sido bendecida. Solo quería comprobar si en tu cuerpo residía ese don. La verdad es que lo que he visto no es nada concluyente... aunque tengo que darte una mala noticia.
No... no creo que lo tengas. Pero digo... no CREO. Puede ser que me equivoque. ¿Me lo demostrarías?
Celeste miró a Eli con una sonrisa, esperando su respuesta. Realmente esperaba que la chica practicara aquél acto de deseo, aquella petición a la naturaleza de obediencia todos los días, durante unos minutos. Quizá, por fuerza lo que estaba dormido y no se veía despertara.
Aunque hay otras formas, puede que sin quererlo aprenda a dominar otra clase de energía. Pero eso, supongo que le tocaría a Aleph enseñarselo.
Rió para sus adentros mientras miraba a Eli a los ojos, e imaginó a Aleph enseñando a la niña a usar su energía. Ya le había hablado del flujo de almas...
Hay alguna manera más aparte que la suerte para encontrar el Don en una persona?
algún tipo de Ritual?
...
Aleph sopesó las posibilidades. La idea de que Elisabeth pudiera llegar a dominar el ki era tan atractiva como peligrosa. Por un lado, el ki requería grandes dosis de entrenamiento y dedicación a la hora de ser dominado, y los secretos que envolvían el arte del dominio de la energía interna no debían de ser revelados a cualquiera. Se necesitaba una fuerte preparación psicológica, unas pruebas previas y un modo de ver la vida antes siquiera de comenzar a replantearse el desatar los sellos que ciegan a la mayoría de las personas, impidiéndoles desarrollar su potencial. Algunos usuarios del ki habían acabado por realizar atrocidades, y otros se habían consumido, incapaces de dominar tal poder. Unos conocimientos así requerían grandes dosis de responsabilidad, y sabiduría
Por otro lado, la niña parecía tener una extraña afinidad con dicha energía, como si su cuerpo estuviera predispuesto especialmente para utilizarla. Y ese detalle habría sido poco relevante, si no se hubieran encontrado en una situación como aquella. El hombretón creía firmemente en la filosofía del "vive y deja vivir", y opinaba que cualquier persona debía buscar la felicidad independientemente de sus posibilidades, por encima de cualquier otra cosa. El conocimiento no siempre aporta la paz interior, y muchas grandes personas han visto sus almas corruptas al recibir el poder que latía en sus venas, condenadas por las propias habilidades que se convertían al mismo tiempo en sus carceleras y amantes. A veces, de los dos caminos que podía tomar una persona en su vida, el más sencillo y sosegado era el que a la larga acababa por ofrecerle más satisfacción y autorealización, mientras que el contrario pasaba por la senda del sufrimiento y la desgracia
Por ello, si no fuera por otros muchos factores, Aleph probablemente habría dejado a Elisabeth seguir con su vida, sin más. La niña era un alma pura, que atraía al resto con fuerza, y cuyo futuro aparentaba ser más luminoso que el del propio Aleph o Celeste, incluso que el del propio Jules. Sí, probablemente, si las cosas fueran diferentes, lo mejor sería haber ignorado cualquier idea peligrosa sobre enseñarla a usar el ki, y dejar que continuara con su vida, una vida feliz y dichosa
Pero no era así. La niña estaba envuelta en algo que ninguno de ellos podía comprender, y el peligro se abatía sobre sus dorados cabellos como un ave de rapiña sobre los despojos de un animal indefenso y malherido. Lo peor de todo es que probablemente no había pasado todo, y aún quedaban más tragedias por acaecer. No podía negarle a la niña unos conocimientos que probablemente la ayudarían a sobrevivir más adelante, unos conocimientos que la permitirían protegerse de sus enemigos... Y, quizás también, proteger a sus seres queridos
Por desgracia, no todo eran alicientes. Entrenar el ki requería tiempo, dedicación, y esfuerzo, y Aleph dudaba que fueran a tener demasiado de esas cosas. No sabían cuando los enemigos podían llegar a atacar, ni tampoco cuanto podría disponer de Elisabeth para trasmitirle sus conocimientos. Demasiados inconvenientes, pero aún así... Jules decidiría, sí. Jules...
Jules había usado el ki
Ahora Aleph lo recordaba. Durante la batalla con Sandor, creyó ver algo y... Sí, hablaría con Jules. Quizás podía comunicarse de tú a tú con el cabeza de familia. Quizás podría incluso enseñarles algo a él o a Damien, y aprender algo él mismo. Pero no obligaría a nadie, ni mucho menos. Si el ki latía con fuerza en su interior, era a ellos a quienes correspondía decidir si querían aprender a usarlo, o, en caso de ya saber, a perfeccionarlo. No sería un camino fácil, pero por intentarlo no perdía nada
En cuanto a Elisabeth... Primero conseguiría el permiso de Jules. Le explicaría sus motivos, y también los riesgos, inconvenientes y ventajas que conllevaba dicho aprendizaje. Hablaría largo y tendido con él, y si coincidía con Aleph, este iría a hablar con Elisabeth. A ella le correspondería decidir si comenzar su entrenamiento o no, y solo a ella. El dominio del ki no era un camino tranquilo, aunque si Aleph lo orientaba correctamente, sí un buen camino que recorrer. Pero era algo personal, e indiscutiblemente la única que tenía la última palabra era la propia aprendiz
Miro a Elisabeth, y sonrió. Fue un intercambio mudo y sincero, de esos que pocas veces se entienden, y que tantas cosas dicen. De esos que no se trasmiten con las palabras, si no por medio del propio alma
No le llenes la cabeza de pájaros, pequeña... No queremos que se obsesione. Es posible que enseñarla a usar su don, si es que lo tiene, sirva para protegerla, pero también debemos de replantearnos si eso va a mejorar su vida realmente. Hay personas que viven mejor sin llegar a conocer nunca su potencial
Aleph miró durante unos segundos a Elisabeth, y sonrió
Además... Aunque no tenga el don, tiene otras capacidades. A diferencia de mi maestro, yo no puedo sentir la energía interior de otras personas con facilidad, pero incluso a esta distancia, sin contacto, y sin concentrarme, he... Notado algo. Quizás es solo una corazonada, pero diría que el Chi palpita con fuerza en su alma, y que, sin proponérselo, ya ha llegado a dominarlo a un nivel básico, primitivo e instintivo que a muchos les cuesta semanas llegar a alcanzar
Hablaré con Jules sobre el asunto. Además, tengo que hacerle un par de preguntas... Pero todo eso puede esperar. Con todo el asunto de María y su concierto, y tras los sucesos ocurridos, creo que ya tienen suficientes cosas en la cabeza como para preocuparles más de la cuenta
Aleph carraspeó ligeramente
Elisabeth... Te agradecería que no hablases mucho de los poderes de Celeste delante de otras personas... Jules, Damien y Junette lo saben, pero hay gente a la que no le gusta oír sobre estos fenómenos, y normalmente no vamos enseñándoselos a los demás a menos que sea necesario. Te lo pido como un favor de amigo...
Sonrió de nuevo, intentando mostrar el secreto como una especie de juego privado entre los tres
Aleph sonrisitas le voy a llamar XD
Sigo listo para que nos metas el acelerón. Lo he dejado de tal manera que Aleph no tenga pensado comentarlo siquiera hasta después del concierto. Probablemente si Elisabeth le responde afirmativamente, se dirigirá en un tono algo más formal (Aunque amable) a Erik pidiéndole algo parecido, aunque de forma más escueta. Nada más por mi parte ;)
-¡Claro! -exclamó Elisabeth-. Jules me dijo que no hablase de ello. Ni siquiera se lo voy a contar a María. Lo prometo. Y... Celeste, no sé qué es lo que debo tener, pero procuraré concentrarme. Sería bonito poder hacer eso.
La joven sonreía. Por primera vez en todo el día, lo hacía de verdad, sin temor. Lo hacía mirando a los que consideraba sus amigos.
Celeste pensó en las palabras de Aleph... hablaba de la calidad de vida de Eli... de ver si ella, realmente quería aprender a usar ese tipo de artes.
La primera idea que pasó por la mente de Celeste fue:
¿Y qué? ¿Qué más da si no quiere aprenderlo? Nos viene mejor a nosotros que sepa controlar tanto sus poderes como las consecuencias de su uso, es útil conocer el potencial de la niña, para saber a qué atenernos. No he descartado la idea de tener que acabar con ella...
Pero, miró a los ojos de Eli. Aquellos ojos marrones y vidriosos que la observaban con felicidad no hicieron otra cosa que espantar aquellos pensamientos de la mente de Celeste.
Bueno... supongo que no podría matarla, no al menos a sangre fría. Tendría que ser la situación muy desesperada para... ¡Mierda! ¿Qué me estás haciendo cariño? Me estoy ablandando... y lo peor es que no me siento mal con el cambio. Siento que puedo confiar, que puedo querer, y tú eres la persona más indicada para demostrar ese sentimiento.
Tras este pensamiento, se acercó silenciosamente a Aleph, sin dejar de mirar a Eli a los ojos. Aquella niña le recordaba a ella, huérfana... acosada por seres sobrenaturales. Había muchos paralelismos, y un nexo, de unión.
Los siete círculos...
Aquel símbolo rondaba la mente de la hechicera, como si estuviera grabado a fuego. No sabía qué es lo que Eli podría tener que ver con aquel hombre. Ni quería saberlo.
A menos que haya algo más que añadir, cierro.
Celeste, 10 puntitos.
A menos que haya algo más que añadir, cierro.
Aleph, 10 puntitos.
Asintió, como si se esperase la respuesta
Gracias
Acto seguido se levantó y se giró hacia Erik, esta vez algo más serio
Eeeh... Erik, ¿No? Titubeó antes de añadir, esta vez en Yamato, probando suerte con el idioma que más le pegaba con aquel tipo (Sabía algunas palabras del Ogashima, pero no lo suficiente como para desenvolverse con soltura o incluso para evitar malentendidos graves) No nos conocemos, y no creo estar en derecho de pedirte nada esperando que tu respuesta sea afirmativa. Pero, como un favor a un extraño como yo, y apelando a tu sentido de la bondad, te ruego humildemente que no digas nada sobre lo que has visto aquí
Inclinó la cabeza levemente, como para reforzar la súplica implícita en aquella petición
Ahora, ocurriéndoseme otra cosa...
Viendo las características del concierto, me parece que llegaría a un momento en el que Aleph comenzaría a preocuparse por dejar en evidencia al resto de sus acompañantes, y, tras dudar durante un rato, se dirigiría a la habitación de Jules para preguntarle, algo avergonzado y con la cara un poco roja... Si tiene algo elegante que dejarle. Algo poco probable, dado su talla, por lo que, en caso de ser la respuesta afirmativa, el modelito le quedará como poco gracioso (Y ajustado) XD
Dime más o menos que responde Jules y qué le da a Aleph para ponerse, si es que le deja algo ;)
Otra cosa: Me acabo de dar cuenta de que hay una pequeña incoherencia en la ficha de Aleph. Por su trasfondo, es más que probable que sepa varios idiomas, ya que ha viajado por el mundo, y me parecería lógico que conociera al menos algún dialecto del Latín, el Arkes, el Ailish y el Yamato. Quizás del Arkes no sabe más que unas cuantas palabras sueltas, pero el Ailish y el Yamato me parecen "idiomas base" para Aleph si nos fijamos en quienes son sus mentores y en donde y con quién ha vivido gran parte de su vida
El problema es que Aleph tiene inteligencia 4. Lo que le deja espacio para un idioma, y da gracias
Decir que estoy dispuesto a cubrir esta carencia con lo que me pidas al subir de nivel, ya sea con el +1 a una característica, o/e invirtiendo los 100 PDs solo para "pagar" dichos idiomas, sin otro beneficio adicional
Perdón por el fallo
El texto en cursiva es el que habla en Yamato, aunque le explica a su compañera mediante la conexión lo que va diciendo de forma resumida