La llevaron a través de pasillos que sin visión le parecieron laberínticos. La sentaron en una silla y reforzaron sus ataduras con cadenas. No era especialmente fuerte, pero ahora era seguro que no podría hacer nada para escapar.
Lo primero que vio cuando le quitaron la venda fue el rostro de Vincent.
-Terminará pronto si cedes -dijo él, inexpresivo.
En su mente aparecieron imágenes casi olvidadas... Ocasiones en las que se habían confortado el uno al otro y se habían dado ánimos. Entonces, Vincent había sido un joven sensible y tímido, aunque humano. Aquellos ojos... aquellos ojos distaban mucho de ser algo mejor que una máquina, un autómata sin mente.
Aquello era en lo que Lucian había intentado convertirla. ¿Era eso lo que deseaba ser?
No tuvo tiempo de contestar, pues Lucian entró y ordenó secamente a su secuaz que saliese de la celda... y que cerrase la puerta.
Que.... qué queréis de mi.
Cabrones.
Celeste no sabía que hacer, estaba muy asustada aunque trataba de no aparentarlo. Gotas de sudor recorrían su frente y su cuello. Y, a pesar de que trataba de cochar sus manos entre ellas, los grilletes se mantenían firmes y no permitían ninguna posibilidad de salida. Estaba allí, a merced de los Siete Círculos.
A merced de Lician.
Si se acerca a mi cara, le escupo. XD
-Bueno, querida, nos hemos quedado solos. Te he echado de menos. Te escapaste cuando estaba a punto de obtener de ti tu máximo potencial. Es una lástima. No tengo todo el tiempo del mundo ahora, pero eso no significa que no haya mucho de qué hablar.
Lucian tomó un taburete y se sentó frente a Celeste, a una distancia algo superior a la de una patada. No era idiota.
-¿Por qué no me cuentas para empezar cómo te enteraste de nuestro objetivo? ¿Investigaste? ¿Descubriste algo sobre Jorosh y los guardianes?
Si me plantáis un "guardián" en la cara, ¿que quieres que haga? Además en una niña pequeña... hay que tener valor.
¿Por qué no me dices lo que habéis hecho con Jules?
No es la primera vez que estamos así Lucian, y lo sabes... resistí a tus torturas, puedo resistir una más.
No lo dijo convencida, y no sonó convencida tampoco. Demasiado miedo en su cuerpo, demasiadas ganas de salir de allí, demasiada....
vuelta al pasado.
-El señor Lázarus ha sido llevado a una celda análoga a esta y será sometido a un proceso similar al tuyo... sólo que, como aún no sabemos el nivel de aguante que tiene, tendremos que torturarlo más y peor que a ti. En tu caso aún recuerdo la medida exacta, pero como soy un caballero voy a permitir que digas lo que debes decir sin que haya tortura de por medio. Charlemos como buenos amigos, ¿de acuerdo?
He respondido tu pregunta, ahora me toca a mí. ¿Dices que te echamos a Sandor encima? ¿Cómo es eso?
Antes de continuar... ¿qué me pasará si hablo?
-Te prometo que no te haré daño. No voy a dejarte salir, al menos no hasta que averigüe un par de cosas que no puedes decirme tú. Cuando haya terminado mi tarea, podrás hacer lo que gustes. Quizá hasta aprecies mi obra... pero de eso ya hablaremos después.
Debo advertirte que puedo discernir en las mentiras tan bien como tú, así que no deberías tratar de engañarme. Habla y serás mi invitada. Calla o miente y serás mi prisionera...
Celeste quedó conforme con la respuesta, al menos, podría librarse de la tortura si hablaba con cautela.
-Supongo que conoces que comparto sangre con Jules, por parte de padre. Y que su padre ha muerte hace poco. Pues bien, quería mi parte de la herencia. Vine aquí, y me encontré con Eli. Cuando desapaceció, esto es, la raptasteis, la buscamos. Y Sandor nos atacó.
¿No es echarme al bicho encima?
-Es decir, no lo invocaste tú. Interesante.
Lucian se acarició la barbilla, pensativo.
-Había pensado que podrías haber sido tú... Pero supongo que tendremos que apuntar a otra persona. Esa tal Eli, ¿es la chica, la hija de Mateo? -El asentimiento de Celeste le llevó a acariciarse la barbilla con más fruición-. ¿Qué más sabes sobre los guardianes? Porque sabes algo, ¿verdad? Os han visto peleando contra Kirian e investigando cosas... Y me consta que tu hermanastro debía de saberlo también. El viejo Jeff le ha contado muchas cosas a Vincent...
O sea... ¿no lo invocasteis vosotros?
Celeste sonaba asustada, sus palabras anteriores habían sido dichas con suavidad, como aceptando la condición que se le había impuesto. Pero estas... sonaron fuertes, raudas.
¿No habían sido ellos? ¿Mateo?
¿No sabéis quién fue? Puede... y solo puede que lo sepa, en ese caso.
-No, no fuimos nosotros. Al menos no el primero... -Lucian sonrió-. ¿Quién pudo ser, según tú?
Mateo, ¿no es obvio? Si hasta lo has dicho tú. ¿La pregunta de que si era hija de Mateo venía por algo no?
Celeste sonó un poco irónica, pero pronto cortó ese tono, no le convenía.
Así que a Kirian sí que lo invocasteis. A través de María, la niña del fuego. ¿Me equivoco?
-Mateo -Lucian se echó a reír-. Mateo está muerto, querida. Y sí, localizamos a la cantante e invocamos el guardián que tenía dentro. Un trabajo magnífico el que hicisteis para derrotarlo, todo ha de ser dicho.
¿Mateo está muerto?¿Cómo eso es imposible? Teníamos que encontrarlo, detenerlo, haced que pagase por sus pecados... ¿y me dices que ha muerto? ¿Quién lo mató?
Celeste dudó, había tirado un farol, ella no quería detenerle, no sabía nada de él, pero ¿y si colaba?
Esto... es una conversación más que un interrogatorio.. me va hasta a caer bien **hasta que lo mate, obviamente**
-Yo mismo asesiné a Mateo. Con mis propias manos. Se desangró frente a mí y después quemamos el cuerpo. Sus pecados... sus pecados ya han sido purgados. Intentamos deshacer lo que hizo, el muy traidor... ¿Así que pensabas que seguía vivo? ¿Por qué?
-Era muy extaña su desaparición. Símplemente no creía posible que pudiera haber muerto. Jules me contó lo de sus poderes, no pensaba que pudiera morir tan fácilmente, además pensaba que tenía algo que ver con todo esto. Pensaba que él... bueno, que fue el el que urdió todo esta trama y que estaba con vosotros.
-Estuvo. Después nos traicionó, tan pronto se hizo con casi toda la armadura. Pero entonces, pese a que pensábamos que tomaría la delantera para invocar a Jorosh él solo, vino a verme. Desarmado. Parecía dispuesto a morir. Me temí que fuese una trampa, pero no fue así. Lo maté, era él. Mateo lleva muerto más de diez años. Cuéntamelo todo. ¿Qué es lo que sabe Jules? ¿Por qué creías que seguía vivo? ¿Cómo sabías sobre nuestra relación con Mateo?
-Jules nos lo contó. Sabe lo que ha pasado, sabía que Mateo estaba con vosotros, que trabajó con vosotros y que tratábais de encontrar la armadura de Kyrie. Que había un demonio dentro, Jorosh. De hecho, el propio Sandor nos dijo ese nombre. Sabe lo de los cuatro guardianes. Y que quedan dos por liberar. ¿Estas seguro de que era él? ¿Conoces la escuela de la ilusión, no es cierto?
Celeste ya no estaba tan asustada, el miedo había dejado paso al odio, pero antes tenía que ganarse su confianza. Y quizá con ella, un lugar donde mejorar sus habilidades e investigaciones mucho más provechoso.
-Qué interesante -dijo Lucian-. Lo tendré en cuenta.
A la pregunta de si era él, el hombre rapado se lo tomó agriamente.
-¿Estás insinuando que no sé hacer mi trabajo? ¡No era una ilusión! ¡No era un homúnculo! ¡Era él!
-Tranquilo... Ya me conoces, ya me conociste... me gusta que la duda no desaparezca hasta que haya plena certeza.
Celeste volvió la cabeza, como recordando el pasado doloroso. No quería mencionarlo, y a la vez quería que recordara lo que estuvo a punto de conseguir con aquella niña. Aunque no quisiera reconocerlo, él era su Maestro.
Alguien llamó a la puerta. Lucian se acercó y dijo algo en voz baja. Luego se volvió hacia Celeste:
-Parece que el señor Lázarus tiene una versión interesante. Debo dejarte un ratito... Hay cosas que tratar. Vincent, ocúpate de ella.
Vincent obedeció y entró. No se sentó, sino que se quedó de pie cerca de la puerta.
-¡Lucien... lo desperté! -Dijo antes de que desapareciera tras el umbral.
-Buena chica. -Esa fue su única respuesta.
Una sonrisa diabólica acudió a la boca de Celeste antes de fijar su atención en Vincent.
-¿Y tú... lo hiciste?-dijo mirando al pelirrojo.
-Fue diferente.
Celeste permaneció callada, mirando a Vincent, esperando una respuesta e implorando que el ocúpate de ella no fuera torturarla, herirla... había confiado en la palabra de Lucien. ¿había errado haciendo eso? Su mente apuntaba a que sí.
Vincent, por su parte, también permaneció callado. No dijo nada hasta que la puerta volvió a abrirse otra vez. Una mujer de pelo rapado y una túnica oscura entró en la habitación:
-Lárgate, Vincent.
Él, solícito, volvió a salir y cerró la puerta tras de sí.
"Pensé que se había acabado. Ahora, ella que habrá estado hablando con Jules, vendrá a contrastar historias. Espero que sea igual de "caballerosa" que Lucien."
Celeste seguía en silencio, mirando de reojo a la nueva chica que había entrado. Su sonrisa había desaparecido, y lo único que quedaba en su cara es el rastro de una temerosa niña que trataba de escapar.
-Lucian se ha tenido que marchar. Tu hermanito le ha contado una cosa interesante. Van a invocar a Dregar. Lo van a invocar y me han dejado a tu cargo. ¿Sabes lo que eso significa? -La mujer levantó las manos y comenzó a acumular zeon-. Que vas a tener que resarcirme por ello, zorra...
Lo siguiente que Celeste sintió fue dolor.