Partida Rol por web

Aleph abrió los ojos de forma súbita

Jorosh. Está despertando

Y en sus palabras no había mentira alguna, pues así lo creía firmemente

Damien iba a contestar a Elías cuando sintieron aquel dolor súbito, aquel pinchazo en el corazón. La tensión fue evidente en las caras de los cinco allí reunidos y Aleph sólo pudo comprobar lo que todos sospechaban.

-No, Fiona, ya no confío en nadie. Demasiadas mentiras durante todos estos días. Nadie me ha dicho toda la verdad. ¿Que quieres que me crea? ¿Que habéis sabido todo el tiempo lo de Jorosh y no habéis hecho nada para impedirlo? ¿Que todo se solucionaría de un modo "mágico"? ¿Con los Siete Círculos fuera actuando?.

-Y ojalá me tuviera comida la cabeza alguien, Elías, así podría actuar sin cuestionarme lo que hago en cada momento. Pero no, trato de que me dejen de utilizar. Porque estoy harto. ¿Donde está realmente Jules?. ¿Te ha dolido mucho hacerte ese rasguño? Porque si te hubieras enfrentado a Jules estarías en el suelo sangrando como un cerdo de la estocada que te hubiera metido. O eres mucho mejor combatiente de lo que me has contado.

-¿Que no hemos hecho nada para impedirlo? -gritó Elías, echando mano al cuello de la camisa de Damien.

-¡Elías, no! -exclamó Fiona interponiéndose entre ambos.

-Mira, niño, puedo comprender tu desconfianza, pero no se te ocurra acusarme de estar conchabado con mi hermano pequeño. Ése cerdo es un bastardo en todos los sentidos. A mí no me conoces, pero... ¿Fiona? ¿Piensas que puede estar metida en el asesinato de toda una ciudad? ¡Menuda lealtad tienes tú!

-Yo también soy una bastarda, Elías, ¿lo has olvidado? -dijo Fiona con ira contenida. Posó su mano sobre la muñeca de su hermano y le obligó a soltar a Damien-. Y si hay una manera de solucionar esto es sólo gracias a que mi padre es Mateo. Si no fuese así y yo no tuviera este poder, ahora todos estaríamos muertos.

La albina miró a Damien con lástima.

-No es el momento de dudar, Damien. Tienes que entender que hemos hipotecado muchas cosas importantes para evitar lo que está a punto de pasar. Lo que está pasando ahora mismo. Nos costó mucho hacernos con el Guardián de la Luz y juramos no utilizarlo a menos que fuese totalmente necesario. No os dijimos nada porque no queríamos que os confiárais. Teníamos que detener las activaciones si era posible, no jugárnoslo todo a la última carta. Pero ha llegado el momento de hacerlo. Alguien tiene que dar su vida por ello. Aleph, tu iniciativa te honra. Si todo sale bien, me ocuparé de que nadie olvide tu nombre.

Ahora hay que ir en busca de donde quiera que esté siendo invocado Jorosh y realizar nuestro ritual. Si nos quedamos aquí discutiendo no tardaremos en morir. Lo notáis, ¿verdad? Os está drenando de vida. No debemos de ser los únicos...

-Marianna hablaba de que para invocar a Jorosh hacía falta un último sacrificio más. Y no hay nada más demoníaco que perturbar la mente de alguien para un sacrificio voluntario en nombre del bien, "De un guardián de la Luz". Otra vez... ¿Cuanta mierda creéis que puedo tragar? Me dais asco. No sé ni quiénes sois.

Damien se apartó unos pasos de Fiona y Elías. Pero sin dejar de cubrir a Junette. Algunas cosas empezaban a encajar en su mente, es posible que al revés pero el resultado de lo que pensaba le llevaba por un camino demasiado oscuro.

-No pienso realizar ningún ritual. Me parece que me habéis mentido todo el tiempo. Y a Aleph, Junette y Celeste también. No se que hay roto en la familia Lázarus, pero me encantaría saberlo. Supongo que es la magia que todo corrompe.

-Si no hacemos algo, morirás. Todos moriremos. Puedes quedarte aquí si no quieres venir, pero que Dios se apiade de tu alma si fallamos por tu culpa. -Fiona se cruzó de brazos y miró hacia otro lado-. Me has decepcionado mucho, Damien...

-Yo haré lo que Damien crea que está bien -afirmó Junette-. Pero... Damien, piénsalo bien. ¿Y si dicen la verdad?

Aleph estaba demasiado confuso. ¿A quién creer en una situación como esa? Estaba dispuesto a darlo todo, sí, pero sólo si con ello contribuía a evitar la tragedia... ¿Y si era justo al revés? Aleph, el guardián de la vida, desencadenando uno de los mayores genocidios que la humanidad hubiera conocido en las últimas décadas. Las dos opciones llevaban a derroteros que no podía soportar. Si se sacrificaba, y luego resultaba ser una traición... ¿Pero y si no lo hacía, y por su culpa Jorosh resurgía de entre las cenizas?

No... Necesito sentarme...

Demasiadas traiciones, demasiados juegos de sombras. Aleph no concebía tanta crueldad y egocentrismo, tantas conspiraciones retorcidas, tantas puñaladas traperas. La familia Lázarus era algo que no podía comprender. Se apoyó en la pared con una mano, sintiendo que desfallecía, pero no llegó a caer. Su mente era una tormenta

Jorosh despierta, Celeste

La hechicera podía sentir como la mente del grandullón era un hervidero de truenos. Aleph estaba al borde del colapso, y sus sentimientos se encontraban a flor de piel, pero eran tan confusos e intensos que ni su compañera podía predecirlos

Elías y Fiona creen tener una última carta para frenarlo. Damien no confía en ellos. No sé que hacer

Aleph se agarraba a un clavo ardiente. Se agarraba a lo único que le quedaba, y quizás ni siquiera eso era cierto. Pero la pregunta no salió de su mente, sino de su alma

¿Qué debo hacer? Oh, Celeste, estoy perdido...

Se repitió el repentino dolor en el pecho y la sensación de debilidad se acrecentó. Como una pulsación, las fuerzas los abandonaban.

-¿Que yo te he decepcionado? Más bien al revés. Pero no me importa, a quien no tengo que decepcionar es a mi mismo, y lo haría permitiendo que matarais a alguien para activar otro guardián. No eres la persona que conocí todos estos años Fiona, no era más que una fachada que ponías. Ahora sale a la luz la verdad. Por supuesto en el último momento y por supuesto pidiendo un sacrificio.

Se volvió hacia Aleph y Junette: -¿Es que no lo veis? Es lo mismo que pretenden los cultistas, sacrificio tras sacrificio, vida tras vida, Jorosh se alza cuando se derrama sangre. ¿Vais a derramar más? ¿Vais a derramar la vuestra?.

Ahora miró a Fiona y Elías. -Puedo aceptar algo intermedio, llevadnos donde están invocando a Jorosh, si es que lo sabéis, como habéis dado a entender, detengámosles.

Sus ojos se encontraron con los de Elías, sabía que el hermano mayor Lázarus les estaba mintiendo a todos, pero no podía demostrarlo. Todavía.

-Si vamos a ir, debemos hacerlo ya -dijo Elías apretándose el pecho-. Fiona puede buscarlo. Ella siente mejor que yo estas cosas. ¿Vamos, Fi?

El primogénito de los Lázarus miraba a Damien con gran desconfianza.

-Sí... vámonos -dijo la mujer mirando a Damien muy decepcionada.