Partida Rol por web

Más allá del mar, más allá del Viejo Continente, Celeste miraba hacia el otro lado. Percibía aún una pequeña porción del hilo que la unía a Aleph. Sabía que había sobrevivido. Sabía que habían vencido, ya que Jorosh no se había manifestado en el mundo. No podía saber si había muerto alguien más, pero su amor vivía.

Y eso ya era algo.

Había pasado los últimos meses en una aldea de pescadores en el Nuevo Continente, dejando pasar el tiempo. Todavía no había tomado una decisión sobre lo que hacer con su vida. Sin Aleph, no tenía a nadie que la guiara. Podía recuperar el tiempo perdido y reconciliarse con su amiga la ciencia, pero tendría que empezar de cero.

Bien, siempre se puede empezar de cero mientras estés vivo.

El sol se ponía a su espalda, pero el calor del verano tardío haría de aquella noche sofocante. El agua estaba en calma y bailaba entre las rocas y el los botes del muelle agradablemente. Celeste sintió una patada en el vientre hinchado. Ese pequeño demonio iba a ser fuerte, como su padre.