-Entonces ya están todas las cartas sobre la mesa.
El ángel peliazul desplegó las alas y voló hasta la puerta, tratando de cerrarla. Al menos no los pillarían por sorpresa.
-Mierda... si sólo hubieras esperado un día más, mi ayuda podría haber sido muchísimo más útil. Pero bueno, ya está lanzado el órdago. Supongo que sólo queda ver sus cartas.
A la vuelta, Celeste pasó ojeando los cadáveres de los acólitos. Si alguno tenía un cuchillo, o algo afilado, podría usarlo... aunque fuera anecdótico.
Cuando la iglesia estaba llena de un resplandor morado oscuro, Celeste recibió un mensaje entrecortado. Era Aleph.
Jules está... nvocar a Jor... Esta... a mansión. Fiona... s parecen disp... trar un nuevo s... o que pod... la situación.
Celeste se concentró en desencriptar el mensaje cifrado que le había llegado de Aleph. Pero no tardó en decírselo a Jules.
-Hermano, Aleph trata de comunicarse conmigo, pero siento interferencias. ¿Puede ser por lo que estás haciendo? De todas maneras, creo que Fiona y Elías tienen una idea, están en la mansión y quieren hacer algo, pero no lo he entendido bien.
Y, trató de comunicarse con Jules usando el enlace, quizá siguiera activo, y podrían hablar por ese método, negando la posibilidad a los salvadores de entender sus estrategias.
-¿Me escuchas?
Y después habló en alto.
¿Sigues escuchando lo que te trasmito?
Alto y claro. ¿Y tú a mí?
No sé si lo que hago te provoca interferencias. Quizá es que al estar aquí encerrados física y místicamente no puedes comunicarte con el exterior.
Jules dejó su posición en el altar y dio unos pasos hacia el centro de la catedral. Más allá de los bancos se había formado un círculo de oscuridad y niebla.
Ya está empezando.
-Me importa más lo de místicamente, la separación física no es un problema para esta habilidad, como tú mismo comprobaste cuando contactabas conmigo. Pero...
Celeste se estremeció cuando miró al lugar donde estaba comenzando a aparecer el demonio. Su corazón se encogió, y no pudo más que elevarse aleteando un par de metros, sorprendida.
-Jules, tengo miedo. ¿Tendría que tenerlo?
¿A la muerte de quién? ¿La tuya? ¿O la de Aleph?
Aleph está muerto para mí, sólo quedan meros trámites.
Calló mientras sentía su corazón encogerse y expulsar la imagen del gigante de él. Una pequeña lágrima surgió de su ojo derecho, que se apresuró a retirar.
Hablo de mí misma.
Concretó.
Nunca antes había estado delante de nada tan poderoso... y tan fuera de mi control. El no dominar mi entorno me aterra.
No hay por qué preocuparse. Tengo fe en que todo saldrá bien.
-¿Sólo fe?
Celeste comenzó a volar por la catedral subiendo cada vez más alto.
-Necesito algo más firme a lo que agarrarme. Dime, Jules, ahora que ya ha empezado. ¿Tengo que protegerte? ¿O el ritual seguirá su curso si caes?
Preocúpate por ti. Yo tengo mis propios medios para protegerme. Y no voy a caer, así que no hay motivo para preguntar eso.
Escucha. Quería agradecerte que estés aquí. La verdad es que me he pasado solo toda mi vida y hasta ahora no había podido contarle esto a nadie. Gracias.
Tarde o temprano acabas encontrando a alguien.
Aleph
Puede que más tarde que temprano.
Aleph
El ángel apartó esos sentimientos. La había traicionado de una manera horrible, no había dudas. No las había. Estaba segura. Aleph ya era parte de su pasado, también había querido mucho a su madre, y la había abandonado en una esquina de una transitada calle de Arkángel. No puedes confiar en nadie.
Supongo que es el destino Jules. Si no fuera por tí, yo nunca hubiera venido a este lugar. Tú me trajiste y me acogiste en tu hogar. Todo lo que nos ha pasado me ha hecho abrir los ojos. Ahora veo mucho mejor de lo que nunca lo había hecho.
Sonrió, y trasmitió una pequeña broma a través del enlace.
Una pena que no te interesen las mujeres.
Jor... ...rta, Celeste
La hechicera podía sentir como la mente del grandullón era un hervidero de truenos. Aleph estaba al borde del colapso, y sus sentimientos se encontraban a flor de piel, pero eran tan confusos e intensos que ni su compañera podía predecirlos
...s y Fiona cre... er una ...ima car... renarlo. Damien n... nfía en el... . No s... e hac...
¿Qué d... cer? Oh, ...ste, es... dido...
Ignoró completamente los intentos de su compañero por establecer contacto. Aunque no sin tratar de desencriptar la información. Si Aleph aún pensaba que estaba de su lado, sería mucho mejor para Jules y ella.
Y su vengaza sería mucho más sabrosa.
Celeste sonrió, mientras sentía el poder desatado que Jules estaba liberando.