Damien abrió mucho los ojos ante la demostración de fuerza de Aleph, lanzando un suspiro de alivio al ver cómo la bestia desaparecía. Alivio y sorpresa, por supuesto, porque de no ser por la adrenalina que corría por su cuerpo ahora mismo tendría la mandíbula en el suelo de tanto abrirla. Estaba bastante más recuperado del veneno y pudo pensar con un poco más de claridad. Las palabras de Jules le parecían totalmente lógicas.
- Entonces... ¿A dónde vamos? Creo que podrían estar en uno de los pisos inferiores o superiores, pero me decantaría por los inferiores, no sé, es lo primero que se me ha venido a la cabeza... ¡Maldita sea! -
Jules escuchó a su prima y asintió.
-Tienes razón. Ocupaos vosotros de peinar la casa y yo hablaré con los criados y averiguaré lo que saben. Ya les he preguntado por Elisabeth y no me han dicho nada de interés. Volveré a hablar con ellos.
El burgués dejó la espada sobre la mesa y se fue a hablar con el servicio otra vez.
Aleph negó con la cabeza cuando Junette se ofreció a llevar a Celeste
Confío en ti, Junette, pero prefiero llevarla yo. Si hay una batalla, la dejaré a tu custodia mientras combato
Acto seguido observó como Jules les dejaba a los cuatro solos, y se giró hacia Damien, tomando la iniciativa
Miremos primero esta planta. Luego podremos bajar al sótano, o subir arriba. Vamos
Acto seguido se giró hacia el pasillo, y se acercó a la primera puerta cerrada que encontró
La idea es peinar toda la planta en la que estamos (la planta baja, supongo). Cualquier detalle es importante, cualquier pista, agradecida. Aún así, Aleph no tiene pensado tomarse demasiado tiempo para investigar: Solo vistazos rápidos, por si hay algo aún a la vista. Ya habrá tiempo de mirar más en detalle ;)
Si mis compañeros quieren, por mí puedes hacer un fundido en negro mientras que buscamos por toda la casa
Aleph había tenido una idea
¿Celeste... Puedes separarte de tu cuerpo lo suficiente como para subir al piso superior? Supongo que tu alma podrá atravesar paredes... ¿No? Así buscaríamos el doble de rápido: Nosotros en la planta de debajo, y tú justo encima nuestra, en la planta superior
Gracias cariño. Aunque tengo que decirte algo más. He sentido las fuentes de vida dentro de la casa, y los resultados son desconcertantes. He encontrado fuentes en la zona de la cocina y el servicio, supongo que serán personas asustadas, aunque un par parece escondido bajo el escritorio del despacho de Jules eso es lo que más me desconcierta, si no te importa vamos para allá. Arriba no hay nadie, o es lo suficientemente poderoso como para esconderse de mis poderes.
Celeste trasmitió la situación a Aleph, como también pensaba hacer con Jules. Sería un dato importante saber donde había alguien o donde no.
He sentido las fuentes de vida dentro de la casa, y los resultados son desconcertantes. He encontrado fuentes en la zona de la cocina y el servicio, supongo que serán personas asustadas, aunque un par parece escondido bajo el escritorio del tu despacho, eso es lo que más me desconcierta, si no te importa Aleph y yo vamos para allá. Arriba no hay nadie, o es lo suficientemente poderoso como para esconderse de mis poderes.
Celeste trasmitió la situación a Jules, como también pensaba hacer con Aleph. Sería un dato importante saber donde había alguien o donde no. El mensaje era claramente similar, pues los dos canales se iluminaron al unísono. Lo único que faltaba en este eran los apelativos cariñosos a su compañero.
Post copypasteado casi.
De acuerdo. En ese caso, intenta ir mirando dentro de las habitaciones antes de que entremos. Así nos evitaremos sorpresas inesperadas
Acto seguido intentó guiar al grupo al despacho de Jules
Mientras peinaban la zona, encontraron en el despacho de Jules a una de las doncellas abrazada a su hija pequeña, escondidas bajo el escritorio del señor. Parecían muy asustadas y temerosas.
Jules entró casi al mismo tiempo y se dirigió a ellas con voz severa:
-Margaret, está prohibido entrar a mi despacho cuando yo no estoy y lo sabes. Salid de aquí.
La doncella y la niña se marcharon con la cabeza baja, mientras Jules miraba que los papeles sobre el escritorio siguiesen en orden.
El resto de la casa, tanto la planta baja como las dos superiores, no escondía a nadie extraño a la mansión. Elisabeth tampoco se encontraba allí. La mayor parte de los criados estaba abajo, aún recuperándose del shock y amortajando a sus muertos. Jules había decidido no avisar aún a la guardia para dar parte del suceso, aunque se había empeñado en decir que había sido un perro salvaje y no una bestia mágica que desaparecía al morir.
Mientras el grupo se reunía de nuevo en el comedor, los vigilantes de la mansión volvieron muy excitados.
-¡Señor! Hemos encontrado un rastro. -Uno de los guardias se adelantó y mostró uno de los botones de nácar del vestido de Elisabeth-. Estaba a quince minutos de aquí. Los vecinos dicen que han visto pasar a un grupo de personas con un bulto al hombro, y que han entrado en la antigua iglesia.
Jules ni siquiera se enfadó porque hubiesen contradecido sus órdenes de guardas silencio. Con la esperanza pintada en el rostro se volvió a sus huéspedes.
-Quizá estén allí. Damien, las armas. Aleph, quizá si Celeste no se encuentra todavía dispuesta sea mejor dejarla aquí al cuidado de Junette y de los criados. Pero quiero que sepas que por mucho que no te gusten los enfrentamientos, estoy dispuesto a entrar a sangre y a fuego en esa iglesia para recuperar a Elisabeth.
Don't You Know? You never split the party (8)
Jules tiene razón. En este estado, corres peligro, y tampoco quiero que vayas a ese lugar. Podría ser una trampa
Aleph asintió
Si hay que luchar, lucharé por Elisabeth. De todos los presentes, ella es la que menos culpa tiene
Acto seguido se acercó a Junette, y dejó a Celeste en el suelo con delicadeza, frente a ella, mientras la miraba a los ojos
Por favor, protégerla hasta que despierte. Si quiere venir a la iglesia, impídeselo. Va a ser muy peligroso
Por último, se giró hacia Damien. Sabía que poco podía hacer para convencer a Jules, quién removería cielo y tierra para encontrar a la chica, pero el joven era otra historia
Damien, no tienes porque venir si no quieres. Quizás sea una trampa, y si los que la han raptado han hecho esto, no me atrevo a decir lo que serán capaces de hacer en combate. Será muy peligroso
Se cruzó de brazos, esperando la respuesta del chico. El tiempo apremiaba, y tenían que darse prisa, pero quería que todos fueran conscientes de a lo que se enfrentaban. Habría avisado también a los soldados de Jules, que probablemente también vendrían con ellos, pero eso habría estado fuera de lugar: Jules les pagaba, y quizás incluso se sentía ofendido
No sé exactamente hasta dónde llega tu poder, pero creo que es muy lejos. No quiero ponerte en peligro, pero te necesito. ¿No puedes revertir lo que has hecho y venir con nosotros?
El hijo del barón Goldman negó con la cabeza, con expresión resuelta. Quizás Jules o Aleph no pensaran igual, pero él sentía la misma responsabilidad de ayudar a Elisabeth que el resto. - Yo voy con vosotros. Quizás no sea tan bueno peleando como Jules o como tú, pero no puedo dejaros solos contra ellos, aunque sea para molestarles estaréis mucho mejor conmigo que sin mi. Me encargaré de recoger las armas, Jules. ¡Dadme un minuto! -
Damien le dió su espada larga a Jules para que la guardara en el despacho y salió corriendo en dirección a las habitaciones para coger su estoque y el del Lázarus.
Sabía valorar la valentía, y ese joven la tenía. Asintió ante su resolución, y no dijo nada más: Damien iría con ellos
Bien. Voy a por mis armas
Acto seguido corrió hacia su habitación para coger el Ram Dao, y volvió todo lo rápido que pudo. El gran espadón colgaba de su espalda, preparado para ser utilizado cuando fuera necesario
Es hora de sacar "la artillería" :)
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Junette, que habia estado pensativa desde que la gran bestia desapareciese, noto como la aprension le crecia en el pecho. Lo que habian contado los guardias tenia toda la pinta de ser una trampa. Era demasiado... como decirlo... despues de una entrada tan perfecta en la casa, sin que nadie les viese, dejar una pista y ser vistos llevando algo tan sospechoso como un bulto era... sonaba demasiado a un error de principiante para que realmente fuese casual.
O a lo mejor lo era. Aunque no lo mostrase por fuera, Junette estaba tan nerviosa o mas que Jules, y quizas estaba empezando a ver fantasmas en todas partes. Le tenia mucho cariño a la pequeña, y en cierto modo se sentia responsable de proteger esa inocencia suya. Aunque solo fuera para que no lo pasase tan mal como lo paso ella en su momento. El mundo era un lugar inclemente, pero precisamente por eso era tanto mas importante que hubiese gente que intentase proteger la poca inocencia que quedaba.
Cuando Aleph dejo en el suelo a Celeste, Junette se apresuro a coger un cojin de un sofa cercano y rapidamente se arrodillo en el suelo junto a ella, poniendoselo debajo de la nuca. Levanto la cabeza cuando el enorme alberiense se dirigio a ella, y parecio a punto de protestar cuando le pidio que impidiese a Celeste ir a la iglesia. Celeste parecia decidida y cabezota, mientras que ella era mas bien timida. Como iba a impedirselo si realmente se lo proponia?
Sin embargo, al mirar a los ojos del hombre, decidio callarse. Habia muchos sentimientos encontrados ahi. Sabia perfectamente que no queria separarse de Celeste, que probablemente fuese doloroso para el hacerlo, y que no le habia pedido nada trivial. En el fondo de su mirada se leia lo mucho que significaba la seguridad de la chica de pelo azul para el, como lo habia hecho antes en sus gestos y acciones.
Cuidaria de Celeste, y si se empeñaba en ir, tendria que ocurrirsele algo para detenerla. Lo que fuera. A las malas, creia que quizas los criados la obedecerian si apelaba a la autoridad de Jules. Lo hiciese como lo hiciese, cumpliria al pie de la letra lo que Aleph le pedia. El se encaminaba hacia un peligro enorme, y ya que ella no le podia ayudar ahi, libraria aqui su propia batalla. Era lo menos que le debia por haberles salvado, de modo que se limito a asentir con gesto solemene, aunque los nervios todavia brillaban en el fondo de sus propios ojos gris.
Lo hare. Por favor, ten mucho cuidado. Tenedlo todos- añadio, mirando a Damien y a Jules, especialmente a Jules. Jules, se que estas preocupado por Elisabeth, pero te lo suplico, no te precipites y no decidas con el corazon en vez de con la cabeza. Fue lo primero que me enseñaste al traerme aqui, asi que por favor recuerdalo.
Celeste había dejado hace un rato de verificar la existencia de fuentes de vida en la casa. Al fin y al cabo parecía que nadie de los que detectaba estaba en un lugar realmente sospechoso. Así que, sin decir demasiado. Y cuando escuchó las palabras de Jules, y las de Aleph, su alma volvió a su cuerpo. Su andar era bastante rápido, pues al fin y al cabo no se cansaba de moverse en esa forma. Su anterior hechizo ya le había dejado un estigma en su aliento, siendo un conjuro demasiado poderoso para poder lanzarlo sin consecuencias.
El hilo que interconectaba a la extraña pareja brilló de nuevo.
No me vas a dejar aquí y lo sabes. Soy capaz de luchar contra Junette si me lo impide. Cariño, ahí hay un gran poder oscuro, y no vas a ir solo. Lo siento está decidido.
La chica del pelo azul abrió los ojos de repente. Si la situación hubiera sido distinta hubiera continuado con la mascarada pero el tiempo apremiaba y no iba a ser ella la que retrasara a los demás. Notó que bajo su cabeza había un acolchado cojín, y que ante sus ojos aparecía la bella figura de Junette. Pero, ignorando a esta última, abrió la boca, sin el menor signo de mareo o enfermedad y habló alto y claro.
-Jules, iré con vosotros, ya estoy con plenas facultades.
Ante la casi segura cara de asombro de Damien y Junette dijo sin más:
-No preguntéis.
Y se dispuso a seguir a sus compañeros. Sabía que en la iglesia había un peligro mayor del que se veía a simple vista, al menos esa sensación estranguladora se lo había dicho. Pero no importaba, tenía que seguir a Aleph. Y además Jules se lo había pedido expresamente, no era momento de estropear su relación.
-De acuerdo. Vamos.
Jules sonrió. Guardó en la vaina la espada y se encaminó hacia la salida, mientras el resto lo acompañaba.
Doy por hecho que Junette se queda, pero si no es así, dímelo y te incluyo en la siguiente escena.