Si mi acompañante no se llega a dar cuenta, jamás hubiese visto aquella pequeña fuga en nuestro "bote salvavidas". No hizo falta que ninguno dijese nada para comenzar a buscar algo para sellar aquella pequeña fuga. Comencé a mirar si había algo útil en aquella cápsula de rescate, hasta que pasé mi vista por la ventana y vi nuevamente aquella hermosa luz de aquella estrella enana roja. - Debería pensar un nombre para mi planeta. - Dije en voz alta, llevando mi mano al mineral que tenía colgado del cuello y acariciándolo con la yema de mis dedos.

Debía ser un nombre especial, inolvidable. Algo que quedase vinculado a mí como su descubridor, que no cayese en el olvido. Y no, no quería usar el nombre de mi familia ni el título que rechacé hace años. Winwood era la "marca" familiar. No, ese no serviría. Y Daniel era un nombre de persona, no de planeta, aunque Daniel II no sonaba tan raro...

Y así, perdido en mis pensamientos, me olvidé por completo de la búsqueda y de la pequeña fuga de aire.

-La nave klingon decidió impactar contra nosotros. Impactaron contra las cubiertas superiores provocando varias brechas en el el casco. Me quedé inconsciente por la descomprensión y desperté aquí. He visto morir a una vulcana por ese impacto así que de momento puedo decir que tengo suerte. -Informó al tripulante de la Excalibur mientras comprobaba todo. Pero le escamó una extraña presión en el oido acompañada por un pequeño sonido silibante.

-Eso puede esperar señor... no rucuerdo su nombre. Me llamo Karl, Karl Newton. Tenemos una fuga de aire. Hay que buscar algo para taparla. -Trató de buscar algo pero su mente le distraía pensando en por qué le habrían dejado en la cápsula de escape con alguien que no estaba en el puente. Aun había espacio para más tripulantes si habían hecho una evacuación completa.

La desesperante búsqueda es tan infructuosa como podría ser. Lo peor de todo es la perdida de valioso tiempo que debía ser empleado si ambos hubieran prestado un poco de atención.

Daniel sin saber muy bien como y porqué tiene un calzado. Un calzado de servicio, parte de un uniforme. Uno para el pie izquierdo. Nada más.

Karl por mucho que busca solo encuentra cajas y material diseminado por la capsula, la cual parece haber sufrido algún que otro movimiento brusco. El suficiente para que todo ese material acabase esparcido en el suelo y lejos de sus contenedores y arneses.

Lo peor de todo es el ligero mareo que comienzan a sufrir ambos, producto de la lenta descompresión.

El oficial de comunicaciones trató de buscar herramientas, un autosellador o algo así. Pero era en vano y cada vez se encontraba peor, perdida de presión le comenzaba a afectar. -No me encuentro muy bien. -Dijo mientras un importante dolor de cabeza le comenzaba a acompañar y sabía que no era bueno.

-Si no encontramos algo ya debemos aumentar la producción del soporte vital al máximo.... Nos debería dar más tiempo. -Dijo apoyándose un momento en uno de los mamparos. Era mejor perder hasta una semana de supervivencia allí dentro si no iban a aguantar más que unos minutos por la perdida de presión.

Aquel hombre comenzó a contarme una extraña historia donde una nave klingon se estrellaba contra la suya. La verdad es que estaba tan absorto en mis pensamientos, o más bien en que nombre ponerle a mi planeta, que no le hice caso. Lo habitual en mí.

- Winwood. Daniel... Winwood. - Dije en voz alta, tras que aquel hombre se presentase. Solo que yo dije mi nombre en alto para ver como sonaría como nombre para el planeta. - Winwood II suena mejor... ¿perdón? - Miré al hombre preocupado por su comentario sobre su estado. Tan absorto estaba en mis cosas que no me había dado cuenta de que no me encontraba tampoco demasiado bien. - Yo tampoco me encuentro nada bien... quizás sea la... la fuga de aire... necesitaré su ayuda para arreglarla. - Le dije al hombre mirando los paneles que nos rodeaban.

Golpeé algunos de ellos con los nudillos. - ¡Este! - Dije al tiempo que, con un poco de maña, logré quitarlo de la pared. En el un pequeño laberinto de cables serpenteaban sin orden aparente. - Veamos... el de la iluminación debería ser... - Tiré de algunos de ellos con suavidad. - Este es perfecto. - Comencé a tirar de el cable con cuidado. Necesitaba tener todo el posible a mi disposición, pero sin que este se desconectase de ningún sitio. Luego comencé a juntarlo todo, como si hiciese una madeja con él y entonces me quité aquel zapato izquierdo que llevaba puesto.

- ¿Podría...? ¿Podría alcanzármelo? - Pregunté a Karl mientras literalmente apretaba aquellos cables, tratando de que se creasen microfracturas en su interior. Algo que harían que aquel cableado se calentase antes. - Necesitaré tambien un pedazo de tela. Con un pedazo de su uniforme será suficiente.

- Bueno... no dije que el proceso fuese rápido. - Le indiqué al hombre al ver como me miraba. - El cable tiene que calentarse lo suficiente como para que deshaga la goma de... ¡ay! - Exclamé de golpe. - ¡Quema! - Me llevé el dedo quemado a la boca con la intención de apaliar el dolor.

- Deme el zapato. - Le pedí Karl con la mano extendida. - Ahora deberá conseguir rasgar ese trozo de tela y recoger el plástico deshecho que se desprenda del calzado. No es difícil, ¿verdad?  ¿Cree que lo podrá hacer? ... Bien... eso está bien. - No estaba acostumbrado a trabajar con ayuda. Normalmente todos los que me destinan acaban huyendo de mi lado. Habían quejas sobre que les infravaloraba, les trataba como niños o que les ignoraba por completo... entre otras muchas. - Bien, bien, con eso es suficiente. Deme la tela y sostenga esto. - Le di el zapato, el cual ya no servía de mucho. - Controle esos cables... podríamos salir ardiendo. Si los estira nos irá mejor.

Con la tela y la goma se la suela del zapato aún deshecha en ella, me moví hasta el lugar donde Karl me indicó que estaba la fuga de aire. Restregué ejerciendo presión la tela sobre la zona indicada, con la intención de que parte de la goma ahora mismo casi líquida, se colase por aquel agujero. Luego presioné con fuerza dejando la tela quieta, para que agarrase a la estructura. Cuando sentí que el calor se iba esfumando solté con cuidado la tela. - Ya está. Eso debería aguantar al menos... unos meses. Quizás años. - Miré al hombre. - ¿Qué hace con ese zapato en la mano? - Le pregunté como si fuese la primera vez que le veía así

El silbido por la fuga de aire se detiene cuando el descabellado plan de Daniel parece funcionar, al menos de momento. El maloliente mazacote derretido por el calor de los cables es succionado por el micro-agujero hasta que la saciedad cumple su cuota y el sello parece aguantar.

La solución tiene un saldo que contemplar. El tiempo de soporte vitar se redujo a la mitad y la temperatura bajó abruptamente en los últimos minutos hasta casi cero grados. En consecuencia de ello los cristales de hielo se agolpan en la única ventana disponible al exterior y la respiración de ambos genera sendas lineas de vapor.

Ayudó como pudo a aquel extraño tipo en parte le recordaba al jefe de ingenieros de la Excalibur pero a diferencia de este, a pesar de sus rarezas, parecía educado. Al menos habían evitado el problema más inmediato, la calefacción debería recuperar la temperatura poco a poco solo debían tener cuidado con la condensación. Ignoró el comentario sobre el zapato soltándolo era mejor que se mantuvieran activos.

-Muy buen trabajo Winwood, ahora hay que tratar que nos encuentren. Y que esa calefacción funcione bien. -Se acercó a la baliza y trató de configurarla con los protocolos de comunicación que había dado a las lanzaderas e intentar contactar con ellas. Mientras trabajaba se volvió hacia el tripulante. -Por cierto, estaba ocupado en ese momento pero hizo un gran trabajo sacando datos de este sistema en la Zeskhan.
 

Ir vestido como un verdadero gladiador romano, tenía sus ventajas en los lugares cálidos. Sobre todo aquella especie de falda de cuero, por la cual el aire se colaba y me refrescaba con las altas temperaturas. Pero estar a casi cero grados así vestido no era tan divertido.

- Gra-gracias. - Dije tras las palabras de aquel hombre, temblando un poco bastante por aquel intenso frío que se había apoderado de la lanzadera. - L-lástima q-que no usasen la idea d-de la explosión n-nuclear controlada. M-me hubiese en-encatado hacer los c-cálculos y verla.

- ¿Sabe? N-no, no se si s-seré capaz d-de arreglarla... N-no si no c-consigo e-entrar en calor pr-pronto. S-se me c-congelan las i-ideas. - Temblaba de frío y podía ver claramente el vapor que generaba al hablar. - Quizás s-solo sea p-por la de-despreurización s-sufrida por la f-fuga.

Comencé a buscar algo con que cubrirme, friccionando mis manos entre sí. - M-me pondría a s-saltar, p-pero debemos ahorrar a-aire. A-al menos hasta que s-se estabilice... - Añadí frotando mis brazos con mis manos, buscando calentar mi cuerpo sin moverme demasiado. - Espero q-que nos r-rescaten ante de m-morir con-congelados.

Entre las cajas que contienen el material de supervivencia encuentran alguna chaqueta un poco más gruesa y por ende abrigada. Aunque el frio cala en los huesos ahora no es tan evidente como instantes atrás.

Karl intenta configurar la boya de emergencia pero el ambiente gélido le juega una mala pasada con el delicado instrumental de la boya. Por el momento solo puede activarla en las frecuencias estándar de la flota estelar y nada más.

Un punto a favor es la lenta recuperación de la atmosfera. Lo cual es evidente cuando el malestar desaparece poco a poco aunque el frio persiste por el momento.

Cerca de la posición de la capsula ambos pueden observar un fragmento de casco a la deriva. El trozo de metal, del tamaño de una puerta simple, se aleja en dirección opuesta al curso actual de la capsula.

Para mi inmensa fortuna y alegría, encontré en unas cajas de supervivencia una chaqueta, gruesa y abrigadita, que ponerme sobre aquella armadura de cuero. El calor que me proporcionó me hizo recuperar la esperanza de salir vivos de aquella. Me quedo tranquilo en un rincón que se me antoja algo más cálido, encogido, tratando de recuperar la temperatura normal de mis pies o cuando menos, que dejen de estar helados.

Me alivia volver a sentirme mejor, aunque siga estando helado, se que todo se irá estabilizando y volverá a la normalidad en unos minutos. Minutos que sin duda se convertirán en horas. Observé a Karl con el panel de control. - Quizás debería esperar a que sus dedos dejen de estar helados y casi ríg... - La visión del fragmento de una nave a la deriva, me hace guardar silencio. - Si eso es de su nave... creo que estamos jodidos. - Le indiqué al hombre. - En cuanto entre un poco más en calor, le ayudaré con lo que sea que esté haciendo ahí.

Maldijo para si mismo, se sentía patoso y cansado. Quería volver a la Franklin pero para meterse en su pequeño camarote y dormir un buen rato. Se arrebujó en su cazadora, ya que no había tenido tiempo de cambiarse al uniforme y casi era mejor dada la situación. En el peor de los casos le quitaría la tapicería a uno de los asientos y se la echaría por encima.

-Si consigo tener esto en marcha con suerte nos sacarán de aquí pronto. Con mala suerte sabremos que ha pasado antes de que nos olviden. -Con una suerte horrenda los klingon habrían recuperado las comunicaciones y serían los que les interceptarían. -Y toda ayuda es bienvenida. -Dado que Winwood mantenía la cordialidad, Karl era feliz manteniendola. Podrían morir pero al menos sería en un ambiente agradable.

Varios minutos después los escombros espaciales son acompañados por una nave a la deriva. El crucero klingon lentamente llega hasta ustedes en curso de colisión. Si es que los objetos a la deriva pueden colisionar…

El navío de batalla D5 tiene una apariencia deplorable. Una de sus barquillas tiene daños irreversibles y pierde plasma poco a poco, algunas brechas en el casco exterior evidencian el ataque por sorpresa de la Franklin, el cual les dio la ventaja inicial. Aunque lo mas evidente es el daño frontal, producto de la embestida casi suicida.

A simple vista la nave parece abandonada y sin energía. Uno de sus laterales de la D5 contiene un muelle de acoplamiento aun intacto.

Cuando parecía que todo se iba tranquilizando y tan solo nos quedaba esperar a que la muerte nos llevase lentamente nos rescatasen, una enorme nave klingon comenzó a hacerse cada vez más grande. Mis ojos se abrieron como platos y soltaba un agudo gritito de terror, mientras que veía como aquella nave venía hacia nosotros.

No eran amigos y su estado lamentable indicaba que estaba vagando a la deriva por el espacio. Hice cálculos mentales, tratando de sacar las posibilidades de que algo así ocurriese, que una cápsula de escape fuese arrasada por una nave sin pilotar, sin vida.

- 0,0000019% de posibilidades de que algo similar a esto ocurra en todo el universo. Si incluyo las variables como que sea una cápsula de la Federación frente a una nave Klingon... - Me quedé ausente unos segundos pensando en aquellos datos. - Es un porcentaje tan irrisorio que casi sería imposible que ocurriese. - Dije al fin, saliendo de aquella especie de trance pensativo.

- Ok, ¿sabe? No quiero ser el casi de esa probabilidad. ¿Hay alguna manera de pilotar esta cosa? - Pregunté con calma, para luego lanzarme a la zona donde Karl había estado tocando antes, con la esperanza de que aquella cápsula se pudiese pilotar. Entonces miré nuevamente por el ventanal y lo ví. - Parece que aquella parte está intacta. - Señalé la nave klingon. - Si pudíesemos acloparnos a ella... al menos no chocaríamos.

Era una locura, pero... mi vida era un compendio de ellas. O al menos eso decían mis padres de mí.

Miró con preocupación la nave klingon acercándose y maldijo para si. -Las capsulas tienen unos impulsores mínimos, pero si se acercan a nosotros nos han hecho buena parte del trabajo. -No creía que les hubieran encontrado por la baliza, sabía que les habían machacado las comunicaciones, pero quizás tuvieran sensores.

-Puede que acoplarse no sea el problema sino lo que ocurra después. Usted ya ha estado en esa nave, es la que les capturó y les vendió como esclavos. Nos falta armamento para enfrentarnos a ellos y a corta distancia un klingon es... simplemente temible. Si vamos ahí tendremos que tratar escondernos y armarnos lo antes posible. Tomar ingeniería y mandarlos a todos al espacio. -Había tantas cosas que podían salir mal en un plan como ese, porque lo más probable era que los capturaran según se acoplaran pero siendo el oficial superior en aquel lugar debía dar algún tipo de esperanza a su mínima tripulación.

- No veo que nadie venga a nuestro rescate y vagar por el espacio hasta que muramos por falta de alimento o frío... Si sabe pilotar esto, adelante. - Dije convencido. - Si no, intentaré hacerlo yo.

Sabía que íbamos directos al mismísimo infierno, pero quizás esa era nuestra única opción, puesto que nadie se había puesto en contacto con nosotros desde que Karl envió aquel mensaje de socorro.

-Muy bien pues allá vamos Daniel, directos a la boca del lobo. -Terminó con un pequeño suspiro. Aun era pronto para saber si les buscaban pero si la nave klingon se movía no era un buen indicativo. Karl recuperó los controles y comenzó a utilizar los pequeños impulsores para acercarse al muelle de acoplamiento. La pequeña cápsula parecía responder bien y les acercaba a la nave. A Newton no le gustaban los klingon y al parecer se iba a hartar.