Partida Rol por web

Aún medio conmocionado por el arrebato de Erodel, Jarik escucha a su hermana... Una idea aparece en su cabeza d improvisto

-Un charlatán... Cómo lo es Gibbs? Un flautista... ¿Cómo el muchacho de la plaza?
 

Lyria escuchó a Jarik, que últimamente estaba muy callado, relacionar a Gibs con "El Padre Charlatán-Sefick Corvin". Pues claro!, pensó, se le había pasado, ..., quizá Gibs fuese otra víctima del macabro juego de dominación por parte de los fantasmas de la antigua prisión de Ranvengro. Pero cómo ejercían tal dominación? Elegían a sus víctimas basándose en algún parámetro o era simple coincidencia? Lyria se adelantó y comentó al resto de sus hermanos:

- Parece que los fantasmas de antiguos maleantes, de muy mala calaña, han vuelto para atormentar a las pobres gentes de Ravengro. Parece que todos los caminos apuntan inexorablemente a las ruinas de Ravengro, y parece que más pronto, que no tarde, vamos a tener que realizar una visita a dichas ruinas. Por lo tanto, creo que la opción más lógica sería ir primero a la susodicha cripta, ya que vamos a necesitar de toda ayuda que nos permita defendernos de los supuestos seres de ultratumba.

Lyria hizo una pausa, y añadió:

- No sin antes, tomarnos un merecido descanso. Ya que algunos lo necesitamos como agua de Desnus.

Silencio... Hay que pensar bien todas las posibilidades. Pero como había dicho Lyria, ya no había tiempo... Si como pensaban, los espíritus estaban poseyendo a los habitantes, como vencerlos? Solo tenían conjeturas y suposiciones. SI, tendrían que ir a la cripta a recabar ayuda... A ver que ayuda...

-Tal vez lo mejor es que los que estáis más cansados por no dormir os fuerais ya a dormir, no? Así podriamos ir temprano mañana a revisar las criptas... Porque ya sabemos en que cripta está esa ayuda, no?

La mirada de Jarik se dirigió al noble enano. Él sabía donde estaba la cripta, pero también era el que no quería estorbar el descanso de los difuntos...

Por otro lado, este era el momento de descansar. Sus hermanos estaban cansados  del día tan raro que habían tenido.

Mañana será otro día. Puede que el descanso aporte alguna respuesta.Creo que tendríamos que ir a casa . El entorno para Kendra será  más controlado.

La mano de Jarik jugaba con uno de sus cartuchos...demostrando que estaba algo nervioso. Fantasmas, encantamientos, locos.. lo que fuera que estaba actuando en este poblado, estaba comenzando a afectarle las emociones otra vez.... Todo mezclado con la explosión de Erodel. Necesitaba espacio y reposo para calmarse... Todos lo necesitaban por una razón u otra. Lo veía en las caras de todos.

El silencio volvió a inundar la biblioteca. Las emociones se podían palpar en el ambiente, la catarsis de Erodel-Erzsen había hecho aflorar sentimientos que fluian entre los hermanos. Ishaya llegó a captar la lucha del siempre analítico Jarik, y dejó pasar la pregunta si se sabía el paradero exacto de la cripta secreta de las Restlands ya que cuando llegaran a casa de Lorrimor antes de descansar tendrían que decidir sus próximos movimientos.

[B]Estoy de acuerdo con Lyria....debemos regresar a casa de Kendra, descansar un poco y decidir qué vamos a hacer ahora..... Aunque parece ser que nuestro objetivo principal son las ruinas de la prisión de Harrowstone pero antes deberíamos pasarnos por las Restlands.....perdonad, empiezo a divagar....salgamos de aquí.....[/B]

Erzsen se levantó como un anciano decrépito, todo cansancio, fisico y mental. Con dificultad, cogió la armadura del suelo y su capa, e hizo una bola con ellos, sin fuerza alguna para siquiera intentar ponerselo. El amuleto de Calendrian se bamboleaba en su pecho. Con cuidado, casi como si quemase, lo remetió adentro de su camisa, tratando de ni siquiera mirarlo. No, aún no podia. Arrastrando los pies se dirigió hacia el glifo que los sacaría de allí. Antes de tocar o hacer nada, se giró a sus hermanos y dijo, con una medio sonrisa, algo forzada:

- Nos vamos? Necesito dormir al menos una semana seguida...aunque no creo que podamos..no? Jejeje...

Uno tras otro fueron cruzando el glifo de salida de aquel reducto de saber. Aunque en un principio dudaron sobre si serían capaces de activarlos, no tardaron en discernir que sólo hacía falta acercarse hasta él, para que las energías mágicas se emergieran recubriendo el cuerpo del que se hallara sobre su gravado.

Uno tras otro fueron apareciendo en la gran estancia circular rodeada de columnatas. Allí se encontraba Grimburrow, orando junto al altar de ónice con forma de daga ceremonial. El viejo sacerdote alzaba su voz grave mientras su coro de acólitos emitían notas monocordes, formando un patrón musical llano y apaciguador...

Al contemplar la belleza del rito una oleada de paz inundó el alma de Ishaya. Aunque su devoción le impelía a unirse a la ceremonia, el sentido común le dictaba la conveniencia de volver junto a Sic y Kendra....sabiendo lo que andaba suelto por Ravengro no había lugar seguro para ellos, y no podría perdonarse que les sucediera algo terrible sin él haber podido ayudarlos.

Inclinó la cabeza en señal de respeto mientras se llevaba el skane al pecho y trazaba la espiral de Pharasma sobre el corazón. Aquel día se había salvado un alma....pero el camino acababa de empezar. Erzsen sería el contrapunto de Erodel, debería redimir todo el mal que causara y así llegar al juicio de la Dama de las Tumbas con la seguridad de que la balanza se inclinase a su favor...

Con un regio gesto se giró sobre si mismo y con la determinación del que ya sabe donde dirigir sus pasos salió del Templo de Pharasma.

El cuarteto guiado por Ishaya cruzó el templo bajo un silencio respetuoso y ceremonial. Traspasaron el umbral de la entrada que conducía al exterior del santuario y descubrieron que la noche ya había caído, oscureciendo todos los rincones de Ravengro, mientras una brisa espesa y gélida, acuciaba procedente de las aguas del río.

Ante ellos, un cabizbajo Sicarius se aproximaba a paso lento, como si de un alma en pena se tratara. Parecía drenado de todo su vigor, despojado de su flemática aptitud habitual. Estaba claro que algo preocupaba al imponente guerrero. Al parecer algo había sido capaz de superar su dura armadura hasta abatirlo...

Pronto llegó hasta donde se encontraba el resto de hermanos. No dijo nada, sólo se dedicó a saludarlos con un escueto gesto de su mano. El sacerdote enano preguntó por Kendra, pero Sicarius no respondió limitándose simplemente a señalar con su mano la dirección que la muchacha había tomado. Seguramente habría decidido regresar a casa, no en vano era tarde y alguien se tenía que ocupar de la cena...

Decidieron retomar el camino hasta la mansión Lorrimor. Allí esperaría Kendra con la mesa preparada y un lugar caliente donde pasar la noche. Los ánimos estaban bastante bajos tras una dura jornada de emociones e indagación. Todo comenzaba a cuadrar, y el temor de enfrentarse a oscuros fenómenos, comenzaba a surgir en el seno de los valientes Vengadores de Pharasma.

El día había sido largo, y algunos estaban cansados o habían sido herido por las estirges. Era mejor regresar. Ya habría tiempo de visitar las criptas al día siguiente. En unas horas volvería a salir el sol, y un nuevo día asomaría ante ellos con nuevos desafíos, misterios y riesgos.

Ishaya volvió a repasar el cuarteado pergamino que indicaba el nuevo objetivo para sus hermanos y él, descubriendo algo que había pasado por alto. En una de las esquinas, podía leer un nombre... Anvus de la familia Redge.