Partida Rol por web

Los Vengadores revisaron las diferentes celdas de la gran sala en la que se habían enfrentado al Cercenador. Sicarius proseguía en el suelo, pero para suerte del mocetón, se hallaba fuera de peligro, pues sus heridas aunque graves, habían dejado de sangrar. Por mucho que buscaran y miraran, no encontraron nada de valor en las vetustas salas abandonadas, a excepción de moho y ratas, pero cuando Lyria se acercó a la rejilla del pozo central, un brillo le llamó la atención...

Desther acercó la fuente de luz hasta la hechicera de ojos dispares, y en el fondo del pozo pudieron contemplar lo que parecían diversas monedas de oro esparcidas, una ballesta pesada en muy mal estado, una espada larga enfundada, una piedrecita con el símbolo heráldico de Harrowstone y una maza ligera de labra magnífica. La muchacha usó sus dones nuevamente y pudo ver que la maza y la piedrecita desprendían magia.

Después de una certera puñalada de Erzsen con Ira de Pharasma el espíritu del Cercenador inició el camino hacia el juicio de la Dama de las Tumbas. En su fuero interno deseaba que ese alma en concreto se pasara la eternidad bajo los peores tormentos del Averno... Su maldad en vida y en no-muerte le debería pasar factura durante milenios.

El primer impulso de Ishaya fue acercarse a Sicarius para curar sus heridas, pero al ver el hacha maldita junto al cuerpo de su hermano y comprender que sus heridas no sangraban, decidió buscar una solución al problema del arma.

Mientras tanto los Vengadores registraron toda la zona de celdas y acabaron descubriendo unos objetos dentro del pozo. Harrowstone también tenía tesoros en sus entrañas que podrían ayudarles en su misión, el problema era que no se los ponía al alcance fácilmente.... maldita prisión... Y volvió al problema de su hermano...

Podríamos lanzar el hacha a ese pozo, cargar con Sic hasta otro sitio donde quizá esté a salvo de la influencia del arma.... También urdiremos una historia para hacerle creer que junto al Cercenador el hacha también desapareció, y además usaré uno de mis pergaminos que le ofrecerá una nueva oportunidad de resistirse a la llamada del arma.... ¿Qué os parece?

Otro espiritu derrotado. Otra batalla ganada. Otro trozo de alma perdida. Esa era la tonica allí en Harrowstone, donde cualquier acto, por pequeño que fuese, se tornaba en epopeya. Cansados era una palabra demasiado pequeña para describir a los maltrechos Vengadores. Exhaustos tampoco haría justicia. Almas en pena estaría mas cerca de la realidad. Y aun así, no se podían permitir el lujo de abandonarse a la desidia y el abandono. Y ya no solo por las gentes de Ravengro, o por la suprema idea del bien comun. No. Ya directamente por ellos mismos, por orgullo, cabezonería, o usando expresiones propias de Sic, por sus dos cojones. Acabarían con todos los espiritus y limpiarian la prision de sus viles embrujos por cuestion de amor propio, y porque nadie mas lo haría. Así pues Erzsen ni siquiera se permitió tomar aliento. A consejo de Lyria, revisaron celdas y el enrejado del suelo, y allí descubrieron más objetos para atesorar y usar en su lucha contra el cancer de Harrowstone. Quedaba el problema de levantar la pesada reja, más aun sin Sic para ayudar. Pero el gran guerrero debía reposar aun un poco mas mientras solucionaban el problema del hacha maldita. Desther, Jarik y el mismo hicieron el esfuerzo de abrir aquel pozo, resoplando como mulas agotadas y castigandose un poco más sus ya entumecidos miembros. Despues de varios agonicos minutos, posaron en el suelo la voluminosa reja, y Erzsen fue en busca de su macuto. Sacó la cuerda de seda y el garfio de escalar, e hizo un apoyo para poder bajar hasta aquel pozo oscuro en busca de los objetos. Mientras empezaba a bajar, miró al pistolero y al inquisidor, que se encontraban allí para echar una mano al pequeño conde, y dijo:

- En cuanto salga de aquí, darle una patada al hacha maldita y echarla aqui abajo. - miró a Ishaya para confirmar lo que el buen enano quería, y este asintió despacio, como un maestro aprobando la buena respuesta de su alumno. - Entre los tres nos llevamos a Sic para que Ishaya le extirpe el mal... - se detuvo a pensar, allí colgado como un murcielago, dandole a la escena un leve toque comico. - ... supongo que la sala de Vesoriana es un lugar tan bueno como otro para hacer esto no?. Preguntó a todos, pero como siempre pasaba, era a Ishaya a quien sus ojos de jade miraban más. Luego, sin dar pie a respuesta alguna, desapareció en la negrura del pozo, con Ira de Pharasma en los dientes brillando con la luz que Desther le puso para ayudarlo allá abajo.

Erszen terminó por subir los objetos que se hallaban en el fondo. Lyria se concentró en los que emanaban magia, el resto carecía de importancia para ella ....

Lyria volvió a realizar los pases mágicos para detectar las auras mágicas. Sus ojos volvieron a brillar con el tenue fulgor azulado característico, y se dispuso a analizar las auras mágicas de los objetos.

Comenzó por la maza. Le pareció una tarea fácil. Rápidamente detectó sus propiedades, pero se recreó en su análisis para asegurarse que no tenía algún detalle pernicioso. Luego pasó a la extraña piedra. La miró desde diferentes ángulos, pero el aura de esa piedra era bien distinta a lo que ella estaba acostumbrada a ver, y finalmente se dio por vencida. Ya tendría tiempo de analizarla en un futuro, ..., o al menos, eso esperaba, ..., quizá fue la muerte del Cercenador la que infundió una chispa de esperanza, ya que sólo quedaban dos espíritus, y todo parecía cuesta abajo, ..., sólo esperaba que los pocos recursos que les quedaban fuesen suficientes para eliminar los espíritus que faltaban.

Con una nueva, y recobrada, sonrisa risueña les comentó a sus hermanos:
- La maza tiene unas características similares a la daga de mithral de Erzsen que encontramos antes. Pero la piedra no logro leer sus propiedades, ...., tendré que revisarla cuando salgamos de esta maldita prisión. - El comentario estuvo pensado y medido para influir en la moral de sus hermanos, aparentando una situación normal.

La batalla había sido ardua, pero una vez más, los Vengadores habían conseguido sobreponerse en el último suspiro. Sicarius, yacía en el suelo derribado por sus heridas, pero tras un análisis de Ishaya, el sacerdote dictaminó que su vida no corría peligro. Erzsen por su parte descendió por el foso tras revisar junto a Jarik y Desther cada una de las celdas. Al parecer, en el fondo del túnel vertical, se apilaban varios objetos que debían ser sopesados por Lyria. Allá, el joven conde halló los restos mortales del maldito Saetressle, junto a varias piezas de oro, y algún arma que podía ser de utilidad. Cargó con todo y y dejó entre todos aquellos objetos el condenado hacha que casi ajusticia al grupo en aquella tumba ruinosa llamada Harrowstone. Ojalá que Sica jamás descubriera los que allí había sucedido...

El muchacho de pelo como el fuego y ojos esmeralda subió por la cuerda, portaba una maza, una espada, una piedrecita, una ballesta pesada rota y varias monedas de oro. La hechicera finalizó que tanto la piedra como la maza eran mágicas, y que la maza podía ser de utilidad para entes como los fantasmas. Ishaya, demandó poder usar dicho arma contra los no muertos y nadie osó contradecir al líder del grupo. Acto seguido, partieron hasta la sala por la que habían descendido. Primero subió Erzsen. Luego Jarik. Luego Deshter. Entre los tres subieron a Sicarius. Luego a Lyria y finalmente a Ishaya.

El grupo estaba agotado. Erzsen era el único que parecía haber recuperado las energías. A buen seguro, el conjuro expelido por la varita de Lyria, había remozado los arrestos del mozuelo, pero el resto de la comparsa era un verdadero poema...

Tras unos minutos caminando por las oscuras cámaras de la prisión encantada, y ver cómo algunas sombras anaranjadas comenzaban a filtrarse por las paredes resquebrajadas de las zonas desmoronadas del ala este, el grupo llegó hasta la cámara de Vesorianna.

-¡¡Otra veeeeeez aquí!! ¡¡Todavía estáis viiiiiiivos!! ¡¿Habéis conseguiiiiiido las llaves de mi mariiiiiido?!...- preguntó con temor en su rostro

El cansancio era extremo. El cargar con Sicarius había sido la gota que había rebosado en el cansancio del pistolero. En la sala de Vesorianna , se dejó caer al suelo, apoyando la espalda contra la pared y cerrando los ojos. Acompasó su espiración como tantas veces le había enseñado su maestro. Pero el cansancio no era solo físico. La mente del Jarik estaba también hecha jirones.

Embate tras embate y lucha tras lucha , la malsana alma de Harrowstone se introducía en uno y te dañaba de mil maneras diferentes. Solo se podía acabar con ella. Pues la prisión no les dejaría ir hasta consumir su esencia. 

El pistolero abrió los cansados ojos y sacó su preciada pimentera. Mientras descansaban y curaban a Sic, el podría dedicarse a comprobar los daños del arma...

Los Vengadores de Pharasma vagaban por los corredores y cámaras de Harrowstone como almas penitentes. Las muchas horas sin descanso y los fieros enemigos que habían hecho frente empezaban a pasar factura al maltrecho físico del grupo. Además, estaba la fatigosa tarea de cargar con un inconsciente Sic lejos de donde habían dejado el hacha. Sus cuerpos estaban al límite, sus mentes hacía tiempo que rebasaron el umbral del sufrimiento....pero todo sería poco si salían victoriosos de aquella prisión, poco comparado con todo lo que conseguirían para Ravengro y por ende para toda la región.

Tras llegar a la cámara donde Vesorianna les esperaba, el sacerdote pharasmita escuchó la premura en las palabras del espectro...pero algo más urgente ocupaba su mente en aquellos momentos. En cuanto hubieron posado a Sic en el suelo de la sala, Ishaya se acercó mientras desenrollaba uno de sus últimos pergaminos. Aquel que daría una nueva oportunidad a la débil mente del gigantón para escapar del influjo del hacha del Cercenador. También sacó la maza que Erzsen había rescatado del foso. La había reclamado pero no para si, sino se la ofrecería a Sic para intentar mitigar la pérdida de una arma que su mente creía invencible. No sería más que un premio de consolación pero debería bastar... O estaban perdidos.

Lyria, por favor, colócate junto a mi. Esgrime la varita que es capaz de inmovilizar y prepárate por si es necesario utilizarla con tu hermano....

Ishaya se volvió hacia Sic, sabedor de que la diligente Lyria estaría preparada llegado el momento. Puso su mano sobre el pecho del caído y empezó a leer en murmullos el contenido del pergamino, que acto seguido se desintegró en un millón de pedazos....

Escucha mi ruego Pharasma, ayuda a tu siervo Dama de las Tumbas, Señora del Destino. La no-muerte nos ofende y contra ella luchamos. Elimina su influjo de la mente de mi hermano, líbralo de la mácula del mal, enséñale a enfrentarse a sus trampas.... Loada seas Pharasma!

No sabría si había tenido éxito hasta que su hermano recobrase la conciencia, así que destapó un vial de los que no sabían que propiedades tenían hasta que probaron uno desesperadamente y le dio a beber a Sicarius todo el contenido. En cuanto su hermano abrió los ojos e intentó decir algo, Ishaya le puso un dedo en la boca para silenciarlo....

Hermano, eres libre. El motivo de tus malestares ya no existe, sucumbió igual que el Cercenador ante el avance de los Vengadores de Pharasma... Pero tengo algo que te gustará....- asió la maza de bella manufactura y la colocó en el campo de visión de Sic.- Nos encontramos esta hermosa arma y pensamos que quién mejor que el mejor de nuestros guerreros podría empuñarla y por ello te la entregamos. Lyria dice que tiene propiedades mágicas que facilitan su uso. Acepta nuestro regalo, hermano, y bienvenido al mundo de los vivos. Tu tiempo aún no ha acabado, aún no...

Y lanzando una plegaria para sus adentros a su diosa se levantó y dejó espacio para que Sic se alzara... Entonces tuvo un momento para Vesorianna.... Se acercó al fantasma de la esposa de Hawkran mientras se desprendía el juego de llaves que tenía prendido del cinturón.

Vesorianna, jamás hubiese pensado que me alegraría ver a alguien de tu naturaleza pero así es.... No, no hemos sucumbido a los males del piso inferior, no sin esfuerzo ni sufrimiento. Mis hermanos llevan en sus cuerpos las heridas producidas por los enemigos de la vida... Ten, Vesorianna, estas llaves las encontré en una cámara de allí abajo, no se si son las que buscas... Y ahora trataremos de descansar unos instantes antes de acceder al piso superior.... Por cierto, si sabes alguna cosa o dato que pueda ayudarnos, te pido por favor que nos lo cuentes.....

Ishaya se derrumbó de cansancio e hizo un último esfuerzo por no hacerse daño mientras se sentaba en el suelo exhausto tras una larga noche que aún no estaba por terminar...

Lyria llegó extenuada a la habitación dónde se hallaba Vesorianna. Aunque pudo comprobar que la mayoría de sus hermanos también lo estaban, a excepción de Erzsen, pero rápidamente asoció este hecho a la utilización de la varita de restaurar en el combate con el Cercenador.

El fantasma de Vesorianna se personificó ante ellos. Aquella figura blanquecina y traslúcida, que en una primera instancia le provocó un miedo considerable, ahora era como un espíritu protector, ..., más si cabe, después de la experiencia vivida en su momento de inconsciencia en la batalla contra el espíritu del profesor Faramin.
Hizo caso a la petición de su hermano Ishaya, y se dirigió y comenzó a encaminarse hacia el cuerpo de Sic, pero mientras se encaminaba, y su hermano Ishaya se abstraía en su prioridad, Lyria contestó a Vesorianna, y la respuesta salió con toda la serenidad:

- Mi hermano Ishaya está en posesión de dicha llave. La encontramos en los sótanos. - Lyria tuvo el tacto de pararse justo aquí, pues no deseaba dar detalles macabros de lo que le aconteció a su marido en sus últimos instantes de vida. Pero rápidamente cambió de tema para evitar preguntas que pudiesen llevar a tales detalles - Faltan dos espíritus a los que vencer, y en los sótanos no hemos visto más habitaciones ni posibles rastros de estos espíritus, ...., tenemos que pensar que se hayan en el piso superior, pero te quería preguntar si por casualidad podrías corroborarnos esto, ..., ¿notas la presencia de estos dos espíritus restantes? ¿Sabes si podrían estar en el piso superior?

Lyria mientras hacía estas preguntas, extraía la varita de paralizar que le había comentado su hermano, y se situaba en un segundo plano, lista para usarla, pero volvió de nuevo la vista hacia el fantasma y comentó:

- Gracias. - Era una simple palabra, pero resumía lo que le debía a la fantasma por la guía que le había dado en los momentos más difíciles, y por el futuro sacrificio que haría, ..., que no le cabía duda que realizaría.

Sicarius abrió los ojos. Estaba confundido, pero estaba vivo. Ante él, su pequeño gran hermano. Ishaya, el siempre bueno, leal y piadoso sacerdote enano. El pilar de los Vengadores. El alma por el que entregaría mil veces su vida sin pestañear...

Miró a un lado, y luego a otro. Desconcertado, nervioso, buscando algo ansiosamente... ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba? Ishaya hablaba. Intentaba calmarlo. Decía que con la muerte del Cercenador el hacha se había volatilizado, que su maldición había sido extirpada... pero... ¿Por qué él no lo sentía así?...

Todos sonreían a su alrededor. Le ocultaban algo... ¡¡Estaba claro!!

Miró de refilón y vio como Lyria sostenía su varita de inmovilizar pesonas... Tenían miedo de que algo fuera mal... Le estaban mintiendo... ¡¡¡Le habían quitado su hacha y le habían engañado!!...

Se lo pagarían...