Partida Rol por web

Lyria asintió a las órdenes de Ishaya. Tendió el frasco de cazaembrujos a su hermano Jarik, y se fue a la mochila de su hermano Ishaya. Extrajo las llaves que habían encontrado en los maltrechos restos de Hawkran, y con una sonrisa maliciosa dedicada a Ishaya, se puso a un lado libre del cuerpo de Erzsen.

Repasó mentalmente las palabras que iba a decir, y aunque todo verdad, debía ordenarlas para que fuese una amenaza en toda regla hacia el espíritu:

- Padre Charlatán .... - comenzó con voz elevada de tono y plena seguridad en sí misma - ..., no sé vuestro nombre verdadero, pero poco importa, ... - hizo énfasis en estas palabras para provocar incluso ira en el espíritu - ..., sois el último pequeño escollo que queda para erradicar el mal que nunca tuvo que reinar en está prisión. Todos los demás han caído, ..., el merodeador de Aguamusgo, el cercenador, el flautista de Ilmarsh, ..., y por supuesto, el profesor Hean Faramin, el salpicador, ....., ¿qué le hace pensar que puede presentarnos batalla?, ...., sólo alarga su destino, ...., sólo está alargando su juicio definitivo, ..., aquel del que no podrá escapar y que lo condenará en una prisión en la que jamás se volverá a saber de usted, .... - fue en este instante cuando Lyria mostró las llaves; estas repiquetearon unas contra otras en una especie de letanía que sin duda el espíritu había escuchado en vida - ..., ¡¡¡VAMOS A ENCERRARLO POR SIEMPRE JAMÁS!!! - Lyria terminó escupiendo a pleno grito su amenaza, fruto del deber y la rabia que sentía en aquellos instantes, ...., una amenaza que esperaba se cumpliese ....

Nada más que mirar como sus hermanos actuaban. Sus manos reposaban sobre el cazaembrujos que les quedaba, esperando el momento adecuado. Como saber cual era este?

Espero paciente. Primero la oración de Desther, y luego las palabras abruptas de Lyria. Esperaba otra acción, pero sintió que era el momento. Algo dentro de el le dijo Ahora vas tu, Jarik.

Y agachándose con cuidado, abrió el sello que contenía la poderosa arma contra los viles embrujos.

Unas palabras de animo surgieron de su boca.-Erzsen, amigo...hermano. Lucha y sal adelante. No nos abandones tu también.

Mientras los Vengadores realizaban su rito de exorcismo, el joven Erzsen se debatía en un combate que a buen seguro le dejaría tremendas secuelas. Cuando el cazaembrujos fue destapado, los ojos del chaval comenzaron a parpadear sin cesar mientras su cuerpo vibraba en un sinfín de coreoatetósicas convulsiones. Desther intentaba sostener al niño conde, pero la carne del muchacho parecía estar templada con la fuerza del acero.

Mientras tanto, Ishaya controlaba la marca que se dibujaba en el pecho del pícaro, y respiró de tranquilidad al ver que no había crecido... aunque cierto quemazón comenzó a molestar al sacerdote pharasmita. Al mismo tiempo que Erzsen padecía la posesión, Ishaya emulaba el dolor con el que los hierros ardientes embrujados habían marcado su frente... Era realmente una sensación molesta...

Las emociones estaban a flor de piel. Los Vengadores de Pharasma rodeaban al joven Erzsen coordinando sus esfuerzos para ayudarlo en su lucha contra el Padre Charlatán. A juicio de Ishaya parecía que habían frenado la espiral de dolor que atenazaba el cuerpo del conde de Anactoria pero aún era pronto para celebrarlo.

Vamos chicos, continuemos en esta línea.... El espíritu remite en sus acometidas.... Jarik, ayúdame con estos apósitos....

Además el sacerdote pharasmita creyó detectar un cambio en la actividad del ente, como si quisiera desplazarse hacia su cuerpo. Algo ,que no le permitiría fácilmente.

ATRÁS, ENGENDRO DEL MAL!!!! PHARASMA ME PROTEGE!!! ATRÁS!!!!

Espetó el clérigo enano mientras se llevaba el símbolo de su fe al pecho y hacía el dibujo en espiral que definía a la Dama del Destino....

El inquisidor proseguía su letanía, invocando la bondad de su diosa. Sus palabras se sucedían como juramentos que se pronunciaban con firmeza y determinación. Sabía que su labor, no era la que más hostigaba al espíritu, mantenía cierto grado de molestia en el ente, impidiendo que éste progresara con impunidad:

- ¡¡Oh Dama de las Tumbas!!... ¡¡Oh Señora de los difuntos!!... ¡¡Oh Jueza Suprema!!... ¡¡Oh tú que juzgas a mortales y dioses!!... ¡¡Tú que velas por el ciclo del destino!!... ¡¡Tú que nos salvaguardas de aquellos neonatos que nacen exentos de vida!!... - Continuaba enumerando todas aquellas cosas que representaba la fe de Pharasma, y que en esos momentos eran tan necesarias.

El pistolero se arrodillo junto a su hermano. Sus conocimientos de fisiología podrían ayudar a Ishaya, que por otro lado estaba mucho más versado en los temas de restañar daños. Se arrodillo al lado contrario de donde estab el buen enano y comenzó a comprobar el estado del conde... Su concentración rayaba la locura , pues no quería perder a otro hermano. Sabía que el dolor por la muerte de Sicarius estaba allí. esperando para salir cuando todo acabase.

...Y no permitiría que otro cayese. 

Lyria observó a su hermano Ishaya con una mezcla de admiración y esperanzas renovadas; parecía combatir los intentos de posesión del malvado espíritu con las atenciones a su nuevo hermano Erzsen. Volvió a coger las llaves, dispuesta a minar todo lo que pudiese la moral del espíritu: - ¡Padre Charlatán!, deja ya de prolongar lo ineludible. Sabes que no nos vas a ganar. Sabes que vas a sucumbir a los muros de la prisión que en vida te retuvo por tus fechorías. Sabes que tu último juicio condenará por siempre tu alma de forma justa a tus actos en vida y en muerte. ¡¡¡RÍNDETE!!! ¡¡¡LOS VENGADORES DE PHARASMA TE LO ORDENAMOS!!! - Lyria terminó con una voz estridente, desatando toda su rabia para con la prisión, sus horribles ocupantes y todo lo que significaba.

Los temblores del niño conde cesaron repentinamente. Por unos segundos Ishaya y Jarik temieron lo peor, pero el muchcho no había dejado de respirar. Al poco, abrió los ojos, como si allí no hubiera sucedido nada, y el collar de símbolos religiosos que aferraba con su mano, se pulverizó en cenizas. El pícaro sonrió. Volvía a estar con sus hermanos. Había estado a mundos de distancia, pero ahora sabía que aquello no era un espejismo y que su alma podía reposar tranquila.

Un celemín de luz incidió a través de una obertura cenital que hacía las funciones de ventanuco. El día se hallaba en su pleno culmen, y todas las malas energías que retorcían aquella ruina parecían haberse desconvocado, pues una sensación de calma y paz sin igual embargó el corazón de cada uno de los que se hallaba allí...

Habían conseguido vencer. Habían honrado la memoria de Lorrimor y salvaguardado las gentes de Ravengro. Serían héroes anónimos... ¡¡Como tantos otros!!

Antes de marchar de aquel lugar, echaron un último vistazo al esqueleto del padre Charlatán. En su regazo sujetaba un diario de hojas macilentas. Lyria sintió la necesidad de ir y recogerlo, pero Ishaya la detuvo... Ya no hacía falta. Ya no era necesario ahondar más en la desgracia que allí aconteciera cincuenta años atrás...

Salieron al pasillo. Recogerían a Kendra y al malogrado Sicarius... Todavía dolía en el pecho... Aquella prisión embrujada se había cobrado un alto precio... ¡¡Maldita fuera por siempre!!

Ya en los anchos pasillos, un escamote de espíritus engalanados con uniforme de guardia, desfilaban custodiando a múltiples reos hasta una brillante y deslumbrante luz. Guiándolos, Vesorianna abre la marcha del destacamento. Durante unos segundos se detiene y sonríe. Su alegría es  tan agridulce como la vuestra...

Se acabó.

El Padre Charlatán abandonó el cuerpo de Erzsen, derrotado por los afanes de los Vengadores de Pharasma. La luz del día iluminó la escena entrando en aquellas salas por primera vez en años. No había motivo para la alegría pues grandes eran sus pesares y largo tiempo tendría que pasar antes de que pudieran regocijarse de aquella pírrica victoria. Las gentes de Ravengro podrían dormir tranquilas pues la amenaza que pendía sobre ellos había desaparecido, al menos aparentemente. Ishaya aún no se fiaba, la no-muerte y sus secuaces eran arteros... Y aún no habían desentrañado la relación de la Senda Susurrante con aquellas tierras.

Vesorianna pasó guiando al grupo de espíritus hacia el reino de Pharasma, donde se someterían al juicio de la Dama. Solo deseaba un millón de años de dolor y sufrimiento a aquellos que se habían enseñoreado de la prisión de Harrowstone para infligir el mal. Confiaba en que la señora de las Tumbas aplicara el castigo máximo para los ilustres presos que habían retornado de la muerte para inundar la prisión con su inmunda presencia, no merecían el descanso eterno....

Descanso eterno... Inconscientemente los pasos del clérigo enano le llevaron hasta el lugar donde yacía el cuerpo de Sicarius, asistido por su hermana Kendra. El rostro del mocetón mostraba una paz serena, ya no sufría ni sufriría más los embates que la vida le había propinado. Ishaya sabía de altos poderes que podrían restablecer el hálito vital a un cuerpo inerte, pero dudaba mucho que esa posibilidad estuviera a su alcance en un breve espacio de tiempo, antes que el lógico deterioro de la carne hiciera aparición.

Además, por mucho que quisiera a su hermano, el destino había hecho que Sic cayera en aquel lugar y en aquel momento... La Dueña del Destino no vería con buenos ojos una transgresión así de sus designios....

El destino está escrito en los huesos, pero éstos pueden romperse.

Se arrodilló junto al hermano caído y comenzó a preparar el cuerpo para su traslado hacia el camposanto de Ravengro. Se había ganado el derecho de reposar en sus sagradas tierras, junto al padre que nunca tuvieron. Ishaya inició un cántico fúnebre para acompañar al alma de su hermano hacia el reino de Pharasma, la dama sería justa con él, se lo merecía.... Después tendrían que decidir qué hacer a posteriori, volver a Ardis o quedarse en Ravengro. Pero aquel momento pertenecía a Sic, las preocupaciones mundanas no importaban.

Ve en paz, hermano, y que Pharasma te acoja en su reino....

Lyria contempló en silencio como la esencia del espíritu del Padre Charlatán se fundió para siempre, ..., ¿para siempre?, ..., no, faltaba realizar un acto, ..., pero se asegurarían de que este se realizase.

La luz pareció inundar los restos de aquella prisión que se había sumido en las tinieblas. Erzsen recuperó la conciencia y la sonrisa jovial. Habían ganado, ..., pero a qué precio .....

Hubo un momento en el que Lyria se desentendió de la actual situación, y reparó en el diario que el esqueleto del cuerpo en vida del Padre Charlatán poseía en su regazo. Pero Ishaya la detuvo, ..., que bien la conocía. No era momento para seguir revolviendo los macabros recuerdos de aquellos funestos tiempos ....

Salieron al pasillo y fue cuando observaron a los espíritus de los guardias, encabezados por Vesorianna, custodiando a los espíritus de los maleantes de aquella prisión. Lyria se avanzó y entregó ceremoniosamente las llaves de la prisión, ..., el último acto para erradicar el mal que se había instalado en aquella prisión. Cruzó la mirada con la del espíritu de Vesorianna y una sonrisa apareció en ambos rostros; una sonrisa sincera por haber logrado el objetivo, pero cargada de amargura por el coste que este significaba.

La comitiva fantasmal prosiguió su ceremonial acto para llegar al reino de Pharasma, pero los Vengadores debían de cuidar del cuerpo de su hermano, ..., del espíritu se encargaría también Vesorianna. Fue Ishaya quien ofició el personal acto religioso para que alma de su hermano descansase en paz, y Lyria se unió al acto acompañando los salmos de Ishaya. Las lágrimas empezaron a aflorar en su rostro a medida que el oficio daba paso a la cruda realidad, ..., perdía de nuevo a un ser de su familia, ..., volvía a estar un poco más sola ...

El joven conde se despertó de la pesadilla. Y un suspiro se escapó de todos los integrantes.

Si  Sicarius estuviese vivo, ahora sería el momento que elegiría para hacer unos de sus comentarios fuera de tono… Echaría de menos al malcarado animal!!

¿Ya estaba? ¿Lo habían conseguido?.¿Habían acabado con todo el mal que habitaba en aquella maldita prisión?  No salían palabras de los labios de los Vengadores, pues tras ellas vendrían las lágrimas. Y no era aún el momento.

Camino de recoger el cuerpo de Sicarius y de reencontrarse también con kendra, pudieron ver como los espíritus pasaba  al otro lado para ser juzgados por la Dama…. Vesorianna estaba también allí. También a ella le llegaba su momento.

Llegaron a la sala donde descansaba el cuerpo de su hermano. El pistolero se quedó mirando a su hermano.  La muerte no lo había hecho más guapo. Pero sí que había como una aceptación de su destino. Una tranquilidad que lo hacía parecer mucho menos bravucón de lo que había sido. Y ahora ya no las pudo contener por más tiempo. Comenzó a llorar por su hermano. Pero la pena quedó de repente de repente eclipsada por la rabia. La senda susurrante había sido quien se había llevado a Sicarius. Y lo pagarían… Los brazos de Kendra lo rodearon y consiguieron un efecto calmante en el pistolero. La rabia y la venganza podían esperar. Era el momento para el duelo.

Ishaya comenzó a preparar el cuerpo de Sic. Tras ello, todos se abrazaron. La familia tenía que estar unida  en los momentos duros.