Lentamente aquel custodio de la llave espada se despierta, el olor de la cama, el tacto de la almohada, todo le indica que está en su querido y tierno hogar. Al fin en casa, por así decirlo. Abriendo los ojos con lentitud, este pudo comprobar como su habitación se encontraba tal y como lo recordaba.
Pese a que el custodio de la llave no entendía del todo bien qué era lo que estaba pasando, o lo que había pasado, ahora se sentía seguro en la calidez y tranquilidad de su propia habitación, en su hogar.
- Miiiiu - Momo comenzó a saltar sobre mi cabeza mientras trataba de despertarme.
Sin embargo, era de sueño profundo y alegre, por lo que lo único que hice fue atrapar a mi amigo pelugo y estrecharlo fuertemente. Momo empezó a agitar las patitas como un loco y a forcejear conmigo hasta que consiguió zafarse del abrazo. Con una mirada maliciosa, se subió al armario y se lanzó sobre mi cara desde allí.
- Uuuuah, ¿qué? Ya estoy despierta...
Con los ojos medio cerrados, me levanté como un zombie y comencé a prepararme, me lavé los dientes, me vestí, preparé a Momo y salí por la muerta cogiendo una manzana camino a saber dónde. Seguramente a adoptar algún lindo (y posiblemente peligroso) cachorrito salvaje.
El entorno que tenía Yusukia ante ella era algo familiar, algo que la propio bien conocía y recordaba de su mundo de origen, de su hogar. Pese a ello, aún con el paisaje familiar que tenía ante ella, esta decidió salir por la puerta de su hogar y salir al exterior con la intención de ver qué era lo que estaba pasando a su alrededor.
Cuando lo hizo, su visión del mundo cambió, o mejor dicho, el mundo en sí lo hizo; pues una vez que sacó su cabeza, se encontró con una Plaza. Una plaza de un pueblo que recordaba como si de un sueño cercano se tratara. Ahí estaba él, nuevamente, en un lugar desconocido.
Yusuki Ayase tras ir sobre los pasos de Yusuki Ayase después de que Yusuki Ayase la hubiera atacado porque Yusuki Ayase se había asustado de Yusuki Ayase; llegó a lo que al principio no parecía ser la casa de Yusuki Ayase, pero finalmente esta se reveló como realmente era: La casa de Yusuki Ayase.
Y no solo eso, dentro de la casa de Yusuki Ayase, frente a la puerta de la casa de Yusuki Ayase, había un paquete con un símbolo. Pero este, se encontraba roto, como si algo hubiera salido de dentro. ¿Acaso había un animal suelto en la casa de Yusuki Ayase?.
Me inquietó que la yo que me había atacado y huido hubiera salido de mi propia casa y que mi propia puerta estuviera abierta porque mi otro yo dejara entreabierta mi propia puerta de mi propia casa. Curiosa situación. Porque además, delante de mi propia puerta en mi propia casa había un paquete que yo misma no había visto aquella mañana en mi propia casa. Tenía un agujero como si hubiera salido un lindo animal de dentro. ¿O habría sido mi otro yo saliendo en mi propia casa como si de un regalo dirigido a mi misma se hubiera tratado de mi otro yo?
El símbolo no me sonaba de nada, así que cogí el paquete lo inspeccioné y comencé a mirar alrededor en busca de algo que hubiera herido a mi otro yo en mi propia casa.
Motivo: advertir/notar
Dificultad: 0
Habilidad: 7
Tirada: 3 5 7
Total: 5 +7 = 12 Éxito
Motivo: buscar
Dificultad: 0
Habilidad: 7
Tirada: 2 9 10
Total: 9 +7 = 16 Éxito
La casa se encontraba vacía. Nada había sido tocado o movido fuera del lugar. No había habido ninguna batalla, tampoco pareciera que alguien se hubiera colado en el interior de la vivienda. Lo único que pasaba era el hecho de que... alguien había salido de aquella caja y directamente había huído al exterior.
- Mmmh, ¿alguien me habrá enviado a mi otra yo como regalo para mi? Pues no ha sido un regalo muy feliz, tengo que encontrarla - cogí la caja y salí de mi casa para ir corriendo a buscar a mi otra yo.
Voy a correr hacia donde desapareció mi otra yo.
Saliendo de su casa, la pequeña Yusuki se encontró de cabeza con la plaza del pueblo.
Los dos llegaron a la casa de aquella muchacha que habían visto en un estado catatónico en la casa de Oweeeeeeen (o cuantas "e" tuviera su nombre) (Sí, sé que he usado el mismo chiste dos veces), y a decir verdad, el interior de la casa era tal y como cualquier persona se hubiera imaginado que sería la casa de Yusuki Ayase. Lo único que resaltaba era una caja blanca abierta con un símbolo extraño pintado en negro.
Tras ver esta caja y el símbolo correspondiente aquel dúo de rubios salió de la casa para investigar otra más...