Partida Rol por web

"PUES YO TAMBIÉN LO HICE LO MEJOR QUE PUDE. ¡NO ME ECHES A MI LA CULPA DE QUE SE MURIERA LA PEÑA CUANDO A) ME DISTE MAL LAS INSTRUCCIONES, DIJISTE QUE EL MONSTRUO SALDRÍA EN LA PLAZA Y NO FUE ASI, NOS PUSISTE A TODOS EN PELIGRO TÚ. B) FUISTE TÚ LA QUE TRAJO A LA ENMASCARADA, PONIÉNDONOS EN PELIGRO OTRA VEZ. C) ¡LA PRÓXIMA VEZ ATIENDES EN VEZ DE IRTE A DORMIR!"

El tal Luxu se cansó de esperar a que terminaramos de hablar y habló. Aunque siguió sin responderme a la pregunta de que cómo sé que no iba a hacer daño a Chiritín, así que no me insuflaba mucha confianza. Pero algo concreto dijo en su discurso que me descolocó "¿Eh? ¿Poco tiempo? ¿Por qué?" miré hacia arriba como hizo él.

Por su parte aquel encapuchado tan solo se estiró un poco, levemente, mientras volvía a señalar al firmamento nublado. Si eso aún no fue suficiente como para que aquellos supieran de qué era lo que estaba hablando, aún así, este dio un simple resoplido y trató de explicar qué era lo que estaban viendo.

-Cuando la Maestra Ava os secuestró, lo hizo de una forma bastante peculiar. Vino aquí, al pueblo abandonado de Albaburgo (Daybreak Town) y usando toda su magia, esta casteó una burbuja alrededor del pueblo para manteneros aquí, atrapados por siempre. -El enmascarado se detuvo un instante antes de continuar- No contenta con esto, trató de ocultar el pueblo al darle la vuelta, hundiéndolo bajo el mar y cambiando el campo gravitatorio del pueblo para que podamos caminar por lo que sería el techo... ¿No me creéis?. Probad un poco de esta agua de "lluvia". Todo esto con tal de manteneros aquí, atrapados por siempre.

Antes de continuar con aquella explicación, Luxu señaló el reloj que había en el centro de aquella torre, el cual ya marcaba las 11, a un solo paso de marcar las 12. -Y por si acaso no eráis capaces de vivir, preparó para que el reloj se moviera con cada muerte, cuando diera las 12, las campanas sonarían y el océano inundaría el pueblo con los dos sobrevivientes aún dentro...

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh...

Aquella criatura rosada seguía subiendo y subiendo, sin esperanza alguna para bajar, pese a que la patada de Rayla a este no había sido TAN poderosa... algo estaba pasando.

El Maestro Luxu continuó con aquel discurso mientras los gritos de Gumshoe, aquel experimento rosado seguía subiendo más y más, alejándose del suelo, o como diría el propio Luxu "techo".

-No tengo pensado hacer daño a ese Chirithy. -Indicó encogiéndose los hombros- De hecho, una vez que libere a mi Maestro, dejaré la puerta abierta para que ese tal Erythrum pueda pasar, si eso es lo que deseas. A mi, realmente me importa poco lo que hagáis con ese Chirithy una vez liberado al Maestro, y a fin de cuentas, es "tuyo" o de alguien así... Así que... ¿Hacemos el trato?.

¿Y que hará tu amado maestro eh? 

Basta decir que no confiaba en el.

"Rayla..." esta vez me acerqué a ella y tirando de su manga con suavidad, para llamar su atención un momento y de forma no agresiva. "...Él es como nosotros, ¿no? Solo quiere traer de vuelta a alguien al que ha perdido... S-sé que el Chirity dijo que la gente que oculta sus rostros bajo una capucha es malvada pero no es así del todo... Conocí a uno que era buena persona, Darkness se llamaba.. Y hasta el propio Chiritín confiaba en él. Luxu no es esa persona, pero solo quiere hacer un trato que nos beneficie a los tres..."

Aquel tipo sentado en el banco no parecía ser una amenaza inminente para aquellos tres supervivientes, pero claro, los mayores peligros siempre vienen de lugares menos sospechados.

-Pues, si te digo la verdad, ni idea. -Indicó con sinceridad aquel encapuchado- Realmente no sé qué es lo que le pasa por la cabeza al Maestro de Maestros, pero lo que sí sé es que probablemente me eche una bronca a mi... eso de "no interferir" y demás está bien, de "quedarse observando"... pero uno no puede quedarse quieto siempre. ¿Sabéis?. A veces uno tiene que salir y actuar.

Eso no es decir absolutamente nada, tu maestro podría querer matarnos a todos o destruir los mundos. Así que no hay chirithi.

Las palabras de Rayla fueron puñales que se clavaron en todo el estómago de aquella persona encapuchada, tanto dolieron, que este mismo puso una mano para aguatarse el dolor.

-¡Oh! ¡No! -Dijo con angustia... que duró un segundo pues el tipo de la capucha se giró hacia Caerulea- De todas formas... eres tú la que debes decidir si confías en mi para usar al Chirithy, no tu amiga que casi hace que lo maten... No os haré daño, lo prometo. ¿Qué decides?.

El encapuchado parecía centrarse en Caerulea y su decisión.

Tic tac, sonaba en la imaginación la aguja en la torre del reloj. Doce habíamos caído ya.

Plip plop, sonaban las gotas de agua que caían del cielo, saladas como lágrimas de alguien llorando. Una vez, una estrella cayó del cielo . Aunque probablemente no fuera así en un sentido literal, para mí era como si el propio Erythrum llorase.

Él intentó evitar esto.

Él nunca quiso llevarme consigo. Si me abandonó no fue porque no me quisiese, sino para protegerme. ¿De quién huía él? ¿De quién huía? ¿De Ava? ¿De Luxu? ¿De Darkness? ¿Del Maestro de Maestros? No lo sabía... no tenía ni idea. No tenía ni idea de nada nunca e iba dando palos de ciego. No sabía todavía lo que era la espada-llave esta. No sabía lo que era un sincucharón. No sabía lo que era un sincuerpóreo de esos. No sabía por qué había tanta gente reunida aquí y por qué diantres se habían estado matando entre ellos. No me sabía ni tres cuartos de los nombres de los presentes. Y quizás, ahora que habían muerto, nunca los sabría. Apenas conocí a unos cuantos, más allá de los de mi grupo, el señor Vorton y Oween. Me venían a la mente solamente Naoko, Nate y... ¿creo que Archival se llamaba? Al resto por desgracia no pude conocerles siquiera.

No sabía nada, andaba dando palos de ciego y haciéndole daño a la gente. Desde el principio, desde que partí de mi hogar allá en White Island, que ahora seguro que ya ni existía por culpa mía. Igual que el mundo de los muertos, y aquel ancianito que ni recordaba bien, y-y seguro que igual que otros muchos mundos. Yo iba a trompicones aquí y allá, rompiéndolo todo sin arreglar nada. Y una vez más, aquí, esta ciudad del revés, había hecho exactamente lo mismo, ¿no es cierto?

...Yo quería entregarle el Chirity a Luxu.

Después de todo, me aseguró que al gatito no le pasaría nada, y que traería de vuelta a Erythrum. Por fin, sin causar más problemas, más daños, ni más tonterías. Pero... ella, Rayla, no quería. Decía que era malvado. Y... y Chiritín también me avisó de que la gente que oculta sus ojos bajo una máscara no solía ser de fiar, porque los ojos son el reflejo del alma...

...¿Y qué ví yo en los ojos de Rayla cuando discutíamos? ¿Qué veía yo ahora en sus ojos?

"Sigh..."

"Por qué tiene que ser todo tan difícil..."

"Probablemente me arrepienta de esto, si es que sobrevivo a la que se nos va a caer encima... y me sabe mal por ti porque solo buscas algo parecido a lo mío, traer a alguien importante para ti de vuelta... pero... No, hay trato, lo siento. Supongo que... aún aunque Rayla y yo no estemos de acuerdo en nada... aún aunque según ella seamos incompatibles... aún aunque yo la culpe de la mitad de lo que ha pasado y ella me culpe de la otra mitad... ...Aún aunque hayamos peleado... Yo... Supongo... supongo que... e-en última instancia, confío en ella... y espero algún día poder llamarla amiga..."

"A-así, que... no hay trato, señor Luxu."

Aquel enmascarado se quedó en silencio por un instante antes de volver a hablar, y en esta ocasión avanzar hacia aquel trio. Su capucha impedía verle el rostro, pero aquella aura amenazante era suficiente para dar a entender qué era lo que estaba pasando.

-De todas las personas de aquí, supuse que tú serías la que más entendería lo que busco. Pero supongo que me he equivocado, tus lazos con Erythrum no son tan fuertes como para alguien a quien acabas de conocer... -Dijo mientras señalaba a Rayla- ¿Me lo entregas por las buenas o he de tomarlo yo?.

Una cadena ralampagueó por la plaza en dirección hacia Caerulea, pero antes de que esta lograra alcanzar su objetivo, Dan Vorton se puso en medio agarrándola con sus manos desnudas.

-No te dejaré. -Dijo friamente mientras observaba a aquel encapuchado mostrar nuevamente su llave espada- Rayla está herida, llévatela de aquí Caerulea. Yo me encargaré de este tipo. Nos vemos en la torre del reloj. -En caso de que alguien se dignara a objetar, aquel hombre lo dejó muy claro- ¡IROS YA!. No pienso perder a nadie más... ¡Marchaos!.

En cuanto a otro de los presentes; Stitch parecía dispuesto a pelear ahí y ahora, pero tras escuchar las palabras de Dan, este bajó la cabeza y se dirigió a Rayla, para tratar de ayudarla.

-Smish! -Dijo finalmente- Salsa!.

Al parecer aquel perro azulado parecía dispuesto a seguir las indicaciones de Dan Vorton, por lo que trató de llevar a la muchacha herida por los caminos hacia la torre del reloj.

-Maka maka! -Le gritó a Caerulea.

¿¡Estás loco!? No podemos...

Smish! Salsa! Maka maka!

Miré a Stich sabiendo que tenía razón,no quería pero era la única opción.

Muy bien vamonos. 

Negué con la cabeza con decisión. Llevándome un dedo al anillo de compromiso en mi anular. "No. Es precisamente porque te entiendo por lo que no puedo dejarte hacerlo." le contesté con seriedad. Durante toda mi gesta para traer de vuelta a Erythrum de entre los muertos... ¿a cuánta gente había hecho daño? ¿Y a cuánta gente más haría? Desde que comencé mi viaje había sido siempre lo mismo. Mi mundo natal, el de los esqueletos... vete tú a saber cuántos más que no recordaba... Arramplando siempre con todo como un maremoto, sin volver la vista atrás, queriendo ser un faro de luz en el mar de las estrellas para Erythrum no había parado de ser un huracán para el resto de mundos y viajeros.

...Siempre fui así... ¿no es cierto? ...Yendo por ahí yo sola por los tejados de la ciudad, sin parar de correr, huyendo, huyendo todo el rato de no sé ni qué. Nunca jamás tuve amigos... hasta que Erythrum cayó en un regalo del cielo. Y... luego le perdí sin más... otra vez, y cuanto más me acercaba a recuperarlo parecía que más se alejase de mi. Como intentar atrapar con las manos a una estrella del firmamento, o a una estrella fugaz, o a las gotas de lluvia salada del cielo, que ahora se mezclaban con mis propias lágrimas recorriéndome el rostro.

Cuanto más me acercaba, más se alejaba de mi. Y ahora, que tenía a unas palabras, al alcance de la mano el traerlo de vuelta... no podía. No podía hacerlo, porque significaría hacer sufrir a más gente de nuevo. Y seguramente, al propio Erythrum. No estaría contento... no estaría contento de volver así.

Luxu no estaba contento con la respuesta, claro que no. Y tampoco parecía dispuesto a aceptarla, como era de esperar. Y así fue como perdí para siempre una oportunidad para recuperar a la persona que más feliz me hizo nunca, a la que más amaba entre todos los mundos. Erythrum... y quizá la única oportunidad que tendría nunca.

Dan Vorton se interpuso entre Luxu y yo, quien lanzó unas cadenas contra mí. Si no podía conseguir el Chirity por las buenas, lo haría por las malas... Normalmente tengo buenos reflejos, pero esta vez, aunque veía la cadena ir hacia mi casi a cámara lenta... cerré los ojos, derrotada, lista para encontrarme con Eryhtrum por otro camino. Si yo moría, el pequeño Chiritín desaparecería conmigo, y terminaría encontrándome con Eryhtrum en el más allá. Después de todo... ¿no ibamos a morir todos ahogados? Según la explicación, estabamos en una burbuja en lo más profundo del mar, en una trampa sin salida ideada por Ava. Al final iba a salirse con la suya aún después de muerta... En fin, si nos ibamos a morir aquí... ¿para qué traer de vuelta a Erythrum de todas formas si la iba a palmar aquí ahogado conmigo? ¿Para qué hacer sufrir a más gente trayendo al, según Rayla y su no sé de dónde salía omnisapiencia de todas las cosas, 'maestro de maestros igual a chico malo'?

No había ya más salidas, y estaba cansada de huir y pisarle lo fregao a todo el mundo, y ser la responsable de la destrucción de dos mundos mínimo y al parecer también de la muerte según Rayla de por lo menos tres personas. Pero el señor Vorton parecía tener otros planes... Paró la cadena y nos gritó que corrieramos. ¿¡Pero correr hacia donde!? ¿Hacia la torre? Estábamos en una ciudad supuestamente bocaabajo en el fondo del océano. ¿No era que acaso subir la torre nos hundiría aún más? ¡No había salida!

Vio mi titubeo y me gritó que me nos fueramos ya. "Señor Vorton... n-ni se le ocurra morirse..." dije, dando pasos atrás, antes de girarme y antes de echar a correr hacia donde había dicho, la torre del reloj. "Por favor, no sea el siguiente de esa larga lista negra..." ...que no paraba de escribirse al compás de mis pasos.

De nuevo huyendo otra vez.