Partida Rol por web

El exterior del edificio era completamente idéntico al que habían recordado, cada marca hecha en la puerta y en las paredes, cada ladrillo desgastado, cada trozo de maleza colocada y pisada; la torre del reloj era la misma que siempre, pero aún así, algo extraño pasaba, algo que ni Rayla ni Caerulea podía llegar a comprender del todo bien.

Sea como fuere, ambas muchachas cruzaron el umbral de la puerta...

En vez de encontrarse con aquella extraña estancia blanca llena de cápsulas y en las paredes y techos portales hacia aquella playa de oscuridad; ahora lo que ambos tenían delante era un enorme y largo pasillo iluminado por alguna que otra lampara. A la derecha cataratas de agua y bajo aquella pasarela la corriente de agua continuaba su dirección hacia las salidas en rendijas. Engranajes enormes se encontraban moviendo en toda la estancia, en un movimiento constante.

Al otro lado del pasillo, manteniendo la estética de la torre, parecía haber un ascensor, eso sí, plagado de engranajes.

Llegamos bastante rápido, menos mal que la ciudad no era muy grande, desgraciadamente volvíamos a estar en el lugar de los engranajes. Me acerqué a ellos para verlos.

Mierda y ahora como volvemos a ese lugar.

Me dejé caer al suelo, derrotada, llevándome ambas manos a la cara, tapándomela en agónica depresión. "Sniff... hic..." y me eché a llorar. Escogiese lo que escogiese siempre terminaba haciéndole daño a alguien. Estuve a un pasito de recuperar a Erythrum, a un pasito... y me negué porque ese tipo era tan sospechoso como Ava y no quería causar más sufrimiento o más muertes por mi culpa... ¿y qué acababa de ocurrir? Seguramente el señor Vorton la palmaria, otra vez... Y ya no habría forma de revivirlo. Ya no habría forma de revivir a nadie... Los portales... habían desaparecido...  ¡desaparecido! Oween, Naoko, Nate, Archival, el novio de Rayla y todos los demás a los que yo ni pude conocer... ya nunca jamás podríamos traerlos de vuelta... y-y encima aunque pudieramos, y suponiendo que solo nosotras dos pudieramos salvar a alguien... de todas formas el mar se nos iba a caer el mar sobre nuestras cabezas...

Aquellos engranajes parecían ser parte de toda aquella construcción; por lo demás, lo único que fuera algo de utilidad para ellos era una pequeña palanca al final de la estancia, en una zona enorme circular. Lo más probable es que fuera un mecanismo para acceder a una nueva sala.

El Chirithy que tenía Caerulea estaba nervioso, trataba de animar a su compañera azulada sin demasiado éxito, a la par que trataba que esta continuara caminando. Puesto que la amenaza, si es que lograba derrotar a Dan Vorton, vendría de detrás de ellos.

Miré a la chica que estaba en el suelo derrumbada y sin fuerzas. Lo que faltaba no tengo tiempo para esto. Avance hasta ella y la cogí del brazo.

Caeru, vámonos, hay que salir de aqui o matarán al pequeño y no veras a ese chico nunca mas. Y aun podemos salvarlos a todos, venga. Vamos stich, tu también, necesitaremos ayuda.

La arrastré como pude hacia la palanca para bajarla y activarla.

Caerulea se dejó arrastrar, por lo que Stitch decidió también ayudar a Rayla y subir encima de su cabeza a la muchacha de cabellos azulados, algo que al Chirithy le pareció terriblemente peligroso el hecho de que aquel perro azulado pudiera como si nada con Caerulea, pero aún con todo, este no dijo nada, tan solo se agarró a la muchacha mientras estaban siendo secuestrados por el perro de Rayla y  Rayla.

Una vez que Rayla se acercó a aquella palanca y jaló de ella, signifique lo que signifique esa palabra; toda la plataforma en la que Rayla, Caerulea, Chirithy y Stitch se encontraban comenzó a temblar.

Con un crujido, esta empezó a elevarse por encima de aquella estancia, cruzando el espacio que los separaba del cielo al techo y siguió subiendo por el núcleo de aquella torre del reloj. Se podría decir muchas cosas de ese ascensor, pero "seguro" era una de las cosas que no se podían decir.

Una vez arriba de todo, el techo se abrió para dejar que aquel inseguro ascensor pudiera llegar a la cima.