Partida Rol por web

Allá en lo alto, siento el viento en mi cara. Está ligeramente fresco, lo cual se agradece. Durante unos segundos me olvido de mi misión, y dejo que la brisa golpee mi rostro, dejándome seducir por su frescura. Las pocas magulladuras que sufrí en el combate parecen quedar muy atrás, y en aquel momento, allá arriba yo sola, me siento capaz de todo.

Tras unos insignificantes segundos dejándome mimar por el viento, recuerdo que estoy allí para cumplir una misión, y procedo a cumplirla a rajatabla. Agudizo mis sentidos lo más que puedo, trato de estar atenta a cualquier sonido, a cualquier sombra, al más mínimo cambio en el paisaje que nos rodea. Buscaré hasta el indicio más insignificante de la presencia del enemigo en nuestro entorno.

Durante unos minutos no dejo de mirar hacia todos lados, constantemente. Aprieto el arco con mis mano derecha, mientras que en la izquierda sostengo una flecha. Posiblemente estas medidas sean estúpidas, por ello no llevo el arco en alto, sino apuntando relajadamente hacia el suelo, pero cierto temor a ser sorprendida hace que extreme mis precauciones al máximo, como me imagino que haría un buen guerrero rohirrim.

A primera vista todo parece en calma, no escuchas ruidos y tan solo percibes, aun lejos, unas patrullas que se dirigen hacia vosotros. Pero si van buscando hasta debajo de las piedras como según parece, tardaran aún horas en dar con vosotros.

Cuando estás bajando de la loma, contenta por llevar buenas noticias percibes algo por el rabillo del ojo. Un movimiento rápido que hace apenas ruido. Agudizas tu vista en completo mutismo y consigues observar -tan solo por un momento- la robusta complexión de algún tipo de cánido grande. No, uno no, al otro lado de la loma escuchas un gañido compungido de otro, y más allá un movimiento furtivo de otro más... tres quizás cuatro de ellos, suficientemente curioso para pensar que no es una coincidencia, puede que sean perros de caza o lobos-huargo, los afamados perros de guerra que los ejércitos del Este usan en batalla.

Y están al acecho, quizás ya sepan que estáis en la cueva...

Ergon ayudado por sus compañeros es levantado con cuidado y poco a poco se levanta mientras que las arcadas permanecen ahi, al menos hasta no salir fuera no puede respirar el aire fresco de la madrugada, aun tiene que hacer guardia junto con Ozbeorn, pero este esta dentro con Demian lo que le hace decir.
Buscad a Demian y a Ozbeorn... Arcada. Pueden estar en peligro...a...a mi dejarme cerca...de... Arcada. De la puerta.
Consigue terminar de decir, mientras sigue siendo portado por el mediano y por la dama elfa.

-Borgo- Digo mirando al Hobbit... -Buscalos, yo me quedaré con Ergon- Dije mientras seguía caminando a la salida de la cueva con Ergon encima.

No sabía...ni quería saber que le había provocado eso al humano, pero la verdad es que no parecía estar en buen estado, necesitaba aire limpio.

Borgos acomodó a Ergon apoyado contra una roca y jadeó un buen rato intentando recuperar el aliento. El guerrero pesaba como una tonelada de ladrillos.

-¿Por que crees eso? Se supone que están montando guardia, ¿No?

Ergon lleva su mano a la cabeza y dice.
Todo me da...vueltas...
Al darse cuenta de que ha quitado un punto de apoyo nota como se vuelve a desequilibrar y rapidamente vuelve a colocar la mano en el frio suelo de roca. Luego mira a Borgo y dice.
Tienes razon... solo estaban montando guardia...no se porque me altero.

¡Oh, Dios mío! ¡Aprisa, Norwyn, aprisa! ¡Antes de que nos cojan por sorpresa!

Bajo lo más aprisa que mis flacuchas piernas me permiten. Cuando entro en la cueva, visiblemente acelerada, gotas de sudor resbalan por mi frente. Mi rostro de alarma es lo suficientemente expresivo como para que todos se me queden mirando en cuanto entro.

¡Lobos!- exclamo nada más entrar- Las patrullas nos están buscando, pero aún están muy lejos como para dar con nosotros en un futuro próximo. Pero nos acechan varios animales, creo que eran lobos. ¡Hay que prepararse!

Aunque las noticias que trae su hermana son nefastas, Demian mantiene la calma y no se deja llevar por el pánico. Después de soltar una maldición en voz baja, se dirige al grupo.

- Borgo, ¿como está Isilwen? ¿En condiciones de soportar una marcha rápida o no?- le pregunta al mediano mientras se acerca a la entrada de la cueva para echar un vistazo- Si puede moverse rápido, deberíamos irnos, aunque si esas malditas bestias están demasiado cerca, quizá sería mejor aguantar la acometida aquí, en la entrada de la cueva con una posición defensiva... Ergon, ¿puedes luchar?

Borgo se llvo una mano a la nuca y sacudió la cabeza, inseguro.

-Isilwen se irá recuperando con el tiempo y Ergon también. No soy capaz de decir, sin embargo, si estan en condiciones de luchar. De eso, poco se. Quizás ellos mismos puedan decirte mas que yo.

Miré a Demian soriamente y contesté -Podemos irnos, y llegado el caso puedo combatir- No me hacía ninguna gracia que esa gente nos pillara, al menos si los lobos eran simplemente eso quizá podríamos despistarlos...sería difícil pero podríamos.

-No creo que tengamos tiempo para debatir si nos vamos o nos quedamos...debemos marcharnos inmediatamente Demian- Dije, esperaba que Ergon pudiera caminar sin dar arcadas cada dos pasos.

Demian se queda de golpe como paralizado, está claro que se acaba de dar cuenta de un hecho con el que no había contado hasta ese momento. Su cara se inflama de ira y no puede evitar soltar un juramento mientras empieza a recoger sus cosas a toda prisa.

- ¡Tienes razón, Isilwen, debemos largarnos de aquí volando, pero no por los lobos!- les dice nervioso- Rápido, coged vuestras cosas y vayámonos!- añade igual de impaciente mientras agarra la mochila de Isilwen y se la lleva a la espalda, esperando al resto en la entrada de la cueva- Acabo de recordar que los balchott usan lobos amaestrados para detectar enemigos y luego avisarles y guiarles! Les cortan las cuerdas vocales, por eso no los hemos oido! Pueden llegar aquí en cualquier momento, vamos!

Borgos abrió los ojos como platos. No había oido aquello nunca pero Demian lo dijo con gran seguridad así que debía de ser cierto.

¡Que crueldad con los pobres animales!

Borgo se apresuró en ir a por sus cosas y enseguida estuvo listo para partir.

Hay que partir cuanto antes- les digo, asustada- No estaban muy lejos. Si se tratase de humanos, diría que nos daría tiempo de sobra a escapar, pero los lobos son demasiado veloces. ¡Hemos de partir!

Como no sería de gran utilidad en el caso de ser atacados, me preparo para ir en la retaguardia, cerrando el grupo y espada en mano.

-Creo que la formacion que usamos al venir tambien valdria ahora. -dijo Borgo mientras buscaba su sitio.

Frunciendo el entrecejo y concentrado en cualquier sonido que indique peligro, Demian se asegura la mochila de Isilwen y la suya propia a la espalda, saca un poco la espada de la vaina para comprobar que está lista para ser usada de improvisto, la vuelve a guardar y echa una ojeada afuera para comprovar que aún está despejado.

- Sí, Borgo, podemos usar la misma formación que ayer, de uno en uno y en el mismo orden. Estad especialmente atentos a cualquier ruido sospechoso, sobretodo si es metálico. Seguiremos moviéndonos por el bosque hacia el oeste más o menos en línea recta; será dificultoso, pero no creo que regresar al camino sea lo más prudente. Más adelante tendremos que girar al sur. Estais listos?- pregunta con impaciencia, cada vez más preocupado.