Partida Rol por web

Donde los Valientes Temen Aventurarse

17. El Descanso Efímero del Héroe.

Cargando editor
03/02/2013, 22:50
Nanthleene

Nanthleene estrechó a su hija contra el regazo, como si temiera que pudieran tocarla siquiera en una conversación.

—Glimgmar... parto en barco mañana. A Aguas Profundas, y de ahí a Siempreunidos. Los elfos, todos nosotros, nos vamos de Faerûn —esbozó una sonrisa triste que por primera vez se contagió de algo parecido a empatía—. No voy a acompañaros a ninguna parte, y no me siento con derecho a opinar sobre vuestro destino.

Abarcó con la mirada a los demás.

—Pero os rogaría a todos vosotros que comprendáis al señor enano. ¿No os resulta evidente que la pérdida de la gnoma pesa en su corazón? ¿No podéis apiadaros y ceder?

Cargando editor
03/02/2013, 22:54
Payne, La Señora del Látigo

Payne abrió muchos los ojos primero y la boca después mientras un brillo de comprensión afloraba en sus ojos.

—Espera, ¿no te habrás...? —soltó una risa incrédula—. ¡No me j...!

Cargando editor
03/02/2013, 22:56
Ulfe

Ulfe había estado hablando con Tabin en un apartadillo, y no parecía precisamente contento.

—Si me disculpáis, tengo asuntos que resolver —dijo con frialdad dedicando una mirada de soslayo a Tabin—. No contéis conmigo en un par de dekhanas.

Tensó la mandíbula y giró sobre sus talones a modo de despedida antes de marcharse.

Cargando editor
06/02/2013, 22:40
Tabin

Tabin regresó al grupo y no dijo nada ante la despedida de Ulfe. Taciturna, esperó a que se fuera antes de mirar al resto intentando mantenerse de una pieza.

-Bien, ¿qué me he perdido?

Cargando editor
07/02/2013, 12:38
Aramil

-¿Algo que queráis compartir con nosotros, señora del latigo?-Pregunto dubitativo al ver su reacción.

Cargando editor
09/02/2013, 18:34
Glimgmar "Tumba-birras"

¡Y ahorra se va sin más! brrrrrujos....siempre tienen que ser brrrrrujos.

 Glimgmar se cruzó de brazos de forma autoritaria, se mostraba algo molesto, podía verse en como se rizaban los pelos de su largo bigote, en la gran nariz que parecía inspirar con dificultad para soltar todo el aire de golpe...podía ser muy molesto o incluso relajante. Miró a Payne sin darle demasiada importancia a sus palabras...le había cogido aprecio a la vagabund....a la señora del látigo, sin embargo, empezaba a pensar que su primera impresión, a saber, que estaba loca, no hacía nada más que confirmarse una y otrra vez.

 - Parrece que vamos a perseguir a un muchachuelo por toda la ciudad parra currar a un viejo brrrujo vil de una muerte segurra a manos del tiempo. - espetó algo molesto contemplando la marcha de Kayle, se la había jugado a base de bien....

 - No podemos permitir que vaya sola y la maten. Puede que sea de ayuda parrra encontrar a los esclavos, reconocerré que tiene recursos... - si había dicho eso es porque presumía que ella no le oiría decirlo, que tuviese recursos no querría decir que fuese una respondona egoísta y brrruja, además de una niña pequeña consentida. Perro también entendía que el viento erra rebelde por naturraleza, y no pretendía enjaularla. Kayle erra más simpática cuando erra libre, y glimgmar había comprendido eso desde el primer momento.

 Acceder a sus caprichos no erra del todo del gusto de glimgmar. a fin y al cabo no le gustaba mucho esa forma de proceder, erra la de los marrineros, dejarse guiar por el viento, ¡y chocaban contrra las rrocas! ¡y se ahogaban!

 Al enano le dio un pequeño escalofrio.

 - Es evidente que todos tenemos asuntos que resolver. - Sentencié - Y es imperante que pongamos nuestros recursos en marcha antes de dar vueltas como atontados por toda Nesmé en busca de los desaparrecidos y los esclavistas.

 Así darremos tiempo a nuestros aliados parra que nos ayuden.

 Ahhhh jajaja... - rió - ¡después de todo no todos pueden seguir el ritmo de los más veterranos!

 Se jactó humildemente parra justificar que iba a renunciar a aquello que más apreciaba en Nesmé, su negocio y la gnoma, parra salvar la ciudad de un mal mayor que no tenían la certeza de que fuese a amenazarles aquel mismo día o dentro de años. Erran los sacrificios que pedían los dioses de la justicia, y además, necesitaba ser fiel a sí mismo, tenía que resolver aquello de una forma lo más legal posible, tendría que recurrir primero a Hakon, y después, si no había otrro modo, entonces se tomarría la justicia por su mano.

 Ignoré a Aramil, pero me preocupaba Ardreth.

 - ¿comprenderrías que es lo mejor? - le preguntó aunque no era una consulta sino información sobre algo parrecido a una imposición - No la vamos a dejar atrrás, pero necesitamos orrientar esto de la formas más sutil y correcta posible. Si damos un paso en falso podrían acabar con el legado de Fasber aquí, con su tienda, o cosas peorres.

 Hakon es un buen tipo, podrrá comprobar la verracidad del contrato y utilizarrá sus fuentes parra que cuando estemos de vuelta podamos seguir su pista de forma más dirrecta.

 glimgmar se daba aquella explicación también a sí mismo, casi no podía perdonarse dejar a Fasber tirrada sólo porque a aquella brrrruja del viento se le había metido en la cabeza largarse airadamente.

 Evitando hablar más del tema y terriblemente afectado, mirró a la elfa como el que ve la luz al final de un profundo pozo oscurro.

 - Antes de que partais, mi señorra, me gustarría hablar con vos en prrivado. Si no es mucha molestia.

 Se mostrró educado, no la veía como una elfa caprichosa, no por más tiempo, comprendía que su pérdida la había enloquecido, y ahora erra más empático con ella al haber perdido a Fasber. Pero glimgmar mantenía lo dicho, la encontrarrían, erran grandes guerreros, o tunantes robacarterras...no importaba, erran grandes y eso erra suficiente.

 La marcha de ulfe le marcó, perro lo dejó estar. Aquel tipo tan grande, aquel pataslargas tendría mucho sobre lo que reflexionar. Ya se darría cuenta de que su lugar estaba junto a ellos.

Cargando editor
11/02/2013, 14:19
Payne, La Señora del Látigo

—Una bonita historia de amor entre un enano y una gnoma —dijo Payne, contestando a la vez a las preguntas de Aramil y de Tabin. Sonrió a la semielfa y marcó el siguiente comentario con el perfil incisivo de un puñal —: ahora que tu bonita historia de amor con Ulfe ha terminado trágicamente quizá encuentres reconfortante que el amor sigue triunfando.

Cargando editor
11/02/2013, 14:24
Nanthleene

—¡Yo no insinuaba eso! —protestó Nanthleene.

Cargando editor
11/02/2013, 14:25
Payne, La Señora del Látigo

—Oh vamos. Si piensas que un hombre puede querer otra cosa de una mujer que no sea fornicarla es que las elfas son tan frígidas como dicen se encogió de hombros mientras Nanthleene le tapaba los oídos a su pequeña—. Por mucho que ese hombre mida metro y medio.

Cargando editor
11/02/2013, 14:26
Nanthleene

—No la escuchéis, Glimgmar. Vuestros sentimientos y preocupación por vuestra amiga son muy loables —hizo una señal con la mano, en dirección opuesta a la que se había marchado Kayle—. Venid, y hablad con sinceridad.

Cargando editor
11/02/2013, 14:28
Narrador

Voy a ir cerrando esta escena así que ultimad detalles. Creo que con esto, Glimgmar sube de nivel.

Todos: +500 px
Aramil: +225 px adicional

Cargando editor
11/02/2013, 15:36
Aramil

-Vaya, parece que estamos en la casa de las dagas voladoras.-Pienso conteniendo la risa.-Bueno, yo creo que me voy con Kayle... ya si eso cuando acabeis con la juerga empezamos a buscar al nigromante.

Dicho esto, echo a andar tras ella.

-Oh, antes de que se me pase.-Digo dandome la vuelta.-¿Sabeis si hay algun modo de conseguir que Satara pueda cruzar los muros de la ciudad? ¿Algun permiso o algo? Es que es un poco dificil que rastree a la gnoma desde fuera. Tiene una nariz privilegiada, pero no tanto.

Notas de juego

Gracias boss!

Cargando editor
11/02/2013, 21:42
Tabin

Sobresaltada por su intervención,Tabin miró a Payne llena de odio.

-No ha terminado. Cierra la boca, zorra. -Luego, dirigiéndose a los demás y suavizando el tono, dijo-. Voy con Kayle.

Cargando editor
13/02/2013, 05:53
Glimgmar "Tumba-birras"

- Clarro. - no se indignaba, perro se sentía orgulloso de conocer a gente importante. Era un sentimiento contradictorio, por una parte sentía satisfacción por los buenos hombres como Hakkon, por otra, le apenaba no haber dedicado más tiempo y esfuerzo en forjar vínculos más estrechos y fuertes con ellos. Con aquellos que le rodeaban pasaba algo parrecido...mirré al enano con enterreza:

 - Kayle irra a ver a Hakkon, él es la persona que buscas. Puedes decir que vas de mi parrte, que es vital parra ayudarnos en todo esto. - asintió, si no le hacían caso siendo enano, serría extraño. La palabrra de un enano siemprre es sincerra.

 - Ardreth, acompañales si quierres. Yo os alcanzarre en un momento. Sino, puedes esperrarme. - Perro Glimgmar no quería que el muchacho perdiese el tiempo.

 Le vendría bien trabar amistad con aquellos que le acompañarrían, así tomarría algo de temple para conseguir sus verdaderros objetivos. Le mirré con tristeza en lo profundo de mi herrumbroso corrazón. Y negué parra mí, sin saber que pasos estaba dando en aquella pasarrela quebradiza.

 - ¡Payne! - vociferró - no quierro decepcionarte - negó - ¡me da igual! - afirmé después - Perro no tienes porqué venir detrás de mi todo el rato. - advirtió, aunque no la echó de allí, sólo le daba la opción de, suponía, traicionar parte de sus creencias y hacer lo que quisierra y no lo que creía que erra la decisión de un Dios. Glimgmar pensaba que perderría el tiempo "sirviendole" por mucha cicatriz verdaderra que dijesen que erra. - Tampoco hay motivo parra ser groserros. - Implorró.

 No necesitaba negar que apreciaba a la maldita gnoma y que echaba de menos su estridente y molesta voz. Perro no le seguirría un juego tan infantil y deliberrado.

 Se apartarría un momento junto a la elfa, había preocupaciones que deseaba compartir con ella.

Cargando editor
13/02/2013, 06:07
Glimgmar "Tumba-birras"
Sólo para el director

  Glimgmar avanzó y se despojó humildemente de su casco. Aquel gesto erra una muestra clarra de sumisión y respeto sincerro ante la elfa, pues no la veía como a un rival y destapaba su alma ante ella porque ahorra, en momentos tan aciagos, sabía que ella le comprendía bien. Glimgmar la había entendido a ella antes, con su pequeña, perro porque entendía el valor de la perdida de un ser querrido, afortunada y lamentablemente.

  Parrecía un niño barbilampiño con el yelmo, jugueteando con el entre sus manos a la altura de su ombligo embutido en su armadura. Todos los elfos partían, otro sentimiento contradictorrio más en la agitada mente del enano. Su cabello no estaba muy limpio, aunque su barba erra cuidada y lacia, perro nada que destacase. Glimgmar parrecía en Nesmé un extraño, y no había llegado a su hogar parra descansar, no por la pérdida de Fasber, eso no habría cambiado sus deseos de salir de allí. Por un momento entendió a toda una raza...y sin embargo, eso sólo le sirvió parra saber lo equivocados que estaban al marcharse.

 - Lamentarré no volver a verros. - Le confesó, bajando la mirrada hasta el suelo, contemplando sus propias grevas.

Querría pedirros disculpas si en algún momento fui tosco con vos en el pasado. Sólo tenía la intención de que supierrais que tenía la certeza de que todo saldrría bien.

 Asintió y ladeo la cabeza varicas veces de un lado a otro, sopesando que erra algo estúpido decir aquello. Glimgmar opinaba lo mismo sobre Fasber y los demás, el jamás permitirría que les pasase nada malo, aunque perdiesen el tiempo buscando a un nigromante para asegurrar el bien mayor. Erra su deber después de todo.

 Esperró alguna palabra de la elfa, parrecía que no erra lo único que le había llevado a estar allí, frente a ella.

Cargando editor
13/02/2013, 17:39
Nanthleene

—Vuestras disculpas son admitidas —dijo Nanthleene, con el ademán solemne y beatífico de un alto sacerdote coronando a un rey —. Aunque quizá yo estuviera más susceptible de lo normal.

Apretó a su hija contra el regazo.

—Este viaje ha transformado más mi forma de ver el mundo que los decenios que pasé en Evereska —dijo más para si misma que para ti.

Cargando editor
17/02/2013, 07:03
Glimgmar "Tumba-birras"
Sólo para el director

 Quizás lo único que hacía que Glimgmar no dejase de ser el mismo en aquella locura eran sus ansias por conseguir aquello que tanto había perseguido a lo largo de su vida. Sintió el frío, calando hasta sus huesos, doloroso, y era un frío que un enano pocas veces siente. Su piel era dura y sus músculos fuertes, estaba preparado para afrontar ventiscas y caminar en la nieve...y sin embargo, Nesmé le helaba. O tal vez lo hiciera Loviatar, o los propios actos del enano. Vio en Nanthleene un reflejo de lo que simbolizaba una de las cosas que no podía tener, "la vuelta a casa". Estuvo a punto de soltar un sonoro sonido con los labios mientras tiritaba, pero se contuvo de pleno.

 Miró a la elfa, con empatía y en ese momento, sin reservas.

 De entre todos jamás pensó que fuera a quien más respetase en aquel grupo de desafortunados...perro así erra, ella erra la única que le entendía, y aunque en ocasiones le había hecho perder la calma, siempre le había tratado con cierto respeto. Un respeto que no se había ganado con el resto, o eso entendía en aquel momento.

 - El cambio a veces es bueno, si señorra. - asintió, dandole a entender que de segurro aquello erra algo bueno - Perro si os vais, no tendrré forma de asegurrar, de demostrar que me acompañasteis en este dificil camino que recorrimos juntos. - Glimgmar se sonrojó notablemente y tosió para ocultar su falta de corraje ante una dama tan hermosa.

 - No tendré nada con lo que convencer a mis hermanos a la luz de una buena hoguerra de lo que movió el amor de una madrre por su hija.

 No deseo importunarla, perro algunos sincerrebrados piensan que los elfos se desprreocupan de sus hijos parra cuidar las ramas de los árboles o las hierbas al pie. - dijo desdeñando esa idea ahorra que la había conocido. él no opinaba así, y puede que nunca lo hubiese hecho, erra más listo de lo que aparrentaba...clarro que la tradición, es la tradición.

 - Me gustarría inculcar a aquellos que son de mi raza el respeto que os tengo, mi señorra.

 ¿Podrría pedir este guerrerro una señal de vuestrra persona? - Había oído que los humanos pedían en algunas justas un simbolo de la persona a la que apreciaban parra que les acompañase en la lucha, no erra tanto eso, como la petición de algo que le diese a Glimgmar la oportunidad de hacer que lo vivido entre todos aquellos perdurase, y no sólo eso, sino el recuerdo de Nanthleene en la mente del enano.

Cargando editor
17/02/2013, 11:25
Nanthleene

Nanthleene se sorprendió por tu petición, y tras pensárselo unos momentos introdujo su mano en las profundas mangas y sacó un pequeño peine y te lo tendió. 

La empuñadura estaba tallada en coral. Como todas joyas y adornos que lucía Nanthleene era hermoso pero contenido, y con una manufactra exquisita.

—No servirá para desenredaros la barba —comentó con una sonrisa aleteando en los labios—, pero creo que cumplirá su cometido, espero. Que el Seldarine te proteja Glimgmar, amigo de los elfos, y que iluminen tu camino en los días oscuros para que no te pierdas. Agua dulce y risas ligeras.

Cargando editor
26/02/2013, 03:14
Ardreth

-Creo que prefiero esperarte -dijo el semielfo mirando de reojo con disimulo y acercándose al enano con pasos livianos. Aquel había sido un primer encuentro un tanto extraño y violento con los compañeros de aventuras de su jefe. Había oído hablar al enano de ellos en numerosas ocasiones y de lo dispares que eran, pero ahora que los había conocido en persona no era disparidad lo que veía, sino división.