Kayle parpadeó con algo de sorpresa.
—¿Tabin?—dijo—. ¿La misma Tabin de la que tanto hablaba la gente cuando a Jezzen le... ?
Hizo una pausa y se rascó la mejilla bajando la vista con pensativo gesto ceñudo. Se acordaba de aquello, pero en lo que a ella respectaba tenía los mismos motivos para creerse los rumores que para no creérselos, es decir, ninguno.
A la genasí no le gustaba juzgar a la gente que no conocía, ella mejor que nadie sabía que los desconocidos con mala reputación no siempre eran merecedores de ésta.
—No sabía que tuviera un negocio de caravanas—añadió de pronto alzando de nuevo la vista y abriendo los ojos con toda inocencia. A despecho de que aquél final de frase no tenía nada que ver con los recelos y similares que sería normal haberse esperado.
¿Se algo de dónde se vendieron los objetos, o si fue oro?.
El joven cruzó los ojos y sopló al pequeño remolino, jugueteando con el diminuto ser. Le parecía tan curioso y hermoso como la propia Kayle, pero probablemente ella se molestase si la miraba tan fijamente como al bichito.
-Pues si tú Hakkon confías en ella, no voy a dudar de tu juicio.-dijo Ánder sin translucir ninguna sospecha acerca de la semielfa.
-Pero otra cosa, seamos francos, si han secuestrado seis niñas, podemos estar frente a algo muy grande, no un violador o un nigromante loco o algún monstruo solitario salido de la infraoscuridad. No pienso dejar de enfrentarme a lo que sea, pero si es una organización o grupo poderoso necesitaremos ayuda marcial.-
Un ejército nos vendría bien desde luego, pero con uno o dos guerreros como mi maestro me las apañaría.
Cuando Ánder le sopló, el Familiar reaccionó disipándose en una voluta de humo blanco.
El paladín pudo ver cómo la susodicha flotaba hasta quedarse suspendida a un palmo de su nariz, se infló hasta parecer una pequeña nube, y de golpe recuperó su forma de tornado en miniatura enviando de vuelta un soplo de viento. Ánder sintió la veloz y corta racha en el rostro que debía ser la continuación del juego y que no molestó pero resultó gélida como si viniera de las mismas cumbres de las montañas.
—Céfiro... —suspiró Kayle.
—Ha empezado él—se defendió el pequeño elemental de aire, flotando aún cerca de Ánder.
La genasí puso los ojos en blanco con resignación, ignoró a su Familiar y le habló al paladín.
—Los jinetes han estado buscando sin descanso y Hakkon dice que no han encontrado nada. Es extraño... si fuesen un grupo grande debería resultarles muy difícil pasar tan desapercibidos.
Hizo una pausa y miró al sargento con gesto interrogante.
—¿No?
Oro, joyas y metales preciosos es lo que denunció Jezzen.
Sobre lo que hizo Morgan con el fabuloso botín hay opiniones para todos los gustos, alguna de ellas bastante imaginativas. Si la elfa es como la pintan, probablemente alguna de las historias más rocambolescas fuera propagada por ella misma. Lo más sensato es que Morgan se lo hubiera llevado consigo cuando se esfumó de la ciudad y lo vendiera, guardara o escondiera en otra parte.
—Cuando me cuentan una parte de la historia, siempre me intereso por la otra —dijo Hakkon—. En lo que respecta a Tabin, ha ayudado a los Jinetes en alguna ocasión. Anoche mismamente pudimos desmantelar una banda de traficantes de tekkil adulterado tirando de un hilo que nos tendió ella. A mi con eso me basta.
Con aquella declaración Hakkon dio por zanjado el asunto de la honradez de la semielfa. Meditó unos momentos antes de continuar.
—Que se trate de una banda organizada es posible, sí, y no debemos descartarlo. Un grupo grande puede ser más fácil de seguir, pero también puede disponer de más medios mágicos o mundanos para ocultarse. Por lo que me han dicho la propia Tabin sabe pelear pero... creo que conozco al hombre perfecto si tenéis problemas. O mejor dicho, al enano perfecto —Hakkon se sonrió—. Y si vuestras fuerzas se ven sobrepasadas, yo mismo cargaré con los Jinetes de Nesmé. Sólo necesito saber dónde golpear.
Ánder rió cuando la criatura jugueteó con él, para luego responder a Kayle:-Desde luego, he empezado yo. Y sobre lo de la cantidad de secuestradores, podrían ser uno o dos aquí y un ejército entero en Luskan.
La cara de Ánder volvió a ensombrecerse cuando el sargento comentó su versión sobre la honradez de la semielfa: -Si Tabin ha ayudado a evitar que esa banda de malechores envenene las vidas de más ciudadanos de Nesmé, tiene toda mi gratitud.- Su tono sincero contrastaba con su rostro preocupado.
-Me alegro que tengas a alguien en mente para el apoyo marcial. ¿Podrías contarnos las pistas que tienes y que llevan a Luskan o prefieres esperar a que estemos todos?.-
—¿Pistas concluyentes que lleven a Luskan? No, no. No hay ninguna. Es una opinión personal acerca del destino más razonable. Pero es posible que la razón no tenga nada que ver con lo que tenemos entre manos. Por las pistas que tenemos bien podría tratarse de un depravado, o de un loco que se las de comer a los trolls.
La opinión que tenía Hakkon sobre aquella posibilidad se asomó a un mueca de disgusto en su ceño.
—Tenemos un as en la manga. Una de las madres de las niñas desaparecidas se ha ofrecido a colaborar en la investigación. Es una elfa solar, una sacerdotisa de Corellon —el sargento volvió a hacer una pausa—. Según me ha explicado, los elfos pueden sentir a otros elfos en ese estado que llaman Ensoñación. Comparten sentimientos y vivencias; cuanto más intensos son, con más fuerza se comparten. Según ella, si se acerca lo suficiente a su hija, podría sentir su miedo...
Dejó la frase en el aire, pero la continuación era obvia: ...si es que sigue con vida.
—Os ruego de antemano que tengáis paciencia con ella. Está muy nerviosa.
Ánder: +340 px
Kayle: +90 px
Ánder: tu relación con Hakkon ha aumentado en 1 punto: Amistad — Asociado (4)
Puck: ¡pasa tu ficha a limpio cuando puedas!
Los dos: Esti ya lo sabe, pero no os ceguéis con las opiniones de los PNJs. Ellos no tienen la visión omnisciente que yo tengo. Están influenciados por lo que saben y por sus prejuicios: pueden tener razón completa o parcial en sus conjeturas o pueden no tenerla en absoluto. Si no tenéis nada más que preguntarle a Hakkon, decídmelo en el off o por msn y os paso a la siguiente escena.
Ánder dijo con voz firme lo que estaban pensando todos: -Procedamos cuanto antes, no quiero esperar a que desaparezcan más niñas. Si no os importa podíamos pasar por mi casa para que me ponga mi armadura, no sabía que el trabajo era tan urgente.
Y sin decir mucho más, empezó a dar grandes zancadas en dirección a su casa.-Vamos, ¿Tenemos que ver a esa tal Tabin ¿Verdad? y luego al enano.-