Partida Rol por web

Encontraron al uthgardt a extramuros.

El bárbaro estaba partiendo leña sobre el tocón de un árbol. Pese al frío que hacía, el bárbaro tenía el torso desnudo bañado en sudor por la actividad. Cuando vio acercarse a Tabin dejó el hacha a un lado, se enjugó el sudor en una toalla de lana y se echó una camisa ancha por la cabeza.

—Buenos días, Tabin —dijo lacónicamente, mientras dirigía una mirada inquisitiva al resto de la comitiva.

Tabin dejó escapar una sonrisa tan pronto vio a Ulfe. Su corazón dio un vuelco y se sintió mejor; adoraba la sensación de estar enamorada tanto como adoraba al propio bárbaro. Reprimió el impulso de echarle los brazos al cuello y besarle, pero a duras penas. Necesitaba que la abrazase y le dijera que todo iría bien, olvidarse un poco del desagradable encuentro de la mañana y de las promesas de Morgan. Pero eso no sería hasta después de acabar la jornada laboral. ¡Qué lejos estaba todavía!

-¡Hola! -exclamó caminando hacia él y parándose a dos metros. La verdad fuera dicha, Ulfe era un hombre muy guapo. Tabin no solía guiarse por el exterior (ni Varn ni Morgan destacaban por su aspecto), pero a veces se quedaba alelada mirando al bárbaro y deleitándose con sus ojos claros-. Ulfe, estos son el Sargento Hakkon, Ánder y... uh... ¿Ciclón? Me han hecho un encargo y creo que puedes ayudarnos. Se trata de rastrear a unas chiquillas desaparecidas. Creemos que podrían haber sido raptadas y puede que llevadas a las ciudades del norte.

El bárbaro os saludó con un cabeceo. Un latido de corazón más tarde debió pensar que esperabais algo más de él, así que secó la mano derecha en la camisa y os estrechó la mano al estilo civilizado.

—¿Al Norte? —Ulfe inspiró sonoramente—. Un viaje duro para unas niñas en esta época del año.

Parecía pensar muchas cosas más, pero era un hombre de pocas palabras.

El pequeño elemental de aire no perdió el tiempo en ir a curiosear las caras nuevas y salió volando del hombro de Kayle para quedarse suspendido en el aire a medio metro de Ulfe. Lo miró largamente como si estuviese estudiándolo y tras varios segundos cambio de forma adoptando un aspecto ligeramente humanoide. Para poder señalarlo más que nada, con una brumosa manita.

—A esto le llamo yo un tipo duro.

Kayle suspiró por enésima vez y puso los ojos en blanco ignorando a su Familiar por enésima vez. Luego se dirigió al bárbaro.

—Mi nombre es Kayle, pero todos me dicen Ciclón—apuntó—. Llámame como más te guste.

Cuando Tabin la había interrogado con su propio sobrenombre había hecho un pequeño mohín de desilusión. Si todavía había gente en Nesmé a la que no le sonase, tenía que poner remedio a eso, apuntó en su agenda mental.

—Un placer conocerte—añadió con una sonrisa de angelito que no ha roto un plato en su vida. Luego adoptó una expresión más acorde con la preocupación que le inspiraba el asunto—. Lo duro del camino es preocupante, y los... motivos por los que se puedan haber llevado a esas pobres chiquillas también. ¿Nos ayudarás?

La última vez que había visto un uthgardt había sido durante uno de los ataques a Nesmé, cuando había ayudado a defender la ciudad con sus hechizos. La idea de viajar con uno que no fuera hostil le resultaba de lo más curiosa.

Ulfe miró a Céfiro y a su dueña con desconfianza.

—Magos —informó a Tabin con tono reluctante—, ¿es completamente necesario que viajemos con magos?

Todos los que habían vivido algún ataque a manos de los Uthgardt lo habían notado: los bárbaros nunca utilizaban magia que no fuera concedida por los dioses. Muchos de ellos eran supersticiosos o abiertamente paranoicos respecto a la magia arcana. Ulfe, que trataba con civilizados, no parecía haber superado aún el temor reverencial de sus compatriotas.

Kayle esbozó una sonrisa encantadora, tan encantadora que era imposible saber si era sólo eso o había una sutil ironía escondida en ella.

—Tranquilo, si en algún momento decido electrocutar a quienes tenga a mi alrededor, avisaré antes.

Juntó las manos delante suyo y Céfiro debió reconocer el gesto pues dejó de cotillear al bárbaro y voló hasta posarse sobre el cuenco de las palmas, recuperando su forma de remolino.

¿Ciclon! ¿Desde cuando se llama Ciclón? Debe de habérmelo dicho alguna vez, pero no me acuerdo.

Ánder adoptó una actitud firme.-Me temo que sí es necesario. El Arte es una constante en estas tierras y sería bastante tonto dejar de lado la ayuda que pueda proporcionar un mago, más aún el de uno tan honesto como Ka... Ciclón.-

-Y por cierto, encantado de conocerte.- dijo al final.

-Oh. Magos.

Tabin no era intolerante para con los usuarios del Arte, pero debía admitir que las frecuentes advertencias de Ulfe sobre ellos habían dado fruto. De todos modos, su camisote de mallas imbuido en magia le había salvado la vida en alguna ocasión. No convenía darle la espalda del todo a la magia.

-Bueno, Ulfe, es una ayuda bastante importante. Se pueden hacer un par de cosas interesantes con magia.

Ulfe no parecía demasiado convencido de lo que había aportado la Magia a aquellas tierras, pero no parecía el tipo de persona que le gustara discutir con desconocidos.

—Eso ya lo veremos —contestó a Tabin, volviendo a mirar a Ciclón con suspicacia—. Pero si tú vas, yo iré, mi sol y mis estrellas. 

El uthgard abarcó con la mirada a los demás y se echó la toalla al hombro.

—Las niñas no pueden andar muy lejos de todas maneras. 

Tabin se sonrojó visiblemente y una torpe sonrisa se formó sobre la anterior. Podía decir de los bárbaros lo que quisieran, pero Ulfe era... era... ¡era un completo amor! Le habría respodido con el apelativo cariñoso que utilizaba para él, pero no sería demasiado profesional. Tampoco se sentía demasiado profesional en ese momento, por otro lado...

Ánder asintió cuando el bárbaro se ofreció a acompañarles. Pensaba que sería buen rasteador. Y en definitiva cuantos más fueran mejor. Sus motivos no le gustaban, pero tendría que tragar.

-De acuerdo, los demás también apreciamos tu ayuda. ¿Porqué crees que no han podido llevarlas muy lejos?.-

Ulfe volvió a inspirar sonoramente y se enjugó el sudor de la nariz con la manga de la camisa mientras miraba a Ánder con intensidad.

—Si viajan al Norte, deben atravesar territorio uthgardt. Nadie es tan estúpido como para atravesar territorio uthgardt sin unos cuantos hombres armados para disuadir las emboscadas. Si tienen que viajar en grupo, aprovecharán para llevar a todas las niñas a la vez. Los críos se cansan de cabalgar, y cuando se cansan demasiado, son propensos a caer enfermos. Ya hace bastante frío y cuanto más avancen, será peor. Probablemente las lleven en un carro para mantenerlas calientes. Eso retrasará su marcha.

Se encogió de hombros.

—O eso creo yo.

-Rezo para que tengas razón, Ulfe. Eso nos facilitaría muchísmo las cosas.

-Sólo nos falta un miembro del grupo, aparte de la madre de la niña, Hakkon ¿Vamos a buscar a enano?.

Se notaba que Ánder tenía bastante prisa por iniciar la búsqueda, si se pensaba bien, era obvio que cuanto más esperaran más se alejarían las pequeñas.

 Todos: +90 px.

 Ánder: has iniciado una nueva relación con Ulfe: Amistad — Asociado (3)
 Kayle: has iniciado una nueva relación con Ulfe: Rivalidad — Asociado (2)
 Tabin: tu relación con Ulfe ha aumentado en 1 punto:: Amistad — Asociado (3)