Cortés volvió a suspirar hondamente. El control sobre sus pulmones hacía rato que había dejado de ser suyo. Lo hacía por inercia y sin pararse a meditar la cantidad de aire que tomaba. Pero de cualquier modo se sentía como un pez al que sacan de su elemento. Casi boqueaba sin control.
- ¿Durás...? Durás... escúchame. He hablado con Isolino y... yo... creo que quiero tocar la membrana. Quiero continuar.
¿Fue un suspiro de alivio lo que escuchó al otro lado de la línea? Montalbano y Gutierrez lo constataron: el rostro de Durás, que hasta ese momento se había mantenido en una tensión casi crispada, pareció relajarse levemente.
—Tenemos una esperanza.— le dijo el hombre al auricular —Les he dicho a sus compañeros quienes pueden ayudarles. Les enseñarán el Velo y podrán atisbar al otro lado. No les voy a engañar: Despertar es peligroso. Si lo hacen los intentarán detener como me detendrán a mí.
Miró ahora a los otros dos policías que estaban con él en la sala.
—No hablo de una detención policial. Ya les he dicho que mi tiempo se acaba. Pero si ustedes acceden a ver lo que hay al otro lado hay una esperanza. Luego la decisión final será suya. Es más de lo que hubiera pensado que lograría cuando todo esto empezó.
Gutierrez miró a Montalbano, dejando claro por la expresión de su rostro que seguía considerando a Durás un zumbado, pero hizo un leve encongimiento de hombros ya que no perdían nada por seguirle el juego.
- Duras... habla conmigo. - instó Cortés a través del auricular. El interrogado interpelaba a Montalbano y a Gutiérrez pero el agente no tenía tiempo de hacerles entender a ellos. Necesitaba la información y la necesitaba ya.
- Dime quién puede ayudarme. Dame a mi la información, Duras. Aún hay esperanza.
Durás le repitió las instrucciones que ya había dado a sus dos compañeros:
—Vaya al bar 14 en Malasaña, pasada la medianoche, y pregunte por Judas. Dígale que va de mi parte. Él le enseñará como pasar al otro lado. Han atisbado el umbral, ahora deben pasar al otro lado para despertar de forma definitiva...
Por mi hacemos fundido en negro asumiendo que le hacemos un interrogatorio y vemos lo que pasa después. ¿Tenéis algo que preguntarle?
Cortés no se lo pensó ni un instante. Igual le daban ya las formas. No esperaría a despedirse ni pediría que devolvieran el auricular a su compañero. Directamente colgó... ya sabía qué era lo que tenía que hacer.
Por si quedaba alguna duda. :)
Perfecto. Vamos al fundido y os reuno en la siguiente escena. Si a alguien se le olvidó algo tiramos de flashback.