Partida Rol por web

-Poder o no, es algo que escapa nuestro control y entendimiento. Ni siquiera los grandes sabios entienden las lenguas que en las ruinas se haya. Por eso las tenemos bajo vigilancia, para que nadie que logre entenderlas, pueda hacerse con ese poder y sembrar el caos – Te respondió con algo más de serenidad según hablaba.

El rey suspiró y dio un par de vueltas en un trayecto corto mientras pensabas bien que hacer, siendo que se sorprendió ante tu determinación.

-No es algo que no haya barajado ya. Los de Maxener tenéis siempre mil ideas de cómo proteger o investigar algo, solo que esto es tremendamente complejo de hallar siquiera un ápice de significado. – el rey, miró al mapa con preocupación y algo de intranquilidad.

-Si te dejo ir, no podría dejar que fueras sola. Tendría que acompañarte alguien de los míos. No solo por protección, sino por evitar de que el poder pueda corromperte. – tras terminar esas palabras te miró con una tremenda seriedad. – Si aceptas esa condición, te permitiré visitar las ruinas. De lo contrario no podría facilitártelo, por tu propia seguridad. Puedes si quieres tomarte algo de tiempo para pensarlo

-Gracias Naysse. Volveremos nada más tengamos al elegido del hielo con nosotros. Vamos Anya. Primero el pozo y luego sigamos esa brujula. - dijo Niero levantandose para irse en último lugar junto a su aprendiza.

Si mirabas bien el artefacto creado por Naysse, podias ver como señalizaba hacia el oeste y levemente hacia el norte de vuestra posición, eso teniendo claro que no hubiera obstaculos por medio

Nadie en la taberna parecia prestaros atención, ni siquiera cuando los temas que hablabais tan privados, cambiaban de tono para ocultarlo de los demás.

Dentro de lo que cabe parecía que podiais estar tranquilos - Si necesitais algo más pedidmelo ¿Vale? - dijo la tabernera en uno de sus viajes al pasar cerca vuestra.

Gauche te mandó despertar, así como iros pues la reunión había acabado en eso, por el momento. Quizás entonces no era buena idea olvidarse del medallon de Naysse.

Si lo tocabas podias ver como este, empezaba a apuntar al norte puramente

Deambulando por los callejones buscando una forma de encontrar un arma, vagabas medio sin rumbo pudiendo encontrar a quien robar o el cartel de la armería. Mientras tanto el artefacto de Naysse señalaba hacia el oeste y levemente hacia el norte.

Necesitabas un arma en cuanto antes, o estarias en peligro sin duda alguna. Podrías morir en cualquier momento si tan solo uno de los que te querían ver muerto te encontrara de frente... O de espaldas.

Un cuerpo rápido y sigiloso, se puso a tu espalda mientras rodeó con su arma tu cuello, al punto de que practicamente parecía que fuera a ir a matarte. - Desprotegerse la espalda no es algo que haría un lider de grupo, y mucho menos un asesino que protege a los que quiere. - Los gesto del asaltante, o más bien la asaltante que te llegó por la espalda, se relajaron poco a poco

-En nombre de Icycla, me alegro de verte aún con vida... - y bajando la voz poco a poco dijo el nombre que tan solo unos pocos sabían - tio Nargus

La espadachina no muta el gesto ante la especie de disculpa de Naysse... No le parece que haya sido una demostración cien por cien necesaria, pero quizás pueda haber sido mejor al ahorrarse otro posible conflicto con Gauche. Tampoco lo conoce como parece que Naysse sí, así que mejor darle un voto de confianza.

- Está bien, no pasa nada. -responde Anya, frase que idealmente iría acompañada de una sonrisa, pero no se da el caso. El único "rostro" que gana en inexpresividad al de la joven medio-demonio es el del Señor Muerte- Y muchas gracias por ayudarnos. Esa frase no me representa, como mínimo a mí. -dice, echando una mirada a Gauche para dar a entender que se refiere al haberlos llamado "recaderos".

Muerte se había adelantado en salir por su cuenta, y Gauche lo seguía de cerca, con lo que finalmente, quizás algo demorados por sus palabras con la tabernera, la joven le hace una inclinación de cabeza antes de extraer unas monedas pequeñas de su bolsa y dejarlas sobre la mesa, yendo después junto a Niero.

Sin saber exactamente los precios que se llevan en esa taberna, lo pagado sería fácilmente un par de desayunos normales en otros lugares (claramente pensando en ella y su maestro). Confiaba en que ya se lo diría si había puesto de menos.

Tras eso, sale de la taberna junto a Niero.

Quizá sea mi metabolismo el normal, Contesté viendo su cara de intriga, Por lo menos en las tierras de los Kazibara, si recordara algo de todo aquello, Continué divagando, aunque bajando algo la cabeza tras la última aclaración, demostrando que quizá si hubiera algo que pudiera demostrar algún sentimiento. Supongo que lo normal y lo especial dependen de la mayoría, en Ilunia, de he venido, defenderse de los monstruos es algo normal, aunque no me imagino esa visión en esta ciudad. Seguía divagando, Tea había abierto una puerta compleja para mí, la de comprender cosas. Supongo que importa menos de lo que quiero creer, a veces el mundo me confunde un poco, es tan complejo.

Creo que es mejor así, una niña me habló de la ciudad y hay lugares peligrosos, si tenemos el mismo objetivo no querría que te pasara nada, Así que gracias a la tabernera ambos estamos más cerca de lo que buscamos, sea lo mismo o no. Dije una vez más forzando una sonrisa, estaba seguro de cada vez me salía mejor, al menos Tea no parecía darse cuenta, o lo pasaba por alto, ¿cómo podía saberse algo así?.

Está presente, Dije en un cambio de tono claro, seco aunque completamente opuesto a la amabilidad con la que estaba hablando, Aunque no es interesante, al menos si eres el tipo de personas que prioriza la vida de otros a tus propios objetivos, Tea ganaba mi aprobación, estaba cerca de quizá algún día contarle aquella historia, o cualquier otra, tenía ese don de la empatía que tanto me gustaba observar, y que aunque forzado, cada día estaba más cerca de obtener. Sin embargo mientras acababa la frase, recordé las palabras de la mujer de hielo, la que me trajo a Trayerta, miré a Tea de una manera que parecía algo distinta a la inexpresión que siempre me acompañaba, algo parecido a la esperanza.

¿Sabes?, quizá algún día lo conozcas, la persona que me mandó venir a buscar el destino a Trayerta me dijo que aquellos a los que debía buscar me ayudarían a cumplir mi propósito, al menos después de cumplir el destino que los dioses parecían habernos encomendado. Así que quien sabe, si después de todo hemos venido para encontrarnos podrás decidir por tí misma si es interesante. Un atisbo de esperanza se formó, había estado tan lejos, o tan cerca, pero Tea podría ser el principio de todo al fin y al cabo, la mujer de hielo, el destino, el faro, y en este caso su aviso de que aquello que busco no está solo, como quizá no lo esté yo de ahora en adelante. Claro que cuando lo encuentre no tendrás demasiado tiempo para comprenderlo, solo el que tarde en sacar mi espada.

Aunque el tuyo parece más, Dejé una pausa buscando la palabra, Didáctico, Y su afirmación de que tendría unas palabras sabias me pareció algo bueno. Quizá algún día pueda preguntarle yo algo, quizá tambien tenga palabras sabias para mí.

Después Tea habló sobre experiencias, aquello era interesante, Se podría decir de alguna manera que llevo poco en este mundo, así que todo me parece interesante, desde esas piedras circulares que llamais dinero hasta cómo la tabernera te ha abrazado, es todo tan complejo, aunque he oído que es normal para todo el mundo, en cualquier caso si te refieres a combates y hechos así también he tenido, incluso parece ser que soy explorador de un lugar llamado Ilunia, aún no se que significa pero en el gremio de mercenarios de esta ciudad parece gustarles. Allí luché con un hombre contra un pájaro gigante, no se si te refieres a ese tipo de eventos. La verdad es que lo que más me interesan son las personas, hay tantos tipos, con tantas personalidades, en cada lugar que he visitado he encontrado personas con objetivos diferentes, y formas de vida, ¿es curioso verdad?, al menos lo es para mí. Acabé en el tono habitual, ya de vuelta a la normalidad, por lo menos a lo que ella había conocido como normal hasta ahora.

No parece que sepa nada, aunque quizá tú te entiendas mejor con ella, Dije de forma objetiva, Parece querer ayudarte a cualquier cosa. Un pequeña mirada de extrañeza salió sola, ¿no puedes?, ¿por qué? Pregunté por curiosidad, Sus mofletes parecían indicar algo parecido a la verguenza, a algunas personas les pasaba, En realidad no tienes que hacerlo, cuando salgamos de aquí te enseñaré el mío, y si consideras que son del mismo patrón será suficiente para mí.

Oh, y si no lo es tampoco tienes que preocuparte, aunque nuestro objetivo al final resulte no ser el mismo puedo ayudarte a encontrar el tuyo, pareces buena persona y los dioses no pueden impedirme que al menos uno de los dos cumpla para lo que hemos venido aquí, ¿Verdad?. La tabernera apareció en escena, Yo estoy bien, gracias, si necesitas algo, creo que con la bolsa que la he dado podrás comer algo más si quieres. Quería ser amable, ni siquiera sabía si la bolsa pagaba lo que había comido ya, y si no, recogería la bandeja y la llevaría a la barra para poder seguir buscando y enseñarla el símbolo para poder salir de dudas.

Al estar fuera de la taberna, toma una buena bocanada de aire, aunque nota que dista de ser lo que llamaría "aire fresco", pero al menos no tiene esa sensación que da el aire de los interiores.

Con todo dicho en la despedida de Niero, Anya avanza mirando el colgante y la calle a partes iguales hasta llegar al pozo, donde se lo guarda para empezar a tirar de la manivela hasta subir el cubo, que nota cargado de agua, subiendo los últimos metros tirando de la cuerda con las dos manos (y algo de esfuerzo) hasta apoyarlo en el borde. Una vez hecho así, coge agua con ambas manos y se la pasa por el rostro restregándose un poco para quitarse los restos de suciedad o semejante que pueda tener, tras lo que se frota las manos entre sí con el agua* y luego los antebrazos, dejando que el agua sobrante caiga al suelo, antes de ofrecerselo a Niero con un gesto mudo.

- ¿Me veo mejor? -pregunta a la par de la oferta- ¿Me quedan cáscaras en algún lado? -añade, pues sin algo adecuado para verse (no va a sacar la espada en las calles de una ciudad para eso), tendrá que confiar en la vista de él.

Después, mientras Niero se limpia o tras echar el cubo de vuelta al pozo, observa el colgante entendiendo sin problema el funcionamiento (y que probablemente es alguna clase de hechizo de "atracción de los opuestos", dado que el fuego atrae al hielo, la tierra al viento y el agua al trueno), y pregunta a Niero:

- Maestro, ¿sabes qué hay en aquella dirección? -y señala en la dirección indicada por el colgante.

Tras las palabras de Gauche, la mimali abrió los ojos de un modo muy mecánico, mirando al techo por unos milisegundos antes de incorporarse. Miró a Gauche  tras lo cual su rostro completamente inhumano y carente de emociones se transformó por completo en uno lleno de alegría y vida. Ese cambio brusco era cuanto menos extraño a la par que sorprendente. - ¡Sí vamos! Estaba por alzar el vuelo cuando la tabernera dejó el medallón delante de Tiki. - ¡Oooh! ¡Cierto cierto! lo usaré, sí. Gracias! En un momento hizo que el medallón fuera la mitad de su tamaño original y así pronto salió volando hacia la entrada, donde Gauche ya esperaba y entonces miró a los chicos y a Nayse. - ¡Ya estamos fuera de la taberna, ¿Queréis mis servicios? jijiji Dijo posándose en el hombro de su compañero y mirando a los demás aunque luego comenzó a reír. -¡ Es broma, es broma! Hay que hacer esto. Tenía muy claro en la cabeza que la orden había sido dada para encontrar al compañero que le tocaba a ella y así terminar con el suplicio de Gauche. Miró el medallón que no dejaba de hacer apuntar a su cabello arrebujado en el extraño líquido hacia el norte y entonces alzó un dedo en esa dirección. - ¡Hay que ir por ahí Gau! ¡Adiós! Se despidió con la mano de las dos personas que como ella, habían sido escogidos y entonces se dirigió hacia el destino que marcaba el medallón... Siempre y cuando Gauche moviera piernas, claro.  

— Quizás… para tu raza, yo me refería en general, pues los humanos no aguantaríamos igual el frío tan extremo — aclaró, si bien la noción de un individuo especialmente resistente tampoco le causaba menos interés, de hecho todo lo contrario. Dado que estaba prácticamente de frente al misterioso sujeto, Tea no pudo evitar notar la manera en que el Kazibara empezó a comportarse, llegando a pensar que aquel ser tenía algún problema recordando o expresándose mayor a sus primeras impresiones… ¿debía preguntarle, lo molestaría si lo hiciera muy directo?

— Dudo que sea muy normal defenderse de monstruos dentro de Trayerta, aunque a las afueras… — basada solo en su propia experiencia no tardó en añadir, quizás tan nueva en esos temas con su interlocutor.

— Si es el caso seríamos muy afortunados ¿no? por encontrarnos relativamente pronto — no mucho después agregó, en su caso sonriendo genuinamente, y es que tal como el Kazibara pensaba la Cobb era quizás demasiado incauta para notar que él le sonreía artificialmente. Solo creía que el más alto tenía la cara de alguna manera entumecida o que era tan serio como Bastian.

Avanzando hacia el tema del maestro ajeno, la castaña sí que fue capaz de distinguir cierta acritud en la reacción ajena, llegando a pensar que tal vez su compañero de mesa no guardaba sentimientos tan positivos hacia su propio mentor, totalmente contrario a cómo consideraba ella al suyo ¿pero qué podía hacer más allá de dejarle evadir el tema para no incomodarlo mucho más? Tampoco es que lo supiera de antemano, al fin y al cabo. Siendo pues más cauta en lo que siguió de la conversación, la chica prefirió dejar hablar al Kazibara y solo escucharle así fuera por un rato, buscando guía implícita en las palabras del sujeto tan bien como pudiera. Eso también era parte de su aprendizaje.

Estando en silencio a la novata le fue un poco más fácil distinguir los cambios que de tanto en tanto había en el semblante de quien con ella hablada, destacando como el más reciente aquel dejo en la mirada del Kazibara que a Tea le pareció como un chispazo de esperanza o de curiosidad, llevándola a parpadear varias veces en sucesión por la sorpresa.

Enseguida de las palabras que a sus oídos se escucharon como una suerte de promesa, la castaña cerró con determinación una de sus manos para así convertirla en puño, mostrando el resultado al interlocutor — Sin duda tendré curiosidad de que llegue ese momento… — luego respondió dejando que la emoción iluminara su rostro, incluso cuando el ajeno remató con lo que más parecía la amenaza de un segador de vidas — creo… —

En fin, aunque de momento no preguntó directamente, Tea consideraría esa peculiar respuesta oída antes de mencionar aquel tema en el futuro, limitándose pues de nuevo, aunque ahora de manera un poco más activa que antes. — Mi maestro puede ser un poco “especial” para algunas cosas, pero es muy sabio a pesar de lo que aparenta, diría yo que es una de las dos personas más sabias que he conocido — y no mentía ni exageraba, por rara que pareciera su afirmación, tal seguridad la transmitía con la mirada de avellana que fijó en el rostro ajeno.

Pasando al relato más extendido del caminante del frio, casi tras cada simple frase la chica se sentía más y más identificada con la situación del contrario, pues no, para ella tampoco eran normales esas cosas al menos en la práctica, sin embargo se notó sorprendida con la sola mención del gremio de mercenarios y luego mucho más al tratar de imaginar a un pájaro gigante, basándose en las descripciones que tenía — ¡Qué va! ¡Es genial! Yo he enfrentado a seres nacidos a partir de elementos y almas en pena, Echoes — se atrevió a mencionar mostrándose emocionada a un nivel casi infantil, con una amplia sonrisa que solo compartía el dominio en su rostro con sus grandes ojos brillantes. Casi parecía una fanática de ese tipo de historias.

— Ummm, quizás pueda preguntarle veladamente cuando vuelva por aquí — propuso, y luego respecto a la nueva duda del Kazibara replicó — P-porque mi marca está en un lugar p-privado — mostrándose mucho menos hiperactiva que antes, acorde al rubor en su rostro, pero por suerte no quedándose así más tiempo del que era conveniente. Antes de que pudiera expresar su gratitud por la propuesta del otro y la comprensión que le mostraba, la voz de la mujer que la recibió tan cálidamente llamó su atención, presentándose como perfecta oportunidad dado lo que estaban hablando.

— Y-yo necesito algo — dijo primero con un hilillo de voz, levantando la mano para llamar la atención de la mayor. Una vez que la tuviera, Tea tragó saliva y suspiró en pos de ordenar su mente y así poder exponer lo que para empezar la había llevado hasta allí, ahora sin molestarle que escuchara el Kazibara dada la situación al menos en teoría — Verá, yo estoy llena ya, el zumo estaba delicioso — enseñó entonces su vaso completamente vacío para apoyar tal afirmación, algo curioso porque quizás era demasiado infantil para alguien de su edad — no obstante originalmente vine aquí por otra razón… ¿cómo decirlo? — volvió a suspirar, escudriñando aleatoriamente el lugar con su mirada inquieta hasta que creyó encontrar las palabras adecuadas — ¿últimamente ha tenido más clientes “raros” como nosotros, que no parecieran de aquí o no encajaran en una taberna? — refiriéndose, respectivamente, al extranjero Kazibara y a ella que no tenía pintas de frecuentar lugares así — ¿ha pasado algo raro o sorprendente en la ciudad? ¿algo llamativo? Cualquier cosa que recuerde es útil, supongo, además de muy importante para mí — aseguró — para nosotros — luego viendo al tatuado rectificó — ¿o sabe de alguien que pudiera ayudarnos con eso? T-tengo dinero para pagarle… — ofreció pese a no tener demasiado con ella, pero sus prioridades estaba claras pese a lo extraña que pudiera ser la situación.

Helga escuchaba atentamente lo que el rey le decía, realmente aquello le daría la oportunidad de tener un salvo conducto para entrar en las ruinas que tal y como le estaba indicando el rey estaban vigiladas, sin embargo, habría alguien con ella constantemente lo cual podría ser un problema. Se queda unos momentos pensando mientras mira el plano al igual que había hecho antes el monarca y finalmente dice:

Si me lo permite me gustaría antes finalizar algunos asuntos. Como dice podemos quizás ver las cosas desde otro punto de vista y por supuesto hay que tener mucho cuidado con no caer presa de la corrupción que el poder otorga y el ir acompañado sería lo mejor.

Comenta con tranquilidad, el rey le daba tiempo para penarlo y eso era algo bueno, tenía que pensar un poco que era lo mejor que podía hacer, al menos ahora sabía que era lo que las autoridades pensaban sobre la situación.

Aunque sentir aquel cuchillo rozando su cuello tomó totalmente por sorpresa a Nargu, fue la voz que siguió a aquello lo que verdaderamente había hecho que su ojo se abriese. Giró rápidamente esperando encontrarse a la única persona que habría dicho eso y cuya voz conocía muy bien.

—¿Nemea? ¿En verdad eres tú? —preguntó con una voz que a pesar de ser sumamente grave dejaba entrever cierta emoción. ¿Su sobrina estaba viva?—. ¿Pero cómo? —preguntó mientras la tomaba de la mano para acercarla a su cuerpo y así abrazarla de forma casi instintiva—. Creía que habías muerto, creía... que te había asesinado. ¿El resto está bien? —Nargu no tenía muchas esperanzas, pero quizás, sólo quizás... existía una posibilidad de que milagrosamente hubiesen sobrevivido.

Al darte la vuelta y mirarla, su aspecto era muy real… Tan real que casi asustaba.

Se sujetaba con una mano el costado el cual le sangraba… o era sangre seca, ya que sus ropas estaban bien al ser Luftinuka. Su máscara estaba medio rota y allí donde se veía piel había cortes o contusiones y su postura era sin duda la de alguien dolorida.

-Soy yo… En aire y piel… aunque por solo unos pocos centímetros. Cuando noté la tierra temblar supe que pasaba algo, algo raro… Simplemente rodé cuando la tierra empezó a ascender para recibir cuantos menos impactos mejor… y aun así salí mal parada – Intentó dar un paso pero cojeó apoyándose en una pared. En su otra mano llevaba su arco roto.

-¿Por qué dices que es tu culpa? No eres un mago como para poder hacer eso… Y en cuanto al resto… No tengo ni idea. – Suspiró entonces – intenté buscarlos, pero la tierra allí estaba muy dura y se me hizo imposible excavar lo más mínimo… Decidí volver aquí por si hallaba a alguno, después de que en la base no viera a nadie, y te encontré

La tabernera se quedó algo extrañada cuando la pequeña Tea le hizo aquellas preguntas. Tanto así que sonrió como si fuera algo hasta medio normal que se esperaría que le preguntasen

-Por aquí pasa mucha gente. Muchos son de Trayerta, otros de fuera. Algunos son extraños, otros son muy comunes. Pero una pareja como hacéis vosotros dos hablando de banalidades, sí que es bastante raro.

Cuando terminó de decir aquello acarició a Tea en la cabeza mientras la sonreía -Por desgracia no puedo ayudarte en más pequeña. No suelen ocurrir cosas extrañas en la ciudad. Pero si que os puedo a dar la dirección si buscáis algo específico. – Por todo lo demás, la tabernera esperaría una respuesta en forma de pregunta para responder, o si simplemente no necesitabais más de ella, se retiraría

El rey asintió ante tu decisión con seriedad magnánima – Me parece bien que lo hagas así. El guardia que te trajo te hará como guía del castillo si así lo necesitas, de la misma forma ahora eres bienvenida aquí siempre que quieras por ser una protegida de Arani. Estaré aquí para la decisión que tomes.

Dicho eso te ofreció la mano para estrecharla volviendo su expresión sería una sonriente y alegre – Hasta entonces, espero que estés cómoda en Trayerta y que te gusten sus lugares. Y no dudes en pedir ayuda si lo necesitas. – dijo finalmente a método de despedirse.

Tras lo cual ahora te quedabas con quizás demasiadas opciones que abordar si añadías explorar el castillo y la ciudad completa. Aunque también tenías lo del séptimo elemento.

La decisión ahora era tuya.

Gauche miró a la pequeña Mimali rodando los ojos cuando cogió el medallón, no obstante se dibujó una sonrisa de medio lado en su rostro cuando vaciló con el tema de los servicios – Y aunque estuvieras dentro Tiki, me parece que ese no es el tipo de cliente que quiere tus servicios – dijo entonces empezando a caminar hacia cualquier lado.

Al menos hasta que te apropiaste de su dirección marcándole el lugar donde debíais de ir - ¿Norte? ¿En serio esa cosa funciona? – Resopló hastiado cruzándose de brazos mientras resignado iba hacia el norte – Por lo menos quien quiera que sea o lo que sea que vamos a encontrar, estará en la zona noble de la ciudad… Sabes lo que tocará ¿no?

No obstante mientras ibais hacia el norte, no había silencio tanto por parte tuya como por culpa de Gau por no decirte nada.

Hasta que al final que Gauche se decidió a hablar – Tiki… Ven aquí – dijo señalándose el hombro para que te pusieras justo en el y una vez lo hicieras, y mirando serio hacia delante, Gauche respiró hondo – Cuentame Tiki… ¿Qué sentiste cuando te ocurrió todo eso? – te miró de reojo curioso – Y sabes a lo que me refiero… No que pasó, sino que notabas.

Tras que fuerais Niero y tu al pozo en donde tras de y aprovechó para no solo lavarse la cara de un remojón, sino de paso beber del propio cubo, este te miró y examinó – Estas bien. No me esperaba encontrar varios elegidos por el sello, por eso me quedé callado ahí dentro… Esperaba o al menos intentaba comprender, que clase de aleatoriedad imperita hace que una Mimali como ella y alguien más bien ido de cabeza, sean dos de los controladores del sello.

Tras ello miró tu colgante con extrema curiosidad tratando de pensar en algo – Eso me hace preguntarme qué clase de hombre o mujer será el manipulador del símbolo de Icycla. Hay que ir con cuidado a partir de ahora… - Y en parte tenía razón. ¿Qué haría una Mimali de flor prostituta con el símbolo de Marine si pudiera? ¿Y un asesino con el de Terrano? Casi parecía un mal chiste

O una coincidencia banal que podría poner en discordia la integridad misma del mundo que como tal conocías o hasta empezabas a conocer

No obstante eso es una cosa que más bien se debía optar por dejar en un segundo plano. A fin de cuentas tus enseñanzas te llevaron a darte cuenta de que si las cosas ocurren en este mundo de la forma en que ocurrían, era por una razón superior.

-La zona más oscura de Trayerta. Al menos si apunta totalmente al oeste de la ciudad… Si el que tiene el símbolo del hielo está por allí, puede tener problemas. Mejor que le busquemos – Dijo pues entonces dando el los primeros pasos hacia el oeste de Trayerta.

La chica piensa al respecto de lo dicho por Niero y se plantea lo de los sellos.

- Quizás no es aleatorio. Una voz nos llamó sucesores de los que derrotaron a los dioses... Puede que tenga que ver con nuestros antepasados. -sugiere- O si no es así, quizás los Dioses no vieron lo que somos, sino lo que podemos llegar a ser. Pyros me exhortó a dejar de vivir con miedo al fuego de mi interior, sino aceptarlo, aprender a blandirlo. Si no me lo hubiese dicho, no les habría contado lo que soy, por los mismos motivos que le dije a usted. Quizás ellos tienen facetas que los hagan... Adecuados para su elemento. -termina ella, mirando a Niero y asintiendo también ante su aspecto tras lavarse.

Sus dudas no son tranquilizadoras, en verdad, y pensando en lo que pueda suceder si a alguien le da por hacer mal uso de sus poderes, un pequeño escalofrío recorre su espina dorsal.

- Esperemos que sean conscientes del poder y el peso que portan. -dice solamente, pues estos poderes no son precisamente un regalo, llevan asociada una carga tan pesada como el mismo Sansóläis.

Ante sus palabras sobre que ese lugar es peligroso, ella asiente con firmeza y echa a andar a su lado. Confiaba en no tener problemas, pues meterse con dos espadachines es notablemente estúpido, y si uno de ellos es de la talla y fama de Niero, aún más.

Eso es interesante, Pensaba mientras imaginaba cuáles eran las personas más sabias que había conocido, Espero verlo algún día. Dije acabando con el tema. Al menos fuera de mi mente, allí los hombres sabios siempre estaban presentes, siempre con cosas que enseñar. Aunque las apariencias dan igual, Dije tranquilamente, Cada uno es como es, lo que haces es lo que realmente importa, y se nota que te ha educado bien, alguien así merece respeto vista como vista. Aunque yo nisiquiera se diferenciar esas cosas, en cada lugar llevan ropas diferentes. Creo.

¿Afortunados?, Pregunté con curiosidad, Supongo que sí, si no hubieras llegado estaría aún más perdido.

Así que eres una guerrera, quizá me haya precipitado judgándote, No conozco esas criaturas, aunque suenan peligrosas, Dije objetivamente, para mí todas esas batallas eran trámites para continuar mi camino hacia ninguna parte, pero ella parecía buscar algo más en todo eso, quizá conocer las criaturas del mundo, quizá fuera otra cosa. Echoes, Dije haciendo memoria, Parecen temibles, Concluí con calma, mi forma de actuar no era tan diferente de la suya, a mí también me gustaba descubrir que secretos escondían los lugares de este mundo. Aunque si provienen de almas en pena, quizá no sea culpa suya ser temibles.

Quizá puedas entender por qué hace lo que hace, es posible que el problema sea yo. Concluí también con mi mentor, si se le podía llamar así, hubo un día en que yo mismo lo hice.

La curiosidad fue aún más grande al hablar de un lugar privado, No entiendo, pero si es algo relacionado con la vergüenza no tienes por qué mostrarlo. Dije en un tono neutro, pero lleno de curiosidad, Supongo que todos tenemos sentimientos extraños. No es un problema, confío en tí. Sin embargo si que había un problema, se estaba poniendo roja, y yo algo nervioso, ¿debía hacer algo?, la gente hacía cosas para que los demás se sintieran mejor. ¿cúal podía ser la mejor decisión?, ¿quizá un abrazo?, ¿quizá mejor preguntar?, ¿alomejor no era por la vergüenza y se sentía realmente mal?, Tus mejillas, ¿te encuentras bien?, ¿puedo hacer algo por tí?, Dije con la inocencia de alguien que desconoce que es lo mejor en esos casos, a veces el color rojo significaba calor, también podía ser eso. Si tienes calor tengo agua, aunque lleva tiempo aquí, no estará muy fría.

Una vez llegó la tabernera, Tea hizo uso de su labia para preguntar, yo simplemente me mantuve en silencio esperando una respuesta, analizando que es lo que estaba pasando entre ambas.

Suponía que cuando acabaran la conversación saldríamos de la taberna, con un poco de suerte Tea tendría un plan. Así que simplemente esperé. Miré a Tea para saber si tenía más preguntas o quería irse.