Partida Rol por web

Esta vez, la Casita no se hizo esperar. Los movimientos de los muros, baldosas, y tejas, se hizo cada vez más rápido. Estas bailaron alrededor de Agustín, Camilo, y Antonio, pero finalmente se alzaron alrededor del más pequeño de los Madrigal. Esta vez no hubo nadie que interrumpiera lo que estaba por ocurrir, ni siquiera Pico pudo evitarlo.

Como la crónica de una historia anunciada, se llevó a cabo lo que no se había cumplido el primer día. La Casita volvió a su silenciosa calma, con un miembro menos: Antonio Madrigal.

Al acabar el ruido proveniente de los bloques de Casita, todos se percataron nuevamente de que Bruno había desaparecido. Además, Félix tampoco se veía por ninguna parte...

Camilo saltó nervioso cuando los ladrillos de la casa bailaron a su alrededor, como si eso pudiera hacerlo escapar de un fatídico final pues no fueron sus cabriolas si no que otro nombre había sido el elegido esta vez, su hermano pequeño Antonio. La casa se iba vaciando y aunque su abuela había vuelto y se alegraba como seguían encerrados quería decir que continuaba el peligro. Se acercó a su abuela para saludarla.
 
-Me alegra que hayas vuelto abuela. Y gracias a ti, tío Agustín por traerla de vuelta. ¿Como te sientes abuela?  
 
Miró al resto y se dio cuenta que Bruno y su padre habían desaparecido. ¿Es que su tío los había escondido? No entendía muy bien porqué si aquella noche nadie iba a morir o eso esperaba.
 
-Bueno, como prometí voy a convertirme en mi padre y usaré su poder para que hoy todo el mundo en la casita esté a salvo.
 
Se concentró y enseguida tomó la forma de Félix para poder activar su poder.

En ese momento, la Casita, obedeciendo una señal de ¿Félix?, movió las baldosas y trajo hasta la estancia el piano. Las puertas, ventanas, tejas, suelos, todo comenzó a moverse en un ritmo caribeño contagioso y agradable. Las malas vibraciones del lugar, los enojos, angustias y tensiones parecieron desaparecer, y todos se sintieron motivados a dejar todo ese asunto de lado, al menos por esa noche. Mañana sería un nuevo día, y quizás lo verían todo con ojos nuevos.

Agustín notó cómo las tejas habían danzado a su alrededor, así como en torno a Camilo y también a Antonio, llevándose finalmente al más pequeño de los Madrigal. Ahora el niño estaba encerrado, pero a salvo.

-Luisa y Dolores fueron atacadas, la Abuela señaló que Julieta es inocente, Bruno señaló a un culpable de entre tres, Camilo copia nuestras habilidades, Félix trae la paz y el ritmo, Pepa puede achicharrar a quien le ataque y yo soy el carcelero -resumió el hombre la situación, atónito de que el encierro no hubiese acabado tras la detención de Toñito-. ¿Cómo es posible que siga habiendo culpables entre los nuestros?

Estaba confundido. No entendía cómo era posible que siguieran encerrados ni tenía idea acerca de quiénes podían los culpables que quedaban.

—Al fin...
Dijo aliviada al ver como casita confinaba a Antonio, era algo que tenía que pasar. Confiaba en que todo se acabese con él, pero el encierro continuaba.
—Llegados a este punto solo podemos suponer que alguien miente.— Un sabor amargo le vino a la boca porque estaba claro que sus palabras no serían populares y tampoco estaba para defenderse.
—Papa centrémonos en lo que estamos realmente seguros. Estamos seguros que Julieta, mi madre fue señalada por la abuela, todos los vimos. Tu trajiste a la abuela de vuelta. Dolores y yo fuimos atacadas. Camilo puede copiar las habilidades y Felix montar un fiesta en medio de todo este caos. Quiero decir también que la habilidad de Felix, cuando la uso, perjudico a inocentes y culpables por igual. No hubo ni expulsión, ni asesinato ¿Podría ser alguien neutral? Cogió aire dispuesta a seguir.

—De Tio Bruno sabemos que se lleva a la gente tras las paredes, eso está claro. Sus profesoras y sus ratas, eso ya deberíamos de ponerlo más en duda. De momento el seguirlo no nos ha traído la victoria. Quizá lo haya convencido quien esté haciendo esto para ponerse de su parte. También quiero confesar que en los establos me reunía desde el principio con Bruno a solas, pero desde la noche que se escondió tras las paredes con Dolores y que supuestamente lo pico Pico, lo noto raro. En ese lugar donde estábamos el y yo solos le hice mención al barreño que hasta ese momento solo habíamos visto Dolores y yo. Curioso que lo siguiente es que lo mencionara Antonio para hacerse ver inocente.

—La conclusión es que de los que quedamos pongo en duda a Bruno, Felix y Pepa. De la que sólo sabemos lo que ha descubierto la ratita de Bruno, si confiamos en su palabra.

Creía no haberse dejado nada. Quizá para ella el puzzle no estuviera completo, pero otro podía tener la pieza que faltaba si exponían todo abiertamente.

Tras ver como su hermanito más pequeño era encerrado por casita, Dolores tan solo podía pensar que, al menos, podría reunirse con Parce y no estaría solo. Además, Casita nunca dejaría que muriera, por lo que se encontraba más a salvo que el resto de la familia Madrigal.

Entonces, y después de escuchar los argumentos de Agustín y de Luisa, la joven no pudo sino reconocer que sus argumentos tenían bastante fundamento, aunque había algo que se les estaba escapando a todos.

-Luisa… has dicho que la habilidad de mi papá perjudicó a inocentes y culpables por igual, pero… Camilo… tú has ha copiado su habilidad y, aun así, Toñito ha sido encerrado. Imagino que es porque has decidido usar tu don justo después de que Casita actuara ¿No es cierto, hermanito? – Preguntó tratando de comprender un poco los dones de cada uno.

Dolores no quería reconocer que Bruno realmente estaba muy raro, con su fijación enfermiza contra su hermanito. Era casi un odio visceral que no consiguió sacarle de la mente por mucho que trató de convencerle, aunque no quería despertar más discordia, por lo que finalmente tan solo se atrevió a decir.

-Tenemos que recordar la profecía de tío Bruno y a los posibles culpables que mencionó, aunque quizá podamos pedirle, cuando vuelva de las paredes, que realice su última profecía. Así estaremos un poco menos perdidos.

Tras ello, buscó a Julieta con la mirada, al tiempo que le pedía con suavidad. – Querida tía, me gustaría hablar contigo en privado si es posible, ya sea en mi habitación o en la tuya ¿Me concederías ese honor?

-Así es hermanita. Yo tampoco lo sabía hasta ahora, pero os había prometido que esta noche no habría asesinatos y decidí usar el poder de papá de inmediato, además creo que postergar las votaciones solo da tiempo a los malos a que líen más las cosas y hagan más fechorías. Podría haber esperado hasta mañana por la mañana para activarlo pero no me podría perdonar si alguien muriese esta noche y además les daría a los malos un motivo para acusarme a mi por no cumplir con lo que os prometí.

Había tenido sus dudas pero cada vez estaba más seguro que había hecho lo correcto usando el poder de inmediato, así mañana podrían expulsar a otro de los malvados. Se volvió ahora hacia su prima Luisa y asintió, aunque lo hizo un poco decepcionado y triste.

-Creo que tienes razón prima Luisa, creo que Bruno nos estuvo mintiendo desde el principio, haciendo falsas acusaciones y liando las cosas. ¡Incluso la abuela nos lo dijo! ¡Dijo que no confiáramos en él ni en sus profecías! Pero todos pensamos que lo había dicho para proteger a Isabela, aunque yo se como funciona el poder de Isabela y la abuela solo estaba obligada a protegerla a ella, no tenía porqué acusar a otros diciendo mentiras, a eso no la obligaba el poder. ¿Verdad Abuela? ¿Nos lo puedes confirmar? ¡Pero antes de que digas nada necesitamos saber qué piensas de Isabela! Si eres capaz de decir algo en su contra es que su hechizo ya no te afecta y podemos volver a confiar plenamente en ti.

Deseaba que su abuela se hubiera librado del hechizo de Isabela y pudiera seguir ayudándolos a despejar la casa de malvados. Pero Camilo aún tenía más cosas que decir.

-¿Y no os parece raro que Bruno se haya llevado a mi padre? Sabemos que no puede usar su poder todos los días ¿Porqué malgastarlo hoy si yo había dicho que no habría asesinatos? ¿Es que pensó que llevándose a mi padre no podría copiarlo o utilizar su poder? Pues si era eso estaba equivocado. Seguro que cuando vuelva dirá que sigue sin confiar en mi, como hasta ahora, pero creo que ya nadie le va a creer, además, si no confiaba en mi... ¿Porqué salvar a mi padre? Uno de sus dones ya estaba agotado, ya nunca ni él ni yo podremos volver a usarlo, estoy seguro que podría haber escogido a otra persona más útil para salvar a la familia. Y eso nos lleva a la explicación del tío Bruno sobre el poder de mi madre Pepa, para que nadie sospechara de ella dijo que su poder era solo defensivo, pero me parece mucha casualidad que alguien pueda hacer rayos y que a mi prima Luisa la hayan casi achicharrado, lo único que quería era desviar la atención de nuevo. Así que yo apoyo por completo lo que dice Luisa: mis padres y el tío Bruno están detrás de lo que está pasando y mañana deberíamos votar a uno de ellos, deberíamos ponernos de acuerdo entre todos. ¡Ah! ¡Y una última cosa sobre Mirabel! Ella siempre sostuvo la inocencia del tío Bruno, pero yo usé su poder y aunque podía averiguar cuales eran las habilidades de alguien, no podía saber si ese alguien era bueno o malo, eso solo puede hacerlo la abuela. La pobre Mirabel pensó que el tío Bruno podía protegerse a él y a alguien más como también pensé yo. Pero... Se llevó a Dolores para que esta no pudiera escuchar a los malos y advertir a quienes pudieran ser atacados y se llevó a Luisa para que esta no pudiera proteger a nadie, esas eran sus verdaderas intenciones.

Agustín sabía de la posibilidad de que Bruno pudiera ser uno de los culpables, pero, en ese caso, ¿por qué había señalado a Félix, Antonio e Isabela, indicando que entre los tres había seguro un asesino? Agustín no quería pensar que Bruno pudiera ser uno de los responsables, pero cada vez tenía más dudas.

-La mayoría iba a votar por Antonio hasta que mencionó lo del barreño en la cabeza -indicó Agustín, pensativo. Le dirigió una mirada a su hija Luisa-. Antonio no tenía forma de saber lo del barreño... a menos que él y Bruno pudieran hablar por otra vía -razonó, aunque tampoco estaba del todo convencido-. Podría ser un medio similar al que tuvimos Félix y yo en el jardín, o bien el vínculo de rivalidad entre Bruno y Antonio puso a Bruno en contacto directo con los asesinos por medio de Toñito y ahora colabora con ellos -Eso, al menos, explicaría el repentino cambio en Bruno que habían mencionado su hija y sus sobrinos-. No sé hasta qué punto el tío Bruno pueda ser uno de los asesinos o que tal vez solo sea una pieza neutral en esta contienda. Pero que Bruno le diese el beneficio de la duda a Antonio fue lo que provocó que Mirabel fuese la más votada. Fue demasiado rápido como para no pensar que pudieran haberlo planeado a lo largo del día...

Aquello era también de lo más extraño. Mirabel no había sido clara del todo sobre sus habilidades públicamente, pero había sido votada por demasiadas personas, considerando que las sospechas habían estado en Antonio hasta última hora. Agustín sentía que la familia Madrigal se estaba desmoronando. Si no podían confiar en sí mismos, ¿en quiénes lo harían?

-Félix dijo que mis palabras chocaban con las de "alguien en quien confiaba más" -Miró a Dolores. Pese a que Félix no había expuesto a dicha persona, recordaba que Bruno había dicho abiertamente que era Dolores y que votasen todos a quien dijese Dolores, sin darles tampoco una razón lógica-. Dolores, ¿a qué se refería tu padre?

Julieta había concentrado toda su atención en la cocina a lo largo del día. No estaba para pensar en nada más, para hablar de nada más... Quería intentar sanar a Luisa como fuera.

El día transcurrió, dando paso a la noche. Casita se llevó a Antonio, Bruno se escondió con Félix y todo volvía a ser desconcertante. Al menos, hasta que Camilo razonó las razones que podrían haber llevado a Bruno a proteger a unos u otros desde el principio.

—No puede ser...— ¿tanto rencor guardaría a la Familia Madrigal? No era posible. Su hermanito tenía un corazón inocente, era asustadizo y siempre necesitaba que sus hermanas salieran a defenderle cuando predecía algo que no le gustara a los niños de Encanto. —Pero debo admitir que lo que dice Camilo tiene sentido. Y, a pesar de haber encerrado a Antonio, Casita sigue cerrada a cal y canto.

Eso solo les dejaba la opción de que al menos uno de los culpables de aquellas atrocidades seguía entre ellos.

—Agustín me comentó que podía hablar con aquellos que había encerrado Casita, sí. Yo no dije nada porque no veía apropiado el compartir la información y que alguien con malas intenciones pudiera utilizarlo en su beneficio— se giró entonces hacia su marido. —Si Mirabel es inocente, propongo sacarla del encierro para que nos ayude a terminar con esto.

Su sobrina le pidió hablar, algo a lo que Julieta no iba a negarse.

—Dolores, iré a tu habitación, si te parece bien.

Ya que estaban poniendo las cartas sobre la mesa decidió seguir.
—Mama, Bruno me dijo que si te ocurría algo desconfiaramos de papa ¿Es verdad? ¿Se lo dijiste?

Reflexionó sobre todo lo que decían.
—Yo confesé a tío Bruno cómo funcionaba mi habilidad. Recuerdo que se mostró interesado en los detalles. Pensé que era para hacer una estrategia común, pero a la larga no ha sido así y lleva tiempo sin acudir al establo. También le mencione cuando estábamos tras las paredes que no quería hablarle de mi habilidad allí porque quizá Dolores pudiera escucharlo todo y no sabíamos si era inocente. Esa noche murió Dolores... No se, tal vez me equivoco, pero cuanto más pienso en lo que hable con él más posibilidades veo de qué me estuviera engañando desde el principio.
Dolida por donde la estaban conduciendo sus pensamientos se acercó a un apred golpeándola con todas sus fuerzas.

Dolores se sobresaltó ante la pregunta de Agustín, aunque tenía razones para preguntar aquello… La joven Madrigal estaba cada vez más angustiada, porque sus dones lo único que hacían era traer la desgracia a la familia, cuando lo que ella pretendía era todo lo contrario.

 -Yo… yo no puedo escuchar lo que ocurre entre las paredes – Confesó mirando a Luisa bastante compungida. Pese a que entendía por qué no había querido hablar de sus dones, le dolía que pensara que ella podía haber sido culpable de la muerte de su querido Mariano

– Pero… sí que puedo oír lo que se dice en el sótano. – Explicó, mientras se alisaba la falta algo nerviosa.

-Tan solo le dije a mi padre que no había oído hablar a la Abuelita sobre la culpabilidad de Antonio o de Bruno, aunque ahora no sé si no escuché nada por alguna otra razón – Dijo con cierta inquietud.

– Lo… lo cierto es que también puedo oír a los muertos, y… la voz de Mariano cada vez se escucha más lejos. Temo no poder volver a oír su voz nunca.  – Finalizó con lágrimas en los ojos, temiendo perderle para siempre.

Acto seguido, asintió cuando Julieta aceptó su invitación y se dispuso a marcharse con ella.

—Luisa, prefiero hablarlo a solas— no era capaz de admitir en voz alta que no pensaba hablar en presencia de todos, pues lo que dijera bien podría ser utilizado contra ella o en favor de quienes estaban haciendo tanto daño a su familia.

—Si a Dolores le parece bien, puedes acompañarnos un poco más tarde esta noche en su cuarto y te lo explico.

-Luisa está invitada a entrar en mi habitación siempre que quiera – Respondió la joven Madrigal con una sonrisa antes de retirarse con Julieta a su cuarto.

—¡Madre! ¡Qué alegría que estés de vuelta con nosotros! —Se acercó a ella y le dio un abrazo.

Cuando su hijo soltó todo aquel discurso explicando sus sospechas, Pepa se sintió muy dolida. ¡Su propio hijito la estaba acusando! ¡Y a su padre! ¿Qué clase de padres habían sido para que su hijo pensase así de ellos?

—Camilo… Eso de que Luisa estuviera quemada no tiene por qué significar nada. Seguramente el verdadero culpable la atacó con fuego por alguna razón.

»Sobre lo que dices de Bruno… Félix estuvo presente durante una de las profecías, por lo que no puede ser que se lo estuviera inventando. Y, si fuera malo, ¿por qué iba a haber revelado su profecía el primer día? Se puso en peligro, y por eso se escondió tras las paredes con Luisa: porque estaba convencido de que lo atacarían esa misma noche.

»Sobre por qué ahora se ha llevado a Félix… Estáis diciendo que la persona que esconde tras las paredes no puede usar su poder, ¿no? ¿No será que se lo ha llevado precisamente porque él no va a usar ningún poder? Si se hubiese llevado a Luisa, ella no podría proteger a nadie esta noche, por ejemplo.

»Además… Insinúas que Mirabel estaba intentando protegerlo, ¿no? Si estaban compinchados, ¿por qué iba ella a querer investigarlo? ¿Por qué Bruno insistió tanto en que explicara por qué había ido a visitarlo? Claramente no estaban en el mismo bando. También estuvo Bruno todo el rato acusando a mi Antonio, por cierto.

-Julieta, no puedo liberar a Mirabel -reconoció el hombre, entristecido-. Mi habilidad para sacar a alguien de su celda únicamente sirve para una vez, y ya la he gastado... -Miró a la Abuela Alma, demasiado silenciosa desde que había regresado con el resto de la familia-. Aunque si Camilo copiara mi habilidad, podría tener la oportunidad de liberar a alguien más e imagino que tendrá acceso al sótano para hablar con los detenidos.

Agustín miró a Camilo. Si estaban seguros de la inocencia de Mirabel, el joven podía copiar la habilidad de Agustín para liberar a su prima. Al menos eso les sumaría a alguien más contra los culpables.

El hombre después se ajustó bien las gafas y se atusó el bigote, puesto que lo que decía Dolores no tenía sentido y, en efecto, se contradecía con lo que él había vivido en el sótano.

-Dolores, si no oíste a la Abuela hablar sobre la culpabilidad de Antonio y Bruno o pedirnos que los votásemos, ¿qué fue lo que le oíste decir? ¿Oíste solo a Isabela, Mirabel o a mí? -le preguntó, extrañado y confundido. O la joven estaba mintiendo o su poder no funcionaba como decía-. Cada una de las tres intervenciones de la Abuela fue para señalar a Bruno y Antonio como culpables...

Seguía dándole vueltas a todo aquel asunto, había algunos detalles que por supuesto se le escapaban pero creía que podían estar encaminados en la dirección correcta.

-Lo que digo mamá -Era un poco raro hablarle así estando convertido en su padre.- es que esta noche no había que proteger a nadie, pero mañana si. En todo caso será algo que tenga que aclarar el tío Bruno, claro que será como pedir un milagro... -Llevaba liándolos desde el principio, señalando culpables y confundiendo a la gente mientras quitaba sus poderes a los que podían ayudar.- Y no he dicho que Mirabel y el tío Bruno estuvieran compinchados, eso te lo estás inventando, pero en algo creo que tienes razón: no estaban en el mismo bando, solo que la pobre Mirabel no se dio cuenta, como muchos hasta ahora.

Se volvió hacia sus tíos con una sonrisa, no podía estar más feliz de lo que le estaban pidiendo.

-¡Me encantaría hacerlo! En cuanto te vi regresar a la abuela, tío Agustín, pensé que sería genial traer de vuelta a Mirabel con nosotros, no debería estar allí. Mañana por la noche copiaré tu habilidad para que vuelva a estar aquí con nosotros.

Echaba de menos a su prima y esperaba poder darle un fuerte abrazo pronto.

Las conversaciones fueron breves esa noche, aunque muchas cosas se habían dicho a pesar de la paz que tener una noche de baile había traído. Pero la mañana se acercaba, y con ella volvería una vez más a reinar el nerviosismo, las intrigas, las culpas, y quizás, cada vez más cerca de una solución. Para bien o para mal. Pues pasará lo que pasara, no dejarían de ser la familia Madrigal...