Partida Rol por web

Yo de lo que estoy segura 100% es que Antonio es uno de los asesinos, lo confirmo con una mentira que solo él y yo sabemos, si quieren confirmarlo conmigo alguien de afuera tendría que ver si me puede analizar para que vean que soy leal a la familia, mi único objetivo era protegerlos y encontrar a los asesinos.

Callate Mirabel. Si no vas a hacer caso a tus mayores al menos no los contradigas. Se que Bruno es culpable porque asi me lo dijeron, al igual que dije que tu madre era inocente. Y Bruno acuso a Isabela por lo que no se van a acusar entre si. Y Antonio confirmo la mentira de Bruno.

-Abuela, prepárate, que vuelves con los demás -le dijo Agustín a la abuela-. Voy a sacarte de aquí.

Agustín abrió la puerta desde afuera, y la Abuela Alma abandonó el encierro al que se le había enviado, dejando a sus nietas atrás.

La aparición de Antonio trajo una gran alegría dentro del cuarto sellado, al menos para uno de los que estaban allí: Parce el jaguar saltó de alegría sobre el pequeño, llenándolo de babas.

Aún en tristes circunstancias, era una bonita reunión.

Isabela tenía emociones encontradas, si bien estaba contenta al ver a Antonio llegar, también un escalofrío recorrió su espalda.
Pues si bien sabía que la familia tenía alguien menos de que preocuparse, ahora Mirabel y Ella se encontraban atrapadas con un asesino, tratando de ocultar el creciente miedo, puso su mejor cara y confronto al pequeño Madrigal.

-Antonio, no sé si alguien te controlo o no entiendo el porqué actuabas en contra de la familia, pero espero ya no hagas más daño, a nadie allá afuera y a nadie aquí adentro.

 Finalmente Antonio había sido el más votado de la familia. Después de evitar exitósamente caer en aquel oscuro y deprimente sótano durante tres ocasiones (gracias a Parce, Isabela y Mirabel en ese orden), ahora era su momento de ser el elegido y de pasar sus días encerrado hasta que todo se arreglara.

 Por suerte, tuvo su esperado encuentro con su animal. Parce le saltó al niño con la alegría de una mascota que se reencontraba con su dueño. El niño, lloroso y alegre, le devolvió el abrazo al animal.

- ¡PARCE, estuve tan preocupado! Es bueno estar junto a ti de vuelta...

 Isabela, por su parte, desconfiaba de Antonio y le seguía acusando de ser parte de la conspiración. Pero Antonio ya tenía su seguridad de que ella era la culpable, y de todas formas discutir allí no llevaría a mucho. La familia ya había demostrado que desconfiaba de los dos.

- Yo no pienso hablar contigo... sé quien eres y cuáles son tus intenciones. Y también sé lo que le hiciste al tío Bruno y a mi.

Mirabel se puso junto a su hermana Isabel sujetándole la mano - ¡Antonio! ¡Está bien!

No hables a tu prima mayor así no está bien. - Se acercó a Antonio acuclillándose frente a él.  - Mira Antonio, si estamos aquí, es porque la familia no confía en nosotros.

Ni en mí, ni en Isabella ni.... en ... ti - Intentó abrazarle - Pero no podemos creer en supersticiones, tenemos que dejar que la familia lo resuelva e incluso aquí abajo no estamos solos. Nuestro Pa Antonio baja a hablar con nosotros y a escucharnos, ¿Porqué no nos cuenta lo que seguro sabes con certeza?

Antes de darse cuenta, la puerta del cuarto sellado se abrió, dejando que Mirabel pudiera salir. Fue sólo un momento, tan rápido que no pudieron detenerlo, o cambiarlo. Solo... Pasó.

Dolores, si de algo sirve y me escuchas, mi Padre dice la verdad en cuanto a la abuela, no se porque no la escuchabas a ella, pero confirmo lo que dice mi papá, aqui la escuchamos claramente.

 No te gastes, nadie esta interesado en lo que nosotros podamos decir. Los votados de la familia, ¿acaso eso suena feliz? Solo quiero que todo esto termine...

Agustín entró en el sótano cabizbajo y con los ojos anegados de lágrimas.

-Isabela, Antonio... -dijo el hombre, mirando a su hija y a su sobrino, decidido a darles la fatídica noticia-. Mirabel... ha muerto -reveló el carcelero, derrumbándose a llorar, profundamente apenado, como si le hubieran arrancado un pedazo de vida.

Aún no sabía cuál sería el resultado de la votación de ese día, pero tenía que asegurarse de que el último de los responsables era encarcelado. No le importaba qué sucediera con él, siempre y cuando Isabela, Luisa y Julieta sobrevivieran a todo lo que estaba sucediendo.

 Agustín había llegado al sótano con la peor de las noticias. Mirabel, la simpática prima que siempre le había apoyado y la chica que había cambiado el rumbo de los Madrigal había muerto. Antonio, anonadado por la noticia, se dejó caer de rodillas en el suelo de su celda y se dispuso a llorar sonóramente de tristeza. Como el chiquillo que era. Únicamente que este chico estaba acompañado de un jaguar enorme que le hacía mimos.

- ¡NOOO! No Mirabel... ¡buahhh! ¡¿Por qué ella...?!

La habitación que Casita creó para los acusados era pequeña y oscura, pero no del todo desagradable. No había ventanas, sólo una puerta cerrada sin picaporte desde el lado interno, y una rendija en el techo que les permitía ver hacia el patio interno de la casa, de modo que podían escuchar lo que se hablara allá arriba. Había un par de camas, una mesa y una silla. En general, no estaba mal. Sin embargo, seguía siendo una prisión

—¿Hola?— Pregunto oteando las sombras.

Al menos no había muerto, pero lo ocurrido no había variado mucho con lo que le había contado a su madre en su habitación durante la noche. —Sabía que me votarían a mí. Por eso no me atacaron la noche anterior. Estaba ya señalada, pero si todos creían que no era culpable, ¿Quién me voto? Solo Bruno. No salen los números... Menuda familia de farsantes.

Se tumbó en una de las camas y coloco sus manos detrás de la cabeza, escuchando lo que ocurría allí arriba.

-Bienvenida, Luisa -dijo Agustín a su hija, en tono entristecido-. No sé quiénes te han votado, pero haré lo posible para que Camilo pueda traerte de vuelta. Probablemente, pronto estaré aquí para hacerte compañía. No sé si es Félix, Pepa o el tío Bruno, pero hay alguien que está controlando a la familia como si fueran títeres -aseguró, convencido de ello-. No tiene sentido nada lo que está sucediendo. Pepa dijo que no había sido atacada, Bruno dio a entender que te había examinado y eras inocente, y aun así han votado por ti. La familia Madrigal ya está perdida.