Partida Rol por web

20 de Junio, 1983 - Base de la Agencia, E.E.U.U.

 Una sala oscura, con más sillas de las necesarias para la reunión en cuestión. En ella había dos hombres. Uno de ellos, sentado y con una expresión de hastío, era un agente retirado de una organización apéndice de las Naciones Unidas, encargada de trabajos secretos y de menor difusión mediática; encargada de las misiones de los que nadie quería hablar. El otro hombre, parado y de aspecto colorido y alegre, era un simple ilustrador. Un artista especializado en retratar eventos vistos o descritos.

 Ambos hombres estaban convocados allí con la tarea de reconstruir los hechos de un evento que tuvo lugar hace un poco más de un año: el inicio de la misión en la Isla Shuriken. Y que había sido de los agentes y de la gente en aquella isla. Automáticamente al encontrarse, el ilustrados sacó su libreta de anotaciones e hizo un boceto de la situación que se estaba dando en esa misma oficina, para disgusto del propio agente retirado.

- Baja esa libreta sino quieres que te la quite. No tengo intención de ser parte de los retratos de esta misión. Ya demasiado he sufrido...

 El hombre parecía ser dramático en exceso, sintiendo que ser retratado era casi una tortura. Se tocaba el parche que tenía en el ojo al momento de afirmar que había sufrido; era evidente que eso lo había conseguido durante la misión. Rápidamente siguió con su monólogo. Quería hacer todo eso lo más rápido posible.

- Ya te habrán dicho antes de que llegues, pero de todas formas: mi alias es Maverick. Personal retirado de la Agencia; de hecho, pedí mi retiro anticipado hace algunos días. Tengo que terminar el papeleo de mi última misión, y me pidieron que me ponga en contacto contigo. ¿Entiendo que hiciste una recolección de todos los hechos?

El colorido y alegre hombre, que miraba a Maverick con una pícara sonrisa mientras este hablaba, deja de garabatear en su libreta ante el pedido del ex-agente. Lo escucha con atención, gesticulando de forma exagerada ante cada frase.

¡Oh! ¡Que desdicha! ¿Qué le ha pasado?

¡Oh! ¡No me diga! ¿Por qué se retiró?

¡Oh! ¡Su última misión! ¿Ha salido todo bien?

 Ninguna de estas preguntas buscaba una respuesta. Solo las decía por pura cortesía (y con cierta sorna). Después de todo, este simpático hombre ya tenía toda la información necesaria para no hacer esas preguntas. Se ríe por lo bajo.

- Disculpe, bon ami, en realidad... ya lo sé todo. Una pena que no quiera ser retratado: ese bigote es digno de ser colgado en un cuadro. En cuanto a mí, mi nombre es Typhe Daguerro. El ilustrador oficial de la Agencia, y creo que la única persona que utiliza su nombre verdadero aquí. El resto parece que tiene miedo de que les saquen un ojo o algo- ¡Ups! ¡Excuse moi! A veces no me doy cuenta lo que digo, hon hon hon...

 Maverick miraba con incluso más cansancio e irritación al jocoso francés, al cual todavía no podía descifrar. No sabía si genuinamente era tan atolondrado o se estaba burlando de él. Por el momento lo dejó pasar; viendo que el ilustrador se disponía a sentarse y abrir una carpeta con un montón de dibujos y bocetos.

- Bueno, no perdamos más tiempo y vayamos con la historia oficial. Contada a través de mis humildes ilustraciones, hon hon hon.

 Todo comenzó con el variopinto grupo de agentes que fueron llamados para ser parte de esta misión. Desde los más lejanos rincones del mundo y de las más diversas procedencias, vino gente experimentada y de un impecable historial. ¡La crème de la crème!

Rápidamente fueron instruidos en los aspectos generales de la isla y enviados a la misma. Tuvieron suerte de tener a un grupo de expertos apoyándolos tras bambalinas. Durante su primer día, se enfocaron en familiarizarse con el terreno y conseguir información sobre lo que realmente se estaba viviendo en la isla.

 Los agentes Jones y Rajah llevaron a cabo una actuación más que impecable al engañar tanto al cobrador de tributos como a la dueña de local opositora. A través de una pelea matrimonial, Rajah logró conseguir la simpatía de Selma Toki y enterarse de un grupo de resistencia en el puerto...

...mientras que Jones probó su lealtad a la causa de la mandataria Tsai y consiguió el visto bueno de Bob Dong, el recaudador. Solo hizo falta un par de cervezas para ablandar a aquel sujeto; nada que el tosco canadiense no pudiese soportar, por supuesto...

Los demás no se quedaron nada quietos. En particular el cardenal Roni, que se dirigió en dirección contraria a todos los demás y se encontró con nada más ni menos que con un pirata sediento de aventura... y ganas de tomar un puerto, Henry Dojo. Se ganó su confianza y los estimuló a seguir con su actividad pirata... ¿Qué saldrá de todo esto, verdad? hon hon hon...

 En una actividad menos cuestionable moralmente, el soviético Ivanov anduvo de compras con un niño fumador de nombre Pip. Fue una de mis escenas favoritas de retratar: el frío corazón de un soviético, derretido por la dulzura de un niño. Ah, y descubrió que les regalaban cigarrillos a los niños. La Isla Shuriken se parece un poco a París en ese sentido, hon hon hon...

Por último y no menos importante, el audaz agente McTaker se encontró con una víctima del hostigamiento a la prensa libre, el camarógrafo Roger Meyer, del cual se enteró de la existencia de centros de detención para los disidentes. Con sus habilidades de construcción y gran ingenio, el agente confeccionó una elaborada radio codificada para comunicarse con él, utilizando como materiales... una radio.

 Daguerro deja todas las ilustraciones en la mesa, las cuales eran inspeccionadas visualmente por Maverick. Aclarándose la garganta luego de haber relatado todo ello, Typhe concluye la presentación.

- Una vez los agentes terminaron con su investigación, se reunieron para hablar sobre las cosas que habían pasado durante el día y cuál debía ser el plan para mañana. Y, alerta de spoiler: no se pusieron de acuerdo.

 Maverick, habiendo escuchado atentamente todo lo que decía Daguerro, se recostó en su asiento y se masajeó la sien. Habían pasado una gran cantidad de cosas; y todas ellas eran importantes de algún modo u otro. Mirando los dibujos del ilustrados, el agente retirado los ordena en una pila y los deja en un lado de la mesa.

- Esta bien, parece un buen recuento del primer día. Actividades de investigación, búsqueda de contactos, lo usual... excepto la parte de fomentar actividades delictivas. Pero eso queda en mi espalda, por darles la libertad de acción. Como sea... permíteme que pida dos cafés: vamos a estar aquí un rato largo. Ahora...

¿Qué paso al día siguiente?