Partida Rol por web

25 de Junio, 1983 - Base de la Agencia, E.E.U.U.

 Dentro de la ya conocida sala de reuniones a la que había acudido ayer se encontraba ya el ilustrador oficial de la Agencia, Typhe Daguerro, el cual estaba ordenando sus ilustraciones para la presentación. Habían estado trabajando mucho el día anterior para confirmar los hechos del día anterior, pero se les hizo tarde y tuvieron que quedar para el próximo día. Maverick no se esperaba que su retiro fuese tan extenuante, pero por lo menos el afrancesado ilustrador era un sujeto simpático.

 Cuando Typhe se dio cuenta de la presencia del ex-agente, se dio vuelta y lo saludo con una sonrisa que rápidamente se transformó en una mirada preocupada al verle la cara al compañero.

¡Sacre blue, Monsieur Maverick! ¿Acaso ha visto un fantasma? Tiene la cara más blanca que el maggmol del Arco del Triunfo... en Paggís...

 Por alguno razón, el acento francés de Typhe estaba aún más marcado este día que el anterior; quizá era una reacción involuntaria que le sucedía cuando se preocupaba. Eso no pareció inmutar a Maverick, que solamente atinó a sentarse con una taza de café que buscó en la cocina y a desestimar la preocupación de su colega.

- No te preocupes, Daguerro. Es que ya me acuerdo qué es lo que ocurríó en este día que nos toca transcribir. Pero es nuestro trabajo, así que. ¿Qué te parece si nos ponemos a hablar de la madrugada del día 25?

 El francés refunfuña por lo bajo, aparentemente molesto por la frialdad que aquel americano mostraba. Pero atiende a los pedidos de Maverick y dispone sobre le mesa sus ilustraciones para explicar lo sucedido. Aclarándose la garganta y bebiendo un poco de café, Typhe empieza con el relato del día más sangriento de la misión hasta el momento.

El resto de los Agentes tuvieron un día relativamente tranquilo, o al menos eso es lo que suponemos; tratando de continuar trabajando en lo que estaban haciendo, por lo que es normal que los que se llevaran toda la atenión fueran no otros que El Negro y Roni, dos participantes directos en el combate en "El Puente Maldito".

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A pesar de su cargo honorífico el Capitán del lado Oriental de "El Puente Maldito", mandó a El Negro como chico de los recados al otro lado del puente, aunque este se llevó también a otros dos soldados. En el otro lado, los soldados terminaron muertos y El Negro descubrió el engaño de la cabina.

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Al parecer a diferencia de lo que decían los informes, los Piratas ya habían logrado tomar toda la isla Occidental del Archipiélago de Isla Shuriken y estaban preparados para colisionar con el ejército; ahí es cuando El Negro se encontró con Roni, aunque estos no pudieron reconocerse mutuamente debido a pertenecer a grupos distintos.

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A pesar de no tener informes por parte de Roni, pudimos averiguar que el asalto al fortín de Los Bloques había sido un éxito, habiendo sido capaz de desarmar y capturar al grueso de la milicia de ahí, para posteriormente disfrazarlos de piratas y valiéndose de la niebla mandarlos marchar atados y amordazados.

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El Negro aceptó el trato de Roni y este regresó para advertir a los Soldados que había que marchar de inmediato proque la situación era crítica, e incluso fue capaz de volver al otro lado y estar junto a los piratas cuando el grueso del ejército había cruzado ya más de la mitad del puente.

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El resto, como se suele decir, es historia. Usando todos los explosivos de Los Bloques, tanto militares como civiles; los Piratas echaron el puente abajo, acabando con el ejército de Peggy Tsai de un plumazo, repartiendo a piratas a lo largo y ancho de las playas para rematar a los posibles supervivientes.

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Es entonces cuando la Agencia desembarcó y preparó la "liberación" de Isla Shuriken de las manos de los piratas, algo que la O.N.U. estaba de acuerdo por unanimidad, pero para llevarse a cabo tardarían unos cuantos meses en conseguir la estabilidad deseada...

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Por parte de Roni y El Negro, estos fueron a encontrarse con el "empresario" de Villa Ganga.

 Al llegar a aquella parte de la historia, Typhe hace una pausa y bebe la último que le quedaba de café. Luego, le cede su portafolio con las ilustraciones a Maverick para que las vea más de cerca. Parecía que la presentación de dibujos se acababa por ahora.

- La Agencia me pidió que no ilustre eventos que contengan objetos o personas relacionadas a la Agencia... mas allá de los agentes, claro está. Por lo que no pude hacer imágenes que contengan a los tres buques de guerra que desembarcaron en la Isla Shuriken para instaurar su campamento y avanzar por la isla "Pirata" aislada o a los miembros de la Agencia que estaban bajo sus ordenes. Ya sabe... Totonaco, Nyala, William...

 Typhe narraba toco esto con un sentimiento de melancolía, puesto que a él le hubiese encantado retratar el resto de los eventos que pasaron ese día. Pero toda ilustración se vio comprometida por la interferencia de la Agencia en la isla.

- De ahí en adelante, los agentes se dividieron en dos grupos: los aliados de piratas, con Roni, El Negro; y los demás, o sea... todo el resto que seguían con vida. Viendo como avanzaba la trama de sucesos, era evidente que su próximo destino sería ir a Villa Ganga, ¿no cree?

 Esa última pregunta fue hecha con un poco de sorna, a lo que Maverick simplemente respondió levantando una ceja. Pero debajo de su tupido bigote se podía ver una pequeña mueca de sonrisa.

 Maverick miraba los dibujos con detenimiento, pensando en cómo aquellos actos retratados afectaron la misión e hicieron que la misma terminase como había terminado. También debía admitir que los dibujos del ilustrador le parecían cada vez más agradables. Nunca pensó que encontraría útil o satisfactorio el trabajo de un ilustrador, pero se encontraba en el camino contrario. Debían ser muy buenos dibujos.

- Todo comprendido: buen resumen, Daguerro. Destrucción masiva de propiedad pública... Convención de Ginebra pasada por el forro de los mismísimos... Erradicación con explosivos del ejército de Peggy... desacuerdos entre los agentes por la alianza de alguno de ellos con los piratas. Demasiados piratas por un día, si me lo preguntan a mi...

 El ex-agente no profería opinión alguna sobre los eventos: se encontraba, de cierta forma, muy tranquilo. Simplemente bebía el café mientras terminaba de procesar toda la historia que le acababan de contar. Hechos que conocía, y que parecían no perturbarle demasiado.

- ¡O-K! Pidamos otra ronda de cafés. Recuerdo que lo que sigue es bastante jugoso. Pero cuéntalo tú que para eso te paga la Agencia todavía. Así que...

¿Qué paso al día siguiente?